lunes, 23 de febrero de 2009

LAS MICHAS, LAS NACHAS...



¿Usted vende sangre, o la dona? – Preguntó la trabajadora a Marlene. Ella, sorprendida, le contestó “de momento, nomás la sangre, señorita, pero si sigue así la crisis, creo que acabaré vendiendo la dona también” La mujer aquella, solamente esbozó una sonrisa entre de risa y desconcierto, y lástima mezclada con asquito. Verdaderamente Marlene la estaba pasando mal. Después de todo, ¿quién le dijo que era buena idea dejar de trabajar en el negocio familiar y juntarse con un tipo que ya antes había botado a dos mujeres, hijos incluidos? Luis Manuel, “El Mamacito”, famoso atleta del billar, tanto del de bolsillo como del otro, el de las bolas de marfil, practicante fiel de la doctrina del “¡Saca!”, devoto de san Lunes y gigoló bicicletero, seguramente recibiría en la suite de azotea enclavada en el sector más bravo del barrio de los chorritos a Marlene con uno de sus típicos “toritos”: “Mañana me llaman para empezar a chambear”, “me duele mi columna bien gacho”, “hoy juegan las chivas en la prepreprelibertadores” o bien “orita no tés chingando”… hasta eso que tiene su grado de muchos huevos el contestarle mal a la vieja que te mantiene, hay que reconocerlo.

Marlene, con sus doscientos diecisiete pesotes sudándole la mano, mejor se salió a traer medio de barbacoa de perro y una cocota tamaño diabetes galopante. Le dolía el piquete del brazo y se lo iba sobando cuando encontró a “Brigitte”, el alias glamoroso de Bricia Chogollo Colín, quien ya venía de nueva cuenta, saliendo tarde del “trabajo”, eructando una mezcla de cebada y clarasol, a las once y media de la mañana. Como era costumbre, Brigitte le chuleó a Marlene el tono rubio de su pelo, un rubio tan rubio que ni en noruega ha sido visto jamás, aunque, todavía se medio pitorreó “no sé porqué si tienes un pelo rubio tan chingón, insistes en pintarte las raíces de negro, mana” - Risas pendejas. Le cuenta Marlene de aquella mañana, de lo humillante que es andar en esos menesteres solamente para poder comer, de la mirada de lástima que le notó a la trabajadora que le pagó su sangre con desdén… de lo mucho que ya está hasta la madre de esa pinche vida… para colmo, remata, “¡hasta en el papel de puta me puse!... ¡pinche subconsciente!” Brigitte no sabe de esas mamadas. “¿A poco si ´bias de vender tu rosquilla? –Marlene se pone colorada. Si, ya antes Marlene ha tenido que aguantar una que otra cogidita de emergencia. El abonero se quería llevar la tele, el del Ministerio no le creyó a su viejo que la mota se la estaba guardando a un amigo, y así, en contadas ocasiones… unas diez que veinte veces más. “El bolillero no cuenta” – se consuela “a ese si me lo cogí por gusto”… “Pues cuando te animes a ponerle precio al conejito” –dice Brigitte en medio de un eructo – “me avisas… yo tengo conectes que pagan rebien a las actrices buenotas como tú” Marlene se sonríe y se va, con unas cuantas lágrimas de pena contenidas.

Llegó con el lonche a la casa y voilá, Ahí está su hombre, tirado en el sillón, sobando a Cacharratas, su gato bodeguero, panzón y arisco. Las chivas perdieron y ahí se fue la mitad de la renta en apuestas, “las chelas no las regalan”, dice desenfadado. Hay que juntar de nuevo los mil seiscientos. La barbacoa con tuétano de Tulancingo le sabe a estopa remojada en miados de perro… ¡maldita vida! En los comerciales, le cuenta a el Mamacito de lo ocurrido en la vendimia. Se ríe de tal manera que se le atraganta un cacho de tortilla y se empina el chesco como trompetista, tose cabronamente y se sigue riendo que casi se le parte el culo. Ella se siente medio humillada por aquella muestra de falta de fe. “Pues que, ¿a poco es tan imposible que yo pueda ganarme un dinero haciendo esas cosas?”… y ahí viene su macho, a decirle las razones por las que ella no podría emular los lances erotico-cogelones de las actrices, pero ella no está dispuesta a aceptarlo tan fácilmente, así que se levanta del sillón LuisMa, con una hueva que estremece al mismísimo cielo, saca unas bolsitas de devedés y le pone un popurrí de escenas a su vieja.

Frente a sus ojos-no-tan-castos, pasan a mujeres soportando tremendas cogidas de todas las maneras imaginables, unas forzadas, otras guangas, pero eso sí, todas ponen cara de “gracias, señor trancón por lesionarme el recto permanentemente con su mandarriota”, “Dios lo bendiga por untarme la cara de sus mecos” o ya de jodido “me siento realizada cuando me follan tres desconocidos por ocho mugrosos pesos” el Mamacito mira las reacciones de su mujer, adivinando que ganas no le quedarán de andar de puta. En la mente de ella, pasan cosas: “nah, eso ya me lo había hecho el Miguel Palomitas… ah, que huevotes… no chingues, esa vieja tiene el chingo de celulitis”… y sigue de necia: Ella podría hacer eso.

El Mamacito manda un mensaje al celular de Brigitte y acuerdan echarse unas frías y nutritivas chelas para discutir si es cierto que las mujeres que se dejan filmar mientras le ponen el peluquín a Salinas se hinchan de lana. “Si, de lana… de la-na-lga” – bromearía después Brigitte, ya con medio estoque adentro. Le dice a LuisMa que su vieja podría hacerse de un buen varo porque: Está bonita y maciza, no tiene tatuajes o marcas que la descubran y puede disfrazarse para hacer más videos y además se ve “que se la come bien rico”… si, se motivó la Marlene, se buscó un vestidito, se mengambreó las pestañas, se encremó todita… y ya encarrerado el ratón, el gato me besa las bola. De una vez se fueron a ver ese chambón soñado,” al fin” –dijo Brigitte – “que siempre están grabando cosas nuevas”.

Se levantó LuisMa del sillón como a las siete y media de la mañana a deyectar una generosa guácara en la tina del baño… adiós a doce cervezas y tres órdenes de tacos surtidos de perro surtido. Se limpió la trompa con una calceta dejada en el toallero y se dirigió a seguir desmayado… no iba a quedarse en la casa mientras su vieja se iba a ganar el sustento siendo funda de otro instrumento (poeta!) , así que agarró la morralla que sobró y se fue al billar, a ver a los cuates. Pero de sopetón, miró en la recámara, sentadita en la orilla de la cama, a Marlene.

Y si bien la curiosidad puede matar gatos, también aliviana resacas. Y ahí va Marlene a contarle a su adorado tormento que efectivamente, bien rápido que empezaron las negociaciones por su talento escénico. Que estaban en medio de las filmaciones de una joya del cine erótico nacional, una trama en la que un joven pajarón, grafitero y muy pobre se enamoraba de una chava cogelona, facilota y de mucha lana. “Anal te duele” – dijo Marlene que se llamaba la película en cuestión. El Mamacito quiso inmediatamente saber más y su vieja empezó. “Diez mil pesotes por escena. Y mira que me fue bien, porque pagan tres mil y a las que son muy aventadas, hasta cinco mil, pero la Brigitte le dijo al señor que yo era virgencita del anís y en eso quedamos. Mitad al firmar el papel, mitad al terminar la chamba”… LuisMa se iba interesando. “Y entonces, que me van dando unas ropitas de colegiala con calzoncitos y demás, liguitas en el pelo y calcetitas… empieza la escena y me leí los cartones mientras que aquel tipo me empezó a lamer y a chupetear bien recio” al Mamacito se le empezó a entiesar el calabrote de imaginarse a su mujer en tales lances “y pues siguiendo la escena, me empezó a besar mi cosita” -¿tu cosita? – el curioso interrumpe- “¡sí, mi cosita!... y luego me tocó a mi… me agarró de las coletitas como si fueran mis riendas y me empezó a meter ese troncote en la garganta” LuisMa gozó de imaginar más recio a su mujer emulando a sus ídolas en pantalla, hizo ademanes para que continuara el relato y así fue… “primero me dobló y me lo metió entero y empecé a gritar, miraba yo las caras de los pendejos que estaban ahí… ¡eran como veinte cabrones, mirándome con lujuria y yo con el tipo pegado en las nalgas, dándome recio!” La mirada de aquel cabrón, babeando por estar en presencia de una pornostar en ciernes gritaba: ¡Síguele! “Y de pronto, un dedo mojado en mi colita… aguanté” Y otra vez el pendejo: ¿en tu colita? “¡Si, hijo de la chingada, en la puta cola!” – contestó casi llorando Marlene, con los ojos de jícama con chile.

“Pinche empujón, dos dedos me metió” – Marlene ya se limpiaba una lagrimita. “y luego, va agarrando esa cosota, venuda y grandota, con la cabezota como mantecada tía rosa… y me la acomoda, y yo grité aún antes de que empezara a metérmela… ¡pinche miedo!... me agarró y me pasó el cinturón alrededor de la cintura, se apoyó y de un empujón, me metió la punta y empezó a empujármelo y yo empecé a gritar mucho mucho… y eso que apenas me había metido la mitad” El Mamacito perdió la erección cuando miró a Marlene llorando así y se le acercó a abrazarla, tiernamente. Ella lo rechazó con enojo encabronadísimo, lo odió por huevón, por mediocre, por descarado y por hijo de su reputísima madre, le aventó a la puta cara los billetes, ¡hijo de la verga!... LuisMa, se agachó y recogió aquellos billetes… cinco mil pesos, contantes y sonantes… ¡Cinco mil pesotes!... ¿cinco mil?... ah, chingá… ¿que no iban a ser diez?... Marlene juntaba apresuradamente unos trapos taconeando con coraje, chillando y caminando chistoso, el Mamacito no sabía que decirle, se le arrimó con los billetes y como buen pendejo: “Oye, son cinco mil”… ¡Si!, ¡¿y que, hijo de tu reputísima y muy rechingada bomba madre!?... “faltó la mitad”… Solo para eso volteó Marlene en su carrera a la puerta: “¡Si, esa otra mitad que se la metan a tu chingada madre!”

Y ojos que te vieron ir, nunca te vieron volver

15 comentarios:

SystemNeo dijo...

muy buen relato......
se me paro la reata como al luisMa

Anónimo dijo...

Cielos!!!

Super porn!! Que es esto!!
NO inventes inche Luis Ma,ha de haber quedado como el esposo de la Demi en la propuesta indecorosa jajajajaja

Anónimo dijo...

Si se puso medio horny el ambiente!!!

«danito» dijo...

Me acorde de las veces que mis amiguitas dicen que pa salir de la crisis se van a vender medias (horas de placer)

¡Ternuritas!

Alter Ego dijo...

¡Ah caray! De pronto me sentí igual de ansioso que Luis Manuel queriendo saber que tanto le hicieron a la Marlene...hasta sentí cómo que la mentada de madre me la estaba echando a mí...

a webo con éste post!

...y de aquí en adelante ya no comeré las mantecadas de la Tía Rosa...sólo la dona de mi tía Rosa.

vergudo-82 dijo...

jajaj te quedó chido, buen relato mara

Anónimo dijo...

Eres el que levanta levanta el bog cada semana, muy buen relato.

Anónimo dijo...

Muy bueno........

chalchipinke dijo...

El Mamacito...juar juar. Digno alias de cualquier yerno decente.

Buen post.

Anónimo dijo...

Jeh. Buenísimo.

“¡Si, esa otra mitad que se la metan a tu chingada madre!”

Me imagino si la madre de el "mamasito" se lanzará a terminar la movie.

davihds dijo...

“y luego, va agarrando esa cosota, venuda y grandota, con la cabezota como mantecada tía rosa"

jajajaja
Rifado!

Anónimo dijo...

DE que movie es la picture que pusistes me prendio de amadre
arpworld@gmail.com

Myself dijo...

DE QUE PELICULA ES LA FOTO QUE PUSISTE ME PRENDIO DE A MADRESSSS


ARPWORLD@GMAIL.COM

Bruja dijo...

pffff a la madre muy buen relato y todo ambientado como en pelicula mexicana haha Felciidadess lo lei completo no no mas la mitad

Anónimo dijo...

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- Rob

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