domingo, 20 de septiembre de 2009

Una nariz grande, siempre es una nariz fálica

Tengo una nariz grande, bulbosa, sin exagerar puedo afirmar que mi nariz es la más enorme que jamás podrán ver sobre la tierra, tan grande que al verme de perfil es imposible no imaginar que algo sorprendente ocurrirá al final de trayecto que se debe dar para poder rodearme.

Una nariz grande, siempre es una nariz fálica, quizá por eso muchas de mis amigas se conforman con alguien de nariz grande y pito pequeño.

Como es de imaginarse, mi aparato olfativo también multiplica la percepción que tengo de los olores, de todos y cada uno de los que pueden reproducirse sobre la tierra. Me pregunto si las personas de ojos grandes pueden ver más que las que los tienen pequeños.

Puedo decir que soy una persona privilegiada, pero rastrear aromas no siempre ha sido una bendición, sobre todo en la secundaria cuando tuve que chutarme la mezcolanza de humores de 50 adolescentes distintos, los días que íbamos a educación física eran los peores, pero no solo por aquellos a los que el desodorante estaba ausente en su diccionario personal, sino por las 23 adolescentes menstruantes que inundaban con ese aroma dulzón el reducido salón de clases.

Las feromonas latentes en el ambiente me hacían enamorarme de cualquiera que se me pusiera enfrente, de cualquiera repito, evidentemente las decepciones amorosas también fueron lugar común en ese momento de mi vida, hasta que aprendí a masturbarme y ser feliz con ello.

Otro sufrimiento se había convertido el ir en metro sobre todo en la línea 1 a las horas pico, pero nada era tan terrible como el imaginar que algún día mi capacidad olfativa se perdería o normalizara. Pensaba en lo frustrante que sería la vida de un anósmico, desquiciado por no ser comprendido sobre todo en educación parvularia al aferrarse al hecho de tener solo cuatro sentidos y no cinco como la gente "normal".

Algunas veces despierto ensopada en sudor, la pesadilla recurrente es que por alguna razón pierdo mi nariz, no solo el olfato, sino mi nariz, entonces compruebo rápidamente que mi "nona" como le llamo de cariño sigue ahí, pegada a mi rostro inamovible, majestuosa como la esfinge de Egipto.

A pesar de lo grande que puede ser, evito en la medida de lo posible, snifar coca o inhalar cualquier otra cosa que pudiera ponerla en riesgo.

Con el tiempo aprendí a modular mi excitación ante un aroma nuevo, ante el descubrimiento que supone la experiencia de reconocer un olor familiar, aprehenderlo y hacerlo mío, traer del pasado un recuerdo y sentirlo tan presente que a veces me vuelvo loca definiendo que es real y que es evocado.

Es una lástima que muchas personas no reparen en la existencia de su nariz y su sentido del olfato, hasta que un hedor despreciable o un aroma les remueve las entrañas, hasta que un olor les da un golpe de conciencia a veces tan duro que es difícil reponerse. Es por eso que ahora más que nunca ese maldito olor de tu sexo, viene a mí desde tu ausencia, impregna cada una de las cosas que hay en esta habitación y me impide olvidarte de una puta vez.

12 comentarios:

big nose, digo big nice dijo...

Asco de narizonas, pero supongo que debe haber frikis que tengan fetiche por ustedes.

Pero aun asi, es preferible tener narizota ha ser mujer con nariz aguileña, porque se ve mas horrible todavia.

Francisco Romo dijo...

La verdad tu texto esta escaso de todo. Y ojo! no digo que todo lo que escribas no sirva...haz tenido posts muy buenos.
El que presentas aquí en particular, esta falto de TODO. No tiene estructura, carece de fluídez y la verdad no dice nada. Incluso te viste en la necesidad de valerte de elementos llamativos y utilizaste el sexo no como tema central...sino como un grito desesperado para llamar la atención y cumplir con el tema de la semana.
...Tal vez la única constante es que sobre el tema...no tengas nada que decir.
Saludos,

Goma Rosa dijo...

igual mi sentido del olfato es agudo..
es util y delicioso a veces, pero cuando se trata de olvidar algo y cada olor conocido lo evoca.. se vuelve un pinche fastidio

Jorge dijo...

Enfrentar a los fantasmas del hayer, que reviven por medio de los sentidos (en nuestro caso el olfato); es una fastidiosa tarea. Pero, si nos permitimos el volver a vivirlos (sentirlos, oirlos, saborearlos, verlos u olerlos), descubriremos que detras de esa desagradable memoria, hay lindos momentos que nos llevaron a esa situación (¿por qué?... creo que esa es otra parte de nuestra tarea).

"Para descubrir, las perlas enterradas... tenemos que quitar el fango".

Estoy de acuerdo con el lobo... tu texto esta escaso de todo, pero todo lo que el buscaba. Aunque no hayas manejado muy a fondo la relación de las palabras (olor y sexo), me regalaste un bello recuerdo, por medio de la vista, cuando lo lógico debió de haber sido el olfato. Con solo escribirte, que apartir del cuarto parrafo, no paré de aspirar fuerte, con la esperanza (creo que inconsciente), de olfatear algo de lo que escribiste (¿algún dia podremos leer con la nariz?).

Gracias.

Anónimo dijo...

fantasmas del Hayer????? querías decir ayer? o qué es el Hayer?

Alan dijo...

hayer =S

Anónimo dijo...

Hay, perdón, el anónimo tiene razón, pues nunca atendí ese error.

Quise decir "hayer"... ups, lo volví a "hacer".

Quise decir "ayer".

Asi que agradesco a TedO, por tener valor de no ocultarse, y hacerme ver el error. En cuanto al anónimo... no sé a quién agradecer.

Feliz día

Baruc dijo...

son unos cagados ustedes y su respectiva naríz

Baruc dijo...

son unos cagados ustedes y su respectiva naríz

Baruc dijo...

son unos cagados ustedes y su respectiva naríz

Baruc dijo...

son unos cagados ustedes y su respectiva naríz

Daniel dijo...

Es un gusto que hay usted vuelto a escribir. Una vez al mes, pero de lo bueno poco. Ojalá escribiera usted más. DSB

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