lunes, 20 de abril de 2009

Las Heladas.

"¿Sabes qué es lo que más me caga, cabrón, así, al chile?" - me dijo Luis "Melox" Manrique, con cara de borracho triste. Si, hay estilos y matices en las caras que uno hace ya bajo el influjo del chupe. Ya ni le respondí, sabedor de que de cualquier manera me iba a soplar todo el discurso de clasemierdero insatisfecho. Asentí. "Me caga estar haciendo cuentas para todo, culero" - Decía, eructando de una manera jocosa entre frases. "Hasta para irme a los pinches tacos, para sacar las rondas, para estrenar un jodido pantalón decente... no, me cae que yo no nací pa pobre". Luis no es precisamente proletario. Su padre le levantó la canasta cuando supo que estaba metido hasta el cuello en la mierda. Tenía a su cargo dos autolavados, una vinatería y por si fuera poco, una licencia de taxi en renta y aviaba en el Gobierno del Estado... en Reglamentos, creo. Pero probó un mal día la cocaína y de ahí pa´l real, todo ha venido a menos.

Regina, su mujer, es buena bestia. Es alegre, bailadora, dicharachera, guapa y hasta se sabe chistes colorados. Yo sé que todo empezó con mucho amor, pero de pronto solo es importante para Luis el bebé. "¿Ya saben qué va a ser el heredero del imperio?" - pregunto para ya cambiar el tema de una buena vez, sin embargo, apenas me responde "Melania" - ¿Que? - "Es niña, cabrón... y se va a llamar Melania" - Luis es de esos que tienen ideas medio pendejas. Ayquebonitonombrenomames y demás balbuceos mientras llamo al mesero y aprovecho para ir a mear. Me llama por teléfono el Capi y me recaga porque ya van dos entrenamientos a los que no voy y nuestro insigne equipo Super Cobras va en penúltimo general. "Tranquilo, viejo, ya verás que las Super "Sobras" va a levantar". Se encabrona, pero me pregunta a donde ando bebiendo y queda en venir en un rato. Si, ñero, ajá, cuando gustes.

Llego a la mesa y Melox ya está, para variar, amenazando al mesero. Le pago yo las rondas, pues ese es el problema, cerrar cuenta y empezar otra. Entonces, en vez de quedar bien, me toca escuchar más quejas... hasta que, muy serio, Luis se incorpora y saca su celular. "¡Chingue su madre, el mundo es de los valientes!" - marca torpemente y dice, voz en cuello, una sarta de palabras que pretenden ser mensajes en clave, suena francamente ridículo, pero finjo interés... ¿para que son los amigos? Y ahí anda el cabrón. Grandes zancadas, taconeando hasta la salida, ida y vuelta, poniendo cara de interesante. Yo me voy a poner unas canciones en la rocola. Aprovecho para decir ¡salud! con dos muchachas que están en la barra... a veces es buena idea condescender.

Se sienta en la mesa Luis, con cara de chingón. Ventea a los lados, buscando alguna cara que haga eco de su superioridad con algún gesto, un saludo... nadie. Llego y ya suenan unas perronas, retomamos la charla, pero ahora si, se nota contento Luis y las muchachonas prometieron bailar una pieza despuesito. Me dice, así, como quien dice que es Sagitario, que ya está hecho el tiro: se va a meter de narcotraficante. Me río, un tanto de nervios, un tanto de risa genuina. "¡Pinche Melox, si no soportas ni una descalabrada!" - le digo, intentando aligerar el momento. Se enoja, me dice que ya está harto y que le vendería el alma al mismísimo demonio para ya dejar de estar de cuentachiles, dependiendo de que su papá le devuelva las chambas, de la cuenta del taxista... de la cara de su mujer cuando le dice que hay que ir a una nueva consulta con el ginecólogo... está harto, pero yo no entiendo de qué. Melox es el típico adolescente tardío, según yo. Incluso demuestra su destemplanza haciendo demasiados aspavientos por el triunfo del América, no importando que le ganara a un equipo llanero de las islas Faroe... le apuesto un cartón en el clásico y él, con un dejo de desdén, me dice "¡que sean tres cartones!... ¿O que... no confías en tus borregas?"... si, como no, pendejo, que sean tres, pero sin chillar. Reímos.

Viene el Capi. No le gusta el ambiente, dice, está muy "de mala muerte" y me río. "¿A poco hay buena muerte?" - Digo, y entonces me dice que si, la muerte piadosa, la que llega despacio, la que te lleva sin dolores tremendos y sin sangre de por medio, vaya... no es lo mismo morir despedazado en un coche que simplemente quedarse dormido y no despertar. Vaya, creo que tiene razón. La cosa es que vuelve a sonar el celular de Luis, su mujer lo vuelve a fustigar tantito, el Capi no se quiere quedar, asi que le pido el teléfono a la más nalgona de las chavalas y con mentirillas me dispongo a irme a seguirla a otro lado. La chava queda de acompañarme si le digo a donde voy.

Y ya, es todo lo que me acuerdo. De Rosaura, la nalgona, me acuerdo porque, efectivamente, me acompañó... más o menos quince días me anduvo "acompañando" y me acuerdo del Capi porque no llegamos ni a la liguilla y de tristeza nos pusimos otra peda. Luis desapareció como un mes. Yo no podría decir a donde y con quienes, la cosa es que llegó con un coche americano de esos toscos, ruidosos... y como ya no bebía con jodidos, me dedicaba a criticar sus mamadas, como que agarrara una cerveza del six, le diera un trago y la arrojara. Abría otra y lo mismo... algo quería demostrar. Por mi, que se vaya muchísimo a la verga. En el fondo, querría preguntarle si en verdad era por el cambio de giro su bonanza, pero era más que obvio. Y no, no estoy afirmando nada, solo digo lo que pienso, a mi nada me consta.

Desde que supe los hechos, no hay una sola noche en la que no me gane la impresión y acudan a mis sueños imágenes dantescas. Luis no resistía ni siquiera una descalabrada, yo lo sabía. Podía escucharlo, gritando de una manera desgarradora... lo escuché incluso antes de que su mujer diera a conocer los mensajes dejados en el buzón de voz. Que horrible, que triste. Nació Melania pero ya no la vi crecer. Gina se fué, con el corazón destrozado, de regreso a la costa. Luis tardó once días en encontrar el eterno descanso. Decía la abuela que no se descansa en paz si estás desperdigado, que tienen que llegar tus pedazos al mismo pozo. Si es así, Luis, ojalá y estés ya descansando.

Después de las pesquisas, de las preguntas del ejército, de los ajustes de cuentas que vinieron, se cerró inmediatamente "El descanso de las aves", aquella piquera en la que bebiéramos el día en que decidió dedicarse a ese maldito giro, ni hablar, el Capi tuvo siempre la razón: "Existe la buena muerte"... aquella que se da por piedad... la piedad que no tuvieron con Luis, quien sigue gritando en mis pesadillas, rogando le den muerte en vez de seguir con las horribles torturas. Mala muerte. Y mala suerte: Perdió el América... "sin chillar", había yo dicho. Imposible.

5 comentarios:

Jonás dijo...

Buen relato señor, como es usual, tenga una excelente semana.

¡OTRO CASTILLO! dijo...

Chale no hay piedad para nadie.

Unknown dijo...

Sórdido y terrible relato.

Quizá más terrible sea que abundan más "luises" de lo que creemos y que de alguna manera, por confidencias beodas nos cuelgan en la conciencia la prevención y consecuencia de sus pendejadas.

Sea pues.

Enhorabuena.

Adrián dijo...

!!Saweebo Ganaron Las Chivas !!

CocodriloRojo dijo...

Chingonsísimo mi Luis..

saludos Para ti cabrón

ando pedo y en un estaro alterado de conciencia

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