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Estos son los ejercicios en Recolectivo
Ejercicio 38: Refranero Popular
Ejercicio 33: Inocentes esperanzas
Ejercicio 31: Sueños de pueblo
Ejercicio 30: Héroes sin calle
Ejercicio 26: Egolatria Desinteresada
Ejercicio 25: Señales del Apocalipsis
Ejercicio 23: Miedo a los niños
Ejercicio 18: Otra forma de morir
Ejercicio 17: 27 de enero, 2059
Ejercicio 13: Recuento de daños
Ejercicio 12: Un toque de mota
Ejercicio 9: Rebelde sin causa
Ejercicio 7: Obsesiones infantiles
Ejercicio 6: Si tuviera una maquina del tiempo...
Ejercicio 4: Asústame panteón.
martes, 19 de mayo de 2009
Le Temps Retrouvé
Crecer ha implicado desencantos profundos que ya no deseo describir ni explicar. Y más que desencantos, el paso del tiempo ha modificado mi visión de las cosas, y me resulta difícil saber si mi perspectiva está deteriorada, libre o desengañada.
Parte de avanzar por el intrincado devenir supone también hallar el peso de los años en mis contemporáneos, y con ese hallazgo vienen los recuerdos, la remembranza de lo que fueron y la comparación casi siempre atroz y poco favorable con lo que ahora son.
Nadie ha logrado sobrevivir a los años, me digo. Y es verdad. Me encuentro a una infinidad de excompañeros de preparatoria, de secundaria, de universidad, y todos me parecen una lamentable gavilla de desesperados, de ruinas convertidas en instituciones de rutina y pequeñas alegrías y amarguras. Ha sido imposible encontrarme a un hombre que no sea ahora un tipo panzón, alcohólico funcional, empleado o empresario de mediano o poco éxito, e incluso aquellos con un notable curriculum denotan el desgaste incipiente por el que todos habremos de atravesar.
Me encuentro a mujeres, que antaño solían ser jovencitas retozantes y frescas, engreídas, deseosas de enamorar al fulano más popular, al del automóvil lujoso, al rebelde, y no he podido platicar con ninguna a la que el tiempo no le haya pasado la pesada factura de hijos, maridos infieles, relaciones abrasivas, embarazos no deseados, abandonos, desamores, desazones, fracasos y la invariable caída de aquellas carnes gloriosas que paseaban cuando tenían dieciséis o diecisiete años.
Todavía recuerdo a aquella amiga que me gustaba en la secundaria, y que al hallarla veintitrés años después descubrí que detrás de aquella insolencia que la caracterizó durante su adolescencia estaba una mujer con un terrible miedo a la soledad y al rechazo. Recuerdo que después de tomar un café nos metimos a un motel a tener el sexo más triste que se puede tener a los treinta y siete años.
Pensé en Alejandro, aquel viejo amigo de la preparatoria que cuando se emborrachaba me hacía pensar en Hemingway, y como su cabello lacio y rubicundo se cayó, y su cuerpo fornido, sus hombros anchos y su rostro atajado y varonil se fue demacrando a partir de los veinticinco años, cuando el amor de su vida lo abandonó por considerarlo poca cosa, un hombre mediocre que no podía complacer sus gustos y que sin embargo sacrificó sus mejores años para que ella pudiera terminar su licenciatura.
Todos están jodidos, pensé mientras me subía sobre el cuerpo de aquella amiga, y me topaba con carnes más bien flácidas; todos nos hemos hecho viejos e imbéciles, me dije mientras trataba de sentir algo, cualquier emoción, por acostarme con quien fuera la tipa más hermosa de la secundaria donde estudié.
Ni siquiera sentí satisfacción cuando me hallé a Jazmín, afuera del gimnasio lujoso donde asisto. La reconocí por su estatura y su cabello café y voluminoso. Le pregunté si había estudiado la preparatoria en la Lázaro Cárdenas, y me dijo que si, y que me recordaba. Seguía siendo muy guapa, pero ahora sonreía más: era más amable, y por supuesto más accesible. En la escuela hubiera sido remota la posibilidad de aproximarme tanto, y ahora ahí estábamos, como un par de convalecientes de la edad, saliendo de correr y nadar para evitar que la grasa nos termine de joder, platicando naderías sobre el tiempo y sus consecuencias, sobre aquello y lo otro. Estás esperando que el valet traiga tu carro, le pregunté, y me respondió que no, que esperaba a su novio.
Cuando llegó, venía manejando un Mercedez Benz clase C de lujo y sentí una sonrisa de estoicismo dentro de mí. Ella se despidió con mucha dulzura, e incluso me dio un beso en la mejilla. Yo alcancé a atisbar el interior del auto y el conductor, su novio, era Enrique, el idiotita más torpe de la escuela, el zoquete y mentecato que jugaba Dungeons and Dragons y que sacaba buenas notas. Era igual de horroroso que antes; nada en él parecía distinto. Cuando le vi, supe que me había reconocido. No conté con que bajaría saludarme, o a platicar conmigo. Eso hizo después de abrirle la portezuela a Jazmín. Quién iba a decirlo, Enrique, le dije. Si, dijo él.
La chica más solicitada de la preparatoria arriba de tu Mercedez, le dije, sin toque de amargura ni envidia: de verdad estaba contento por todo lo que parecía tener. Si, volvió a decirme: y no fue difícil; en realidad aparecí en el momento indicado, cuando todo parecía haberle resultado mal y después de experiencias amargas y desesperanzas muy dolorosas; ya está medio vieja, pero es mejor tarde que nunca ¿no?
Asentí. El me vio con esa mirada cliché de yuppie con éxito y sentí lástima por sus logros de conquista tardía, de carroñero resignado. Creo que seguí asintiendo hasta que subió a su auto para largarse y dejarme ahí, con la nuca rígida y el estómago lleno de ironía. Recordé lo que me dijo un amigo que no he visto en muchos años: Muchos nos hemos tenido que tragar nuestras esperanzas y anhelos, por eso es mejor esperar nada, y así al menos nadie se burlará de ti.
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Inocentes esperanzas,
manuel
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Nuestros bloggers no los selecciona el azar, ni un dedo en el cielo, ni un niño de la lotería nacional; nosotros los seleccionamos de acuerdo a su peculiaridad y estilo de escribir. Recolectivo no es un blog abierto a cualquiera pero tendremos invitados.
A continuación nuestra lista de colaboradores:
Srta. Pelo Irritante adolescente con complejo de Peter Pan. De calvita sexy y gracioso caminar. Aspirante a mimo. Ha usado el mismo par de zapatos en los últimos 7 años y sólo se baña los domingos .Dicen que es rara: lo es.
Freddymatico Zimmerman. Blogger de orejas perfectas y patillas de taquero. Sarcástico engreído de comentarios corrosivos. Egocentrico jactancioso con pretenciones de macho-alfa, de piel sensible y todo poderoso. En constante contacto con su lado femenino.
Huevo Luis, nada más. Blogger venido a menos. De niño creía que Chinampa era una ciudad, pero ahora ya no está seguro. Lo acusan de ser un montón de cosas, casi todas ciertas. Él es Luis, nada más.
Salaverga. Sonorense jocoso con ínfulas de mafioso siciliano. La versatilidad y el garbo de un exiliado voluntario, que a vivencias propias, sabe que puede ser más frío el desierto de un país decadente y avaricioso, que el mismo Rio Bravo en los raudales de agosto.
Mulder. Mediocre heroe del canal 5. Desempleado de final de temporada. Escritor de lo anormal y cazador de lo paranormal. Valiente captor del Chupacabras. Fiel amante de Scully y perseguidor de extraterrestres furtivos.
NEB. Publicista frustrado prófugo de los yermos publicitarios y desertor de la semiótica. Amante de lo kitsch y buena onda. De repugnante y nauseabundo sentido del humor.
Yo soy Ella. Costeñita en el exilio. Alcohólica en proceso con la habilidad para permanecer dormida largas horas ininterrumpidas. Con tendencia a caer y accidentarse. Los internets la odian y ella odia el aguacate.
Caballero. Televiso y comunicólogo. Locutor y productor de obviedades inherentes. El maestro limpio de los blogs,
autentico portavoz del proletariado con tildes de barrio bajo. Burgués desidioso con aspiraciones de Zabludovsky.
Kabeza. Monero nacido en el desierto y exiliado en el asfalto. Fuma para esconder el bigote y dibuja porque no le queda de otra. Extraña las tortillas de harina, por eso adopto a la Tía Rosa.
Plaqueta. Como no daba una socializando ni bailando salsa, tuvo que abrir un blog. Se dice que cuando muera encontraremos sobres de Splenda regados entre sus pertenencias. Ama tanto a los hombres que le gustaría ser uno, aunque la idea de ligar con mujeres la asquea (pinches viejas). Abusa de los paréntesis (por ejemplo).
Guffo. Su mayor temor es ver a Cepillín sin maquillaje y una vez llego hasta el nivel del pretzel en Ms. Pac-Man. Ha tenido una vida provechosa y llena de triunfos, como podrán darse cuenta.
Changos. Fiel practicante de la ley del mínimo esfuerzo. Inconforme estudiante de ingeniería. Inconforme hijo de familia. Naco, inculto y borrachín. Torpe y descoordinado. Tipo de pocas palabras y aspiraciones. Indispuesto al desarrollo si este implica abandonar la comodidad de la sombrita.
Rox. Computita manipuladora. Se le vio por última vez con una caja de cartón de leche Lala en el aeropuerto acosando extranjeros. Señas particulares: Pecas en las nalgas y tendencia a morder. Padece de sus facultades mentales.
Canibal. Chamaco de rancho. Flaco, prieto, panzón y alcohólico. Cuasimisógino. Amante de la crítica a lo wey y del mundo porno. A veces llora en las mañanas, cuando recuerda la muerte violenta de su perro Jicotillo... pero ya lo está superando.
LaMaga. Monógama rehabilitada. Sobrevivió al ataque de sus propios tacones teiboleros (ya no hay lealtad en este mundo). Fanática de los cuentos (los reales, los ficticios, los propios, los ajenos y sobre todo los que le han regalado a título personal). Le gustan las películas repetidas y los planes malévolos. Las fuerzas superiores la odian.
Perdidos en acción.
Falso Profeta. Lanchero Escritor enmascarado de alta nobleza. Blogstar de naturaleza sobrevalorada. Proveniente de modesta cuna pero con afanes de opulencia. Porque su sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo.
19 comentarios:
Una buena entrada de lo que podría pasar si nos encontraramos a aquellos que fueron compañeros en algun momento. ¿Habran todos realizados sus sueños, uno que otro daría una sorpresa con su vida o acabaremos viejos y desilucionados?
Y bueno, todo aquel que estudio la prepa en Tijuana a principios de los 90, tuvo algun compañero de la generación narco junior, que vivieron la ilusión de una riqueza temprana, una muerte joven y en el peor de los casos, una prisión prematura. Por cierto, este tema de la decadencia adulta es de los más recurrentes en todos sus textos. Un abrazo. DSB
Ya que te acepten en la Interpol y te paguen 5000 euros mensuales, para que dejes de escribir textos decadentes, y hables de la convención anual de mercenarios master.
"por eso es mejor no esperar nada, asi nadie se burlará de ti"...
agghh, la historia de mi vida: una especie de "sufrir" para no sufrir...
Soy yo?, o el texto está de hueva?
...pero a los eternos galanes como tú y como yo -más como tú, snif- eso de la edad, las prominente barrigas, las arrugas o pasar de moda con las chavitas, no debe de preocuparnos, ¡¡¡ajuuuaaaa!!!
Anónimo: la desilusión es padecimiento propio de los ilusionados; hay que vivir, no ilusionarse: solo vivir.
Mi buen Daniel: Esa recurrencia ha de ser simple y sencilla melancolía, jajaja.
Cesar: Te debo un premio a la imprudencia e indiscreción, snif.
Freud´s: Cogito ergo sum...?
Juan: Mientras lo hayas leido, estimado Juan... A lo mejor solo eres huevón, y por eso nadie te puede culpar ni señalar.
Y Guffo... está comprobado que la edad no perjudica a los chabelos del amor como usted y yo, snifirili.
Hasta hace poco mantenía la esperanza de comprobar que el tiempo habían tenido un efecto positivo en mi y esperaba con que los demás lo reconocieran.
Para evitar encontrarme con zoquetes triunfadores o ganadores en decadencia he dejado de ir a las reuniones de la secundaria, prepa y hasta de la universidad, no soporto que digan, “Estás igualita” con el tono velado de “Sigues siendo la misma mamona de siempre”. Putos, qué van a saber, si ya hasta uso brasier.
Cuanta verdad hay en este post. Te encuentras gente que antes no eran nadie y ahora son muy exitosos y otros que antes eran "el muchacho chicho de la película gacha" o la chava de la escuela que antes era imposible que te dirigiera una mirada y ahora los vez y dan bastante lástima.
Creo que lo mejor fue pasar por el tiempo en un término medio, no inadvertido, pero sí sin esa etiqueta que después se vuelve una losa pesada en tu vida.
uuufff... pesado leer e identificarse.
Me vinieron a la mente , los galanes de secu y prepa, aquellos con toneladas de gel en el cabello, cadenas de oro y brackets, los he vuelto a ver y todo lo contrario, pareciera que sus kilos de mas, las carnes colgantes de la esposa y sus niños por los lados les averguenzan y pasan de largo cuando me ven. Complejos tardios, son aquellos que se burlaban a veces de mi cuerpo con huesos visibles, ahora cuando veo evitan mis saludos solo puedo sonreir con cierta lastima. No es que sea un adonis , pero a mis 32 años puedo presumir que la vida no me ha tratado tan mal en mi aspecto fisico. Veamos cuanto me dura este gusto.
Por eso dicen que cuando hay reuniones de ex alumnos, los que van son los que están mejor que antes... los otros ni se aparecen.
me recordo a mi amor platonico de la secundaria... con hijo de padre que la abandono a sus 21 años, ahora tiene 26.... yo tengo 24 y estoy con alguien de 21....
Buen post =)
Es raro pero, creo que a mis 29 años me siento aún más viva de lo que pude haberme sentido en la secundaria y preparatoria. Sí, se repiten las historias de casamientos y des-casamientos, traiciones, ilusiones destruidas y bla bla bla...
Y sin embargo se hace presente la experiencia ante la vida que no existía en años anteriores, y así con todo, trato de mantener algo de credibilidad ante ciertas situaciones (aunque me digan ingenua, no me importa).
La clave está: en vivir como quieres vivir, hacer lo que de verdad te gusta hacer y saber que lo estás haciendo bien! (aplica en tu trabajo, en tus decisiones, en el sexo, en todo)
El resultado de esto deriva en que la gente que recién me conoce coincide en calcularme unos 23 a 25 años, así que concluyo que la edad que tengas no importa siempre y cuando te sientas bien contigo mismo.
Es raro pero, creo que a mis 29 años me siento aún más viva de lo que pude haberme sentido en la secundaria y preparatoria. Sí, se repiten las historias de casamientos y des-casamientos, traiciones, ilusiones destruidas y bla bla bla...
Y sin embargo se hace presente la experiencia ante la vida que no existía en años anteriores, y así con todo, trato de mantener algo de credibilidad ante ciertas situaciones (aunque me digan ingenua, no me importa).
La clave está: en vivir como quieres vivir, hacer lo que de verdad te gusta hacer y saber que lo estás haciendo bien! (aplica en tu trabajo, en tus decisiones, en el sexo, en todo)
El resultado de esto deriva en que la gente que recién me conoce coincide en calcularme unos 23 a 25 años, así que concluyo que la edad que tengas no importa siempre y cuando te sientas bien contigo mismo.
experiencias hay muchas, todos tenemos momentos en los que estuvimos en la cima y otros en los que nos sentimos peor que caca de perro, si regresamos a nuestros anhelos de secundaria... no conozco a nadie que los haya cumplido al 100%
Es muy lindo recordar, y nos traslada a momentos melancolicos y nostalgicos, pero en definitiva mi futuro son solo las consecuncias de lo que hoy constuyo
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