martes, 6 de julio de 2010

El amante de mi madre.





Una vez me tiré a un viejo que había sido amante de mi madre. Se pintaba el cabello, pero tenía 59 años. Ibamos al mismo gimnasio de ricachones, y mientras alternabamos el aparato para hacer quadriceps en horario pico, me soltó esa mengambrea dulzona y susurrante que tienen los madurones que ven mocosas de veintitantos años inflando gluteos y endureciendo el abdomen.

Me habló del reciente temblor, de los estantes flojos en sus paredes, de las ventajas digestivas del licor de cuarenta y tres, y con modales que me hacian imaginar un lounge de los años setentas en plena colonia Roma, me habló de la soledad a su edad, del largo reposo contemplativo que le provocaba vivir comodamente, de sus rentas, su jubilación. Quería pasar por claridoso, sabio o taimado, pero en realidad deseaba impresionarme con su capacidad económica.

Nos separamos en el circuito de pesas, pero lo reencontré al salir de los vestidores. Posaba incólume frente a la vitrina de horarios, haciéndose el paciente, seguro calculando la erección que deseaba tener conmigo, para luego ponerse a mi lado y decirme, discretísimo, como sugerencia y no pregunta: oye, no quieres irte conmigo. Y nos fuimos a su departamento.

Me cogió en un sexo viril pero blasonado. Como el de un monarca escueto que se baja de sus anacronías en busca de mocedades perdidas, con una parsimonía frugal que parece meticulosidad pero también reumatismo espiritual. Yo le vi venir cubierta hasta la orilla de mis tetas por la espesura de sus cobertores. Lo vi viejísimo. Aún más que en el gimnasio e infinítamente más que afuera de los vestidores. Y lo recordé llegando a la oficina de mi mamá, cuando yo tenía once años mientras esperaba las horas infantiles en el hule negro de la sala de espera.

Me vine, por supuesto, y enseguida volví a verle en retrospectiva. Lo vi desde la ventana en aquella casa donde vivimos en la calle tercera, junto al parque Teniente Guerrero, estacionado imprudentemente a contraluz a treinta metros de mi puerta, con el haz amarillo en todo su rostro, viendo hacia mi casa como una efigie hosca y contrahecha. Yo no era absolutamente estúpida, y adiviné todo incluso antes de que mi madre atravesara la calle. Corrí a ver a mi padre dormido frente aquel televisor de doble rotor, y al volver a la ventana se habían marchado.

Pero solo hasta esa noche que me penetró supe que también había hecho lo mismo con mi mamá. Una sonrisa surcó totalmente por mi pecho, y mis entrañas se convirtieron en epistolarios tristes y aciagos donde mi padre escribió la historia irónica de sus dos putitas, las mujeres que más amó en toda su vida.

17 comentarios:

  1. Está bien que saques tus fantasías reprimidas, hijo de la verga venuda.

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  2. que pinche pedooooo con eso???? estas proyectandote o k??

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  3. Arrgh que cruel.

    me gusto, me gusto, felicidades.

    Chias.

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  4. Arghhh.

    me gusto, me gusto, felicidades.

    chias.

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  5. Ah si puto...
    pues entonces chingas a tu madre.

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  6. Buen escrito, pués ¿es digno de ardidos trolls, no?

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  7. La neta está cool, digo está algo enfermo saber que te está penetrando la misma persona que alguna vez penetró a tu madre. Pero cada quién su vida.

    Saludos.
    YoSabina

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  8. pos yo lo entendi como que el wey ese era su padre real, y que su madre engaño a su padre "oficial" con el tiempo atras... asi que termina envarillada por su padre biologico... y se da cuenta por una especie de "llamado de la sangre"...

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  9. o_O

    Bien escrito... pero que triste historia.

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  10. Madres! , y yo me tire a mi prima de 17 y yo de 31.

    me identifico contigo aunque yo no estoy tan viejo pero ella es una chulada que ya piensa como si tuviera 30.

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  11. para que no se metan en problemas haganle como yo en mi sillon

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  12. y luego dices que no eres puto jeje

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  13. yo ya sabia que eras puto jeje

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  14. conoci de una experiencia asi, pero la señora estaba divorciada hace años del papa de la hija, esa historia si existen

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  16. Hola soy de Zaragoza bueno necesito ayuda urgentemente, el otro dia le estaba haciendo una foto a mi madre y en la parte de arriba de su telefono aparecio un mensaje de whatsapp de un tal Richar en el que ponía: gracias por tu piropo amor
    Sospecho que mi madre tiene un amante aparte de que mi madre ultimamente anda siempre con el movil y escondiendolo como si ocultara algo. Mis padres siguen juntos y mi padre adora a mi madre y yo ya no se que pensar me gustaria hablarlo con ella pero esta que salta a la minima agradeceria que alguien me dijera que hacer.

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