lunes, 1 de marzo de 2010

Roja


Siete de la tarde de un febrero a punto de arder. Aquel hostal del viejo Palermo parecía sacado de su chilanga Roma y las últimas fuerzas que tenían sus brazos se dedicaron a golpear la puerta de madera despintada. Ella cargaba con un abrigo y cara de agotamiento, como si en vez de avión hubiera caminado hasta Buenos Aires.

Sentía los chapetes en la cara y el sudor perdía su batalla por derrotar al hervor de su pecho. No, aún no puedes llorar se decía mientras la garganta ahogaba el sentimiento. Por fortuna, le abrieron la puerta.

Detrás de ella apareció un hombre negrísimo y escurriendo, con una toalla a la cintura que le cubría apenas lo indispensable. El rostro simiesco le sonreía con los ojos negros y los dientes blancos. Brillaban los músculos de pantera y el negro pelo ensortijado. No era moreno como los de su tierra, era negro como el pecado.

-Eres… Roja- dijo él, en un español un tanto afrancesado.
-Rosa, de México- corrigió ella con voz amenazante, como si el que llegara a ser confundida por panameña o venezolana violara algún tratado internacional.
-No, eres Roja-le aseguró él- Pelo rojo, boca cereza, cara roja, pecas moradas. Eres Roja. Yo Antoine. Pasa.

Y ella lo siguió por la escalera sin despegar los ojos de esas grandes nalgas que se movían a través de la toalla. Y señalando una sala con grandes almohadones naranjas y amarillos Antoine le ordenó: Esperar aquí.

Roja se tiró en aquel sillón como si los huesos le pesaran y esperó. Esperó tanto que al despertar, una explosión de colores había atiborrado el lugar. Amarillos con ojos rasgados, blancos llenos de vello, cafés con leche y pelo lacio; naranjas de pechos pequeños, verdes de brazos largos y rosas de nariz respingada. Pero ni rastro de negro por ahí, sólo la noche que se colaba por un gran ventanal. Una chica violeta y piercings en cara, orejas y boca le asigno cama y habitación, además de darle los pormenores del hostal.

-Roja, hola- la saludó Antoine a la mañana siguiente, mientras desayunaba medialunas con dulce de leche y café.
-Rosa- corrigió aquella, ahora sin amenazar.
-Roja de México- dijo enseñando los blancos dientes -¿Vacaciones?
-Sí. ¿Eres Francés?-
-No- y bajando la mirada agregó- Haití.
Roja ya no supo que decir. Las palabras de consuelo siempre le había parecido condescendencia de cuarta. Por eso, se acercó un poco más y puso su mano sobre el dorso de la negra. Era áspera y la piel gruesa, pero a ella eso no le importaba y apretó.
- Yo pinto. ¿Tu ver?

Y tomada de la mano entró a aquella habitación atiborrada de libros, cuadros, pinceles y colores. Desde que se sentó en ese pequeño sillón, su nariz comenzó a recibir un olor almizclado cuyo envase conocería momentos después.

Salió de la habitación con el pelo rojo revuelto, una sonrisa carmesí y la cara encendida… ¿de vergüenza? Imposible avergonzarse de esos orgasmos, cuando el clítoris hace cosquillas en la nariz. O de coger con un desconocido a tres semanas de haberse quedado sin novio. No, definitivamente, no era vergüenza. Era el cuerpo ardiente que acababa de despertar. Era por recordar el ímpetu de caderas y dientes. Era por seguir sintiendo su inflamado pene adentro.
Y esa tarde, un volcán paseó por la Recoleta.

-Quiero pintarte Roja- Le dijo Antoine por la noche, mientras devoraba su boca.

Eres Roja, pensaba Rosa desde su cama y mientras veía el techo, algunos días después. ¿Se puede vivir renunciando a lo que soy? ¿Estar a disposición de un hombre cuando él lo desea? ¿Es válido cambiarme de color sólo porque él lo dice? Rosa. Roja. Ya cállate Roja. Que el feminismo no cabe con ese hombre, cuando es tuyo y es el único. Porque cualquiera podía haber tenido ese lugar, pero él no era cualquiera. Porque lo único que necesitas es amarlo, no averiguas pasados ni criticas futuros. Porque al renunciar a lo que eres no se muere nadie y al negarte a hacerlo te mueres tú. Eres Roja.

Los días que le siguieron a las noches los vio pasar por la ventana del hostal. Roja cubría su piel desnuda sólo cuando tenía que salir a comprar comida y vino –Malbec, le había ordenado él-. Los planes, itinerarios y hechos relevantes que había estado investigando durante dos años sobre la Ciudad de la Furia se quedaron bajo la cama. El tango de San Telmo lo bailó en un asado nocturno en el techo. La grandiosidad del Palacio del Congreso lo encontró de rodillas y los colores de Boca en sus pinceles. Grito orgasmos en vez de goles y el río que recorría la espalda no era el de la Plata. No compró postales en la Avenida de Mayo ni las escribió desde el Tortoni.

Pero era Roja.

El cuadro aún no estaba terminado para la fecha que el boleto de Aeroméxico sentenciaba el regreso de Roja. Mientras Antoine le besaba los ojos le aseguró el envío de una copia y juró que en su memoria Roja estaba guardada.

Pero la curiosidad fue más fuerte y en un descuido del Negro, Rosa se asomó a ver la pintura. Ante sus ojos apareció una negra. Aparecieron unos pezones obscuros que no eran los suyos, un triángulo en la entrepierna que no era rojo, un azabache que brillaba más que su rubí.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece catalogo de cliches no mamar,
como ese de "... un febrero a punto de arder." hay varios, y luego la ciudad de la furia!! bien Soda, ademas parece recien habias escuchado tambien a Sabina... no se por que las lineas de uno de los ultimos parrafos me sonaron a " Con la Frente Marchita" eso sin contar con que otra ves decides justificar la puteria de tu personaje, y sin embargo... me gusto jejeje.

Y que y que.

.... dijo...

MIERDA, es la unica palabra que se deja venir a la mente al escuchar el nombre de ULISES AXEL GOMEZ MIERDEL, el puerco joto latino, asqueroso marrano inmundo de porqueria, periodista mediocre y fracasado treinton y marica, sin futuro alguno que el elevar a 11 el numero de su pendejisima coleccion de latas de cerveza, que museo de ripley ni que la chingada, vamos, repitan conmigo

¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!
¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!
¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!
¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!
¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!
¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!

Nebulosa dijo...

a mí me gustó, especialmente el final, la tristeza implicada en que cada uno estaba pensando en alguien mas

Anónimo dijo...

Pues aquí en plano de criticar:

//derrotar al hervor de su pecho

Esa es redacción campestre.

//Pelo rojo, boca cereza, cara roja, pecas moradas. Eres Roja. Yo Antoine. Pasa.

El mismo que se avienta el esfuerzo de metaforizar una boca cereza después aplica el Yo Tarzán? Qué es eso??? Más allá de que con esa descripción parece que a la pobre mujer le hizo daño algo que comió y está sufriendo los efectos de la intoxicación.

Ya después de ahí, le perdí como el ánimo. La historia, curiosamente, da para mucho. Pero fue ejecutada con un catálogo de frases comunes.

Nada más faltó que agitara su puño vehementemente o alguna ridiculez así.

Falso Profeta dijo...

¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!
¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!
¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!
¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!
¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!
¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!

La Nus dijo...

PUES AUNQUE SUENE A SODA, A SABINA Y VARIOS CLICHES.. Y LOS ANONIMOS DEN VEREDICTO... Y EL FINAL ESTE TRISTON (SNIF!)... Y A MI EN LO PARTICULAR EL TEXTO ME PAREZCA UN TANTO FEMENINO (NO SE SI SEA POR LA PROTAGONISTA) ESTA BUENO PUES!

La Rosy dijo...

Anónimo1: ¿Putería? ah! lo puse porque SEGÚN yo va con el personaje. Es decir, alguien que se justifica al ser caliente, también se enamora como idiota y deja sus sueños por un wey. Saludis

RAH, Gracias!

Anónimo2: Muy cierto lo de la cereza. Gracias!

NUS: es que si es muy de vieja.

La referencia a "la ciudad de la furia" es algo muy personal y no se me hace cliché. Lo de Sabina me halaga, ja!. Aunque volví a escuchar la canción y no le hallo.

Ojale los anónimos me dijeran quienes son, al parecer les da vuelta la tuerca y es bonito saber quienes son. NO LE SAQUEN. No muerdo (fuerte)

Gracias por leer.

Anónimo dijo...

Tal ves la letra de la cancion de Sabina no hable ni se parezca a tu cuento, sin embargo las ligue en mi mente no tanto por que en las dos se mencione al rio de la Plata o San Telmo, es mas bien por la sensacion de nostalgia por el amor perdido entre las calles Bonaerenses, la frase que escribe Sabina en esa cancion " No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió " creo que a tu Rosa le viene muy bien, de hecho la imagine volviendo tiempo despues y gritando en silencio lo mismo que grita Sabina en su cancion...
¿donde estás?
bueno eso creo.

Atte.
El anonimo 1

P.D. Y no me da miedo que me muerdas pero... ¿ y si me gusta?

Anónimo dijo...

La neta, chingón que contestes y que aceptes las críticas. Y no pongo mi perfil por que pues igual así de lurker uno puede ver las cosas y opinar y nadie te pela, bueno pero tu sí.

La anónima dos.

Unknown dijo...

Le perdí el interes a la mitad ...disculpa.

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