sábado, 7 de febrero de 2009

Nunca se sintió tan vivo


Nunca en sus cincuenta y tantos años el licenciado Octavio Cazcajales se sintió tan vivo.

Durante el descenso, a más de 150 kilómetros, comprendió que su vida –hasta el momento- había sido un total desperdicio.

Sus aspiraciones habían sido siempre las mismas, las de cualquier empleado bien pagado que ha dedicado más de la mitad de su existencia a trabajar en la misma empresa: subir de puesto, cambiar de coche, hacerle modificaciones a la casa, esperar a que los hijos se casen, den nietos y el ciclo se repita.

Incluso sus actividades recreativas y tiempos libres eran tediosos. Jugaba golf con altos ejecutivos, aunque prefería andar en bicicleta con su esposa. Fumaba habanos en restaurantes costosos que pagaba la compañía, aunque antes de los treinta odiaba el humo del tabaco y los tacos de frijoles de su abuela –que en paz descanse- eran un manjar.

Bastaron 15 segundos en caída libre, a 3000 metros de altura, para que el licenciado Cazcajales se percatara de esa desazón.

El primer paso estaba dado: tirarse en paracaídas. No cualquiera lo hace a esa edad. Después, ya en tierra, correría a los brazos de su mujer, renunciaría al trabajo, venderían todos sus bienes y se irían a vivir a una playa en Yucatán. Se dedicaría a cultivar plátano, mango o piña, a la pesca, a pasear turistas en un bote; se bañaría a diario en el mar, disfrutaría las visitas esporádicas de sus hijos y contemplarían juntos los amaneceres rojizos de la costa, con cervezas frías reposando en la arena a su lado.

Nunca en sus cincuenta y tantos años el licenciado Octavio Cazcajales se sintió tan vivo.

Lástima que el paracaídas no abrió.

Snif.

23 comentarios:

Alina dijo...

jajaja

Anónimo dijo...

PLOP!

J.E. Cuervo dijo...

Me lo esperaba.

Sascha! dijo...

Hubiera sido bien bonito que se las hubiera visto negras trabajando con frutas o luchando contra el agua salada!

Ni modos, algo mejor le esperaba

salaverga dijo...

TOING

Anónimo dijo...

haaaaaaaaaa
culero

Daniela Salgado dijo...

fue un caracaidas jojojo

Alexander Strauffon dijo...

Lo mejor que pudo ocurrirle al Lic. Octavio Cazcajales. Luego de esas ultimas experiencias, se salvó de la agonía de tener sesenta o setenta y tantos, y añorarse siendo un poco menos viejo.

Dib dijo...

Hubiera estado más chido que se suicidara por la monotonía de su vida y que él eligiera no abrir el paracaidas, o aventarse desde el treintavo piso de su edificio.

Guffo dijo...

Dib:
Ahora que lo mencionas, la neta sí hubiera estado chido eso que dices, jajaja. Que el Licenciado hubiera decidido no abrir el paracaídas por temor a no tener los huevos suficientes para abandonar todo lo que lo oprimía y la única manera de liberarse, era muriendo.

Muchas gracias por la valiosa aportación.

Saludos.

Anaya dijo...

jajajajajajaja!! pobresillo, jajajajajaja!!

Itzaminsky dijo...

Casi previsible

Anónimo dijo...

Excelente Guffo jajajajaja.

Anónimo dijo...

Vengo de rapido... nos veremos al rato

Besos cachondos

xoxoxox Edgar

Luis dijo...

No se porque les parece gracioso, en lo personal me parece serio, mortalmente serio.

Chingon compadre.

admin dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Portero Ambulante dijo...

Pa-sa-dí-si-mo de ver... ¡jajaja! Que nos dure muchos años y que haya Guffo para rato. Mis respetos Sr. Caballero

c-berto dijo...

"Se dedicaría a cultivar plátano, mango o piña, a la pesca, a pasear turistas en un bote; se bañaría a diario en el mar" aaaa... que fantasioso! :) como un cuento ^u^, y un final de cortometraje! 0_o, tu si sabes como darle giros inesperados a las historias!!

Anónimo dijo...

Cazcajales es un apellido irreal.

Pobre Cazcajales.

Bruxcat dijo...

Estaba lavandome los dientes mientras leía... ahora mi lap, desde el mouse hasta la webcam estan bañadas en pasta de dientes...

Anónimo dijo...

Solo decir: otro por favor...

gaby dijo...

me dolió

leo dijo...

"...this is your life, good to the last drop, doesn't get any better than this. This is your life, and it's ending one minute at a time..."

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