Pasé muchos trabajos incluyendo un acto piadoso en la historia del sr Nalgabruta y cuando terminé me dí cuenta que había echado a perder la historia más de lo que quería. Borré lo que escribí y metí en un cajón al sr Nalgabrita por esta semana. Consideré que los dos lectores que sí la iban siguiendo tendrían que aguantarse, que los dos anónimos que la aborrecían iban a descansar y que los 987 lectores a los que no les importaba ni cuenta se iban a dar.
Me costó trabajo insertar en la historia un acto piadoso porque la piedad es un concepto elusivo que cuando se le examina de cerca resulta convertirse en una tomadura de pelo digna nomás de charlatanes. Como el protagonista de la siguiente anécdota.
Situación: guateque de jalogüin vecinal. Protagonista: El galán de la cuadra (no anónimos que se hacen puñetas con mi foto, no era yo) que tenía 24 años. Yo tenía 19.
El galan circulaba por la fiesta. A cada vuelta que daba yo lo veía sosteniendo una bebida distinta. A la sexta vuelta me manifestó su interés por un grupo de tres recién llegadas que estaban disfrazadas de vampiros. Fue hacia ellas. Más tarde regresó a la barra a rellenar su vaso y a contarme su éxito.
- Rentaron una casa a tres cuadras de aquí y vienen solas. Ya quedé con ellas para seguirla en su casa después de aquí. Hic, - dijo.
Miré a las del grupo. Calculé que entre las tres acumulaban 400 kilos y más de 100 años.
- Paso – le dije al galán de la cuadra.
- Tú te lo pierdes. Hic. - dijo. Y se fue con las vampiras cuarentonas con sobrepeso.
Al otro día, en medio de los vapores de la cruda, el galán de la cuadra nos contaba que a las tres se las cogió.
- Eran elefantiásicas. ¿Cómo le hiciste? ¿Las tumbaste en harina para ver dónde estaban húmedas? - pregunté.
El galán se ofendió. Según él no estaban tan gordas.
Discutimos. Al final el consenso popular se impuso. Las chavas con las que se fue el galán de la cuadra y que presumía haberse cogido eran gigantescas.
- Bueno, la verdad es que lo hice por piedad – dijo el galán de la cuadra.
- No mames. ¿Cuál piedad? Lo que pasa es que ya estabas ciego porque se te cruzó todo lo que te chupaste y ese trío de señoras gigantescas te parecieron un trío de quinceañeras – reviré.
Desde entonces, cada vez que me entero de que alguien hizo un acto piadoso, no lo atribuyo al amor al prójimo sino a alguna deformación en la percepción de su autor.
No falla.
13 comentarios:
o a su mala conciencia...
La piedad es un sentimiento horrorosamente humano
yo si esperaba a nalgabruta :(
bien, pero yo tambien esperaba a Nalgabruta....
La anecdota es buenísima. Me cae. Pudiste desarrollarla inimaginablemente. Y aun así, tal cual, es funcional y sin tapujos.
Yo no esperaba a nalgabruta. Esperaba algo parecido a esto y no me desilusioné.
Un saludo.
Joel Silver y Shane Black están hablando con sus abogados en este momento.
También tengo reportes de que un peloncito con barba de 3 días que se cogió una ardilla hasta matarla te está buscando.
Creo que tienes problemas...
Yo también esperaba a nalgabruta! :(
No creo que el Sr. nalgabruta sea muy piadoso. Eso de ser piadoso es como auto-darse atole con el dedo.
La piedad es la conmisceración de los pendejos.
De seguro el Sr. Nalgabruta estaría de acuerdo.
yo me eche a una gorda... por piedad, en serio, toda la pinche fiesta casi rogandome... y cuando paso y acabo, todo lo que pude pensar fue: a la verga la piedad... y fui con su amiga que era millones de veces mas dable :D
Como quiera estas pa la verga,, con o sin nalgabruta..
Hasta un niño de 4 años hubiera escrito algo mejor.
Recolectivo se esta hundiendo.
buena anécdota, pero mal post
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