jueves, 28 de mayo de 2009

La intérprete



En el rosario de fracasos que he ido engarzando a lo largo de mi vida profesional de ingeniero computito, uno de los más notables consistió en hacer un sofgüer que interpretara sueños.

Una dama a la que aquí llamaremos señora Cagalana (en realidad, quien caga la lana es su padre pero por razones de brevedad así la rebauticé) tiene la costumbre de hacer un juego con sus amistades. Ella les pide que le narren un sueño que hayan tenido y usando asociaciones libres y sucesivas de las palabras clave de la narración, la señora Cagalana va desgranando, según ella, los significados del sueño. Las amistades con las que ha jugado coinciden que la interpretación que la señora Cagalana hace de su sueño es de una claridad pristina y otras tonterías.

La señora Cagalana se entusiasma con los resultados y no se pregunta, ni por un momento, que puedan deberse a pura cortesía, los da por válidos y recurre a un pariente suyo que a su vez recurre a mí para hacer un sotgüer que mecanice su proceso interpretativo de los sueños.

No queda claro si este producto es para que la señora Cagalana tenga más lana o si considera que es la herramienta de autoconocimiento que el mundo necesita. Lo que sí queda claro es su compromiso con el proyecto.

Cuando yo me entero de lo que iba el proyecto en lugar de decir:

- Yo no programo mamadas, digo:

- Ah, muy bien. Necesitamos un analizador semántico que barra el texto del sueño del usuario y que luego presente una lista de las palabras clave para que el usuario haga sus asociaciones libres. Todo este proceso hay que iterarlo n veces hasta que el usuario lea un texto que sea significativo para él y tan tan.

La señora Cagalana y su pariente están de acuerdo y pongo manos a la obra.

Al cabo de unas semanas tengo ya un prototipo. Voy a las oficinas de la señora Cagalana a enseñárselo y ella dispone a dos de sus achichintles para probarlo. Los achichintles se sientan frente a la PC y teclean algo que hayan soñado. Al llegar al momento de asociar las palabras, la señora Cagalana, en lugar de mantener el culo en su silla esperando los resultados, se levanta y les indica a los conejillos de indias, qué escribir. Iba yo a abrir la boca para decir que creía que la asociación libre la hacían los propios usuarios pero el pariente de la señora Cagalana me indica que me calle.

Después de varias iteraciones de asociaciones de palabras el programa presenta un texto. La señora Cagalana le pide a los achichintles que lo lean y pregunta si es significativo para ellos o si les proporciona alguna explicación a lo que habían soñado. Los achichintles, entrenados para contestar lo que la señora Cagalana quiere oir de antemano, responden que sí y que nunca habían visto un sofgüer que les permitiera mirar tan claramente en los intríngulis de su psique.

La señora Cagalana se emociona. Dice que el sofgüer está bien pero que tiene "áreas de oportunidad" inexploradas. Me presenta a un psicoanalista que me da a leer a Freud y a Lacan, quienes además de ser pésimos escritores, tienden a fabricarse hechos para explicar sus teorías y no al revés que es lo que haría un científico.

A lo largo de los siguientes meses estuve asistiendo a juntas muy raras. La señora Cagalana tiene arrebatos estéticos y contrata a un diseñador.

- Para quitarle lo cuadrado a tu sofgüer – me explica.

El diseñador tolera durante algunos meses, que la señora Cagalana le diga cosas como que el rosa mexicano en el que habían quedado la junta previa ya no le gusta como fondo del programa. Prefiere un azul eléctrico.

- El azul va a poner al usuario en un estado mental óptimo para la introspección – dice la señora Cagalana.

El diseñador aprovecha una junta para avisar que se va. Yo, obnubilado como estaba por la lana de la señora Cagalana y sus modos magufos, despierto del sueño idiota en el que me había quedado dormido y le doy al proyecto el estatus que debí haberle puesto al principio.

- A la chingada de aqui.

Hasta la fecha la señora Cagalana no ha concretado su sueño de convertirse en la intérprete del mundo onírico de los que navegan por internet. Lo cual me lleva a reflexionar que quizá esta experiencia no deba yo considerarla como un fracaso.

8 comentarios:

Kyuuketsuki dijo...

No es un fracaso, en tanto que ella no ha logrado su cometido, como bien mencionas. Creo que todos, cuando empezamos la "vida laboral" aceptamos hacer pendejadas... como una casa de "estilo colonial americano" que me encargaron. Meh.

Uvé dijo...

Esto es neta? Te encontraste alguien que quería hacer eso?

Me late toda esa onda de los sueños, pero creo que la mayoría de personas que andan en eso son unas charlatanas

Guffo Caballero dijo...

Imaginé un "2 Girls 1 Cup" con la señora Cagalana. Sería bien lindo.

Anónimo dijo...

Tú diciendo que Freud y Lacan son malos escritores... vaya tela.

Anónimo dijo...

jajajajajaja excelente Héctor, pero, ¿No será acaso que quieres implementar tú, esa idea y cobrar 500 pesos por decifrar sueños?. Recuerda que esos menesteres son muy solicitados y hay una gran cantidad de pend... digo de gente que gusta de esas artes. Y ya que esos asuntos para-anormales te dan nauseas como debería a cualquiera que tenga más de 2 gramos de cerebro, ¿No crees que ya estuvo bien de tratar de hacer entender a la gente que la están haciendo pendeja y mejor pasarnos al "dark side" y sacarles el resto de lo que los magufos les dejaron?, Ya que la razón y la lógica no les entra ni con supositorio. En fin si no lo implementas tu lo haré yo jajajajaja. Saludos. Maximvs

El Contador Ilustrado dijo...

absurdo, el sueño

La Rosy dijo...

El software idiota más común es el del melate... no te lo han pedido?

A mi sí y he contestado como tu amigo, ja

SALUDOS!

Anónimo dijo...

pff, dices que Freud y Lacan son malos escritores sólo porque tu trauma de científico-escéptico-empedernido-intolerante se asoma ante cualquier provocación. Y seguro responderás que por mi comentario no vas a dejar de escribir, pff.

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