domingo, 15 de marzo de 2009

It's a Small World After All





Me mantengo alejado de ellos, por lo general. Y es que en realidad los odio.



Hay que observar sus aversiones, sus escándalos y sus caricaturas. Su obsesión por los juguetes, los dulces. Sus cadenas de entretenimiento: Nickelodeon, Cartoon Network, bueno, y una más aborrecible: Disney.

Todo comenzó porque tengo una novia, que le dan ataques de retraso mental al visitar Disneylandia. Yo Disneylandia lo disfruté en mis años mozos, seguramente como se debe disfrutar, siendo un niño torpe y con cara de bondad y con el retraso mental pertinente de la edad. Ya pasados los trece años, les aseguro, va adquiriendo cada vez un tono más pesimista las visitas al parque, y tus padres se dan cuenta que has perdido toda la inocencia, cuando te tuercen clavando la mirada en los pechos de Blanca Nieves, o sabroseándote mentalmente a la Sirenita.



La primera vez que fuimos en tórrido noviazgo todo sucedió normal. Pero me dije ensimismado, ésta vieja está re loca. Así son, chicas, las primeras impresiones fundamentales de una relación en orden de importancia: Está buena, sí y no; Cuánto Cuesta, sí y no; Está Loca, sí y no; Cuanto Sexo Tendré, demasiado, poco, nada; le sigo o me aguanto, sigo, dumping Pero ya me estoy desviando del tema infantil. En resumidas cuentas, yo la veía conmovida y hasta idiotizada con la sarta de embaucadores del imperio: Mickey y su icónica imagen plasmada hasta en el papel de baño, Pato Donald el gangoso rehabilitado de AA, Pinocho el cocainómano jugador, Cenicienta la putita caza fortunas, Campanita la teibolera, y Blanca Nieves la insaciable. Ella gritabacon tono aguardientoso : ¡Mickeyyy no mameessss, con madreee! , y se tomaba fotos en cada pinche mono, banca, árbol y baño. Yo, decía no mames, pues qué pedo con tanta alucinación, sí es un pinche de parque de diversiones setentero. Como ella es regia, donde no hay nada qué hacer, me dije a mí mismo, no mames, pues seguro es que allá su única diversión son los juegos de los Tigres, Intocable, y sus idas y venidas a antros fufurufos donde todos se conocen , y pues ha de ser toda una experiencia.

Me entretuve en el rango de lo aceptable, primero porque llevaba años sin ir, y segundo porque me pasaba haciendo cuentas de las ganancias del Kid's Business. Sólo algo me incomodaba, más que pagar veinte dólares por una hamburguesa y una coca, más que pagar por entrar setenta dólares, y más que ponerme el gorrito que me regaló mi vieja con orejas durante todo el día: los pinches niños.

Para empezar todos gritan a la vez. Cuál es el pinche pedo con gritar malditos enanos. Jaloneando a las respectivas jefas en la cola de las hamburguesas sobre-preciadas, corriendo entre las piernas de la gente, manoseando los contenedores de mayonesa y de catsup. En las tiendas de souvenirs, no dejan comprar, se prueba todas las cosas, y seguro uno que otro maldito mexicano malandrón hasta se las roba.

Después, al siguiente año, no cambié de vieja. Y quiso regresar al mundo mágico de Disney. Ya con el dólar a trece. Fuimos. Yo iba visiblemente crudo, y además desvelado, con ganas de embriagarme en algún bar de muñecos y orinar enfrente de todas las familias en el laguito ése donde pasan barcos al estilo Nueva Orleans. Me hubiera gustado además traer puesta una "wifebeater" para agravar el acontecimiento, y sacudírmela sobre el cono de helado con orejas de algún nenito.

Todavía ni llegas a la Meca de los niños capitalistas, y ya te van recordando sufridamente que vas para allá que vuelas. Veinte millas (Oh my god!) antes en el "freeway", ya te van anunciado que vas a la tierra de los querubines consumistas sin escrúpulos. La calle se llama Disney Way, háganme el puto favor. La fila de diciembre es sensiblemente más fastidiosa que la de los otros meses, esto porque las escuelas dejan salir a los infantes de sus mazmorras, y porque hay el dichoso desfile navideño. El desfile navideño.

Y ahí estoy a las ocho de la noche, comiéndome un churro mal hecho de 39 pesos. Mi vieja a huevo quiere ver el desmadre, y que se ilumine la casa de Disney. Además quiere ver otros tres shows más. Ya hay poca luz, así que los niños corren como plagas por todos lados, hay desorden, unos güeyes uniformados con unas linternas medio arrean a todos, y hasta encordonan manchas humanas, para permitir el paso. Jefas gritando, niños perdidos, y eso sí, papás con cara de ya vámonos a la verga de éste pinche lugar maldito. Yo hice un cálculo azaroso a capella y conté unos quince mil cabrones, de los cuales ocho mil eran incómodos nenitos, esto con una desviación estándar de +/- .5 . Además, ponen una canciocita diabólica que repiten como cuarenta mil veces, (¿qué no conocerán el shuffle?), que dice más o menos así:

It's a world of laughter,
A world of tears.
It's a world of hopes,
And a world of fears.
There's so much that we share,
That it's time we're aware,
It's a small world after all.

Chorus:
It's a small world after all.
It's a small world after all.
It's a small world after all.
It's a small, small world.

There is just one moon,
And one golden sun.
And a smile means,
Friendship to every one.
Though the mountains divide,
And the oceans are wide,
It's a small world after all.

Chorus:
It's a small world after all.
It's a small world after all.
It's a small world after all.
It's a small, small world.

(Y pueden escucharla aquí)

Después de tres horas de ésta rola, ya te quieres cortar las venas con las llaves de tu casa, para que lleguen los primeros auxilios y puedas escapar. Mi molestia era evidente, y ella nada más hacía jetas de : "cálmate puto" , y después de sentirme gratificado por la violencia del gesto no infantil, la veo convertirse inmediatamente en una niña de seis años de nuevo:

- ¡Ay Mickey otra vez mi amoor! - Tómame una fotooo

El genio de la lámpara físico-culturista, Alicia la del país de los enervantes, de todos tengo fotos. Hasta en una pendeja tacita de las que dan vueltas. No las voy a publicar porque me da pena.

Salí hasta la madre, eso si después de ver desfilar a todos los mamarrachos perversos. Los demás niños seguían despiertos y haciéndola de pedo todavía en la salida, en el camión que conecta a los diferentes puntos del estacionamiento.

Odio a los niños. Y a Disneylandia.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Pinche guey mamon, a ver cuando nos presumes tus viajes a legolandia...

Anónimo dijo...

Chale, yo nunca he ido a disneylandia y ya alcanzo el timbre subida en mi mochila, snif.

Vanessa C. dijo...

Yo creo más bien que odias a tu novía.

Y con suma razón.

La.Angie dijo...

haha ni te sientas mal...
La primera vez que fui a Disneylandia, tenia 9 años.. y me aburri.. jaja enserio!! me gusto mas el zoo de SanDiego.. jajaja, y la 2da vez que fui a disneylandia tenia 16 años y todo por acompañar a mi hermanito en su viaje de la escuela, y .. bah! a las 5 horas ya me queria regresar!... jajajaja. Y pos.. yo no odio a los niños. Odio los niños cuando estan en manadas y se comportan como bestias... ahi si los odio!!.. jaajajaj...

y si.. tu novia estaba loca, me la imagine haciendo voces como niñita y viendose estupida.. ash!.. (tmb odio las viejas asi..).

saludancias

Sascha! dijo...

Cuando yo fui a disney, bah, un asco, no hay nada como ir a knotts berry farm's o cualquier cosa que no sea disney. Y si, los niños molestan

CÉSAR R. GONZÁLEZ dijo...

Anónimo 1 . No mames.

Odio Disney, solo lo disfruté a los 4 años, pero a los 4 uno disfruta hasta jugar con aguacates .


El único parque de diversiones que me late es Six Flags/

LaMaga dijo...

¿Que esa canción no es la del viaje psicotrópico donde vas en una como tipo lanchita acapulqueña y están dizque todos los países del mundo y cantan?

(Hasta parodia de los Simpsons hay)

Porque yo salí de ahí a punto del brote psicótico, y además de todo convencida de que volver a escucharla me activaría un gatillo psicológico que me haría matar niños pequeños.

CÉSAR R. GONZÁLEZ dijo...

Sí, esa misma es. No solo está en el viaje psicotrópico de la lanchita, sino que además la prenden al mismo tiempo en todo el parque a la hora del desfile, y sí, dan ganas de matar niños, y golpear mujeres embarazadas.

Anónimo dijo...

No pues afortunadamente no he ido y no lo tengo en planes. Desde niño me cagó Mickey y su comparsa...solo me gustaba la película de la Bella Durmiente del Bosque...pero eso por cuestiones genéticas.

(siempre se me olvida mi usuario de google...How convinient)

Guffo Caballero dijo...

Yo conocí Orlando (Magic Kingdom, Universal Studios y de más) ahasta los 29 añotes, snif. Disneylandia sigue siendo un sueño de niños que ya no quiero cumplir, snif.

a.be dijo...

Uno: No, no me odia. De hecho, me ama con locura, que si le vuelvo a pedir que me lleve, me lleva.
Dos: No necesito hacer voz de niña pendeja, de hecho hablo bastante golpeado, como ya lo ha comentado el mismo autor en textos previos.
Tres: Todavía le falta hablar de nuestra mutua obsesión por Coachella y las caminatas de muchos kilómetros para ver a todos los grupos que tanto nos gustan.
Cuatro: que no tuvieron infancias felices??? o las recuerdan amargamente???

CÉSAR R. GONZÁLEZ dijo...

El punto Uno, es bien real.

Y desnuda mi abnegación y falta de güevos.

E Dos, es subjetivo, el tres no va al lugar, y el cuatro: ¿qué lectores esperabas sino muchos sin infancia feliz?

Manuel Lomeli dijo...

Se te va a armar, puto... Si tu vieja te madrea, yo le haré el paro. Si algo parece tener son un par de capacidades para someterte. Vas a terminar llorando en mi hombro, mi carnal, mientras haces espalda de murcielago...

Jajajaja.

Buen post. A huevo.

Luis dijo...

El "No las voy a publicar porque me da pena. no tiene madre.

La.Angie dijo...

you'r so hot!!

davihds dijo...

yo lo viví a los 5 y a los 10, a los 5 si lo disfruté, a los 10 pedia a gritos que me llevaran nuevamente a Six Flags (esa pinche colossus alos 10 años no tiene madre!!!)

El Chava dijo...

Ahi te va algo muy chistoso, cuando conoci a mi morra, dije la tengo que llevar a Disney, en fin ya lo tenia planeado le habia dicho que se preparara para irnos un fin de semana a un lugar sorpresa. Cabe mencionar que estba super emocionada. un dia antes decidimos ir a cenar con unos amigos, la esposa de mi amigo nos comenta " a ver cuando vamos a Disney" a lo cual inmedeatamente mi morra contesto ME CAGA LA MADRE DISNEY, quede como chiste de Condorito PLOP! Y le tuve que decir mi sorpresa era esa: llevarte a Disney y pues claro que no fuimos a pesar de que se disculpo conmigo mil veces y me dijo que si le gustaria ir pero conmigo jajaja.

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