viernes, 10 de octubre de 2008

CONEJA


“Crazy… I´m crazy for feeling so lonely”…

La primera vez que mintió, sintió como si hubiera dado una bofetada a un niño indefenso. Sucedió cuando llegó de nueva cuenta al renglón que decía “edad” en la solicitud de empleo. ¿Cuántos años se me verán? – pensó durante varios minutos mientras estaba sentada en la banca de la plazuela, sin atreverse a entrar todavía al complejo de oficinas. Para una mujer de su edad, aquellos enjambres de gente son atemorizantes… más cuando se trata de una mujer como Corina. Llega un auto flamante y se estaciona durante algunos minutos frente a ella, revelándole que, después de todo, no era tan buena idea hacerse rubia a la fuerza, menos aún cuando no se tiene cómo detener las raíces entrecanas que arruinan los rizos ya arruinados por la forma en que se han vencido ante el lacio irremediable. Hace el intento de enderezarse, corrigiendo su mala postura para mejorar el aspecto que le devuelve la ventanilla cerrada, entrecerrando los ojos para verse tal cual… Corina lo hubiese intentado todo con tal de no sacar de su bolso el par de anteojos rotos y remendados con cinta adhesiva, dándole todavía más decadencia a su triste figura, sin embargo, lo hace tras voltear a todos lados, evitando miradas ajenas. ¡Qué distante está aquel día que se quedó plasmado con viejas sonrisas ante el altar en la foto que sigue sobre su buró!

“Crazy for feeling so blue”…

Justo en la mañana de aquel día de Diciembre, mientras que su madrina lloraba amargamente para evitar que se fuera con aquel hombre que llegó a su vida con las manos llenas de promesas, parece que empezó a filmarse la película de sus emociones. Corina, no recuerda del todo su infancia. El monte indómito, las ciruelas verdes con sal, los mangos sazones y el dulce de panela con maíz son simples hebras del deseo que se trozaron a fuerza de estirarlas para zurcir su soledad recién estrenada. De su madre, solo quedó alguna canción que recordar, de su padre, penas y de su madrina, las lágrimas de aquel día. Sus ojos, a la distancia, contagian los ojitos azules de Corina, quien fracasa en querer tragarse el nudo de la garganta y hace un monumental esfuerzo por no echarse a llorar como lo que es: una huérfana.

“I Knew, you loved me al long as you want me”…

¿Se puede ser huérfano de los hijos?... ¿o del marido? Si no se puede, entonces que alguien le diga a ella que es estúpido el sentimiento de descobijo que amenaza con romperla en mil partes. Ensaya muchas más mentiras para la próxima vez que se pare ante el entrevistador en turno. Una vez que uno empieza a adornar con mentiras, ya no hay retorno. Se harta de la sonrisa de aquel que tiene seguro el pan que se llevará a la boca, le encabrona que le reviren las mentiras - “nosotros le llamaremos en cuanto tengamos las evaluaciones” – “Fíjese que me dicen que la vacante se ocupó hace un rato”… está a punto de agarrar vuelo y entrar a la oficina, acorralar a la bestia, salir airosa de las preguntas, ensayar la esgrima de las mentiras hasta salir con el botín quincenal, cuando, el vidrio del coche baja de golpe y mira con sorpresa a dos niños en el asiento que la miran asustados de sus muecas. Un par de niños que son idénticos a Hernán y Anita… a aquellos Hernán y Anita que todavía rondan la casa, ni más grandes ni más chicos, en aquella edad en que se dejaban lavar la cara y hacían caritas de gusto cuando probaban la gelatina de grosella, cuando la veían llegar al colegio y saltaban como conejitos de alegría – “¡mami, mami!” – las vocecitas de plano le sacan un quejido involuntario y dos gruesas lágrimas le dan en la madre a su maquillaje. Curiosas maneras tiene el corazón: Sus hijos, los que se levantaban de mal humor a encender un cigarro, los que le aventaban las prendas en la cara, a los que insultó al guisarles, simplemente se fueron con su padre, siguiendo el árbol de los relojes caros, el de los teléfonos y la ropa. Ellos ni siquiera son los mismos que hacen el baile de los conejitos una y otra vez, en una escena congelada en su memoria. – “¡mami, mami!” - Corina, con el corazón crispado, pierde de nuevo, y triste, rompe en llanto.

“And then, someday, you leav me for somebody new”

¡Cómo habrá llorado, que la mamá de los niños asustados se baja y le ofrece un pañuelo de papel!... Corina, atropelladamente se quita los lentes y se seca las lágrimas… lo que sí no acepta es el dinero. Ella no es una pordiosera… a ella no la educaron así. El coche, lleno de pasajeros confundidos se aleja. Hecho. Llegó el momento, no hay más. Frente a ella está el último lugar marcado con rojo en la sección de clasificados. Camina, enderezada y convencida a medias, a tomar su lugar en una fila de mujeres sentadas. Corina sabe que no hay competencia posible contra aquellas chichis descaradas que roban la mirada de todo hombre que pasa por Recursos Humanos. ¿Así estaría la mujer que se llevó a su marido?... si así fuere… puede entender lo irremediable de su soledad y desamparo. ¿Las preguntas?... las de siempre. Escolaridad, máquinas de oficina que domina, pasatiempos, ¿practica algún deporte?... las mentiras dichas o escritas tiene el mismo efecto: terminan por camuflarse entre las verdades y ya no sabe uno cuál es cuál. “Secretaria ejecutiva, máquina de escribir, computadora, fax… ¿pasatiempos?... si, dos: Comer y dormir… no, miento, tres: comer, dormir y recordar… ¿cuatro?... comer, dormir, recordar y llorar” – piensa, mientras se sorprende del cinismo que ha ido desarrollando a lo largo de tantas entrevistas fotocopiadas una con la otra. El entrevistador se deshace en halagos a su currículum y sus capacidades, sin embargo, remata igual: “Nosotros le llamamos en cuanto haya resultados”. Corina le sonríe, comprendiendo –“chingue usted a su madre” – le dice mentalmente y, como si se hubiese quitado un peso de encima, se levanta y sale del cubículo.

“Crazy, for thinking that my lovecould hold you”…

Una vez afuera, con el pretexto de tomar una medicina, se hace de uno de esos conitos de papel y bebe agua fría, fresca… con deleite se detiene a saborear lo que dicen los entendidos que no sabe a nada… grave error. El par de chichis entra a la entrevista. Dos minutitos después, el encargado, sin notar la presencia de Corina le dice, emocionado, a otro tipo –“¿viste que culo?... esta le va a encantar al Licenciado Guadarrama”… el periódico subrayado se va a la basura justo detrás del poco ánimo que le queda. Ganan sus pasos la calle mientras que parece que su cuerpo entro le demanda descanso, sin embargo no toma ni el camión ni el colectivo… camina. Parece que quiere aprenderse la ciudad mientras que su figura se va, serpenteando entre transeúntes, coches y calles. Son muchas cuadras que no tiene prisa en recorrer, piensa… en aquel restaurante fue que celebró los primeros diez años de casada. En aquel parque, cerca de la rotonda, le robaron su primer beso. Y todo, de pronto, parece tener sentido.

“I´m crazy for trying, and crazy for crying”

Los tres pesos con cincuenta que eran para el camión, los cinco del conito de helado, se quedan en el bolsillo del saco verde-muppet. Corina los cuenta mentalmente una y otra vez, mientras sudan sus manos en las monedas. Se deja puestos los anteojos cuando entra en la farmacia. Se mira en las vitrinas y su reflejo no le satisface, ¡maldita sea, la mujer de allí no es ella! Busca desesperadamente en su memoria el momento en que se cortó su larga melena, en que se empezó a depilar las cejas, en que las medias fueron obligadas bajo la falda, en que se quedó huérfana de mariposas en el estómago y se halló vacío el nido de sus conejitos, de su hombre, de su vida entera… su boca se llena de un sabor horrible, a tubo sudado de pasamanos de camión, o sangre, quién sabe, la cosa es que ella ocupa por fin sus monedas y a cambio recibe su cartoncito alargado. Ya no mintió para obtener un poquito de agua de nuevo. Simplemente ya no hace falta. Una vez en casa, el tapiz desgastado la saluda pero no hay respuesta ésta vez. Ya no camina al sofá a montar guardia ante el teléfono. Corina sabe de pronto que la vida que está viviendo no es la suya. ¡Maldita la hora en que tropezó en la calle con aquella mujer que, tras la confusión, se llevó su vida y le dejó ésta otra!... ni siquiera lo piensa mucho, ¿para qué?... ¿para qué cuidar tanto una vida que ni siquiera es la que le tocaba?... los canarios ya están enterrados en las macetas en que solían estar los geranios y jamás va a crecer un árbol de pájaros en ellas… sonríe… después de todo, tiene sentido del humor.

“And crazy … for loving you”.

De la bolsa del saco, con mano decidida, toma el cartón aquel… le recuerda mucho a un boleto del metro, sólo que éste tiene doble filo y es color rojo con una franja negra. Es su boleto, después de todo. Trae una cubeta con agua y se quita los zapatos. Se acomoda con toda calma en el sofá a cuadros naranja. Los cortes ni le duelen. A esas alturas, si se despierta sin dolores es que ya se murió… piensa de nuevo. Se va relajando. Sus ojos se cierran y solamente se abren por última vez para despedir a su marido que se va a trabajar. Se acerca y le besa la frente… “Hasta la tarde, coneja”… la frase dispara el gatillo de todos sus recuerdos reprimidos, y no es toda la vida la que pasa frente a sus ojos, como todos creen, sino SU vida, la que se llevó la desconocida… y justo cuando va a odiar su situación, sonríe… “¡mami, mami!” – brincan sus conejitos. Brincan por última vez y se van con ella, de la mano, rumbo a casa.

43 comentarios:

Anónimo dijo...

first!

Anónimo dijo...

so...

Anónimo dijo...

mta ma, perdón el comentario anterior era para el aburrido de abajo.

Anónimo dijo...

epa, no le diste ni 5 minutos al de la plaquetota, culey

c324r dijo...

Lo siento, no llevo el timing.

Nada gano con eso.

Pável dijo...

Ya publicó plaqueta?

Dib dijo...

julio c324r dijo:

El entrevistador se deshace en halagos a su currículum y sus capacidades, sin embargo, remata igual: “Nosotros le llamamos en cuanto haya resultados”. Corina le sonríe, comprendiendo –“chingue usted a su madre” – le dice mentalmente y, como si se hubiese quitado un peso de encima, se levanta y sale del cubículo.
Es como si lo hubieras leído de mi diario...

Muy buen texto.
Me gustó un chingo.

Anónimo dijo...

buen escrito! chingón, transmite.

Anónimo dijo...

Este si me gusto mucho, es de los mejores en lo que va de la semana..... chingooon cesar, mis respetos, es un texto largo, y nada pesado a la lectura..... retrata muchos aspectos en la vida de una mujer.

Te rifaste carnal.

Canalla dijo...

Sólo por este relato ya valió la pena todo su proyecto. Felicidades a todos los culpables.

La Rosy dijo...

Me gusto mucho. Me transmitió la melancolía de Corina y eso sólo lo hacen los buenos escritos. El tema podría parecer trillado (una esposa abandonada) pero lo trataste muy bien. La verdad es que no importa la edad cuando te rompen el corazón, te sientes igual que la primera vez...

A mi eso me parece bien. Se me haría injusto tener una relación profunda y no sentir nada cuando termine.

En resumen: vientos!

PD. ¿Lo que esta en ingles -con faltas de ortografía- es una canción o que?

Anónimo dijo...

Esos sentimientos se me hacen familiares jejeje, muy buen texto, ya sabes que me encanta leerte y hasta cierto punto me identifico con Corina, que mal, pero ya pasara, ya sabes que aqui tienes a tu fans No. 1 aunque se que muchas brincaran por el comentario jejeje

Pável dijo...

Oh... como siempre la nostalgia como combustible para la creatividad.

Triste... de verdad triste, pero contado como dios manda. Muy bueno de verdad.

Sólo algunos errores de dedo:

* “I Knew, you loved me al long as you want me”… -debe ser "as long"-

* “And then, someday, you leav me for somebody new” -debe ser "leave"-

* "“Crazy, for thinking that my lovecould hold you”…" -debe ser "love could"-

No importan los errores, el texto es hermoso, pero quizás si los corriges tu texto luzca mejor, aunque no es necesario.

GiBraiNe dijo...

Buen escrito a secas, no logré adentrarme de lleno en la historia como para sentir compasión por Corina.

Tiene algunas fallas como la referencia a la primera vez que mintió, pero más adelante se menciona su destreza para mentir -¿me perdí o ambas cosas son en el mismo tiempo/espacio?

Además la historia brinca muy brúscamente entre lo que le pasa en ese momento y sus recuerdos de antaño, lo que hace que no se entienda cuándo se sentía de determinada manera o cómo terminó por afectarle eso en el presente.

Anónimo dijo...

Si querías provocar nostalgia y melancolía en el lector, lo lograste de manera chingona. Si querías que llegáramos a amar a Corina,nomamescarajotambiénlolograste.

GiBraiNe dijo...

me ves y sufres dijo...:

[...]
Sólo algunos errores de dedo:

* “I Knew, you loved me al long as you want me”… -debe ser "as long"-

* “And then, someday, you leav me for somebody new” -debe ser "leave"-

[...]

-----------

En realidad lo correcto es:

“I Knew, you loved me as long as you wanted me”

“And then, someday, you left me for somebody new” (O "You will leave me", dependiendo del contexto que se le quería dar)

Saludos :)

Anónimo dijo...

Bien,bien!! en vías de canonización dijeran los especialistas mosquientos que ya desertaron la revista...

Anónimo dijo...

Pala madreee!!!! ahora resulta que va a haber inglés sin barreras por aquí... no mamennn!!!!!

Ad rem dijo...

Pues yo no soy experta ni en el ingles, ortogafia,y tampoco me pagan un gran suledo por ser critica profecional.

En fin...

A mi simplemente me llego y mucho, que a final de cuentas es lo que al menos a mi me interesa

Felicidades!

Anónimo dijo...

Que buen escrito, de lo mejor por aquí, te esperaré cada viernes. Hasta sentí pena por Corina, saludos!!

AA3 dijo...

Muy muy bueno. A mi no me gusto que intercalaras frases inglés, como que no venía al caso, pero bueno.

Luis dijo...

Chingon, chingon. Bonitas metaforas y bien contado. Y soy bien fan de las historias que terminan con suicidio.

Igual solo me brinco un poco la letra de la cancion en ingles, como que no queda con la personalidad de Corina (el idioma, no lo que dice).

Celina Bigdance dijo...

Excelente post... La manera en la que manejaste la historia, la cosas que haces para hacer extraordinaria una escena cotidiana, para crear todo un personaje de personas que transitan cerca diariamente y que pocos notamos...

Tú lo sabes, me encantó :)

jesagu dijo...

Ay che diablito ¿Cuántas almas de esas no te habrás llevado al baile?

Salud, super texto para un mezcal en viernes

Anónimo dijo...

Mis respetos guey.
Excelentemente redactado, muy chingon

Te hace acreedor a 25 puntos de respeto y otros tante de chingoneidad.

Anónimo dijo...

Mis respetos guey.
Excelentemente redactado, muy chingon

Te hace acreedor a 25 puntos de respeto y otros tante de chingoneidad.

Astartea dijo...

oigame, como que necesitaré más que lentes y muchas energías para terminar de leer el post u_u'' quizá sea porque tengo hueva =D

Ah mira, sigo interesada, quizás después ponga un comentario más coherente que tenga que ver con el post jiji

^^

jenilicious dijo...

que chingo escribes, me encanto, que putas ganas de no acabar asi.

Den dijo...

:o Muy chingona y llegadora la historia

Anónimo dijo...

tu historia esta muy, muy, muy, chingona
la neta.
vale la pena leerte wey.
le subes como 3.5 puntos tu solo a este blog,malo que la minna le resta 125.2654; en fin, ya no hablemos de mamadas
que bueno estuvo cabron

Yo soy ella dijo...

Ahhhh pobre corina y ayy tanta empatía que sentí...

Ay ahora siento un tremendo miedo de acabar asi... snifirili.

El texto logró su cometido, el de hacer sentir identificado al lector con la protagonista. Coincido con rox, esto sólo lo logran los buenos escritos. Mis respetos don julio, es uste un chingon.

Ana De Longa dijo...

Qué triste cuento!

Tienes un gran vocabulario que ayuda a transportar al lector justo en medio de tu genial narración!

Neta me gusto un resto!

Ayari dijo...

Felicidades, te quedó bien chingón :D
Siempre me ha gustado como escribes, y lo sabes.

questiongirl dijo...

bien +

Falso Profeta x dijo...

Ala verga qué triste. Muy bueno Xavy. Pero tómate unas clases de inglés pinche nopalón.

Hannah dijo...

Chingonsisimo!!!

Me dolio, no debí leerlo esta noche,es hermoso.

-pero que yo entienda, no se suicido Corina 'lo escribo por los comentarios de arriba'-

Besos Julio!!!

-así se siente uno cuando derrepente no sabes en que momento te acaban/acabas de robar la vida.

salaverga dijo...

Oye de casualidad no andaba en Phoenix Corina? Está de la verga la economía, que bueno que bajó el peso

Zimmerman dijo...

Calmate tu pinche Falso Pendejo, si lo único que sabes decir en ingles es: COCONUT TEN PESOS. COCONUT TEN PESOS.

Guffo dijo...

Te aventaste, compadre... quedó muy chido.

Eso de mezclar rola con historia lo hace ver y sentir así como que peliculesco, jeje.

Saludos.

sandraaaaa dijo...

esto es malditamente bueno...

son las tres con dos de la mañana y apenas ando leyendo esto, y esque mi memoria ha resultado de esas corrientes que no deberìan ser incluídas en ningun ser humano provocando que apenas recuerde que debo revisar su blog....

me gustó y mucho, sigo meticheando como siempre, a veces con letras, a veces silente, como muchos anónimos que nos quedamos sin palabras al leer cosas que nos roban la coherencia y porque no, el aliento...

un abrazo y que la buena vibra que me queda le llegue hasta su espacio...

Rubas dijo...

"que arruinan los rizos ya arruinados"... Ya no pude seguir leyendo después de esta patada en los testos. No puedo decir más por ahora.

Espaciolandesa dijo...

Ah... qué historia tan triste.

Desgraciadamente, es la realidad de muchas mujeres.

:(

Espaciolandesa dijo...

Que la ladrona desconocida arda en el infierno y que alguna ladrona desconocida potencial lo lea y se dé cuenta del tremendo daño que puede causar y recapacite...

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