martes, 4 de noviembre de 2008

Ejercicio 5: Ya valió verga.



Nunca antes me había encontrado cerca de la muerte tampoco de alguna situación que por azares del destino implicara perder la vida. No sé cuántas veces les haya pasado a ustedes. Para mi ha sido una, y con ella, tengo suficiente. Sólo una vez he musitado —Ya valió verga— con el amargo, e inigualable sabor del miedo en la boca. Siempre me había reído y jactado de aquellos que pierden la vida de formas tan estúpidas. Pendejo. Yo estuve a punto de hacerlo de la misma manera...

La noche es joven y nosotros también— vitoreábamos mientras apurábamos en modalidad reversa las cubas de ron barato; la activación de la gio de cabello oxigenado y tetas embadurnadas de aceite retaba a cualquiera a terminar una botella en menos de diez minutos, sí lo conseguíamos nos ganábamos otra botella igual completamente gratis. —Bravo— anunció la animadora —Aquí tenemos unos valientes—...

Me pregunto: ¿qué macho alfa podría pasar por alto aquél desafío?. Pendejos. Confiados pagamos la promoción y empezamos con aquella demente empresa. Por su puesto fracasamos. Lo único que ganamos fue una turbo peda, aun con un cuarto de botella que no veía su fin. Doce minutos y contando... la concurrencia en principio daba furtivas miradas para burlarse de nuestro estado, después lo empezaron a hacer sin ninguna pena y se burlaban de nuestra inocente credulidad.

Éramos el espectáculo estelar: un puñado de pendejos que apenas podían articular palabras, un montón de neandertales embrutecidos que difícilmente podían llegar al mingitorio sin tropezar con una mesa o chocar con algún asistente de poca o mucha monta. Embaucados, decepcionados y derrotados decidimos irnos huir de aquél circo. Pagamos la cuenta con plástico y escapamos a otro lugar donde no conocieran nuestra estúpida inocencia. Ay de nosotros.

Subimos al automóvil con el ego hecho pedazos. Yo iba en al asiento del copiloto, definitivamente no podía manejar, la cabeza me daba vueltas y las luces de los autos las veía corridas, a duras penas abroche mi cinturón. Otros dos camaradas anexos que ni mi amigo, ni yo conocíamos se habían adueñado de los asientos traseros. A esas alturas de la noche con tal cantidad de alcohol en el torrente y con la única idea de irnos a otro lugar a seguirla nos dejó de importar su identidad. —La noche es joven y nosotros también— era el grito de guerra que exclamábamos para justificar cualquier acto pendejo que nos pasara por nuestra atolondrada cabeza. Mi amigo de pie pesado nos conducía a 180 kilómetros por hora. Jugábamos al Need for Speed en la recta a Cholula (una vía rápida de la ciudad), aquél pendejo iba rebasando por izquierda y por derecha como si de una persecución se tratara. Todos reíamos sin importarnos mucho nuestra seguridad. Recuerdo recordarle que bajara la velocidad porque a 500 metros se encontraba las desviación para salir.

De aquí en adelante no puedo describir bien cómo pasó todo...

Tomamos las desviación a muy alta velocidad, mi amigo perdió el control del auto y no pudo completar la curva, logro esquivar un poste de luz pero fuimos directo contra la banqueta. No perdimos mucha velocidad, la pasamos como un tope sin importancia. Esta desviación es a desnivel, es decir, nosotros bajamos de esta vía rápida a la Calzada Zavaleta otra avenida que pasa por debajo de la primera. Literalmente bajamos por un puente directo a un voladero de al menos 3 metros de alto. (Ubicación) Recuerdo ver a mi amigo ponerse tenso tras el volante, tratando (inútilmente) de obtener de nuevo el control de automóvil. En aquél momento se me bajó el pedo, y me puse alerta. Fue una fracción de segundo que sin embargo me pareció interminable. Siempre había pensando que eso de que pasa tu vida frente a tus ojos eran pendejadas hollywodenses, otra vez me equivoque. Pensé en mi mamá, en cómo me despedí de ella aquella noche. Pensé en cómo sería mi funeral con amigos y familia. Pensé en lo mucho o poco he hecho en mi vida. Y en la forma tan pendeja que iba a morir. Pensé en mi familia y pensé en mis amigos. Pensé en tantas cosas que jamás había pensando. —Ya valió verga— recuerdo decir en voz baja mientras ponía tensos los músculos y cubría mi cabeza con las manos para reducir el impacto...

Bajamos enteros al carril opuesto, un carril de alta velocidad. Mi amigo recobro el control del auto ahora hecho mierda. Era de madrugada lo que explicaba el hecho de que ningún automóvil nos embistiera en el tramo que hicimos en sentido contrario. Luces de frente. Un taxi nos esquivo con trabajos y toco el claxon —Tuuuup tuuuuup— Logramos llegar hasta una calle donde el auto se detuvo por inercia o por necesidad. Baje del auto hecho un piltrafa y un manojo de nervios, me senté en la banqueta con las manos sosteniendo la cabeza. Viendo al suelo, empecé a llorar.

Amable lector, quizá mi manera de contar las cosas sea burda y pendeja, pero te puedo asegurar que era una muerte segura. No entiendo cómo no nos volteamos, ni tampoco entiendo como ningún auto nos embistió de frente. Aquella noche corrí con mucha suerte. Nunca antes me había encontrado cerca de la muerte tampoco de alguna situación que por azares del destino implicara perder la vida. No sé cuántas veces les haya pasado a ustedes. Para mi ha sido una, y con ella, tengo suficiente. Sólo una vez he musitado —Ya valió verga— con el amargo, e inigualable sabor del miedo en la boca.

Hoy, paso seguido donde encontramos al taxi. Me imagino un auto bajando a alta velocidad chocando contra mi y haciendome cagada a la Death Proof, otra vez aquél rancio sabor de miedo la boca. Después, regreso a la realidad, tomo una gran bocanada de aire —Estoy vivo— y esbozo una sonrisa.

25 comentarios:

Alter Ego dijo...

Al igual que tú yo creía que eso de ver pasar a tus familiares por tu mente en lo que crees que serán los últimos momentos de tu vida eran puras mamadas...

Eso creía, hasta que...

Pelo dijo...

Yo he estado a punto de ser atropellada varias veces por conductores que, apuesto, eran tú o alguno de tus amiguitos.


Pero así te quiero.

Eo dijo...

mmm eso de cerca de la muerte me ha pasado muchas veces, pero ya son tantas que esa frase de "ya valio verga" ha perdido significado.
Ahora cada vez que me pasa solo cierro los ojos y lloro...ah no, no mas me rio.

por suerte yo no tomo, cero alcohol en mi sistema, la pendejez me llega solita.

Vicky M. dijo...

Ibamos los dos al anocher
obscurecia y no podia ver
el manejaba iba mas de 100
prendio las luces para leer
habia un letrero de desviacion
el cual pasamos sin precaucion
muy tarde fue al enfrenar el auto volco
y hasta el fondo fue a dar...

Anónimo dijo...

por eso las VIZCAS no deben de conducir vicky

Unknown dijo...

A mi parecer Zimerman, tienes una fuerte fijación para con el hecho y lugar donde ocurrió el evento citado, que se manifiesta y constituye una virtualidad prevalente que abre el camino hacia una regresión, misma que incluye contenidos representativos que persisten en el inconsciente de forma inalterada, y a los cuales se liga la pulsión. (…regreso a la realidad, tomo una gran bocanada de aire…)

A la par, tu cuerpo crea un mecanismo de defensa de la psiquis, que consiste en cambiar el objeto pulsional del trauma por otro objeto, sexualizándolo para hacerlo pasar a través de la conciencia, reprimiendo tus deseos e instalándolos en el inconsciente, esta sublimación es un engaño a tu consciencia para realizar el deseo sublimado, que en tu caso es el descubrimiento de la diferencia anatómica con tus amigos, te sientes lesionado en comparación con ellos y deseas poseer, como aquellos, UN PENE.

Esta envidia adopta dos formas derivadas: deseo de poseer un pene dentro de ti y/o deseo de gozar del pene en el coito. (Ojo lectores, esta envidia del pene puede derivar a numerosas formas patológicas o sublimadas) con lo que ahora podemos comprender tus comportamientos, traumas, complejos y debilidades derivados del evento traumático.

No me agradezcas, este análisis lo hago con gusto como un servicio a la comunidad.

Dr. Freud

Pável dijo...

Sí.
Por desgracia he estado cerca de la muerte varias veces.

Cuídate.

Anónimo dijo...

El Pável dijo...
Sí.
Por desgracia he estado cerca de la muerte varias veces.

Cuídate.


bien dicho, por DESGRACIA, asi que ala proxima atinale, y MUERETE pinche puerco de cagada

La Rosy dijo...

Yo nunca.

Diria "buen relato" pero esta de la chingada lo que paso...

Unknown dijo...

El Dr. Freud rulea

MinnaSade dijo...

Ahi radica tu temor o cobardia cariño? Buen conejillo de indias...

Minna

«danito» dijo...

Yo sigo manejando a altas velocidades durante la noche despues de algunas copas, pero nunca he pasado de 160 aqui en la ciudad.

A esas horas me ha tocado ver varios accidentes. Y solo atino a pensar: que pendejos. (el que se paso el alto, los que iban carrereando, el que no vio el camion en contrasentido...)

Creo que me he resignado a que algun dia en mi acelere me tope con uno de "esos" pendejos, y entonces si valga verga.

Ah, porque yo manejo muy bien

C=

Anónimo dijo...

Otra ves escribiendo tus pendejadas minna?

Haaa no que es el papa de vicky el principe zimmerman

Anónimo dijo...

Este pendejo deberia de dedicarse a "diseñar" paginas webs o campañas de publicidad y no a escribir...

Ya viste la nueva campaña de pepsi? NO? Pues es perfecta para que la plagies y la presentes como un proyecto tuyo y original

MinnaSade dijo...

Mismo Anonimo anterior:

Y que conste que no te estoy diciendo que en esta web te plagias la campaña de Ghandi ehhh

Zimmerman dijo...

Se escribe Gandhi si hablas de la librería. Es horrible el nuevo logo de Pepsi, ideal para que lo 'plagie'. Pendejo.

DF dijo...

en mi opinion el acontecimiento citado en el texto esta interesante, lo que no me late mucho es tu tecnica para escribirlo, creo que es el mas carente de la semana, pero ni te preocupes, falta el de Minna

Anónimo dijo...

jaja la mierdasade tiene razon con lo de gandhi, y porque corriges la ortografia cada vez que te joden si la tuya esta de la verga?

y yo no pongo acentos porque tengo teclado gringo y me da hueva.

Zimmerman dijo...

Se.

Anónimo dijo...

Me gusto... me dejo relfexiva!!

nos vemos el jueves a la 1!

jesagu dijo...

Las hermosas crónicas que provoca el alcohol. Lo mejor es poder relatarlas y no que alguien más las lea por los diarios. Salud.

Anónimo dijo...

pinche freddymático, por pendejos como tú cuántos accidentes no hay en La Recta? Cuántas veces no he maldecido a esos juniors wannabe que se las dan de muy chingones y que creen formar parte de alguna escudería de la Fórmula Uno... y que se pasan a traer a inocentes que ni la debían y la temían?

justamente en esa desviación han habido montón de accidentes... y son debidos muchas veces a tonterías como la que describiste en este post. con todo respeto, pero chingas a tu madre; espero te haya servido la lección.

Anónimo dijo...

tu madre esta birola, pinche emo-pipope.
a chingar a su madre con la fea de la rox.
vicky no anda con emos.

Anónimo dijo...

jajajajajajaj


PINCHE EMO....

jajajajajajajajaj

Anónimo dijo...

si eh vivido esa situación es feo, pero todos somos responsables de nuestros propios actos, lo importante es ver q aprendidmos de esa experiencia, si hasta logró un impacto asi hacerte llorar, lo mínimo es apreciar la vida y lo q puedes sacar de ella, no vivirla como si nada importara, valorar la vida no solo es no hacer pendejadas si no darle el valor a la gente ¿Realmente aprendiste algo?....¿xq la actitud vacía?

Blogalaxia