viernes, 15 de mayo de 2009

El Ciego



Tenía que decirlo, el silencio le quemaba la lengua, el secreto la consumía y quizás por eso me lo contó. Yo tenía seis años, la edad suficiente para escuchar sin entender las implicaciones de lo que se estaba diciendo. 

- Tu abuelo tiene otra mujer, otros hijos: otra familia. Pero nosotros no debemos juzgarlo, no debemos cuestionarlo; no se supone que debamos entender...

No pudo o no quiso seguir, se arrepintió de haber hablado. Bajó la mirada y siguió picando jitomate. Yo reanudé mi juego con los Playmobil hasta que mis papás pasaron a recogerme. Nunca contamos lo que pasó ese día. 

Revelas un secreto a un niño porque no esperas que lo recuerde. Esperas que la verdad contada se olvide y se pierda entre el montón de juguetes, calcetines, programas de televisión, libros y amigos que abandonan la memoria eventualmente. Sin embargo, yo recordé.

Con el tiempo entendería qué significaba esa otra mujer, esos otros hijos, esa otra familia de la que nadie deseaba hablar. Poco a poco ensamblaría las piezas y todo cobraría un nuevo sentido: las deudas, los bancos, la empresa, las casas, las mudanzas, las llamadas, los silencios: las cartas y papeles que mi papá aún guarda en sus cajones y que yo leí a escondidas. 

Lo supe todo y lo culpé por todo. Renegué de él, lo desprecié y lo convertí en el objeto de mis rencores adolescentes. Lo pensé un hombre egoísta, cobarde e incapaz de amar o de responsabilizarse por lo que nos había provocado. 

Después, ella murió y él se vio forzado a enfrentar sus pecados. El hombre distante que jamás pareció necesitarnos ahora era débil y estaba desesperado: solo. Y aún en su circunstancia no era capaz de pedir ayuda, no era capaz de acercarse. Se limitó a ponerse los audífonos en medio de toda reunión familiar y mover la cabeza de un lado al otro frenéticamente mientras escuchaba el partido. Por lo visto, hay lugares de los que no se puede regresar. 

El odio se convirtió en lástima y con el tiempo todo sentimiento hacia él desapareció. Yo seguí con mi vida y aprendí mejores formas de enfocar la rabia. Él cambió de religión, descubrió que tenía diabetes y perfeccionó sus estrategias de manipulación familiar. Ambos supimos que era mejor pretender no conocernos cuando nos topáramos en la calle.

Esta semana me enteré que mi abuelo se está quedando ciego, un revés terrible para alguien cuya principal actividad fue negarse frente al televisor en estado vegetal por cuarenta años. La verdad, es que yo temo a la ceguera y no puedo imaginar cómo relacionarme con el mundo en completa oscuridad. 

Quizás por eso intento ahora encontrar una manera de acercarme a mi abuelo. Intento convencerme que al final hay una posibilidad de relacionarme con él. Me repito que podría haber una manera de perdonar, de dejar todo atrás y de rescatarnos, cuando en verdad no hay nada que perdonar y mucho menos algo por rescatar. No creo en el destino, pero algo me dice que las cosas son lo que deben ser. 

Por años mentí y dije que aquel secreto revelado en la infancia había alterado mi percepción y mi relación con mi abuelo. La verdad es que nunca existió tal relación. Él siempre fue el hombre que me saludaba desde su cama con un billete de veinte pesos para que fuera a comprar algo y lo dejara en paz, viendo su película. Yo siempre fui el niño que subía a saludarlo sólo para recibir esos veinte pesos e ir a comprar cartitas para coleccionar en alguno de mis álbumes. 

Los dos estamos ciegos, y quizás así estemos mejor. 

25 comentarios:

La Rosy dijo...

Excelente primer post!

Definitivamente, cada quien se busca lo que tiene. Y tu abuelo, teniendo tanta gente, decidió aislarse de todo mundo.

Ñets dijo...

Órale, qué buena manera de empezar aquí.

Bienvenidísimo.

admin dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Do the Doo dah dijo...

Yo tambien quiero mi camiseta de "Yo voté por B.tO" !!


Muy buen texto, sniff, ya hacían falta tus historias por acá; me encantó!!



Iré a bailar en el tejado.

dayanna* dijo...

Yo te amo, acércate a tu abuelo, leele como le leía Alberto Manguel a Borges.

Excelente inicio de vida de blogstar, creo que tendrás más fans desde hoy jajaja.

Simple Poeta+ dijo...

nice, really nice indeed

Pelo dijo...

¡¡MAESTRO!!

Qué gusto leerlo por acá, buenísimo el post.

Cada día le falta menos tono ;)

Tumeromole dijo...

De acuerdo con los comentarios anteriores, buen inicio el tuyo por acá. A la espera de más textos.

Saludos.

Anónimo dijo...

ay ya van a empezar con sus cebollazos.... dan pena, ni estuvo tan bueno

Anónimo dijo...

eheh (asintiendo)... ta guenero...chiro loco...

Lady Jesus dijo...

Aawwww eres tan famoso, estoy orgullosa de ti.

Yo no voté -ni me enteré-, pero fingiré que si lo hice, así que exijo esa playera.

Uvé dijo...

Que bueno que te vas a ver obligado a escribir cada viernes, asì no desapareceràs por un mes

Chilangelina dijo...

Bienvenido.

Roque dijo...

Que bien leerte aquí. Nos haces mejores personas a los que vivimos indirectamente de tu fama =)

Vanessa C. dijo...

¡PLOP!


El B.tO producto de mis odios aquí en Recolectivo, te lo tenías calladito, ni siquiera me avisaste para haberte votado, porque sabes que si lo hubiera hecho, sniff!



*Clap, clap, clap* excelente post no es para menos, sabes que amo tu insensibilidad escrita por que me enseñas... Buenísimo.

Luis dijo...

Los votos solo fueron dentro de la cofradia secreta de los Magios.

Y sobre los cebollazos, tenemos seis costales llenos, nos los tenemos que acabar de alguna forma, y como Beto no es guapo, hay que chulearle como escribe.

dayanna* dijo...

Podrá no ser guapo pero es sexy jajajaja! ;) Aparte, ¿quién dio los estándares de guapura?

B. dijo...

Gracias a todos por las bienvenidas, los cebollazos y las discusiones sobre mi sex appeal.

Lo único que puedo decir es, ¡puta madre mis orejas son enormes en esa foto! No me había dado cuenta, snif.

Vanessa C. dijo...

Tú no eres lindo ni que te cambies las orejas, los ojos y la nariz.

;)

B. dijo...

Jaja, gracias. Tomaré el comentario de quien viene... Mi consuelo es que tengo excelente cabello, ja.


Por cierto: yo también quiero una playera. ¿Dónde la ordeno?

Miss B. dijo...

Suena bien, me gustó.

(:

Texas dijo...

Yo tampoco voté.

Pero como sea, me gusto el post y soy fiel a donde escribas, soy tu fan jeje.

Por cierto, yo no me acuerdo de mis abuelos :S

Saludos

Daniel E. dijo...

Putisima madre !!! excelente escrito, genial ...

No cabe duda que hay una gran diferencia entre saber escribir y saber expresar un sentimiento, que las personas que se quieren hacer heroes de blogs escribiendo de cuanto odian en la vida ...

saludos maestro

-paz-

avicena13.wordpress.com dijo...

Bravo!

Tritza dijo...

jajajajaja.. aqui recibirás más comentarios para aumentarte el eg0!!!

me gustaría compadecer a tu abuelo por su ceguera, pero tengo que luchar por la mia propia, saludos!!

Blogalaxia