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Estos son los ejercicios en Recolectivo
Ejercicio 38: Refranero Popular
Ejercicio 33: Inocentes esperanzas
Ejercicio 31: Sueños de pueblo
Ejercicio 30: Héroes sin calle
Ejercicio 26: Egolatria Desinteresada
Ejercicio 25: Señales del Apocalipsis
Ejercicio 23: Miedo a los niños
Ejercicio 18: Otra forma de morir
Ejercicio 17: 27 de enero, 2059
Ejercicio 13: Recuento de daños
Ejercicio 12: Un toque de mota
Ejercicio 9: Rebelde sin causa
Ejercicio 7: Obsesiones infantiles
Ejercicio 6: Si tuviera una maquina del tiempo...
Ejercicio 4: Asústame panteón.
martes, 14 de abril de 2009
Caminatas sobre la Gran Via Madrileña
Es cierto lo que plantean muchas canciones: crecer y envejecer torna todo aburrido. No es que el proceso en sí sea soporifero. En realidad es divertido hacerse viejo. El resultado es lo que aburre. Yo me divertí creciendo pero, de verdad, que enfado es estar viejo.
Tengo un enorme vientre. También 39 años. El ombligo está saltado, y a veces creo que podría drenar mi abdomen para volver a verme el pene, que nunca ha sido chico. En realidad extraño contemplar mis testículos. Recuerdo que una chica me platicó como hizo sentir mal a un amante describiendole la enormidad de mis huevos y lo esplendoroso que era mi pene. Eso fue hace quince años, y tenía barriga pero era cervecera o sexy. Ahora da asco, estoy seguro.
Hace cuatro meses, salí de mi departamento - vivo a dos cuadras de estación Bilbao - y me topé con la mujer más hermosa que había visto. De carne y hueso, a menos de cinco metros de mi; no me refiero a las top models ni actrices. La chiquilla vestía unos pantalones spandex, botas felpudas, camisola de manga larga, y el cabello picado, en puntas, con un mechón decolorado en la nuca y otro azul. Muy punky, si, pero además de la sorpresa, no sentí reflejo sanguineo en mi verga.
Sus nalgas eran abruptas y erguidas, como si pudieran dar un discurso sobre el anarcosindicalismo, y yo volviera a tener 20 y fuera de nuevo punk de la movida catalán. Sus tetas cabían en las manos de cualquiera que también pudiera tomar una cerveza y cantar Oi Punk. Chiquilla, ¿que haces vestida así? En mis tiempos solo las cabroncitas y las locas drogadictas que le calentaban los huesos a La Polla o a la pandilla de Eskorbuto se vestían así.
Hubiera querido decirle: El tiempo es una avellana, nena. Escucha conmigo las risas de miles de roedores que roen por dentro las columnas atemporales del pasado, hasta que ellos mismos, con sus orejas y colas escurridizas, se convierten en los cimientos internos de mocedades perdidas. Adentro hay un minutero engusanado, nena; si pegas oreja, escucharás la matrioska mas escondida, victima de una violación eterna, gritando con aullidos que suenan como segundero.
Ahora creo que nunca acabaré de comprender la incongruencia. Jamás cambiamos. Y si enfrentamos esa anacronía con el devenir, nos volvemos anticuados, absurdos, frustrados. Todo lo que nos rodea carece de sentido. Nos hacemos tantísimas preguntas pero somos el eje de las manijas de un reloj. Ese punto enmedio que va a ningún lado y que gira sobre si mismo. Hay luminosidad, nenita; hay penumbra, cosita. El sitio es el mismo: todo gira alrededor de nosotros por que así lo hemos dispuesto.
Me vuelve loco hallarme con belleza nueva y renovada. Nada pertenece a un solo tiempo, a un único momento o era.
Hace unos días, me hallé con un jovenazo de 21 años que me platicó, sentados en una barra ubicada entre Gran Via y estación Sol, que la camella cabrona que me ligué una semana antes le había descrito el sexo que tuvimos. Me dijo que eras tierno, dijo el niñato; me dijo que eras un hombre lindo y atento, que se toma su tiempo - prosiguió -, pero me dijo que la única forma de coger con cuarentones es estando arriba; tu panza era imposible de sortear.
Los dos reimos. Acabamos la cerveza, las tapas, un poco de fiambres, y volvimos a su casa. Lo asesiné mientras contemplaba, desde su ventana, las luminarias que caían debilmente sobre el Mercado de Fuencarral. Lo derribé de una sola puñalada en la espalda y supuse que, como excusa, hay cosas que definitivamente jamás cambiarán. Me congratulo de eso; es lo único que he podido entender del amodorrado paso del tiempo.
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Nuestros bloggers no los selecciona el azar, ni un dedo en el cielo, ni un niño de la lotería nacional; nosotros los seleccionamos de acuerdo a su peculiaridad y estilo de escribir. Recolectivo no es un blog abierto a cualquiera pero tendremos invitados.
A continuación nuestra lista de colaboradores:
Srta. Pelo Irritante adolescente con complejo de Peter Pan. De calvita sexy y gracioso caminar. Aspirante a mimo. Ha usado el mismo par de zapatos en los últimos 7 años y sólo se baña los domingos .Dicen que es rara: lo es.
Freddymatico Zimmerman. Blogger de orejas perfectas y patillas de taquero. Sarcástico engreído de comentarios corrosivos. Egocentrico jactancioso con pretenciones de macho-alfa, de piel sensible y todo poderoso. En constante contacto con su lado femenino.
Huevo Luis, nada más. Blogger venido a menos. De niño creía que Chinampa era una ciudad, pero ahora ya no está seguro. Lo acusan de ser un montón de cosas, casi todas ciertas. Él es Luis, nada más.
Salaverga. Sonorense jocoso con ínfulas de mafioso siciliano. La versatilidad y el garbo de un exiliado voluntario, que a vivencias propias, sabe que puede ser más frío el desierto de un país decadente y avaricioso, que el mismo Rio Bravo en los raudales de agosto.
Mulder. Mediocre heroe del canal 5. Desempleado de final de temporada. Escritor de lo anormal y cazador de lo paranormal. Valiente captor del Chupacabras. Fiel amante de Scully y perseguidor de extraterrestres furtivos.
NEB. Publicista frustrado prófugo de los yermos publicitarios y desertor de la semiótica. Amante de lo kitsch y buena onda. De repugnante y nauseabundo sentido del humor.
Yo soy Ella. Costeñita en el exilio. Alcohólica en proceso con la habilidad para permanecer dormida largas horas ininterrumpidas. Con tendencia a caer y accidentarse. Los internets la odian y ella odia el aguacate.
Caballero. Televiso y comunicólogo. Locutor y productor de obviedades inherentes. El maestro limpio de los blogs,
autentico portavoz del proletariado con tildes de barrio bajo. Burgués desidioso con aspiraciones de Zabludovsky.
Kabeza. Monero nacido en el desierto y exiliado en el asfalto. Fuma para esconder el bigote y dibuja porque no le queda de otra. Extraña las tortillas de harina, por eso adopto a la Tía Rosa.
Plaqueta. Como no daba una socializando ni bailando salsa, tuvo que abrir un blog. Se dice que cuando muera encontraremos sobres de Splenda regados entre sus pertenencias. Ama tanto a los hombres que le gustaría ser uno, aunque la idea de ligar con mujeres la asquea (pinches viejas). Abusa de los paréntesis (por ejemplo).
Guffo. Su mayor temor es ver a Cepillín sin maquillaje y una vez llego hasta el nivel del pretzel en Ms. Pac-Man. Ha tenido una vida provechosa y llena de triunfos, como podrán darse cuenta.
Changos. Fiel practicante de la ley del mínimo esfuerzo. Inconforme estudiante de ingeniería. Inconforme hijo de familia. Naco, inculto y borrachín. Torpe y descoordinado. Tipo de pocas palabras y aspiraciones. Indispuesto al desarrollo si este implica abandonar la comodidad de la sombrita.
Rox. Computita manipuladora. Se le vio por última vez con una caja de cartón de leche Lala en el aeropuerto acosando extranjeros. Señas particulares: Pecas en las nalgas y tendencia a morder. Padece de sus facultades mentales.
Canibal. Chamaco de rancho. Flaco, prieto, panzón y alcohólico. Cuasimisógino. Amante de la crítica a lo wey y del mundo porno. A veces llora en las mañanas, cuando recuerda la muerte violenta de su perro Jicotillo... pero ya lo está superando.
LaMaga. Monógama rehabilitada. Sobrevivió al ataque de sus propios tacones teiboleros (ya no hay lealtad en este mundo). Fanática de los cuentos (los reales, los ficticios, los propios, los ajenos y sobre todo los que le han regalado a título personal). Le gustan las películas repetidas y los planes malévolos. Las fuerzas superiores la odian.
Perdidos en acción.
Falso Profeta. Lanchero Escritor enmascarado de alta nobleza. Blogstar de naturaleza sobrevalorada. Proveniente de modesta cuna pero con afanes de opulencia. Porque su sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo.
9 comentarios:
A webo, tan facil que es engordar, envejecer y enamorarse.
algunos cuarentones no tenemos barriga, pero sí otros problemas
Oh lol, viejo a los 39 años jajaja
Como dijo el loco de mi pueblo: "Viejos los cerros... que tienes por barriga".
Manuel: te admiro, nómás no me hables de frente, snif.
A su madre, esa analogía del tiempo con la avellana es culeante por buena. Muy buena.
Orale... sublime mi buen. Sublime.
Ay cabrón, qué pinche miedo la vejez, tú.
Bueno, Manuel. Te iba a comparar con la revista Selecciones nomás por joder, pero naaaaah... sí me gustó.
Mueres por tener 40 y cogerte punketas juveniles a paso lento.
Buen post eh.
Tan ricos que son los de cuarenta, con o sin barriga.
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