jueves, 2 de abril de 2009

Deformaciones mentales



El señor Nalgabruta pronto se hartó de llevar la cuenta de las maneras, unas trágicas y otras cómicas, en las que pensaba que la humanidad pudo haberse perdido. Sin embargo, el aburrimiento no le daba aún para superar el miedo que sentía de abandonar su refugio lunar e investigar qué había ocurrido en la Tierra.

Para entretenerse y seguir procrastinando sin que lo importunaran la culpa puso en marcha un proyecto nuevo.

- Bot, pon atención. Vamos a hacer un blog – dijo el señor Nalgabruta.

- Muy bien, señor. ¿Le instalamos un contador de visitas? Prometo visitarlo al menos un millar de veces al día – dijo el bot.

- No seas idiota, bot. Ese blog no será como los del siglo XXI que servían de escaparate y fuga de las vidas miserables de sus autores. Es una analogía. Construiremos un artilugio que grabará todas mis experiencias, afanes, anhelos, fobias, deseos e insatisfacciones. En resumen, todo lo que me hace ser Yo. De esa manera cuando baje a la Tierra a investigar lo que ocurrió con la humanidad, aquí se preservará una copia de mi mismo. Si alguna desgracia me ocurre, tú me clonarás y en el clon resultante depositarás todo lo que se haya grabado y será como si nada me hubiera ocurrido. ¿No es una magnífica idea? - dijo el señor Nalgabruta.

El bot que no estaba programado para decir "Esto que está ud diciendo, señor es una tontería" respondió:

- Muy bien señor. Esta es la lista de lo que necesitamos...

Días después el señor Nalgabruta contemplaba su rostro deformado en la superficie de una esfera plateada de cinco centímetros de radio.

- Me asombra que cada aspecto de mi personalidad esté aquí guardado. ¿Y dices que se está actualizando en este mismo momento? ¿Se están guardando esta conversación y mis impresiones sobre ella? - dijo el señor Nalgabruta poniendo la esfera en su mano.

- Si, señor. Está diseñada para guardar ahí las experiencias de 10 personas que vivan cien años. No hay peligro de que se sature o pierda información – dijo el bot.

- Se está calentando. ¿Es eso normal? - dijo el señor Nalgabruta.

El bot repasó sus bancos de memoria.

- No. Eso no lo debería hacer.

La esfera se calentó tanto que el señor Nalgabruta la dejó caer. Cuando la esfera tocó el suelo se convirtió en charamusca y echó un voluta de humo.

- ¿Qué pasó? - dijo el señor Nalgabruta sobándose la mano quemada.

- Sólo puedo especular al respecto, señor – dijo el bot. - Las especificaciones técnicas de la esfera fueron rebasadas por las deformaciones de su personalidad incoherente y contradictoria. De acuerdo al mapa mental que tracé para diseñar la esfera tiene ud hondas cicatrices. Durante la mayor parte de su juventud hizo un esfuerzo conciente para desinteresarse de aplausos lo mismo que de mentadas. Al grado que tanto elogios como afrentas le importaran un carajo. Y lo logró. Ante la falta de estímulo emocional se dedicó a empresas y proyectos que le procuraran ya autobombo o ya autoescanio. Sus tremendos fracasos sólo tienen medida con sus notables éxitos y cada uno de ellos no hizo más que profundizar la brecha de su vida sin tino. Prontó ahuyentó a los cercanos a usted y enterró la nariz en matemáticas y libros. Cuando hallaba un dislate se entretenía señalándolo. Dejó de respetar las ideas de los demás y encontró diversión en echar sainetes deplorables contra las creencias más profundas y más caras de sus contemporáneos. Al cabo. la humanidad entera le dió asco y por eso construyó la cámara de éstasis, para huir de ella. Y ahora 100 millones de años después ha descubierto que la extraña.

El señor Nalgabruta reflexionó sobre lo que le dijo el bot. Después de un rato contestó:

- Todo eso que dices es muy cierto. También es muy útil. No porque crea que el autoconocimiento me vaya a brindar serenidad sino porque me has aburrido hasta la náusea platicándome de mí mismo, que es el peor tema que se puede abordar. Para evitar que me mates a bostezos iré a la Tierra a averiguar lo que ocurrió con la humanidad. Prepara la cápsula.

Nota: Esto es continuación del segundo relato que escribí la semana previa. La idea de continuar con el mismo personaje se la estoy robando a Arboltsef, creador de Ernesto "Pistolas" Medel.

6 comentarios:

peperro dijo...

Pobre del bot, la verdad es que le tocó la parte más fea, soportar al señor Nalgabruta, y no bastando eso le ordena que lo psicoanalize de pi a pa. Hubiera sido un milagro tecnológico que la esfera hubiera funcionado a la perfección.
Espero saber que pasa cuando llegue a la Tierra el señor Nalgabruta

admin dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

terriblemente malo, hay pasajes simplones mezclados con otros un tanto pretenciosos... muy malo

Francisco Lizardi dijo...

perfecto, me alegra que continúes con el relato, sería una pena que no se narrara la historia del señor Nalgabruta (parece como si tu tan solo dijeras lo que ya hubiera sucedido en alguna realidad y no que sea una mera invención narrativa).

Continua asi.

Saludos

Luis dijo...

Tengo dos en papel y todos en PDF, deja los subo.

Carolina dijo...

Muy bueno.. pero tambien senti demasiado brusco el final (aunque no sea el final definitivo)... aunque me dan mas ganas de leer la parte que sigue :).
saludos

Blogalaxia