lunes, 18 de mayo de 2009



Estos últimos 6 años de mi vida, he buscado llevarla fuera de los lugares comunes, de lo que debe ser, de las costumbres borregas. Reniego de las recetas de comercial de Kodak, la cursilería y de aquellos que quieren medirme bajo su regla de adulto responsable. Presumo que me encanta la persona que soy, que la inocencia a mi no se me da y que no creo en los nuevos reyes magos que algunos si: una casa, una vejez asegurada, unos hijos/clones.

Este sábado, mi cuerpo confabuló en mi contra y disparado por esos pinches hitos que marca la traslación del planeta, exploté. Buscaba en mi cabeza algún reducto de inocencia, la esperanza de aún tener un punto ciego que me impida ver mi realidad tal cual es.

Horas después mi abuelo moría a unos 200 kilómetros de aquí.

La primera parte de mi infancia la viví en un departamentito que habían construido mis papás en el jardín de la casa de mi abuelo. Soy la primera nieta y por lo tanto, su adoración. Un cuadro mío de casi un metro que cuelga en su habitación es evidencia de esto.

Todos en el velorio ayer me lo decían. Yo lo sabía y lo agradecía.

Sin embargo, fue mi abuelo quien con sus acciones me dio los primeros portazos de realidad. Tendría unos 6 años cuando se enojó mucho conmigo por pegar una calcomanía en su clóset: Era una pareja tomada de la mano y con plumón le escribí “Abuelo y Abuela”. Aún en mi inocencia, noté ese desplante exagerado y fuera de lugar.

Un par de años mas tarde, sacamos a mi abuela de esa casa. Mi mamá me explicaba que desde hacía mucho mis abuelos no estaba juntos, que en ocasiones la gente vive mejor en diferente lugar.

Su pasado tiene tintes obscuros que indican que su forma de ser –osca, fría y quejumbrosa- se gestaba desde entonces. El abuelo que sonreía cuando sus nietas jugaban comenzó a cambiar a un anciano deprimido y enojado. Esto, aunado a la pérdida de inocencia que yo iba desarrollando estableció una gran distancia entre nosotros dos.

Hoy ya no lloro por mi falta de inocencia. Gracias a ella enfrento la muerte de mi abuelo como lo que es. Sin dramas o exageraciones. Al fin y al cabo, él fue de los primeros que, con su forma de ser, me hizo lo que soy.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Woow... Casi me haces llorar... Me pusiste a pensar en que haria yo si mi abuelo muriera ahora... El dice que yo soy mas hija suya que sus otros hijos, y es que desde pequeña vivo con el... Mi abuela murio en diciembre del 2007 y aunque con ella no me la hiba muy bn pz fue muy duro... Ahora al leer tus palabras me pusiste a pensar en el dia en que esto suceda...
Lindo escrito en verdad ^^

freud´s daughter dijo...

muy emotivo, más porque igualmente que el comentario previo, inmediatamente me puse a pensar en que va a pasar el día en que mi abuelo (que tiene 92)falte... creo que mi esperanza inocente es que para que eso pase falte mucho tiempo, aunque yo se que solo es eso: una esperanza muy inocente.

Chilangelina dijo...

Porque así es la vida, ¿no? Uno acaba descubriendo que es nomás lo que es.

Guffo Caballero dijo...

Snifirili...

Buen escrito, Rox...

fer ramos dijo...

Buen texto. Saludos.

La Rosy dijo...

gracias a todos, saludos :)

borregata dijo...

Muy buen texto, conmovedor ya no por tu abuelo sino por lo que dejó en ti. En mi caso la que se hubiera encabronado con la estampita hubiera sido mi abuela, no sólo porque consideraba de mal gusto las calcomanías sino porque lleva más de 50 años tratando de deshacerse de mi abuelo, tanto que hasta le construyó una casa justo arriba de la suya con entrada independiente para que no tuviera que verle la cara ¿acaso no hubiera sido mejor cambiarse de casa y ya?

En fin, saludos

Iris dijo...

no tuve abuelos... pero si me pone triste la idea de pensar que me falten mis 2 abuelas de las 3 que tenia....

tambien me recordo lo que la gente te deja y como te forma... una platica del fin de semana en la cual me acusan de crudeza, dureza y frialdad... its not my fault its hust me

B. dijo...

No había leído éste antes y cómo lo lamento.

La verdad, muy bello y muy conmovedor.


Nos vemos.

mariposa dijo...

mis dos abuelos ya fallecieron. es horrible¡¡¡¡¡¡ pero es muy cierto que sufrimos por egoistas,por nuestra soledad e incluso por nuestros remordimientos, sufrimos porque esa persona ya no esta con nosotros .... ellos ahora no sufren frío, calor, hambre, dolor,y mucho menos la soledad de enfrentar la realidad de no estar cerca de sus seres keridos
Despues de comprender eso, estoy bien y me alegro por ellos....

ほし dijo...

me encanto!

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