viernes, 5 de diciembre de 2008

La Historia Del Guerrillero


¿Mi nombre? No puedo recordarlo. El dolor es muy intenso como para tratar de recordar justo en este momento. Me sofoco, me asfixio, y las heridas sangran profundamente. Mi carne grita, pero sólo yo la oigo. Me pierdo, cayendo lentamente en los brazos de la insensibilidad que me da el morir.

Creo que es mejor comenzar por el inicio, en esta hora del final.

Mi nacimiento fue muy esperado por mucha gente. Esperaban que yo siguiera los pasos de mis ancestros… Ellos, que lucharon sin tregua contra la opresión hasta que ya no pudieron luchar más. Esperaban que, al nacer yo y aceptar mi "misión", su vida mejoraría y tendrían un momento de alegría, de regocijo, pues yo era alguien prometedor. Creo que esa esperanza de tantas personas es la que me ha puesto en esta situación tan agonizante.

¿Qué puedo decir? Yo nací en la miseria, en la pobreza extrema. Mis compañeros de juego fueron el lodo de los charcos y el viento entre los árboles.

Yo nací, sólo.

Mi nacimiento no fue fácil. Un censo, algo relacionado con los impuestos… ¿qué se yo? Nunca quisieron decírmelo. Mi madre y su esposo tuvieron que viajar a la provincia, al lejano pueblo de mi padrastro. Nunca supe a ciencia cierta la razón. ¿Para pedir dinero? ¿Para censarse en otro lugar y pagar menos? No lo sé. Ella, la mujer estaba esperándome, me cuenta que su esposo me odiaba, porque yo lo hacía ver como un poco hombre.

Mis paisanos son una sarta de hipócritas. Esperan cosas que nadie en su sano juicio esperaría. Les agrada entretenerse bebiendo, mitigando su dolor, y llegar a casa a golpear a sus esposas. Todos son machos, pero lloran cuando mueren sus bestias de carga. Les agrada dilapidar sus vidas pero odian que los vean besando a sus hijos, porque mis paisanos piensan que eso es ser homosexual.

Mi madre tenía un embarazo muy adelantado y cuando llegamos al pueblo empezaron los dolores de parto. Ella gritaba, pero nadie la quiso ayudar… quizá porque, o estaban muy cansados, o no deseaban darle su ayuda a una desconocida, pero estoy tentado a pensar que en realidad fue porque no había ni un solo médico en el pueblo. Siendo provincia, tuvo que parirme en condiciones insalubres y no le dio septicemia por haber tenido buenos anticuerpos. Su esposo, en cambio, era dichosamente feliz. Dijo que si realmente llegaba a ser quien decía que yo sería, soportaría esa prueba. Si no, moriría y por fin ya lograría tener hijos propios para callar las voces que lo ridiculizaban. Para felicidad de mi madre, no morí. Crecí, gané fuerza y gané algunos conocimientos.

Tomé conciencia del mundo que me rodeaba, de la podredumbre en la que vine a vivir.

De niño, eres niño y eres feliz, pues no necesitas muchas cosas.

Gané muchas alegrías. Mis salidas a campo abierto, a recoger bayas silvestres, jugar a "escondidas" en el taller de mi padrastro, cuidar a mis hermanos cuando mi madre se ausentaba o como cuando celebramos mi cumpleaños con una tarta de frutas, las cuales mi madre había robado en un momento de descuido del tendero…

Está bien: la realidad es muy diferente. La realidad es que crecí muy amargado. La realidad es que yo tuve mucho más tristezas que alegrías. ¿Por qué yo no tenía los costosos juguetes de los vecinos? ¿Por qué ellos iban a la escuela y yo no? ¿Por qué en sus casas había agua, mientras que yo tenía que ir a acarrearla a un pozo infecto que estaba a más de tres kilómetros de distancia de mi casa? Recoger leña, evitar animales ponzoñosos, que mi frente literalmente se derritiera bajo el sol abrasador, los días buenos, tener dolores de estómago por hambre… Los malos, ni recordarlos. Perra vida.

Mi padrastro siempre me contestaba, áspero y fastidiado de mí, un "Aquí nos tocó vivir".

Éramos muy pobres, y para ayudar a mi ahora creciente familia (el esposo de mi madre empezó a tener hijos a lo bruto, como todo buen macho) tuve que granjearme como aprendiz de carpintería. Ya fuera haciendo mesas de ébano para el exitoso hombre de negocios, que nos miraba con asco a mis hermanos y a mi trabajando y que, después de mucho regateo, daba dinero bueno, pero insuficiente; o sillas de bebés para la familia con más tristezas que nosotros, que nos pagaba con lágrimas, sollozos, agradecimiento y la poca comida que les sobraba, me di cuenta de las grandes diferencias entre esos dos mundos irreconciliables.

Los ricos trataban como basura a los pobres, y los pobres solo tenían consigo su miseria y su dolor. Los ricos comían hasta saciarse, y los pobres sólo podíamos hundir en el suelo las uñas y apretar los dientes. Los ricos daban fiestas, banquetes, zalamería y vicios. Nosotros solo teníamos suelo para compartir con más gente. Y a veces, ni siquiera eso: los recaudadores de impuestos, feroces ápices de la explotación, protegidos por una ley diseñada en contra de nosotros, se llevaban "legalmente" muebles, casas, recuerdos valiosos y, a veces, vidas consigo. Los pobres sólo podían soportarlo con tristeza. Sólo podían tolerarlo, como una bestia de carga tolera los golpes de su patrón.

Pero yo no.

Yo no.

Mi madre era idealista, optimista y, sobre todo, era una guerrillera. Su esposo, a regañadientes, pertenecía tibiamente a ella, porque era un hipócrita conformista que huía de la confrontación (¿Recuerdan cómo nací? Eso también encaja en el viaje). La gente de la guerrilla amaba a los niños pequeños, y mucho más a los bebés, porque ellos eran los más moldeables. Sin embargo, cuando tenía dos años el gobierno detectó a esos "indeseables" que querían una "revolución".

¿Su crimen? Tratar de conseguir mejores condiciones de vida.

El gobierno actuó rápido contra ellos, masacraron a sus hijos, y a los padres que los defendieron.

¿Nosotros?

Huimos, como siempre lo hemos hecho…

Pero yo dejé de huir. Me uní a la guerrilla cuando era joven.

Tendría acaso 15 años cuando mi primo-hermano mayor, "Juanito", me habló de ella. Sus leyes, sus métodos, su ideología… pero sobre todo, me habló de nuestra familia. En el pasado habían sido grandes terratenientes, gobernantes justos, líderes carismáticos, dirigentes rígidos, brillantes militares. Pero habían conspirado contra ellos en su apogeo y un día, después de mucha sangre y vidas, los derrocaron. Ahora, marginados del resto del mundo, parias entre los demás rostros, escoria social que al gobierno no le importaba, nosotros seguíamos en secreto peleando contra ese gobierno usurpador, espurio e ilegítimo, que con su caricatura de legalidad vendía esclavitud y pobreza a todos nosotros: el pueblo, los gobernados, la masa social.

Nosotros éramos la guerrilla. Ese degradado brazo armado, que hacía temblar al gobierno.

Tenía 30 años cuando asumí el mando. El mando absoluto. Y dejé la guerrilla subversiva, que no nos dio resultado, y la convertí en guerrilla ideológica… La convertí en algo muchísimo más peligroso…

Salimos al mundo exterior, sin ocultarnos de nada o nadie, voceando en las calles, concientizando a la población. Yo sabía al menos leer y escribir por haber estudiado en un monasterio perteneciente a nuestro movimiento (fachada de civilidad y buena ciudadanía), y tenía un gran poder de palabra y convencimiento para atraer a las personas que nos rodeaban. Nunca me vieron sonreír, pero si me vieron llorar. Ellos, mi gente, necesitaban ser despertados. Ellos, mi gente, necesitaban saber que debían pelear por ser libres. Ellos, mi gente, debían saber que la respuesta ERAN ellos, no un líder que los sacara mágicamente de sus problemas. Su trabajo, su fuerza, su esperanza, su determinación, su atrevimiento… Por tres años y medio, diariamente, les di el mensaje directo y sin hipocresías: "EL CAMBIO NACE EN USTEDES". Yo ERA como ellos, pues yo también era un viento de cambio.

Ellos… ¡Ja! Ellos nunca entendieron el mensaje.

Escogí a nueve de mis seguidores más fieles y a dos de mis propios hermanos para repartir nuestro mensaje en todo el territorio nacional. Nuestra resistencia era pacífica (ironía de esta vida), y nunca incitamos a la violencia… actuamos dentro del marco de las leyes y no hubo quejas de nosotros, y sí muchos elogios. En el fondo, todo mi propio odio y amargura sirvió sólo para que estuviera al nivel de las personas a quienes les prestaba más atención (madres solteras, prostitutas, alcohólicos, golpeadores, drogadictos… gente de la peor escoria social). Poder saber lo que ellos sentían, saber qué es estar igual o peor de lo que yo estuve en mi ahora lejana infancia era mi carta de triunfo. No fueron pocos los que me pidieron una revolución, una guerra civil abierta. No quería una lucha radical, pues el gobierno tenía armas, dinero, crueldad y represión para repartir. Además, tenía a muchos infiltrados.

Escogí a un infiltrado como una de tantas "mano derecha". Yo sabía que él era un traidor, pero el refrán es cierto: "Mantén a tus amigos cerca, y a tus enemigos aún más cerca". Lo seguía, lo espiaba, sabía que información le daba al gobierno de nuestras actividades, pues yo mismo se la decía de frente… y para que no sospechara, le confié muchos secretos. ¿Que cuántas personas en el movimiento? "Muchas". ¿Cuánta simpatía nos tenían? "Pues la suficiente, ¿o tú que crees?". ¿Cuándo regló por primera vez mi hermana más bonita? "Bueno, no es tu asunto, pero aún así te lo diré…".

Lo hice nuestro recaudador y tesorero oficial (y después de hacerlo, en mi cuarto me reí como un niño de él a sus espaldas, pues yo odiaba a los recaudadores) y estoy seguro que sacaba buena parte para quedársela. No lo culpo, quizá su infancia también fue difícil. Yo me hacía de la vista gorda, pues sabía que él era una sabandija más en este mundo, un hombre sin escrúpulos o lealtad.

Y un hombre así no puede resistir mucho tiempo las tentaciones.

Me entregó a la semana en que, llegando a la Ciudad Capital como uno más de tantos provincianos, fui recibido por una infinidad de gente que conocía nuestro movimiento y estaba unido hasta los huesos a él. El gobierno, asustado, me invitó amablemente a compartir una charla con ellos, y cuando me negué por enésima vez (al saber de sus "charlas"), me arrestaron por "conspiración", "sedición", "terrorismo"… basado en las pruebas (falsas todas ellas) de aquel tesorero que nos vendió por tan poco. ¿Qué pasó con él? Bueno, traicionó al movimiento para lograr ser el líder supremo… y ni siquiera era una buena ambición, pues de adelanto le dieron 30 salarios mínimos. Me enteré que cuando confirmó que el gobierno lo asesinaría también, pues ya no les servía de nada, decidió acrecentar su cobardía y suicidarse.

Un juicio ilegal… una pantomima de "defensa de la soberanía y aplicación ejemplar de la ley"… testigos comprados… tortura… sentencia de muerte… combinado perfectamente con la humillación pública.

Eso es en lo que acabó la esperanza de miles.

Eso es lo que gané al final.

Gané estos clavos en manos y pies, los 40 latigazos en mi espalda desnuda, morir en una agonía inimaginable, desangrándome lentamente, exhibido públicamente en esta cruz, coronado con espinas y un infame cartel encima de mi cabeza, que se mofa abiertamente de mí y de mis ideales…

Y el mundo, aún después de tanto tiempo, sigue sin comprender el mensaje…



Zeta.

33 comentarios:

c324r dijo...

Gotcha...

crypt angel dijo...

zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Anónimo dijo...

s una mierda este texto, que escriba la mierdasade y le den por el cochino al fredyputico

jesagu dijo...

La esencia de la revolución y la rebeldía nace en una percepción definida de las cosas y la necesidad (o necedad) de cambiarlas.

El texto puede mejorar.

Anónimo dijo...

Oye Freddyputico, te sugiero que le hagas un antidoping a tus candidatos a invitado.

Para pendejadas de este calibre ya tienes suficientes colaboradores

Jn5 dijo...

Wow...

Zed dijo...

Orale, si lo publicaron...

Pues gracias al equipo RECOLECTIVO por la amabilidad. Y a los que no les gustó, "ni modo, ¿qué hacer?". Soy programador, no escritor.

Killer dijo...

Si a webo, que les hagan el antidoping a todos estos pinches locos!

Y como intro de cada escrito deberia tener un resumen pa evitar tanto pinche parrafo, aunque no tarde en salir algun "ilustrado" a decir q por lectores huevones como yo el pais no avanza, el precio del petroleo cae, el dolar sube, los frentes frios estan cabrones y a las vacas se les corta la leche.

Pero prometo leer completo el proximo pergamino que publiquen para que mis hijos tengan un mejor lugar donde vivir. Pfffffftt!

Chingasatt dijo...

Excelente punto de vista acerca de ese guerrillero

Anónimo dijo...

¿y Plaqueta?

Verdaderoyo dijo...

Que hueva.

Anónimo dijo...

hueva la historia y el textote!

MEJOR UN BISTEC... QUISE DECIR, MEJOR MINA

Eo dijo...

jaja que no les de weba, esta buena la idea, el primer guerrillero de la historia que no derramo ni una gota de sangra mas que la propia.

admito que al principio pense que era el comandante marcos jajaja. El final me cambiaste todo mi prejuicio, chido. Soy programador así que entiendo, snif

Luis dijo...

A todos los que se quejan de lo que mandan los invitados, esperamos sus textos, nomas para que nos demuestren como se debe hacer.

davihds dijo...

se veía venir poco a poco que hablabas de él.

Buen texto.

«danito» dijo...

Ya vieron "La vida de Brian".


¡Corran!

y luego leen el texto de nuevo.

Anónimo dijo...

a todos los pendejos que critican esta madre de blog, si no les parece NO ENTREN, no lo lean, y como favor personal VAYANSE MUCHO A LA CHINGADA....

...después del exabrupto... no mames ZETA, me gustó tu aportación, si está un poco largo, pero vale la pena leerlo todo.

Y antes de que comiencen a tirarme mierda, de esa que les sale por las orejas, en vez de criticar a los que tienen el tiempo e inspiración para escribir, si ustedes pueden hacerlo mejor demuéstrenlo posteando algo, digo así de paso estrenan las 3 neuronas que deben tener... PENDEJOS.

Anónimo dijo...

estuvo bueno el texto, por un momento pense que hablaba del Sub-Marcos, que bueno que no fuese asi, pues hubiera sido una chingadera

Den dijo...

bah, ps con todas las criticas que le han hecho, a mi me gusto. buen cuento

Mi padrastro siempre me contestaba, áspero y fastidiado de mí, un "Aquí nos tocó vivir".

Nunca habia leido que Jose fuese gacho.

Zed dijo...

Gracias a todos los que les gustó, y también a quienes no: si lo critican tanto es que algo debe tener, bueno o malo.

Jetzabel dijo...

wow

Me gustó bastante, ¿será que también ando en los bajos mundos de la progra?

Yo tampoco había escuchado que José fuese tan gandalla, ni Jesús amargado, pero suena bien...

Buen trabajo :D

achg dijo...

Buena!!... La verdad yo nunca encontré la relación de la historia hasta leer lo de clavos y demás..

Chance el ser programador te dá la serenidad de tener chorrocientos renglones de lenguaje y tener la paciencia de ver que cumplan su función...

A los que no les gustó.. psss ni pedo..

Saludos..

la chida de la historia dijo...

Pues a mí sí me gustó!... Chido tu texto Zeta!... bien armado y es de los que no parecen anécdota del momento..

Saludos!

Unknown dijo...

wow, sabes que sobretodo la ADAPTACION de un hecho religioso-historico-quien sabe que- que lograste aterrizar a los tiempos actuales

bien chavo, bien !

y a los que no les gusto, ps ni hablur

*ஐღ Mì†a ღஐ* dijo...

Cada quien su estilo, es padre criticar pero no mandar colaboraciones verdad? nel, nos da miedo ser criticados...

A mi me gustó este post
Zeta, le diste un buen enfoque, no fue nada predecible.

Arrivederci

Anónimo dijo...

A mi también me gustó, fue muy sensibilizador.

Felicidades!

Draco dijo...

wwoooowww,.. me gusto bastante,.. tuve que leerlo nuevamente despues de llegar a los latigazos y la agonia,...
A quien no le haya gustado,.. psss ya saben, nadie los tiene aqui a huevo,.. osea que ,....ya saben.
Y la neta cuando lei "gobierno espurio" me salto a la mente el "No noj vamoj a dejar" del AMLO,.. jajajjajajaja
Buen relato.

Anónimo dijo...

Me gusto , me gusto ...
Creo que yo tambien al principio pense que seria una porqueria . Pero me mantuviste hasta al final leyendo interesada pero sobretodo dibujando cada uno de tus parrafos en mi mente .

Muuuy Bueno ,,, Y los que no les gusto ,, como diria Alex Lora ,, pues que chinguen a su madre.. ( Con todo respeto jaja )


Saludos

Anónimo dijo...

oh dios!!!!! tu ser muy pendejo
y tambien el huevo.
ya, dejen de escribir con el pito y traiganse a la minna, que mal que mal y puta-puta es mucho mejor que uds 2; amantes

Anónimo dijo...

jajaja
el invitado ya se siente bien chingon porque como ya se les esta llendo todo el talento (el falso, la minna y la vizky)y se cree como los geeks que son invitados a las fiestas de alcohol de la prepa.
ahi llore y llore:"metanme , porfavor, freddy, y te doy una mamada" y freddy"ok"

Unknown dijo...

Zeta:

Quizá sea la formación y programación (ultra)católica que tuve durante casi 12 años... pero al tercer párrafo ya anuncias bastante bien de quien hablas... es muy simpático, pero a lo largo de la lectura de tu texto, me vinieron a la mente rolas de Oscar Chávez, Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez... sensación muy particular, dado que tu relato me lo iba imaginando en un ambiente más bien sacado de una novela de José Agustín con ambientación de Ismael Rodríguez. Vaya, lo anterior no lo digo de manera despectiva ni mucho menos... pero a final de cuentas no puedo evitar tener el recuerdo de esa imagen de Jesucristo con su carrillera de revolucionario y su fusil a cuestas que en algunas ocasiones ostentan algunos microbuses o camiones suburbanos.

Me agrada que los grandes mitos (sin afán de polemizar) sean reinterpretados de una manera más humana y cercana... a veces para abarcar algo es necesario bajarlo del nicho y ponerlo en un lugar más común.

Felicidades y enhorabuena.

Anónimo dijo...

¡Saludos y felicidades Z!

Zimmerman dijo...

Como aclaración yo no selecciono a los invitados.

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