viernes, 14 de agosto de 2009

Las mil y un cosas que no necesito (y las nueve o diez a las que soy adicto)



Caminando por los pasillos de un mall cualquiera, hago la cuenta de las miles de cosas que no necesito, aquellas en las que jamás gastaré un solo centavo por la sencilla razón de que no me interesan. El inventario de aquello que me es absolutamente indiferente es inmenso y eso me hace sentir libre. Mientras millones de personas empeñan sus vidas por satisfacer determinadas necesidades creadas y darse lujos, yo compruebo feliz cómo puedes prescindir de ellas. He aquí una pequeña y reducida lista de todos aquellos lujos que jamás me daría y las cosas que me valen reverenda madre.


Los carros- El carro es el becerro de oro de la clase media, el santuario donde yacen empeñados todos sus traumas, complejos y aspiraciones mediocres. El vehículo de cuatro ruedas en el que diariamente se trasladan a sus celdas de perpetua esclavitud, ha sido elevado a un altar en el que proyectan todas sus frustraciones, complejos de aristocracia y en el que buscan redimir sus anhelos mutilados. El clasemierdero promedio concede una importancia desmedida a su carro. El poseer un automóvil marca la frontera entre la pobreza extrema y el buen nivel de vida según su mísera visión.

El pedazo de lámina con cuatro neumáticos es el símbolo del progreso, del estatus social, de no tener que humillarse y andar a píe, que bajo el concepto de sus mentes de insecto es lo más degradante para el ser humano.

Puedo hacer una larga, larguísima lista de gente que tiene unos ingresos de mierda y que sin embargo presume un carrote que paga cada mes. Eso sí, no le preguntes dónde vive y qué come, porque posiblemente mienta, pero el orgullo del carrote nadie se lo quita.

Confieso con vergüenza que tengo carro por estricta necesidad. Vivo en medio de una carretera federal, alejado por varios kilómetros del lugar más cercano por donde pasa el transporte público. Si yo viviera en un lugar más céntrico, simplemente no tendría carro. Podría prescindir absolutamente de él. Una de las actividades que más amo en el mundo es caminar y soy un experto usuario del transporte público. El carro lo uso literalmente para ir de la casa al trabajo. Pare usted de contar.

La ropa- Por el culo se pueden meter sus marcas de ropa. No me interesan e ignoro olímpicamente lo que está o no está de moda. Supongo que son esas ridículas camisetas de american eagle o abercrombie que traen puestos los chiquinarquillos cuando caen presos. En ropa no gasto más que lo necesario. Cuando se me ofrece, simplemente cruzo la frontera y voy al out let de Levis. Así, sencillito, un par de jeans y unas tres camisas con botón de metal para el diario. Las únicas prendas en las que invierto un poco, son camisetas originales de futbol y camisetas de conciertos metaleros significativos, que suelen ser mi uniforme de fin de semana. Por lo demás, la prenda más cara de mi closet son unas botas labradas de calaveras que me regaló Carolina y confieso una enorme debilidad por las chamarras de cuero old stile. Tengo sólo dos trajes, uno comprado en Buenos Aires y el otro en Shanghai y por fortuna los uso poquísimo. Por cierto, jamás en mi vida he comprado ni compraré una corbata.

Las joyas- Hay en esta ciudad un tipo que es dueño de un joyería, quien sale a menudo en los medios mostrando sus brazos llenos de relojes y hablando de ese supuesto placer orgásmico de ostentar un cartier o un rolex. Su imagen me parece la expresión más acabada de lo pretencioso, lo ridículo y la nuevariquez. Jamás en la vida tiraré mi dinero en una puta joya. Tanto dinero tirado cuando preguntarle la hora a un caminante es gratis. Desde hace ocho años llevo un reloj que me regaló mi esposa. Ignoro cuánto cuesta, pero es fuerte, resistente, bonito y me dice qué hora es, que para el caso es lo que importa. Diamantes, esclavas, collares de oro, mierda pura de nuevo rico. Mis únicos colguijes son mi anillo de matrimonio y mi inseparable Martillo de Thor en el cuello, cuyo valor monetario es simbólico aunque su valor sentimental es inmenso.

La tecnología- Pese a que mantengo un blog desde hace siete años ininterrumpidos (en donde jamás he subido una foto o dibujo) y poseo un par de iPods repletos de Metal, me considero un enemigo de la tecnología y me aburren inmensamente todos esos geeks con cara de nerds puñetos que se obsesionan con tener el último juguetito onanista. Inviértanlo en consoladores, que es lo que necesitan. iPhones, palms, agendas electrónicas y de más mamadas me resultan prescindibles.
PD- Considero a los videojuegos un asunto de retrasados mentales

El juego- Tengo algunos vicios, pero el de Dostoievski no es uno de ellos. Jamás en mi vida he ido a Las Vegas, ni a Viejas Casino y ni siquiera al Caliente. Aunque Ace of Spades de Motörhead es una de mis rolas favoritas de todos los tiempos, jamás me he jugado un centavo. Los viciosos del juego me parecen el colmo de lo deprimente. Jorge Hank Rhon y el súper loto de telerisa no tienen en mí a un esclavo.

El cine- Nunca voy al cine ni he visto jamás la ceremonia de los oscares, ni se un carajo de actores, géneros y pendejadas de esas que hablan los cinéfilos en sus pláticas. Me aburren inmensamente los cinéfilos, sean hollywoodenses o culturosos de festival Canes con ínfulas de entender películas europeas. Oír a un cinéfilo es un buen remedio para el insomnio.

El deporte gringo- Sí, resulta una contradicción que un adicto al futbol incluya al deporte entre las mil y un cosas que le valen madre, pero sucede que fuera del futbol (del que hablaré más adelante), el inmenso mundo del deporte me es absolutamente indiferente. Ignoro las más elementales reglas del béisbol, no se cómo se juega el golf y sólo se que es un pasatiempo de burguesoides cagantes. Toda esa basura de deporte gringo me es indiferente. Si me ofreces ir a ver un juego de futbol de tercera división o ir a la serie mundial del béisbol, elijo lo primero. He ido algunas veces a ver a los Chargers de San Diego en la NFL pero sólo porque me regalaron el boleto y admito que a veces, pero sólo a veces, he visto el Super Bowl si no hay nada mejor que hacer ese domingo.


Las nueve o diez pasiones de las que soy esclavo (mis pequeños grandes lujos)


Alto: Este aburridísimo post confesional no ha terminado. Así como soy libre de mil y un cosas, soy adicto incurable a nueve o diez. Ahí les van algunas.

Los viajes- Sí, lo admito, he gastado más dinero del que tengo y hasta me he endeudado por viajar. No me importa. He sido capaz de cualquier sacrificio con tal de conocer un lugar nuevo. El mundo se hizo para ser recorrido. Para mi viajar es vivir y lo seguiré haciendo mientras viva.

La casa- De la misma forma que gastar en un carro muy caro me parece una soberbia estupidez pretenciosa, considero fundamental invertir en una casa que realmente te guste y te enamore. El valor del carro baja cada año, mientras que el valor de la casa aumenta, así que cualquier sacrificio se vale. El lugar donde duermes cada noche debe ser bello y cargado de energía y en ese sentido, lo confieso, soy caprichoso. Tijuana tiene nueve delegaciones, pero sólo es digna de ser habitada y se llama Playas. Perdón por la pedante honestidad, pero creo que no soportaría vivir en otra. La vida es más bella cuando despiertas y sales a ver el Pacífico, no un parque industrial


Los libros- Antes compraba tres o cuatro libros por semana. Ahora me limito a uno. Los buenos libros no suelen ser baratos, pero antes que el problema del dinero, estoy padeciendo el problema del espacio. Mis libros y yo ya no cabemos en casa y en la biblioteca hay ejemplares encimados, pero no hay centro de rehabilitación que pueda arrancarme de esta mortal adicción.

Los vinos- Sí, es un lujo y uno puede prescindir de él, pero tomarse una copa de un buen vino en un atardecer es de esos placeres por los que valió la pena haber nacido.

El futbol- Padezco una adicción de heroinómano por este deporte y no escatimo en viajar muchos kilómetros y pagar una fuerte cantidad por ver un buen partido de futbol. Además, hago turismo futbolístico y he ido a ver juegos profesionales en ocho distintos países del mundo. Colecciono camisas originales de todo el planeta y tengo más de 30 de los Tigres. El sueño de mi vida es poder ir a una Eurocopa de Naciones y a una final de Champions.

El Metal- El Metal es el Soundtrack de mi vida y puedo viajar muchos kilómetros para ver un buen concierto. He visto seis veces a Iron Maiden y los iré a ver cuantas veces sea posible. Cuatro veces a Slayer y Megadeth, tres veces a Motörhead y a DIO e infinidad de bandas más. Mi sueño ir a Waken. Eso sí, la compra de discos, que antes era de uno por semana, se ha moderado al máximo.

Pero no se preocupen, dentro de poco todos estos lujos serán superfluos, prescindibles y ridículos y sin duda me volveré experto en pañales, mamelucos, biberones y ¿saben qué? Seré el hombre más feliz del mundo con estas nuevas aficiones porque ese es el verdadero lujo de la vida.


30 comentarios:

Diana. dijo...

Muy buen Post..

Los pequeños lujos son los que te hacen inmensamente feliz de corazon y que puedes hacer feliz a los demás como por ejemplo tu familia...

no los que los haces por presión, o por tener algun estatus social, esos apestan..

saludos..

Dr. Mille Miglia dijo...

Pffft, Estoy en desacuerdo con los autos, claro si te compras una hummer pues tú dinero se convertirá en polvo, pero hay autos que si pueden ser una inversión, lo malo es que son caros, si no preguntale a la gente que colecciona clásicos.

Lilo dijo...

Yo a usted simplemente lo amo.

Anónimo dijo...

Jijiji, con lo de los videojuegos le dijiste retrasado mental al HuevoLuis! jijijiji

Anónimo dijo...

Jijiji, con lo de los videojuegos le dijiste retrasado mental al HuevoLuis! jijijiji

La Rosy dijo...

Excelente post. Yo también me gasto mucho de mi dinero en viajes, soy adicta a la pata de perro. Tanto que la casa y su acondicionamiento pasa a segundo término...

Saludos!

Anónimo dijo...

compartimos el concepto de "tener auto", paso sin ver, el caminar no es de jodidos es de libres

Anónimo dijo...

Todo iba excelente, hasta que saliste aficionado de los Tigres.

En fin, de todo hay.

María dijo...

No crees que es medio pretencioso?
"Yo nunca, nunca... pero lo tengo"

Mi humilde opinión.

EL PERRON dijo...

pues que mamada la que escribes...pretencioso y sub-radical. Muy contemporaneo de liberales encajosos que dicen y proclaman una verdad ajena que ni aceptan porque de una u otra forma todos estamos haciendo uso de esta seudo-modernidad, seudo-radicalismo, seudo-revolucionismo. Y para colmo, lo comparto ja ja ja ja. Y de lo cambiar pañales es verdad...esperate cuando esa otra persona te quiera hacer cambiar a ti por ese bebe que empieze a crecer.

Dámaso Pérez dijo...

Que extremista

los bienes materiales no lo son todo, pero tampoco es para satanizarlos.

ignoro si tienes ingresos o no, pero por lo que he visto, normalmente quienes no tienen acceso a ellos, suelen encontrar toda clase de justificaciones para decirse a sí mismo:

Estos bien, estoy bien, es mejor ir en metro como sardina que tener un horrible coche, fuchi...

estoy bien, estoy bien, es mejor usar mis incómodos huaraches y el pantalón que compré por 10 varos en el mercado que gastar "fortunas" en ropa, eso es para los superfluos y para los que tienen trabajo... (no como yo)...

en fin, cada quien, yo, la verdad, me siento cómodo siendo consumista aunque no me considero un enajenado materialista

marszoid dijo...

Playas es el único lugar de Tijuana donde me gustaría pasar mas de un día. Tal vez una vida.

:)

¡Lánzalo a Lucas! dijo...

Se cuentan por millares los que como vuesa merced tienen auto por "necesidad", pero, claro, hay que lucirse intelectualizando en contra de la burguesía -ya sabe, para contrastar dentro del cardúmen y erigirse, como por casualidad, cual ser soberano, librepensador e independiente.

¡Ajúa! ¡Ánimo, señor!

Daniel dijo...

Hola Amigos de Recolectivo: Mi desprecio a los carros y a ciertos bienes de consumo, no es una posición moralista o de franciscano. Simplemente no me llaman la atención. Aún con dinero de sobra, un buen carro no estaría ni siquiera entre mis diez prioridades y no lo tendría si no fuera necesario. El dinero mejor me lo gasto en viajes, en conocer países, en vinos, en libros. Dámaso Pérez: Falta de dinero? Mmm, pues no sobra, pero trabajo nunca me ha faltado y jamás he estado en quiebra. Tampoco creo que viva precisamente en la miseria en un tejabán. Satanizo los bienes materiales? No, simplemente algunos no me interesan, los carros y las joyas entre ellos, pero igual puedo gastar mil pesos en un vino y no me siento mal y muchas veces me he gastado lo que cuesta un carro en ir a un lugar lejano. La ropa tampoco me interesa, pero sí me interesa conocer el mundo y apuesto doble contra sencillo a que la he rolado el triple que tú por este planeta Dámaso. Soy capaz de caminar kilómetros y apretrame en un camión, algo tan humillante para tí, pero no soy capaz de tomar un mal vino o un mal whisky o conformarme con pasear en Los Angeles y Disneylandia. Anónimo: Lo de los videojuegos no es contra nadie ni pretendo intelectualziar: Sucede que siempre me han aburrido mucho. Eso es todo. Comprendo que mucha gente odie el futbol y me considere un patán inculto por ello y lo acepto perfectamente. Tampoco pretendo convencerlos de que escuchar Metal te hace mejor persona. Un abrazo. DSB

Anónimo dijo...

te felicito Daniel, has priorizado en tú vida las cosas que valen la pena,

has formado tus pequeños placeres si se le pueden decir pequeños.

tengo una amiga tan jodida, que sus unicos viajes se han tratado de ir a la Isla del Padre, pero eso si, con pantalones de 150 dlls
jajajajajajaja!!!
y la presunción a todo lo que da.
que ni comida tiene en su casa.
bolsas de 10 000, jajajajajajaj
que ni tragar tiene.
son prioridades en la vida
y a mi esas prioridades no me satisfacen.
prefiero tener mi casa linda, en un buen barrio, salir de viaje y explorar el mundo, a tener tu vida esclavizada a una pinchurrienta moda
un abrazo

Yacov dijo...

amh... que puñetota mental, escribir 7 madrinolas para justificar 9 o' 10 pasiones...
Lo único bueno es que eres fan de los tigres. De ahí en mas' comparto tu opinión sobre los carros. Aunque soy fanático de los motores, me caga tener que vivir en un lugar donde sin carro no puedes tener una vida útil.

Anónimo dijo...

Pequeño burgues renegando de la pequeña burguesia.
De hueva pues.

Kyuuketsuki dijo...

Mas allá de mis opiniones personales en cada punto, me quedo con la reflexión final del post. Lo mejor, sin duda.

Héctor dijo...

Mientras te escribo escucho al pequeño Héctor jugando y créeme que aunque en una año no hemos podido viajar no cambiaría esto por nada.
Felicidades Daniel, muy buen post

Luis dijo...

Yo con Daniel con gustisimo me tomaria un tinto de mil pesos, nomas por el gusto de compartir una velada.

snif.

Guffo Caballero dijo...

Eso que comentas es muy cierto. Hay cosas que simplemente no te llaman la atención.

Como que la mayoría de la gente no sabe diferenciar entre las cosas que realmente quieren porque así les brota inexplicablemente del alma y las cosas que creen querer porque así lo dicta la tele y los medios y su publicidad engañosa, creadora de necesidades falsas.

Tengo amigos que dicen: "Yo sí me compraría unos zapatos de 15 mil pesos si tuviera el dinero", "yo sí me compraría un Hummer".
Yo sólo suspiro, snif.

El hombre de hielo dijo...

Coincido contigo en la parte de los coches y difiero en la parte de los viajes.

Tengo coche por necesidad, de unos años para acá mi presupuesto para comprar coche ha sido de no más de dos meses de sueldo. No tengo pedos en usar transporte público y cada que puedo lo uso, pero es que honestamente acá en el DF es todo un martirio, en lo micros no entro ni parado ni sentado, en el metro, o entro yo o entra mi maleta para el gimnasio, los taxistas son adictos a la adrenalina y manejan como si fuera deporte extremo.

En cuanto a los viajes, no se, considero que son un lujo sobrevaluado, cualquier lugar que a uno le pueda parecer mágico, inalcanzable o exótico, para cualquier lugareño será lo más trivial del mundo. No disfrutaría mucho más conocer Venecia, que conocer cualquier rincón insospechado de mi ciudad en turno.

Manuel Lomeli dijo...

Una lista muy larga para mi gusto, mi buen guero.

Pero muy tuya.

Un saludo, viejo.

pablasso dijo...

En resumen: "Son unos pendejos capitalistas todos a los que les gusta lo que a mi no me gusta."

Anónimo dijo...

me gusta como escribes
te estas convirtiendo en uno de mis favoritos en este blog

Anónimo dijo...

Disfruten de la Vida y dejense de mamadas

Dámaso Pérez dijo...

"ahí sí, yo ya fui a disneylandia...
y viajo más que tú..."

pff apa viajecitos tan chingones que te avientas, casi tan infantiles como tus respuestas

ANONIMA dijo...

VIAJAR Y COGER, VIAJAR PARA COGER, COGER AL VIAJAR, SON MIS LUJOS FAVORITOS, ESTOY ENFERRRMA!!!
JAJAJAJA


BUEN POST.

Mario Cann dijo...

Todos los puntos de vista son válidos, y comprendo perfectamente a Daniel, yo al igual que el, nací en una familia que no me dió toda mi niñez y parte de mi adolescencia lo necesario y un poco más para vivir, casa no me hizo falta, comida y vestido mucho menos, aprendí de carros, joyas, ropa, comida, vinos, porque todo eso lo ví en casa, pero por rebeldía siempre estuve en contra de todo eso.
Sigue siendo mi filosofía el vivir con lo estrictamente necesario, pero claro que nunca viviría en una casita de cartón, o me limitaría a comer pan duro y agua de las cañerías, claro que no, mi trabajo me ha costado tener el trabajo que tengo, y la posición que he alcanzado, y desde esta posición puedo al igual que Daniel, criticar y menospreciar a todos mis contemporaneos burgueses quienes SI efectivamente, viven para inflar sus egos con capitalismos superfluos.

Buen post Daniel!!!

Vicky ZR dijo...
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