jueves, 18 de junio de 2009

Sí, pero no.



El tema de la semana se escribe solo. Al menos así lo pensé desde que lo leí el lunes. Esa misma expresión, la repetí mil veces durante aquellos años hormonales y crueles que fueron mi pubertad.

Es mi contexto social el que me hace entender esa frase: Soy una mujer de 25 años, mexicana, criada en el más puro catolicismo de monjas rígidas y faldas almidonadas. Pasé 9 años de mi vida rezando rosarios, pidiendo indulgencias, haciendo ejercicios de caligrafía.

Si alguien sabe lo que significa SI PERO NO, soy yo. El arte de la seducción de las niñas de colegio de monjas de 14 años, se basa precisamente en incitar a que algo pase, sabiendo también que si llega a pasar, seguramente vas a salir corriendo.

En las clases de valores, las muchachas "locas" eran catalogadas como "fruta manoseada". Las monjas nos explicaban como las mujeres perdían valor según la cantidad de manos por las que pasaban, así como los autos se devalúan con cada dueño. También nos explicaron, que vestir de forma provocativa causaba en los hombres pensamientos impuros. Y Sor Luz nos aclaró que dichos pensamientos impuros serían también pecados nuestros, como pécoras propiciadoras del mal.

Mis amigas, más astutas y menos tímidas, tenían novios con voz de ninfo y radios nextel gigantescos. Ninguna, o casi ninguna, se atrevía a contar más que besos de primera base en las pláticas del receso. Sabían que de contar algo más, serían catalogadas como pirujas. A mis 14, yo solo sabía/intuía dos cosas: Que los novios eran cosa sumamente pecaminosa y que me moría de ganas de tener uno.

En un colegio de "puras niñas" la opción inmediata son los hermanos de tus amigas. Y aunque a mí me encantaba Fernando, el hermano de 23 de Ximena, jamás me hubiera pelado. Después, me gustó Gonzalo, el primo universitario de Mariana. Pero para mí, los hombres eran más misteriosos que cualquier otra especie animal. Un bisonte salvaje me hubiera resultado más fácil de entender.

Finalmente, Bibiana, muy preocupada por mi escasa experiencia, me consiguió un novio. Su vecino Julio, de 16. Le enseñó una foto mía, le preguntó si quería andar conmigo y el dijo que sí. En la tarde, por el ICQ, me informó: Ya dijo Julio que sí, mañana va a verte a la salida.

Ante las mirada clínica de mis amigas, conocí al tal Julio, en la puerta de la escuela. No creo que hayamos cruzado dos frases antes de que, acompañándome a mi casa, decidiera besarme. Nada de las conversaciones con mis amigas o las revistas de mi mamá me hubieran preparado para ese momento.

Anduvimos durante cinco meses. Cinco meses que deben haberle provocado el caso de Blue Balls más doloroso de la historia. Me encantaba que me besara. En realidad era bastante bueno. Pero yo no quería que le dijera a sus amigos que yo era una zorra, así que calculaba los perímetros permitidos y prohibidos. Podía tomarme de la cintura, pero nunca bajar la mano. Podía casualmente poner sus manos en mis rodillas, pero nunca subirlas más.

Mi casa, siempre sola por las tardes. Él y yo, en el sofá de la sala, en pleno conflicto de voluntades y paradigmas. Él lograba abrir un botón de la blusa escolar después de diez minutos de lucha y besos con cara de inocencia. A veces, lograba abrir otro botón más. Cuando sentía que sus manos se acercaban a zonas prohibidas, un impulso eléctrico me recorría la espalda. Me paraba del sofá e iba al refrigerador por Fanta. Ahora puede parecer risible, pero en ese momento, la única certeza que yo tenía era que NO QUERÍA SER UNA PUTA.

Como toda historia de novios pubertos, terminó cuando él se consiguió a una que sí aflojaba. Lloré en mi cuarto repleto de posters de Brad Renfro. Y lloré más por que su nueva novia iba en mi salón. Se llamaba Priscilla, y a partir de entonces, vio su nombre escrito en todos los baños de la escuela, con las palabras ZORRA y PIRUJA haciéndole compañía. (No fui yo quien hizo esos intentos de graffiti, en realidad fue Bibiana, la orgullosa arquitecta de mis amores con Julio).

Una vez, Bibiana escribió PUTA en uno de los baños. Las dos terminamos en la dirección, gracias a la llorona mosca muerta de Priscilla. Dos monjas nos dieron un sermón estándar, con las palabras DISTINCIÓN y MADUREZ repetidas al infinito. Creo que no hubiéramos tenido más problemas, de no ser por que Bibiana les preguntó, con todo el tono sarcástico que los 14 años te pueden dar –Oiga Sor Luz, y ¿Por qué nos regaña, si la fruta manoseada es Priscilla?- .

Ahí fue cuando llamaron a nuestros papás y pasamos una semana sin receso.

Semana durante la cual, aburrida en contemplar el techo repleto de arañas, alcancé a pensar una sola cosa: Julio ni valía todo el desmadre.

*****

Hace poco, lo volví a ver, en una de las fiestas de tres días de Bibiana. Está panzón y ya no se peina como Poncho de Mercurio. Pareció asombrarse que me voy de México y de que no estoy casada. Contador o gerente, creo. Nos tomamos un par de chelas y cuando me dijo –Ahora, ¿Si vas a aflojar?- respondí acercándome a su oído –Seguro, pero no contigo, cariño-

Habrá quien piense que fui una estúpida inmadura por permitir que las incongruentes instrucciones de las monjas me afectaran tanto. Pienso que, definitivamente, creer en su cielo alcanforado es una de las etapas pasadas que NO añoro. Pero también pienso que creerles durante el tiempo que les creí, fue lo correcto hasta que llegué a la etapa de mi vida en que supe madurar. A los 17, para ser exactos. Cuando, con el hombre pertinente en el momento pertinente, dejé atrás a las frutas manoseadas y a las putas. Cuando decidí que hacerLO, debía ser una decisión que involucrara únicamente a mi propio juego de certezas. Cuando me aferré a la espalda de un hombre, y con él, aprendí que finalmente, decirle SI PERO NO a tus propios anhelos es pura pendejada. Puta manoseada no es más que una definición peyorativa de algo tan personal, que resulta irrisorio pretender juzgarlo.


Y como corolario a mi historia, sólo alcanzo a esbozar dos conclusiones:

La primera es que los bisontes siguen siendo más fáciles de entender que los hombres, y la segunda, que Bibiana debería dedicarse a dirigir redes de prostitución.




CrisS


18 comentarios:

La Rosy dijo...

jajaja muuuy bueno.

Cuando yo les conté que la primera vez que salí con mi primer novio nos besamos, me vieron refeo. Así que de los fajes ya no se enteraron.

Como sea, yo tambien estoy contenta del si/no. No sólo porque es rico sentir eso, si no porque también ha de ser bien cabron ser adolescente y andar manejado a los cabroncitos

Buen post CRISS

story teller dijo...

buenazo',,,recuerdo haber tenido una novia así, estudiante de una escuela de legionarios. Que pesadilla las tardes en el sofá a veces. Quizás me faltó tacto o que ella sacara de su mente las horas diarias de moral infuncional en la vida diaria.

Pinkrobot dijo...

BUENÍSIMO! sólo pude expresarlo en mayúsuculas. Yo también viví mis años escolares primarios en una escuela de monjas de puras mujeres y creo que gran parte de mi desapego a la religión (y a las mujres) lo debo a esa época. Sin embargo siempre fui partidaria del beso en la primera cita y de no contar más, algunas personas te siguen juzgando como tus compañeritas en los colegios del verbo encarnado.

El Contador Ilustrado dijo...

hay quien ha creido cosas peores por mucho mas tiempo.

Pobre Julio es la víctima aquí, el solo quería un buen faje

La Rosy dijo...

Pink robot:

somos hijas del verbo encarnadooo
haya acasooo nobleza mayoooor
invoquemos su nombre sagradooo
y cantemos un himno en su honor!
iiii cantemos un himno en su honor



perdon estoy levemente ebria y la pinka me hizo recordar tiempos virginales, snif

LaSeleneBR dijo...

no manches esta historia tambien m hizo recordar mis epocas de nina de colegio de minjas!!! jejeje...yo si fui mojigatona hasta llegar a la bendita adolescencia!! jejeje k tiempos akellos!!! gracias por tu pizca de memoria

Pinkrobot dijo...

Corazones a Ti consagrados
y que tienen por único anhelo
extender Tu reinado en el suelo
que por patria les diste, Señor.

jajaja ya nadamás me acordaba del corito, eso lo tuve que googlear

daniela dijo...

aplausos :)
jaja mis monjas solo insistian en que tenia que ser por amor...

Anónimo dijo...

bueno muy bueno, me encanto. yo no fui a escuela de monjas, pero para eso estaban mis 4 tías en casa y como antidoto mi abuela adorada, mis tias me decian que no pero mi abuela a todo me alentaba con un si, y ese corito! oh por Dios!! aún nos hacen repetirlo antes de salir de su casa!!

El Belo dijo...

Excelente; bien narrado, bien llevado, fresco, nada cansado el texto y con una enorme conclusión. Felicidades y dónde escribes pues sería un placer leerte.

Y lo que escribiste, ah qué buena época, eso de estar lidiando con el sí pero no de la juventud. Excelente.

Saludos.

·DaViD· dijo...

buenisimo post...es cuestion de decision, no de simple diversion.

mariposa dijo...

de lo mejor que he leído por aqui¡¡¡¡¡¡¡ FELICIDADES¡¡¡¡¡


recordar aquellols años de exdperimentación y decubrimiento resulta delicioso, y al mismo tiempo un poco chusco por la experiencia que ya tenemos.....

me encantó aquel reencuentro en donde demostramos nuevamente que los tenemos bien "domaditos" jaja pues finalmente quien decide lo que pasa o no pasa... somos nosotras....

saludos amigos

CrisS dijo...

Ahhhh genial, de verdad significa mucho para mí que hayan decidido publicar el texto.

Significa mucho, por que RECOLECTIVO es un proyecto que disfruto mucho (Y Rox, je, que a ti te guste también me emociona, tus posts del lunes suelen ser GRANDES).

Gracias a Luis y a Zimmerman, ambos se portaron lindos, amables y accesibles. Amiguitos anónimos, mándeles sus cuentos para que se los publiquen, tienen módicos planes de pago (al menos a mí eso me dijeron).

A todos los que lo leyeron, muchas gracias; siempre he sido partidaria de las reminiscencias escritas como compensación terapeútica sin diván de por medio.

Gracias, gracias, gracias

Sorel dijo...

Anda me encató el texto enserio, éste tipo de cosas son las que me gusta leer en Recolectivo, muchas felicidades.

Pensando cosas mil veces dijo...

Muy bueno post!!! Según yo la mayoría de las monjas tomaron los hábitos cuando al chavo con el que se habían acostado las dejó, la decepción amorosa les hizo creer que ya no valían en el mundo, digo porque no siento que tengan la autoridad moral de juzgar a nadie.

Unknown dijo...

Y si mejor te quedas aqui para siempre. Me encantó tu relato.

P. Brux from Hell dijo...

Hace mucho que no me gustaba un relato de aquí, o sea con afán de comentar.

Pero el tuyo me gustó mucho. No me identifiqué en absoluto, pero wow... conocer ese punto de vista fue muy bueno.

Chido texto. Saludos.

Alegría Buendía dijo...

Jajaja.el cabrón me dejó .. por no aflojar el calzón

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