jueves, 12 de marzo de 2009

Mi abuela



Mi abuela es una señora a la que le gusta hacer caridades. A veces mete mi ropa favorita y la de mi papá en una caja de cartón y me hace acompañarla a dejársela a los monjes de la iglesia a donde suele ir a misa. Creo que mi abuela piensa que repitiendo muchas veces eso se va a ir al cielo cuando se muera.

Además de regalar nuestra ropa a mi abuela también le gusta dar asilo a perros callejeros. Al principio me daba risa ver a mi papá tirarse de los cabellos cuando regresaba de su trabajo y veía en el jardín a cinco perros nuevos.

Me dejó de dar risa el día que mi abuela me puso a limpiar la caca de los perros.

Un día mi abuela llevó a la casa a una perra muy gorda. "Está preñada" me dijo. Como no sabía que quería decir eso busqué en el diccionario de mi papá y me dí cuenta que la perra nueva tenía perritos dentro de su panza.

Decidí sacarlos.

Esperé a que todos se fueran a dormir y fuí a la cocina. Busqué el cuchillo más afilado que teníamos. Luego fuí al cuarto donde mi papá guarda sus herramientas.

Mi hermano me había contado que en la escuela habían abierto a un conejo. Habían usado cloroformo para que no se fuera a despertar mientras lo abrian. Mi papá no tenía cloroformo pero si tenía un martillo.

Con el cuchillo y el martillo en las manos fuí al cuarto de la abuela. Ahí dormía la perra preñada. Mi abuela es la única en la casa que cierra con llave la puerta de su cuarto pero yo conozco el truco para abrirla sin hacer ruido. Abrí y entré caminando muy lento.

Mi abuela dormía en su cama y la perra preñada dormía encima de unas sábanas -¡mis sábanas de Batman que me regalaron en mi cumpleaños!- al lado de la cama de mi abuela.

La panza de la perra se inflaba y desinflaba ritmicamente por su respiración. No como la de mi abuela que respiraba tan lento que a veces pensaba yo que ya se había muerto.

Apreté fuerte el mango del martillo y lo descargué en la cabeza de la perra.

Se oyó un crack muy quedito. Mi abuela murmuró algo y se movió pero no se despertó.

Metí el cuchillo en la panza de la perra. No era tan afilado como pensaba y me costó trabajo cortar. Tuve que usar las dos manos. Primero salieron las tripas. Apestaban tanto que me dio miedo que la abuela se despertara.

Luego salieron los perritos. Conté seis. Uno movió un poco las patas y luego ya no. Eran muy chiquitos. Parecían ratones y tenían los ojos cerrados.

Mientras los miraba, la abuela se tiró un pedo. Creo que fue eso lo que la despertó.

Cuando abrió los ojos me miró. Luego miró el cuchillo y el martillo que estaban en el suelo. Al final miró a la perra.

Se puso a gritar y despertó a todos en la casa. Gritaba aún más fuerte que la vez que me descubrió debajo de su cama intentando prender una fogata.

18 comentarios:

Luis dijo...

El primo de Rorschach, jaja.

Eo dijo...

bestia, ya quiero un hijo asi de sádico... educandlo bien se puede ligrar un excelente vendedor a domicilio... bueno creo que eso no

Uvé dijo...

El comentario de Luis a tono con la fiebre.

Muy bueno

La Rosy dijo...

Yiaks!!

No te creo, pero esta excelente el relato.

admin dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gus Zuppa dijo...

Niño sadico que eras tu eh! Si q dabas miedo... lo mas doloroso del relato son las sábanas de Batman!! Eso no se le hace a un niño!!

Ahhm ahora entiendo tu reacción de abrir a la perra... jejeje

Anónimo dijo...

Yo creo que la parte de cuchillo es ficción. No visualizo a un niño con la sangre fría de hacerle la cesárea a una perra en la habitación de su abuela.

Ciertamente, cuando eramos niños no eramos santos. Quizás estábamos más cerca del otro bando.

Por ejemplo, las cosas que hacia con mi hermano, ya hace algunos ayeres.

http://corsarionegro.wordpress.com/2007/10/10/daniel-juguete-mas-peligroso/

Goma Rosa dijo...

noo mamaaaar!

Anónimo dijo...

Jojojojo. Rox creéle en casi tooodo jejejeje.

Unknown dijo...

Chale... lo que es la inocencia amoral...

Me recordó el remake que hizo Rob Zombie de Halloween.

Chido Relato

Guffo Caballero dijo...

A la madre... estuvo muy chido, jajaja.
Saludos.

Priscila dijo...

Tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo

Do the Doo dah dijo...

Si pasó o no, creo que realmente no importa mucho, es buenaza la historia! yo hacía de esas madres tambien cuando estaba chiquita, como cuando la pez de mi papá se embarazó D: pero en fin...



Bueno buenazo, sniff.

arboltsef dijo...

Wow.

tazy dijo...

aplausos

Anzelime dijo...

que miedo ni historias de los manson son asi ...

Anónimo dijo...

Esta bien culero tu post,, mejor ya no escribas nunca mas....

salaverga dijo...

Nice!

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