viernes, 11 de septiembre de 2009

Caudillos en lunes


Exactamente a media noche sale a escena el mismo travesti de todas las semanas personificada como Yuri, Gloria Trevi, Amanda Miguel o ,cuando se pone internacional, Beyoncé. Después de interpretar unas cuantas canciones con ayuda del playback la vestida saluda al público. La Prima - así se hace llamar - se toma el tiempo para burlarse de su edad, de su género, de su vida amorosa y responde con elocuencia cualquier grito ofensivo de los asistentes.

La Prima se acomoda el paquete en el escenario, recibe una cerveza de algún admirador misterioso, se la toma de golpe y anuncia el inicio de la noche de talentos. Muy pocos se atreven a subir al escenario. La verdad es que la mayoría de los asistentes venimos a ver, no a participar; casi todos los que estamos aquí decimos ser gente bien y respetable que viene a darse un baño de pueblo, comprar cerveza barata y disfrutar del espectáculo carnavalesco de los que viven de-la-Calzada-para-allá.

El travesti en el micrófono pide atentamente a las jotas presentes que no sean rancheras, closeteras y suban a demostrar sus talentos. Una lesbiana que se cree capaz de imitar a Alejandra Guzmán es la primera en animarse.

- Qué bonito cabello. - dice La Prima señalando el tinte corriente de la mujer - ¡Tú si eres güera natural!

A la lesbiana oxigenada le siguen dos chavos de Aguascalientes que dicen ser bugas a pesar de su ceja depilada. Ellos organizan una vergonzosa competencia de baile que despeja toda duda sobre su orientación sexual. Después pasarán otro pocos a ser ridiculizados en un escenario donde lo chusco gana sobre lo políticamente correcto, donde no hay palabras prohibidas, ni expresiones mal vistas, donde los pobres, los nacos, los closeteros, los feos, los putos y las locas se burlan de todo aquello que les duele escuchar abajo de la tarima.

La Prima se despide a mitad del espectáculo y deja su lugar a otra vestida sin nombre de figura mucho más femenina y lengua mucho más venenosa. Ella dice tener más clase y se disfraza de Rihanna, Cristina Aguilera o ya muy perdida, de la vocalista de Belanova. Ella pretende cantar también y aprovecha cualquier oportunidad para contar las historias de golpes, persecuciones y maltratos que vivió como un joven gay en Colima, todas ellas aderezadas con humor negro porque aquí nadie viene a llorar.

En algún momento de la noche, cuando se acaban los valientes que desean mostrar sus talentos, un nombre comienza a ser aclamado por todo el público:

- ¡Chachita! ¡Chachita!

- Te buscan Chachita, - se oye desde el micrófono - ¿en dónde estás puta?

Alguien la señala y la empuja, Chachita no para de reír mientras se balancea para subir al escenario. De ella se sabe muy poco, casi nada. Que tiene alrededor de cincuenta años. Que mide un metro con sesenta y pesa como ochenta kilos. Que es empleada de alguna institución gubernamental. Que compra su ropa en Soriana y siempre usa el mismo tono rojo de labial en sus dientes. Que por las tardes acompaña a su madre a los museos. Que de vez en cuando lleva a unos niños - nadie sabe si son hijos, sobrinos, nietos o desconocidos - al parque. Que es soltera o viuda o divorciada. Que a veces se aparece en inauguraciones de exposiciones fotográficas. Que todos los lunes por la noche se desnuda en uno de los tantos antros gay de mala muerte en Guadalajara.

- ¿A poco no está bien bonita la Chachita? - pregunta el travesti mientras juega con las lonjas de la mujer. - Oye tú, ¿y ya tienes novio?

Chachita no responde a ninguna pregunta del travesti en turno y jamás habla cuando le ponen el micrófono en frente. Lo suyo parece ser reír como colegiala mientras Rihanna - o Cristina, o cualquier otra seudo diva - le dice que ya no coma tanto y le recomienda usar un brassiere que le levante las tetas del piso.

- Bueno m'hijita, a lo que veniste. ¡Encuérate puerca!

El reggaeton comienza a sonar y Chachita mueve todas sus curvas sin pudor alguno mientras el público aplaude y chifla muy entretenido. El espectáculo es veloz y Chachita tarda muy poco en quitarse la blusa mientras los de abajo ríen y gritan descaradamente. La mujer se voltea y comienza a mover el trasero a un ritmo que sólo ella entiende y aprovecha para quitarse el sostén. La desnudista improvisada sabe manejar el erotismo y cubre sus pechos como protegiendo un secreto que nadie desea conocer.

Pero el decoro le dura muy poco a Chachita quien pronto quita su mano dejando caer hasta su ombligo sus decadentes pedazos de carne. En este momento los espectadores gritan aún más fuerte por el asombro, algunos se tapan los ojos, la mayoría se burla a carcajadas del esperpento en el escenario. Chachita nunca pierde la sonrisa ni las ganas de bailar y en un movimiento demasiado audaz se baja los pantalones y los calzones, descubriendo completamente su ridículo.

El público da la espalda al escenario, la música se detiene inmediatamente y la Rihanna tapatía sube a la tarima apresurada, intentando aminorar el espanto. La noche se rescata con otra serie de burlas sobre Chachita a quien se le ordena vestirse rápidamente y se le regala una cubeta de cervezas por haber sido la ganadora de la noche de talentos. La burócrata sin vergüenza baja del escenario y se tambalea hacia la barra para pedir sus cervezas.

Son las dos y media de la mañana. La Prima regresa para dar fin al espectáculo y recordar al público que el lugar está abierto los siete días de la semana. Los dos travestis bajan del escenario y comienzan a quitarse las pelucas antes de llegar al baño de mujeres. Las luces se apagan y las máquinas de humo llenan de niebla el lugar.

Una mezcla electrónica comienza a sonar para todos aquellos que deseen continuar la fiesta hasta las cuatro de la mañana. La lesbiana con mal tinte sale del lugar con sus amigas inmediatamente. Cerca de los baños, uno de los chavos buga de Aguascalientes cierra los ojos y baila muy pegado con un hombre que le dobla la edad. Casi nadie habla, todos bailan y rehuyen las miradas conocidas entre el humo, que sirve para borrar todo recuerdo de haber estado aquí. La única que ríe es Chachita, quien ahora está sentada en una esquina con su cubeta de cervezas. Por el resto de la noche no parará de reír.

18 comentarios:

Unknown dijo...

Chingüengüenchón. En serio, ¿de dónde sacas tanta cosa (sin albur)?

Anónimo dijo...

Estoy pidiendole a Dios que esto sea ficción, de lo contrario es algo muy triste.

Guffo Caballero dijo...

Eh, Beto: ¿dónde aprendiste a escribir tan correctamente?

Pasa la receta.

Saludos.

Tumeromole dijo...

Algunas cosas ya te las dije por el tuiter.

Ahora sólo me resta decir que te ha quedado bastante bueno el relato.

olivia newton dijo...

el caudillos no está de la calzada para allá, queda x el centro, ese qe tu dices es el monica's pendejo y lo se prqe todos los del atlas son los putos de guadalajara jajajja

B. dijo...

Kentucky Freud Chicken, Guffo, Mole: ¡Muchas gracias!

Iván: Pues yo me reí mucho, mucho, mucho. Triste lo que sucede afuera de ese lugar.

Anónimo con alma travesti: Dije que la gente era del otro lado de la Calzada, no que el antro estuviera allá. Efectivamente, el Caudillos está en el centro y qué bueno que visites el lugar cada que ganan las Chivas, seguro encuentras a muchos de la porra.

Alegría Buendía dijo...

No he terminado de leer el texto. Me quedé en: de la calzada para allá y rápido le pique en comentar para decirte.

Tapatío!

Alegría Buendía dijo...

Ahora sí, con permiso , terminaré de leerte

Anónimo dijo...

B-tO (dos puntos) una vez fui al Caudillos y qué cosa! pero qué cosa! que una ve ahí, y tal cual lo cuentas es de lo que me acuerdo (mientras pude) de lo visto y así...
No mames, escribes con una sencillez pero una ricura, que no mames!!
Con albur.

Alejandro Rivera dijo...

muy buen relato mi buen B_tO, aunque no se de que habla si los de Aguascalientes son bien Ma(yates)chos jejeje, muy bueno la verdat

dayanna* dijo...

Amé esa noche =)

Anónimo dijo...

Miren la chinga que les están poniendo:

http://ninjaperuano.blogspot.com/2009/09/los-inicios-de-un-nuevo-proyecto.html

Manuel Lomeli dijo...

Salvo algunas redundancias, es una buenísima estampa de tu típico bar con show trasvesti, mon ami. Aquí en Tijuana se cuecen unas habas tremendas, y el show está también en el público, donde a veces te hallas bigotudos taimados, que con el anillo matrimonial en el anular, disfrutan toda la noche tomando cerveza y consintiendo en su regazo a un efebo que se deja querer en sonrisitas y doblones.

Anónimo dijo...

manuelito, ese efebo maricón

por cierto, al autor: quien dice que soy travesti? soy mujer, pendejo, jajaj y no le voy a las birrias, el que sepa que la mayoria de los putos de ahi le van al atlas no significa que sea chiva, baboso!

La chica de las gafas oscuras dijo...

Que decadente... y que delicioso fue leerte, el mejor post que te he leído.

Saludos!

Anaita dijo...

Mi estimado, conforme fui leyendo lo unico que se me venia a la mente era: de que antro estara hablando?... y no me quedo mas que pensar en Monica´s. Entiendo que sea raro aceptar q los bugas visitemos esos lugares (que cabe señalar, son totalmente sui generis y divertidos)sin embargo, me queda claro q es una diversion extrahordinaria.
tienes una manera de escribir y describir que me hace sentirme ahi (con la pena de chachita y toda la cosa)

Debo admitir que entro a recolectivo y eres lo primero q busco para leer.

abrazos

DZVLA dijo...

Qué placer fue leerlo.

dayanna* dijo...

YA ES OCTUBRE!

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