jueves, 26 de marzo de 2009

Dos



UNO

El maya alzó las tres paredes endebles de su puesto y colgó los carteles. Puso el que más le gustaba en la parte alta para que todos los que pasaran lo vieran.

Era una foto de la Tierra vista desde el espacio. Un relámpago la partía en dos. Debajo había un calendario azteca. Grandes letras amarillas decían "21/12/2012. El fin de los tiempos. Profecía Maya."

Sobre la diminuta mesa puso folletos y libros. Frente al puesto colocó el comal y lo encendió. Al cabo de unos minutos el aroma del copal impregnaba el aire.

Se sentó y esperó. Llegó el primer cliente. Era una anciana, más vieja que él. Era su tipo de cliente favorito. Las viejas eran tan crédulas.

- Buenos días. ¿Puede explicarme qué es eso de que el mundo se va a acabar el próximo fin de semana y que los mayas lo predijeron? Lo ví en las noticias.

"Lo ví en las noticias" pensó el maya. Esos señores de las noticias le facilitaban mucho su chamba.

El maya carraspeó y habló como había oído hablar a los de Yucatán. Cantando las vocales de las primeras sílabas. No le salía bien. Parecía que estaba imitando a alguien de Michoacán.

- Mire señora, los mayas eran unos señores muy adelantados a su tiempo. Inventaron el cero y tenían un calendario más avanzado que el nuestro. Hasta la fecha los científicos modernos no atinan a explicarlo del todo. Los mayas contaban sus ciclos de 17 maneras distintas, algunas en miles de años. Cuando termine el ciclo actual algo extraordinario pasará. Por eso conviene estar preparados. Habrá un gran cambio en la vibración de las cosas.

En este punto de su exposición el maya sabía que debía guardar silencio y dejar al cliente ponderar sobre lo que había oído. Esperaba haber puesto el énfasis debido en "algo extraodinario pasará" y en el "cambio en la vibración".

Si veía, como era el caso, que el cliente no decía nada es que estaba perdiendo su interés. Había que estimular.

- Hay signos y advertencias ¿sabe usted? - dijo como si estuviera a punto de compartir un gran secreto.

- ¿En serio? ¿Cuáles son? - preguntó la señora.

Aquí el maya se ponía a enumerar los desastres naturales del último año. Un huracán, una inundación o un terremoto nunca faltaban. Aderezaba el rosario de calamidades con una enumeración de los últimos accidentes de aviación.

- ¿Sabe porqué se está cayendo tanto avión? Es el campo magnético de la Tierra que está cambiando. Eso lo predijeron los mayas – remató el maya.

- ¿A poco los mayas predijeron la aviación? - dijo la señora.

- No, pero el cambio en el magnetismo de la Tierra sí - reviró el maya.

La señora se quedó pensando. El maya tomó uno de los folletos de la mesa y se lo tendió.

- Usted señora se ve que es una persona muy inteligente. Lo percibo en su aura. Es un don que heredé de mis antepasados ¿sabe? Nunca fallo. Por ejemplo ahora estoy percibiendo que tiene usted problemas de salud en sus piernas o en la espalda.

La señora, que iba agarrada a un bastón, abrió los ojos como platos.

- ¿Cómo lo supo? - dijo la señora.

- Ya le dije. Es un don de mis antepasados – dijo el maya.

La señora tomó el folleto de la mano del maya y leyó el título "¿Está usted listo para el gran cambio?" Debajo de esa pregunta un señor vestido de indígena hacía una "limpia" a un señor de traje.

- ¿Usted hace limpias? ¿Cuánto cuestan? - preguntó la señora.

- Si. Lo que usted quiera donar – dijo el maya.

Mientras la señora se quedaba de pie el maya puso algo del copal encendido en un recipiente. Luego lo paseó por la cabeza, la espalda y las piernas de la señora. Se tomó su tiempo en esa operación para que otros clientes potenciales vieran la limpia. En el rato que tardó la limpia, tres personas se formaron.

A medio día había juntado quinientos pesos en donativos. Apagó el comal, levantó su puesto y se lo echó a la espalda para emprender el regreso a su casa. A pesar de llevar un botín aceptable iba preocupado. La pantomima del maya sabio no iba a durarle mucho más. ¿Quién sabe en cuántos días habría otra profecía del fin del mundo cacareada en los noticieros?


DOS

El señor Nalgabruta estaba colorado de tan furioso.

- A ver. Repasemos una vez más. Entré a mi cámara de éstasis a finales del siglo XXI dejando instrucciones precisas para que me despertaras al cabo de un par de centurias y tú me estás diciendo que han transcurrido ¿cuańtos años?

- Cien millones – dijo el bot que había dejado programado para despertarlo y para mantener el soporte vital del señor Nalgabruta.

El señor Nalgabruta se sintió desvanecer.

- ¿Qué pasó? - preguntó.

- Un error de fechas en el sistema operativo – respondió el bot.

El señor Nalgabruta se lamentó de que el bot sólo consistiera en bytes y sonido y no fuera un robot para patearle el culo.

- ¿Te das cuenta de la magnitud del error? Construí con mi fortuna esta cámara de éstasis a 10 kilómetros debajo de la superficie de la Luna con la esperanza de despertar en una sociedad menos turulata que en la que me tocó nacer y ahora que estoy despierto lo más seguro es que no exista un sólo humano aparte de mí.

- ¿Porqué lo dice señor Nalgabruta? - preguntó el bot que estaba programado para aprender un poco de su entorno inmediato.

- En mi época había calentamiento global, guerra bacteriológica y hambruna. Por si eso fuera poco a cada rato pasaban a miles de kilómetros de la Tierra meteoritos que sólo detectábamos cuando ya los teníamos encima. Se me ocurren decenas de causas por las que la humanidad ya no siga ahí – dijo el señor Nalgabruta mientras se subía por el elevador al observatorio en la superficie.

Cuando arribó a la superficie vió que La Tierra se elevaba sobre el horizonte. La tenue luz que reflejaba iluminaba el páramo lunar. El señor Nalgabruta contempló el paisaje en lo que ajustaba el telescopio.

- ¿Ves? No hay nadie allá afuera. Ha pasado un centenar de millones de años y la humanidad no ha colonizado la Luna. Esto sigue pareciendo el mismo terreno baldío de siempre – dijo el señor Nalgabruta.

El señor Nalgabruta miró por el telescopio. La Tierra tenía el aspecto de siempre. ¿Dónde estaban las estaciones orbitales? ¿Las torres gigantescas sosteniendo los anillos artificiales? ¿Las megalópolis iluminando el lado nocturno de la Tierra? Todas esas cosas que los futurólogos de su tiempo habían vislumbrado brillaban por su ausencia.

- Es inútil. Este telescopio no me deja ver más que a una resolución de decenas de kilómetros. Es interesante, no obstante, comprobar que la deriva continental siguió su curso durante mi hipersueño. Los continentes no son como los conocía. Tendré que aprender geografía de nuevo – dijo el señor Nalgabruta.

El bot hizo una sugerencia.

- ¿Porqué no enciende la radio señor? Si hay vida inteligente allá abajo, humana o no, a pesar de todas las calamidades que pudieran haber sufrido, deben usar señales de radio para mantener sus comunicaciones.

El señor Nalgabruta hizo lo que decía el bot. Encendió la radio.

- Sólo hay estática. Estas señales que detecto son las provenientes del cinturón de Kuipper, del Sol, de Júpiter y de unos pulsares que están más allá. ¿Donde están las comunicaciones de la civilización terrestre? - dijo el señor Nalgabruta.

- Tenía usted razón señor. Ya no hay sociedad – dijo el bot.

El señor Nalgabruta sintió el gigantesco peso de la soledad. ¿A dónde se fue la humanidad?

No se atrevió a bajar a la Tierra a investigar qué había pasado. Las siguientes noches, el señor Nalgabruta, las pasó soñando que la Tierra era de las cucarachas y los morlocks. Los relatos de Kafka y Wells se le revolvían en la cabeza...

11 comentarios:

Fire_tony dijo...

El maya me cae bien. Sabe engañar a la gente.

Silvia Black dijo...

bah, no creo en eso de las profecías mayas pero conozco a mucha gente que está esperanzada/temerosa del 2012... chale

Anónimo dijo...

Me kedo con el dos :D

luna dijo...

Cada que leo o escucho algo relacionado con el añó 2012, me viene un dolor en la boca del estomago, despues viene la calma y me digo: " De todos modos vas a morir"

Jn5 dijo...

Un conocido mio es del tipo 1.
Y me gusto mucho el relato 2, parece escrito por Luis, pero me gusto mucho. :D

Anónimo dijo...

No sé si el mejor halago para un escritor (aunque lo sea sólo por el placer de hacerlo) es que le digan que su escrito "parece que lo escribió alguien más", me imagino que era sin intención de ofender.

Por mi lado te digo que espero que haya muchos fanáticos del tipo 1 que ese día nos libren de su presencia, quizá el nivel de IQ promedio de la humanidad se eleve unas décimas después de que tanto imbécil nos deje de robar aire

Del segundo relato te felicito, y me da gusto comprobar que hay 2 consistentes blogwriters con talento para estos minicuentos de CF, espero con ansiedad la siguiente aportación y dejo en el aire la idea de que un día escribieran algo más largo...
igual es chicle y pega...

Anónimo dijo...

oops con las cacofonías, je, por eso yo me dedico a leerlos a ustedes, y no a escribir...

Anónimo dijo...

pésimo, me parece que sobras en este blog con tus escritos pretenciosos de libre pensador escéptico.

Anónimo dijo...

Profesía maya con portada de calendario azteca...solo siendo muy pendejo te dejas engañar por eso, no?...ó escribirlo?

Sivoli dijo...

Lo que aún me asombra es como chingados le hizo para saber que la doñita esa estaba enferma de la espalda.

Francisco Lizardi dijo...

Felicidades, muy buenos relatos, me encantaron, noto un leve toque de Larry Niven, je je je, solo me queda preguntar, ¿porque dejar a uno con la duda de si en realidad nos fuimos al carajo o no?, je je je.

Saludos

Blogalaxia