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Estos son los ejercicios en Recolectivo
Ejercicio 38: Refranero Popular
Ejercicio 33: Inocentes esperanzas
Ejercicio 31: Sueños de pueblo
Ejercicio 30: Héroes sin calle
Ejercicio 26: Egolatria Desinteresada
Ejercicio 25: Señales del Apocalipsis
Ejercicio 23: Miedo a los niños
Ejercicio 18: Otra forma de morir
Ejercicio 17: 27 de enero, 2059
Ejercicio 13: Recuento de daños
Ejercicio 12: Un toque de mota
Ejercicio 9: Rebelde sin causa
Ejercicio 7: Obsesiones infantiles
Ejercicio 6: Si tuviera una maquina del tiempo...
Ejercicio 4: Asústame panteón.
martes, 2 de febrero de 2010
La Vulva Checoslovaca y La Melancolía
Cuando le juré a mi mujer que no me acostaría con ninguna europea no lo decía en serio. Se volvió serio el juramento después de tirarme a media docena de ellas. Polacas incluidas, y una holandesa relativamente robusta de carnes tibias y lentas. Sexo ralentizado. Coito lúgubre. Orgasmos de añoranza y homesickness.
Cogen mal, tuve ganas de decirle por teléfono, después de once meses de llamadas telefónicas y platicas anacrónicas pero desesperadas. Los condones se sienten frios; no he sentido la tibieza de una vagina desde que nos separamos. Y ello no es tan malo. Más bien era horrible no poder confesarlo y tranquilizarte con esa ironía; decirte que hagas tus temores a un lado: que ya había tenido a una francesita encima mio, cogiéndome mal. Los europeos están todos deprimidos, amor.
Que te prefiero a ti, y ya con eso decirte que dejaras de desperdiciar la llamada en preguntas recurrentes, en amenazas programadas. Tenía que probar el mercado local, mon amour. Irme de putas a la Henry Miller; salarme los genitales con savia del viejo continente. Qué sería yo, latinoamericano sin ejercer mi derecho de venganza por todos los siglos de esclavitud y violación a nuestro continente. Tirarme a un par de españolas era el cobro justo por la caida de Tenochtitlan.
A veces pienso nada más que tu ausencia ha vuelto todo erotismo imposible. Que la distancia me haya despojado de ti lo torna todo un tanto anorgásmico, y bueno, también debe ser mi dieta, de cincuenta euros a la semana, latas de atún, pan de ayer y cerveza belga de chocolate o frambuesa. No quiero llorar, ma petite cherie; es hipocresía mía que llore después de haberme hundido en tanta mujer. He cogido más aquí en Europa, y eso es cierto: hay más sexo aquí. Todo mundo coge con todos, y en todas partes. He cogido más aquí que contigo allá en dos años, y qué desilusión, siempre tan malo este sexo europeo, de occidente o con algo de los balcanes, a veces con olor a yiddish y checo trasnochado. Te extraño, amor.
Un amigo local dice con mucha franqueza que lo mio es neurosis: somatizo la culpa. Que edifico mi trastorno con piezas de distanciamiento, adulterio y añoranza. Cuando regreses a tu patria y te veas desnudo con las mujeres locales, ya podrás sonreir recordando a las de aquí, y te jactarás de ser una verga cosmopolita. Un pito de mundo, dice. Y cuando por fin se va y me deja solo, a veces me echo a llorar.
Hace dos días, mi amigo me presentó, en casa de Jerzy Bolotka, a Eva Sisovsky, una checa de ascendencia alemana que me espetó borracha: du sprechen Deutsh, nicht wahr? Cuando le dije que etwas, ya tenía su mano tanteando sobre mis pantalones, buscandome la verga, probablemente confundida porque los latinoamericanos no la tenemos tan grande como los alemanes, o los checos, o los arios si debo generalizar. Enseguida nos metimos a un estudio atestado de aviones y naves espaciales a escala, y sin soltarme el pene, todavía flácido, comenzó a besarme. Luego de exprimirme la saliva y entumirme las encias con su lengua, se dispuso a hacerme el sexo oral más doloroso de mi vida.
Probablemente diseñada para pollas enormes, los labios de Eva Sisovsky engulleron mi falo en una bocanada, y en vez de un vaivén suave y húmedo, la infeliz judia - con ese nombre solo podía ser judia - me succionó como si fuera posible extraerme el tuétano de los huesos a través de la uretra. Pensé, con el dolor que me vino, en nuestra distancia, y en las diferencias posibles de todo el sexo de este mundo tan apelmazado de placer. Imaginé a chinos cogiendo, a hindúes en ciclos tántricos, a rusos, a sudafricanos, a senegaleses y kurdos, cada nación metida en lo suyo, cogiendo en la calidez de la carne conocida. Yo no soy un pito mundial, y esta mamada me está doliendo, concluí.
De la nada, probablemente antes de lesionarme el meato urinario, Eva se detiene, se saca el asunto de la boca, y murmura con un gruñido: neunundsechzig? Aún sin mi respuesta, se levanta y se quita los pantalones quedándose con la blusa y los calcetines, como una loca decidida a orinar en cualquier rincón de la habitación, para echarse cuan larga era en un sillón de dos plazas. De inmediato me dice, apuntándose el coño con el dedo índice de la mano derecha, invitandome a mamar y ser mamado, en alemán simultaneo: neunundsechzig...?
Pensé en ir a ella y arrancarle el clítoris en venganza a la horrible felación que me hizo, pero en vez de eso le pedí que se pusiera de pie para colocarme abajo. Así se hace ¿no? Es más práctico de esa forma ¿no? El hombre abajo y la mujer arriba, por razones ergonómicas, para que ambos puedan mamar y lamer sin problemas ¿o no?
Y funcionó. Funcionaba contigo. Ha funcionado así desde hace cientos de años. Funciona igual incluso al revés, y seguirá funcionando si después la acomodo a tiro y le introduzco lo que he introducido en todas, el mismo pene tieso de sangre que va y viene. Si: después de acostarme, bien derechito, la vi subirse a horcajadas sobre mi cabeza, y entendí todo cuando vi su vulva, su labia pigmentada y el vello hirsuto cernirse sobre mi rostro, como si fuera una máscara (la de un faraón, la del prisionero francés, la de Hannibal Lecter, la de Jason, la de V for Vendetta, qué graciosa es esta postura...). Cerré los ojos y abrí la boca, resignado, y cuando el sabor colmó mi paladar, abrí mis párpados y me hallé con el ojete de su ano, y entendí, entre la melancolía más absurda e inadecuada, que estaría condenado a coger con la misma mujer, una mujer de muchísimos rostros, hasta que no volviera contigo, el único sexo que puedo tener con todo el mundo.
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manuel,
Sesenta y nueve
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Nuestros bloggers no los selecciona el azar, ni un dedo en el cielo, ni un niño de la lotería nacional; nosotros los seleccionamos de acuerdo a su peculiaridad y estilo de escribir. Recolectivo no es un blog abierto a cualquiera pero tendremos invitados.
A continuación nuestra lista de colaboradores:
Srta. Pelo Irritante adolescente con complejo de Peter Pan. De calvita sexy y gracioso caminar. Aspirante a mimo. Ha usado el mismo par de zapatos en los últimos 7 años y sólo se baña los domingos .Dicen que es rara: lo es.
Freddymatico Zimmerman. Blogger de orejas perfectas y patillas de taquero. Sarcástico engreído de comentarios corrosivos. Egocentrico jactancioso con pretenciones de macho-alfa, de piel sensible y todo poderoso. En constante contacto con su lado femenino.
Huevo Luis, nada más. Blogger venido a menos. De niño creía que Chinampa era una ciudad, pero ahora ya no está seguro. Lo acusan de ser un montón de cosas, casi todas ciertas. Él es Luis, nada más.
Salaverga. Sonorense jocoso con ínfulas de mafioso siciliano. La versatilidad y el garbo de un exiliado voluntario, que a vivencias propias, sabe que puede ser más frío el desierto de un país decadente y avaricioso, que el mismo Rio Bravo en los raudales de agosto.
Mulder. Mediocre heroe del canal 5. Desempleado de final de temporada. Escritor de lo anormal y cazador de lo paranormal. Valiente captor del Chupacabras. Fiel amante de Scully y perseguidor de extraterrestres furtivos.
NEB. Publicista frustrado prófugo de los yermos publicitarios y desertor de la semiótica. Amante de lo kitsch y buena onda. De repugnante y nauseabundo sentido del humor.
Yo soy Ella. Costeñita en el exilio. Alcohólica en proceso con la habilidad para permanecer dormida largas horas ininterrumpidas. Con tendencia a caer y accidentarse. Los internets la odian y ella odia el aguacate.
Caballero. Televiso y comunicólogo. Locutor y productor de obviedades inherentes. El maestro limpio de los blogs,
autentico portavoz del proletariado con tildes de barrio bajo. Burgués desidioso con aspiraciones de Zabludovsky.
Kabeza. Monero nacido en el desierto y exiliado en el asfalto. Fuma para esconder el bigote y dibuja porque no le queda de otra. Extraña las tortillas de harina, por eso adopto a la Tía Rosa.
Plaqueta. Como no daba una socializando ni bailando salsa, tuvo que abrir un blog. Se dice que cuando muera encontraremos sobres de Splenda regados entre sus pertenencias. Ama tanto a los hombres que le gustaría ser uno, aunque la idea de ligar con mujeres la asquea (pinches viejas). Abusa de los paréntesis (por ejemplo).
Guffo. Su mayor temor es ver a Cepillín sin maquillaje y una vez llego hasta el nivel del pretzel en Ms. Pac-Man. Ha tenido una vida provechosa y llena de triunfos, como podrán darse cuenta.
Changos. Fiel practicante de la ley del mínimo esfuerzo. Inconforme estudiante de ingeniería. Inconforme hijo de familia. Naco, inculto y borrachín. Torpe y descoordinado. Tipo de pocas palabras y aspiraciones. Indispuesto al desarrollo si este implica abandonar la comodidad de la sombrita.
Rox. Computita manipuladora. Se le vio por última vez con una caja de cartón de leche Lala en el aeropuerto acosando extranjeros. Señas particulares: Pecas en las nalgas y tendencia a morder. Padece de sus facultades mentales.
Canibal. Chamaco de rancho. Flaco, prieto, panzón y alcohólico. Cuasimisógino. Amante de la crítica a lo wey y del mundo porno. A veces llora en las mañanas, cuando recuerda la muerte violenta de su perro Jicotillo... pero ya lo está superando.
LaMaga. Monógama rehabilitada. Sobrevivió al ataque de sus propios tacones teiboleros (ya no hay lealtad en este mundo). Fanática de los cuentos (los reales, los ficticios, los propios, los ajenos y sobre todo los que le han regalado a título personal). Le gustan las películas repetidas y los planes malévolos. Las fuerzas superiores la odian.
Perdidos en acción.
Falso Profeta. Lanchero Escritor enmascarado de alta nobleza. Blogstar de naturaleza sobrevalorada. Proveniente de modesta cuna pero con afanes de opulencia. Porque su sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo.
7 comentarios:
Mi querido socio, que rico la mama tu ruca, con razon la extrañas. Lo bueno que como la mayoria de las mujeres, le vale madres montar a pelo. Por cierto ya en serio, damas hay que coger con preservativo, siempre, si no hay preservativo no aflojen el asunto, me sorprende que no lo exijan. (la mayaria)
"me desperté abrazando la ausencia de su cuerpo en mi colchón"
J. Sabina.
a diferencia de textos pasados en este te mamaste, por un momento dejaste de jugar al escritor y dejaste que saliera todo solo, muy, muy chingon...
Manuela Marica, por la forma que escribes se ve que te mueres por salir del closet
Me gusta, genial cuando estas alli y cuando te das cuenta de que por muchas mujeres con las que te revuelques, no encontraras la que te daba "ella", pfff es la onda encontrar eso en una persona me cae
yeah... Es horrible, frio, seco y absurdo estar con alguien que no te inspira nada... que no te llena de calores ni te inunda de placer...
Hay algo que no entiendo... si el sexo desprovisto de amor es censurable y animal, ¿no debería ser inherente al enamoramiento el apetito sexual monogámico? Pero no!!! por qué es más atrayente el ir metiendo la llave en distintas cerraduras...? y por qué en todas embona?!
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