jueves, 14 de mayo de 2009

No preguntes, ¿y yo por qué? Pregunta: ¿Y por qué no?



Estoy viéndola... estoy viendo una puta chapata que estaba buscando hace unas horas para hacer mi casting y no usar uno de los tripiés viejos, y feos, que tenemos por ahí.

Cada vez que tenemos la campaña de Julito Regalado, me pregunto... ¿Y yo por qué?

La primera vez que trabajé esa campaña, hace muchos muchos años... recuerdo ese momento tan especial, donde después de haber dormido tan sólo tres horas y estar en el set para presentar a los modelos que tendrían que filmar mañana... había trescientas personas en el foro. Esas trescientas personas (...jo, pensé en ESPARTA), eran una mixtura entre actores, modelos, personal de staff, personal de alimentación, creativos, producción, dirección y clientes.

Nos encontrábamos la directora de casting, y yo, el editor... detrás de la mesa de los clientes. El director (Martínez Solares Junior, si no me equivoco... he trabajado tantas de esas campañas que no recuerdo exactamente donde pasó qué y cuándo), empezó la toma número indeterminado. Uno de tantos jingles empezó a sonar a todo volumen, mientras los extras empezaban su coreografía, una hermosa actriz se paró frente a cámara y...

El cliente alzó sus manos, pidió que pararan la toma y dijo-. Ya sé que es lo que falta en el set y por qué se siente tan solo (sí, mis clientes también tienen momentos poéticos)... Un bebé. Diganle a casting que nos traiga un bebé.

¿Y yo por qué? Recuerdo, que aventé uno de mis suspiros que enervan y emputan a mi jefe. No es un suspiro, yo le llamo así porque me gusta la palabra, es más bien... resoplar, como lo hacen las vacas cuando sienten que no pueden digerir las toneladas de hierba que llenan sus tres estómagos y se les escapan entre los dientes. Yo... resoplé. La directora de casting me miró, como diciendo, “te lo dije cabrón, te dije que iba a pasar algo”.

Unas llamadas telefónicas después, conseguimos un bebé. La filmación estuvo parada dos horas en lo que ese bebé llegaba al set. El bebé, cuya cabeza estaba rodeada por un halo de luz, terminó en las manos de una extra. Siguió el curso de la toma número indeterminada y por fin, llegamos al motivo por el que estábamos la directora de casting y yo.

Teníamos un cassette VHS en las manos donde había una serie de hombres. Lo que pedían en el personaje, era un hombre ejecutivo de muy buen ver, un cuarentón con sus canitas que pareciera se forraba de lana. El truco de ese comercial en especial -de los treinta y tantos que caracterizan a la campaña-, es que presentábamos al supuesto dueño de “la comer” y el dueño de “la comer”, tenía un texto con Julio.

De no tener un texto, uno se saca a un refugiado argentino, venezolano, cubano o brasileño... todos esos están guapos. Presentas veinte. No tienes pedos. Y de todas maneras, ya los habíamos presentado aquella vez. Presentamos una cantidad de personas envidiable, presentamos actores de renombre que pedían presupuestos de su talla, presentamos verdaderos dueños de empresa y gente de vida... “cómoda”, digamoslo así, que nomás por salir en la tele nos cumplieron el capricho de venir a nuestras instalaciones y grabarlos. En nuestras manos, después de sesenta personas, teníamos a nuestras últimas y desesperadas cinco opciones.

Mi cajetilla ya no tiene cigarritos. Sigo esperando una conversión. La puta chapata sigue ahí.

Entregamos el V.H.S. Se supone debían elegir entre cinco personas para confirmar a uno y filmar con él mañana en la mañana. Yo estaba ahí porque creía que eran ficciones exageradas y absurdas que inventaban los directores de casting y de los asistentes que habían ido a las filmaciones.

No les creía. Simplemente, no. En ese entonces, mi trabajo era estar aplastado en una computadora, sorber coca cola, atragantarme de café, fumar como chacuaco y capturar videos, recortarlos, pasarlos a un V.H.S. No hacer preguntas. Sobre todo, no hacer preguntas. Porque entre más preguntas hacía de por qué debía hacer un recorte aquí, y por qué debía poner a esta persona, y por qué tenía que bla bla bla, recibía respuestas que se salían de esta tierra, del sentido común de los seres humanos comunes y corrientes. Cada una de esas campañas se graban en mi memoria con los sinsentidos y los tiempos caóticos que las caracterizan.

Después de lo del bebé, me sentí profundamente receptivo a cualquier cosa. Creo que adquirí el adjetivo “Open Mind (To Absurdity)”.

A huevo. ¿Yo por qué les iba a hacer caso a un puñado de pendejos que sí salían a respirar aire, qué si se oreaban y qué no tenían las nalgas forma de silla que mi trabajo había formado con tanta diligencia?

Dos cigarrillos. Esto es una putada.

Opción número 1, la pasaron en fast forward. Opción número 2, la pasaron en fast forward. Opción número 3, la pasaron en fast forward. Opción número 4, a ver... esperen, ese tiene algo, nah, los engañé. Opción número 5.

Los clientes callaron, y miraron con una atención casi religiosa, a la opción número cinco.

Casi me deshago mi agnosticismo cuando los vi. Josefa, la directora, volteó a mirarme con cara de “ya chingamos”. Yo resoplé, bonito. Tal vez suspiré, no como usualmente hago. Esto es lo que buscamos, dijo alguno. Esto nos da la talla, digo otro. Adelántalo a la actuación, por favor. Alguien con el control de nuestras vidas lo adelantó a la actuación y... el silencio se convirtió en aprobación, en adoración, en carcajadas, en un mundo mejor. Este cabrón lo hace super bien.

-Señor, ¿ya lo confirmo entonces? -preguntó la directora de casting. Josefa. No digo su nombre para que no se busque en google. No crean que por mala onda. Ya que estamos a estas alturas, y la directora de casting ya es un personaje, en cierto grado. Supongamos que se llama así. Espero que no se busque en Google nada más... porque si no, me va a llamar por teléfono, me va a cagotear porque escribí su nombre y de aquella situación vergonzosa, donde nos besamos y...

Estaba en Julio.

-¿Confirmo, señor? -preguntó Josefa de nuevo.

-Sí, confírmalo para mañana.

-Ese güey incluso se parece al dueño de Gigante -dijo alguien.

Se acabaron las risas, los aplausos y los chistoretes.

-A ver, regresa su video. Quiero verlo otra vez.

-Sí... esta igualito al dueño de Gigante (pausa cultural: Gigante, ahora Soriana, era... tal vez, la competencia más grande de Comercial Mexicana. Hasta que Wal-Mart se comió las pastillas mágicas y como pacman, se tragó los Aurrerá).

La directora de Casting me volteó a ver, preguntándome con su expresión lo siguiente-. ¿A ver, gordo cabrón, ahora ya me crees que todas las chuladas que te pido son porque de verdad pasan cosas así, o todavía sigues creyendo que quiero cogerte por el culo cuando llego contigo y te pido una edición de más gente que cité para que nuestros clientes, por fin, encuentren a esa maravillosa persona que tienen en la cabeza, en su cabeza solamente, y que expresan a través de ideas vagas y contradictorias, creyendo que de esa forma dan un retrato preciso de un personaje que sólo puede existir en sus sueños más íntimos, privados, casi cerrados con llave, y sólo algunos cuantos guardan la llave de ese corazón que a nosotros, meros empleados, no nos pertenece y jamás nos pertenecerá, a menos que estemos dispuestos a recorrer la Estigia, a pagarle a Caronte dos monedas de plata, para llegar al infierno y con Virgilio tomándonos de la mano, con toda su sabiduría, nos guíe en ese mar de llanto y lágrimas que nos aguarda a todos en el final, si es que los cielos no nos abren las puertas y Beatriz, la dulce Beatriz, no extiende su mano para jalarnos a las nubes de algodón, y podamos correr con ella desnuda, y los corderitos, y tú, y yo, y nos besamos?

Resoplé, que mamada.

-Señor -preguntó Josefa-. ¿Usted cree que la población general lo reconozca como el dueño de Gigante?

-Lo siento, de verdad, sé que han hecho un buen trabajo y le han echado ganitas, pero necesitamos más opciones. -Me queda un cigarro para terminar la anécdota-. No quiero que el dueño de Gigante crea que lo estamos ridiculizando.

Se me salió una carcajada incómoda, que ignoraron porque era un simple estúpido que estaba pasando por ahí.

-Lo queremos para mañana... a las ocho de la mañana, ¿se podrá?

No. El bebé no había sido suficiente. Muchas campañas después, miro esa chapata, y espero a que se haga el render de unos videos para hacer un DVD. ¿VHS? Pronto, sólo quedarán en los mercados sobre rueda y algunos tianguis donde venden ATARIS y cartuchos de FAMICOM. Mañana habrá un segundo día de casting. El casting no es lo divertido. Lo divertido, son las juntas... y después de las juntas, las filmaciones. ¿Cuántas historias fascinantes, que carcomen el higado y matan el pancreas, se esconderán como elfos traviesos, detrás de los días futuros? Ah... no lo sé. No importa. ¿Y yo por qué? Sí, muchas campañas después, creo, que he aprendido a no refugiarme en un mundo feliz y llorar.

12 comentarios:

arboltsef dijo...

La cagué y publiqué. Pido disculpas, cof cof, prometo la siguiente semana hacerlo el domingo como se debe.

Saludos a todos.

Guffo Caballero dijo...

Me quedo con el título.
Lo dice todo.
Está cabrón...
Saludos, Agustín.

Iris dijo...

no las filmaciones no son divertidas... es un yo yo por que tuve que venir a esta filmación???

odio a los directores inconformes donde despues de 80mil tomas creen q es la buena cuando la primera toma fue la buena.... anyway... eso pasa

Anónimo dijo...

http://hazmeelchingadofavor.com/

Marlenne Magallanes dijo...

Bueno, supongo que en el mundo feliz no hay casting ahí todos son perfectos así que da igual si haces el comercial con un bebé o con el doble del dueño de gigante...

Suspir... Resoplé.

Carlos dijo...

Estuvo de hueva tu post

Javier Cardenas dijo...

sin el afan de ofender creo que el tema esta sumamente chingon pero el contenido de la mayoría de los post tienen un nivel medio, a excepción del post de chilangelina y la parte de " me los termino cogiendo de el de rox" cuando vi el tema me imagine escritos mayormente graciosos, me parecio que para eso se prestaba el tema, la redaccipon de los textos esta pocamadre, pero considero que estan muy largos y al final no llegan a mucho.Pero al final cada quien escribe lo que quiere.

Saludos

El Contador Ilustrado dijo...

no tiene un punch muy fuerte pero traspasa la frustración del "Y yo porqué?"

Luis dijo...

mujeres calientes que quieran verga...

asimov2324@hotmail.com

Luis dijo...

Repito, manden fotos primero.

Anónimo dijo...

En mis pesadillas chambeo en un negocio donde estas tan a merced de un cliente como ese en el que estas. Al menos en el mio tengo la opcion de decirles que no se puede y que la estan regando y que si quieren que haga otra cosa les cuesta una millonada.

A veces creo que ciertas chambas consisten mayormente en proteger a los clientes de sí mismos y de sus ideas.

Suerte

La Rosy dijo...

seee, me imaginaba más espectacular tu trabajo. ¿Pero que tal cuando llegan las modelos? :D

Saluditos!

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