lunes, 17 de agosto de 2009

El lujo de tenerte



La palabra lujo me provoca éxtasis. ¿Y a quién no?. Y a un pobre diablo como yo, o como tú, quizás, nos llegan de a poco, y peor aún, tenemos una lista de lujos por saciar.

Aún hoy, siento la necesidad de entrar a relojerías y probarme modelos ansiados, y cada vez que puedo, ése Tag Heuer Carrera de extensible de cuero, ó un maravilloso Officine Panerai. Sí a las viejas les excitan las bolsas, ¿por qué a mí no deben producirme el mismo efecto los relojes?. Pero, siendo sincero, tengo una lista de pequeños lujos , que son los que me mantienen vivo, y alejado de más relojes.

Ejecutar una rutina deportiva de lo que sea, lo suficientemente ardua para hacerme sudar, y dejarme esa sensación esperanzadora de volver a probar un trago de agua helada, e inmediatamente después tomar una ducha fría que me quite el aliento.

Levantarme a las once de la mañana, y tomarme un café perfectamente proporcionado, leer las noticias, despacio, aventarme las editoriales o hasta los reportajes multimedia.

Tomar una siesta en mi cama de espuma de Memory Foam justo después de comer, babear la almohada y despertar a las seis de la tarde.

Comer lentamente en un gran restaurant, acompañados de unos tragos hasta que se agote el sol, el dinero, o la buena plática.

Beber una cerveza helada en situaciones específicas: como primer alimento después de una noche desastrosa de copas, a las cinco de la mañana, después de una gran peda de Vodka, o tomando el sol en algún paradisiaco lugar.

Prender un cigarro post-orgásmico, post-buenacomida, y antes de tirarle una soga a Satanás.

Desperdiciar un domingo entero viendo programas de alto contenido chatarra, así como con grandes cantidades de comida a domicilio.

Y el mejor: recostarme a tu lado, y percibir tu olor, ése que me calma los nervios, y que dibujes miles de figuras en mi espalda hasta conciliar el sueño. Y encontrarte a mi lado a la mañana siguiente, y ver tu boca sonreír adornada del lunar aquél que tanto me encanta. Y entender que soy un pobre diablo con tanta suerte.

8 comentarios:

a.be dijo...

Que bonito...
Me hiciste la mañana my love...
=)

Anónimo dijo...

puto

Anónimo dijo...

ESTA MUY LINDO

La.Angie dijo...

Las pequeñas cosas de todos los dias, son las grandes cosas que tengo en mi vida!!!

Me inspiras!!tststs!

Manuel Lomeli dijo...

Eres un sibarita, guey.

Todo lo que hagas, simple o complicado, se vuelve lujo cuando eres sibarita.

Malandro.

Anónimo dijo...

Ya regresó mi compañero de preferencias sexualas a querer "molestarte"...uno de sus lujos es juzgarte gay a través de la palabra puto...aunque más bien creo que lo hace por el lujo de aventar la piedra y esconder la mano...sal sal donde quiera que estés "anónimo 1" ya te quiero conocer...Amigo, muy buen post.

Goma Rosa dijo...

interesante y agradable

Anónimo dijo...

Manuel dijo...
Eres un sibarita, guey.

Lameculos


Puafff par de mamones.
Putos los dos.

Blogalaxia