En pocas palabras, tuve una infancia feliz.
No tengo nada, absolutamente nada que reclamarle a mis padres. No me dejaron taras, traumas ni cicatrices emocionales, ni una. Al contrario, mucho de lo que soy se lo debo al amoroso y estable hogar en el que crecí.
Cuando entrá a la secundaria, obviamente mis calificaciones bajaron un poco, pero nada de que alarmarse. También me metí en los clásicos problemas, como cuando a los catorce años mi mama me vio con un cigarro en la oreja (le dije aquello de “No es mío, me lo encargo un amigo” y ella hizo como que me creyó) o los reportes por irnos de pinta. Quiero aclarar que las muchas historias cómicas-mágicas-sexomusícales que he contado de mi adolescencia no interferían en mi hogar (muchas de esas anécdotas ocurrían a plena luz del día y entre semana), así que en el fondo, yo seguía siendo un adolescente común y corriente.
Por mi cabeza ni siquiera pasaba la idea de rebelarme, ¿Rebelarme contra que? Mientras le avisara a mis papas, podía hacer casi cualquier cosa; tendría que ser muy pendejo para renegar de mi status quo.
¿Qué chingados pasó entonces?
¿Dije pendejo? ¿Dije que era un adolescente? Uh-hu.
Tenía dieciséis años y entré a primer semestre en la preparatoria J. Guadalupe Velazquez, escuela de monjas metida con calzador en el viejo centro histórico de la ciudad, justo al lado de la oficina de Correos. La madre Herminia dirigía con mano férrea y arrugado himen el destino de dos docenas de preparatorianos imberbes.
Mi desempeño durante el semestre fue normal. La escuela nunca me había dado problemas; yo era de esos tipos cagantes que no necesitaban estudiar. Para los exámenes, retenía lo suficiente en mi memoria y lo demás lo deducía. Sacaba notas altas que se nivelaban con los trabajos no entregados. De nuevo, era un estudiante del montón.
Solo tenía una pequeña particularidad que me diferenciaba del resto y que al final fue la causa de mi caída.
Para ese entonces me estaba dejando crecer el cabello. No mucho, nada fuera del otro mundo, lo traía largo a la mandíbula y ya. Yo era el único de todos mis amigos que usaba el cabello largo y por eso se burlaban constantemente de mí. No me importaba mucho, porque la mayoría de ellos usaban el legendario honguito y dudaba de su calidad moral como jueces estéticos.
Pero regresemos con la Madre Herminia y sus bochornos menopáusicos.
Durante la mayor parte del semestre pude torear sus constantes quejas sobre el largo de mi cabello. Mucho gel y un peine podían disimular fácilmente la greña y salir del paso hasta la siguiente semana. Hacia el final del semestre la cosa se estaba poniendo imposible y después de un regaño particularmente violento de la Madre Herminia, hice lo que hubiera hecho cualquiera en mi lugar: tome la parte superior de mi greña y con una liga me hice una palmerita muy coqueta, luego un amigo tomo una máquina de peluquero y poniéndola en el #1, me rapó lo que sobraba de cráneo.
Me hice un proto mohawk cuando ni siquiera sabía que eso existía.
Así que al otro día tome lo que me quedaba de cabello, hice una especie de chongo y me puse una gorra. Y así, sintiéndome completamente chingón, pase frente a la Madre Herminia exhibiendo mi —casi— impecable corte. La Madre movió la cabeza en señal de aprobación y acto seguido se olvido de mí y siguió arrancándo los pelos de las piernas que atravesaban sus medias blancas.
El truco duró una semana.
Un día, en receso, mientras éramos observados discreta pero atentamente por la Madre Herminia desde el balcón, tuve la mala idea de ponerme a jugar voleibol para lucirme con las viejas gordas, feas y mochas que componían el 92% de la población de la escuela. En una desafortunada jugada, un compañero y yo saltamos bajo la red para bloquear una clavada, pero mi compañero tuvo el bendito tino de meter su mano frente a mi cara y hacia la visera de mi gorra, la cual abandono mi cabeza, ocasionando que, al pisar de nuevo el suelo, tuviera que apartarme el greñero de la cara.
Desde el balcón escuche el virginal grito de la Madre Hermina.
— ¡LUUUUISSSSSS! ¡A LA DIRECCION!
La Madre Herminia desquito cincuenta y tantos años de resequedad vaginal regañándome. Al final me puso un ultimátum: si al día siguiente no llegaba con un corte decente, no me dejaría presentar los finales. Apabullado, dije que sí (frente a la ira del Señor personificada por alguien que jamás se ha rasurado las piernas, ustedes también dirían que sí a todo).
Así que con todo el dolor de mi corazón, fui a la peluquería y salí de ahí luciendo como el Príncipe Valiente, nomás que sin lo príncipe y sin lo valiente, solo con el peinadito de puto.
Al otro día pase frente a la Madre Herminia sin voltearla a ver siquiera, seguro de que por fin dejaría de joder. Error.
— Buenos días Luis, ¿Qué le dije?
— ¿Qué me dijo de que, Madre?
— Sobre el cabello, ¿No le dije que se lo cortara?
— Si Madre, me lo corté…
— No, le dije que se lo cortara como hombre.
Uh.
Yo podría ser un chamaco pendejo que sólo había cogido con locas cuarentonas y con vagabundas, pero no iba a permitir que una monja se metiera con mi masculinidad.
— Madre, mi hombría no tiene nada que ver con el largo de mi cabello —dije—, además, ¿Qué Jesús no lo traía largo también?
Nunca hubiera dicho eso.
La Madre Herminia se puso de todos los colores del espectro electromagnetico: del blanco titanio, pasando por toda la gama de los rojos hasta alcanzar el ultravioleta y un poco de radiación gamma.
— ¡NO BLASFEMES! —gritó.
Aquí la Madre soltó un torrente de penurias por las que mi alma inmortal tendría que pasar para lograr el perdón del Señor y poder entrar en el Reino de los Cielos por los siglos de los siglos Amén. Fue en ese momento, mientras veía a la Madre Herminia escupir la condenación eterna a través de sus dientes postizos que algo se rompió dentro de mí. Hasta la fecha, no sé que fue lo que me orilló hacia el primer, único y autentico acto de rebeldía que he tenido en mi vida. Interrumpiéndola, dije:
— ¿Sabe que, Madre? Usted y su escuela se pueden ir al carajo.
Di la vuelta y me fui.
En mi vida he tomado muchas decisiones extrañas e importantes sobre la marcha, pero creo que esa fue la primera, pero sobre todo, la primera a la que me apegue de verdad. En el camino hacia mi casa, prepare lo que le iba a decir a mi mamá (“Sólo este semestre, regreso el próximo año”, ajá) Obviamente no lo tomo muy bien; mi papá me dedico una mirada exactamente igual a la que (me lo dijo años después) le dedico su mama a él cuando se fue de su casa a los dieciocho años.
Al otro día empecé a buscar trabajo y luego a pagarle renta a mi papá y la comida a mi mamá. Un año después regrese por mis papeles. Entré a la dirección con el cabello suelto llegándome a los hombros.
— Madre Herminia, buenas tardes –dije sonriente.
— Luis, buenas, tardes, ¿Qué se le ofrece?
— Vengo por mis papeles, Madre.
— Claro, con mucho gusto –respondió servicial.
— Gracias, que amable.
Como diría Ibargüengoitia, nos despedimos casi de beso, pero cuando la vi de espalda, le menté la madre.
Nunca regrese a estudiar; he trabajado desde los dieciséis años y gracias a ese momento de rebeldía pura, hoy puedo decir, orgulloso, que partiendo de la nada he alcanzado las mas altas cotas de la miseria…
Hey! Un momento…la rebeldía apesta.
Epílogo:
76 comentarios:
jajaja que jodido estas :D
Manto, irremediablemente te pagaré las sesiones de botox y los baños de leche de burra blanca.
Es un hecho.
Que buena decisión... Yo hui de casa a los 16 creo que fue el mas estúpido, valiente y afortunado acto de rebeldía que pude haber tenido. Ash... Veo todas tus fotos y me encantas... Jajaja saludos.
jajaja, chingona la mata. ni estás tan jodido: tus cuarentas te sientan poca madre.
saludos.
¿cual proto mohawk...? es el fabuloso corte espanta doñas.
jajajaja con el peinado del quesque mohawk te ves bien cargador de mercado
Pura envidia ¬¬
Jajaja, bien rudo grungero.
Estuvo chido el post, 'hora si.
...
jajaja muy entretenido, no cualquiera tiene los webos para una decision asi y sobre todo sostenerla.
La neta super chingón, de lo mejor del recolectivo, y más después del durísimo rockeo de Zimmerman.Pff.
Basura
jajaja cagadisimo, y tu proto-mohawk me mató...
Órale, desde bien chavito tenías un ojo más chiquito que el otro.
Es un buen tema pero pues si y no. Siempre he visto a los "rebeldes" del cabello largo y así y esperaba que al menos dieras un insight del porque pero pues no lo diste. Ahora la duda subsiste, soy muy infeliz.
si es cierto que parecias carga bultos jaja
proto mohawk?
pinche buki chaquetero
jajaja!
a webo! chingonsísimo!
el mohawk es la mamada! jaja
chingón como (casi) siempre.
Ya nos vas a decir de que trabajas?
Cargar garrafones no vale, eso es por amor al servicio.
EL HUEVO LUIS DICE:
iám CHOLO GUADALUPANO. ¿what its your problem Herminia? ¡VST-13!
Una verdadera metamorfosis.
¿Cmo quien dice no terminaste la escuela? ¿O que chingados?
Con razón tanta falta de ortografía.
PS. ¿Es mi imaginación o eres un pariente perdido de Edith González?
En el clavo...
jajajaja ...resequedad vaginal... un arma en extremo peligrosa
Ah, la greña...
Mataba por que me la dejaran en paz...
asi es la pinche vida....proto mohawk, resequedad vaginal ..jajajaj
Pues al menos no terminaste de vendedor de Sears o algo así...
Saludos.
Por ahí dicen verdadera metamorfosis.. Yo lo llamaría Arrugas.
Peró al menos fue rebeldía sana.
Ps una vez me dejé pelón, luego me hice un mohicano, me dejé el cabello largo un año y el semestre pasado me hice rastas. Y ahoras lo traigo casquete corto.
Y nadie me dijo nada. Pinches monjas, snif.
Ah pero como me encantas!
Jajajaja... Chido Huevo
Si te ves medio putito con la mata larga... hasta te ves bonito cabron.
Y tu pose de glam-metalero. Jjojojojo
Vientos.
QUE PEDO? BAILABAS CON LOS DE LOCOMIA?
... son los ojos.
Hace 29 años que intento percibir a lo que más me encanta en tí...
Sí, Señor!!
Fue la soberbia del disfraz... ponerte a jugar voleibol corriendo el riesgo de que se te cayera la gorra. A mi me pasó en la secundaria con dos aretes que me hice en la oreja izquierda. Duré como dos meses cubriendolos con curitas (sentado hasta el frente y tomando una hora diaria de matemáticas con el director de la escuela)sin pedos. Valió madres cuando, en mi chingona soberbia, me pusé a platicar con un guey que se sentaba al lado y me valió madres que se notara el curita, ya para entonces estaba seguro de que el dire era muy pendejo. También creo que tenía resequedad vaginal
Valgame Dios...
Pinche Luis, estabas bien bonito de pequeño, que te paso?. Las cervezas y la mala vida no dejan nada bueno.
y te ves bien joto con la melena
A los 16 años fue cuando empezo a robar stereos y asaltar gente y ya no necesito estudiar
me caen bien tus papás :D, en mi casa siempre hay peleas porque mis hermanos no se quieren cortar el cabello, xq quieren ponerse calzones rosas o camisas lila... no creo que puedan decir que no tienen traumas infantiles jaja
muy buena historia de rebeldía, me mantuvo interesada de principio a fin
saludos!
Siempre me han gustado los tipos con greña larga... y esa foto en el pináculo de tu.. ¿? está de grrr!
ahhla rebeldía,hahhaha, recuerdo cuando me hice una perforación y casi me cuelgan en mi casa, y tmb me estaba dejando crecer el pelo, pero una estúpida entrevista de trabajo en la CFE truncó todo, me lo tuve que cortar, u.u, XD, proto mohawk, mejor te hubieras hecho un mullet, mas estilo XD o.O
pero faltó la foto de principe valiente!!
Comparto tu idea.
Y aprovecho para mandar un saludo a un ilustre medriocre y corrupto prefecto:
Aarón Adrián Castillo Fernández de la universidad Panemericana.
Si me estas leyendo; chingas a tu madre, y si no; pues también, pero dos veces.
gracias a dios no terminaste repartiendo garrafones e agua
Yo también tuve mi corte proto mohawk en la prepa, mi papá se fue de la casa aunque solo por una noche, nah!y mi mamá palideció aunque pareció aceptarlo por un tiempo, hasta que la siguiente vez que me hice el corte por no tener dinero le pedí a una amiga que me rasurara con un rastrillo, mi mamá sin compasión alguna me llevó a una estética a que me cortaran esas "greñas de cholo" y me cortaran el cabello como la niña decente que yo DEBIA ser.
fin de la historia.
(corte de honguito, snif)
gran relato man, una anecdota singular en serio.
estos son los buenos.
jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja epic fail, me hiciste el dia cabron.
Te la mamaste, y luego en la ye yé. Yo estudié en la secundaria 2 y me prohibian también traer el cabello largo, ya lo traía a debajo de las orejas y me cagaban todo el tiempo por eso. Como mi Tía trabaja en esa escuela le daba la queja a mi Mamá quien un buen día, sin agua va, me sentó en casa de mi abuelita y llegó una doña a cortarme el cabello. Cuando entré a la prepa (la norte) como no me lo prohibían perdí el interés en hacerlo.
Muy buena entrada.
Ah, y lo del ojo chiquito. ¿Desde cuándo te pachequeas? Sería un buen tema de la semana no?
Viajes trascendentales
A los 16 regresó con los Tarahumaras, su tribu de origen.
Luis eres mas feo que una pinche blasfemia jaja
qué culpa tienen las blasfemias?
Que a toda madre cuando el escritor publica y no tiene que regresar a explicarnos lo que quiso decir y que mal interpretamos porque no somos tan inteligentes como El.
Y pura madre que me hago responsable de TODOS los comentarios y opiniones aqui mostrados.
ATTE
El Lector.
Todos los de arriba envidian mi hermosa cabellera.
Buena crónica. Pero también es una gran prueba de que los errores del pasado, cometidos en pos de la franca rebeldía, tienen consecuencias ulteriores que pueden perseguirnos como una sombra ominosa.
Convicción... eso demostraste, firmes convicciones en pos de tu franca rebeldía.
Ea pues.
Un mediocre sin vida ni estudios.
Efectivamente, EPIC FAIL.
verga...
O sea que nunca estudiaste...
Yo pense que eras contador o una putada asi...
"no cualquiera tiene los webos para una decision asi y sobre todo sostenerla"
noooo... no cualquiera tiene la inconmensurable pendejez/idiotez de una decision asi cuando existe la prepa norte. Aun asi, no denostemos la decision del buen huevo, no todos podemos ser profesionistas y ganar dinero de verdad (no pichicaterias que apenas alcanzan para una mugre moto en abonos chiquitos).
Los hombres que usan cabellera larga son putos, asi de simple.
Pa los frijolitos siempre tendremos, eda?
Ese es mi viejo chambeador... Chingao!
mmm, yo no soy rebelde, esos es para los inadaptados.
Sr Huevo usted es un puto mal ejemplo para la juventud, eso de dejar de estudiar esta cabron, si yo lo hiciera no se que pasaria; Quizas me meterian a la legion extranjera o de ruletero, no se, neta no se.
salaverga que.
muy buen relato, mi parte favorita fue: "Qué Jesús no lo traía largo también?", ja! imaginarme a la monja con la cara cambiandole de color no tiene precio.
¡Rumba Samba Mambo!
¿Abanico Locomía?
Nah, lo que sea de cada quién, yo sí te hubiera dejado poppearme la cereza, manque tuvieras los brazos tilicos. Esa mata rebeldona, wórales, y los labios carnosos, coquetones y con gloss Avón, ¡fooota!
Por que tanto pedo, si se te ve chingón el cabello corto...
pero bueeeno.
Nunca una monja había sido calificada de esa manera y causado tanta risa...
Non-fail!
cincuenta y tantos años de resequedad vaginal!!! jajajaja frase con madres!!!
Aplausos de pie por este post!!!
Aplausos de pie por este post!!!
La foto de tu carnalita es el peor FAIL que... espera! O_o FUCK!
HOLA SR HUEVO
NO ME IMPORTA QUE SEA UN BURRO SIN ESTUDIOS, QUE SOLO LEA NOVELITAS DE SCI FI, QUE TENGA MALA ORTOGRAFIA POR SU FALTA DE EDUCACIONES, QUE SU INGLES SUENE DE LA VERGA.. AUN ASI
LO QUIERO PENETRAR y LUEGO CORTARLO EN CACHITOS. LO VERE POR LA VENTANA ESTA NOCHE.
CONDE ALBERTO
Y quien dijo que solo leo CF? Para que hacer alarde de que adoro a Hermann Hesse, Dostoievski y a Stendhal? Nah, eso no tiene chiste.
Herman Hesse y Dostoievski... pffft!, por favor Huevo, callado te defiendes mejor.
Es que sólo los que hemos tenido la experiencia de pasar por una preparatoria católica sabemos lo satisfactorio que es rebelarse a esa edad. No es sólo rebelarse contra las monjas, es ese sentimiento de estarle dando en la madre a sus creencias cuando las enfrentas. Y dejar así de dañadas a las monjas es priceless.
Excelente! Lástima que no seas un idealista, para así no arrepentirte de lo que haces.
Chido el post, me cagué de risa jajaja.
Recuerdo mi primer momento de rebeldía:
Tenía 18 años y tatuaje nuevo tsssss... y ps en mi casa eso no se hacíaaaa"Solo son para prostitutas y marineros" La verch... no sé en que categoría entro yo.
En fin, que un día voy subiendo escaleras y mi sacro santo padre ve el tatuaje "TE HE DICHO MIL VECES QUE NO ME GUSTA QUE TE PINTES!!!" Porque ps tenía la maña de pintarme el cuerpo con pincelines desde mi más tierna infancia a lo cuál contesté muy airadamente "No, me cae que no me pinté apá.... me tatué"
Mi jefe después de un silencio incómodo:
"Ah...mm bueno...ya vete a tu cuarto"
noooo mames!!! ke locoo!! todo por una monjitaaa??
no te lo puedo creer..
en mi secundaria de igual manera tenia a mi directora encima de mi... ke si la falda a la rodilla, que si em cabello embarrado hacia atras, nada de pelos en la cara, etc.
arrg... como son detestables... pero mi rebeldia no fue mas alla de pintar mis uñas de negro, soltar mi cabello, etc.
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