martes, 12 de mayo de 2009

Y Ahora Que



Conforme maduro me siento menos comprometido con las generaciones pasadas. Quien sabe si por mi naturaleza de iconoclasta compulsivo o mi tendencia a cioranizar el devenir y concluir que la historia - el pasado, en este caso - nos demuestra que todo gira alrededor de un eje podrido.

Y pienso, por ejemplo, en mis padres y con ellos, pienso en sus expectativas, que son las de toda una generación que, ni modo, me provoca una pena ajena absoluta. Supongo que todos los que nacieron entre 1950 y 1960, deben ser un hato de timados, embaucados, que fincaron esperanzas formales en cambios que sucedieron a nivel mundial pero que nunca permearon dentro del irrisorio destino manifiesto de este país o, más aun, de latinoamerica.

Creo que todos ellos fueron llanamente robados, y más aun, robados más de una vez. Primero los timaron un poco, luego fue un robo inofensivo, luego el robo descarado y ramplón, enseguida el asalto con violencia, y ahora es saqueo a mansalva.

No hablo de dinero, señores. No es robo per se, cariñitos. A las generaciones les robas el tiempo y les quitas las oportunidades. Mis padres y su generación supusieron que el cambio del país devendría cuando ellos estuvieran preparados académicamente, y trabajaran, y así ascenderían a la mítica clase media, estandar del progreso social según los parámetros económicos. Yo ahora creo que a todos ellos se los cogieron, y además les hicieron pagar por ello.

Vaya, palabras más, o menos, me rio de toda esa generación que verdaderamente creyó en éste país.

Bueno, no; en realidad solo me provocan ternura culpable. Como los teletones. Un teletón generacional.

Mi madre, y amigas o amigos de ellos, trabajaron en una dependencia gubernamental casi desde sus inicios, cuando la esperanza de seguridad social que representaba era el paso inicial para el progreso. Hoy mi madre ha tenido que asumir que dicha dependencia acabará privatizada debido a su horrorosa corrupción y, especialmente, ineficiencia y burocracia.

Los proyectos de su generación se tornaron disfuncionales, y básicamente, todo lo que trabajaron fue una pérdida de tiempo lamentable. Todas esas instituciones han terminado siendo un fardo para el presupuesto del estado, y ni siquiera lograron cambiar la vida social o la percepción de la igualdad del mexicano. Incluso el ejido - la tierra para quien la trabaja y todas esas mamadas - hace mucho que se fue a la verga y Zapata y su séquito con ellos, provocandome risa penosa.

Y aclaro: La apuesta no era que todas esas instituciones fueran eternas, pero si que fueran eslabones transitorios hacia el progreso ¡Lo cómico entonces es que llegaron a su final sin haber funcionado jamás! Y no por que fuesen no viables - pues la efectividad de muchas de ellas quedó demostrada en otros paises - sino por la incompetencia y la naturaleza propia de este muladar nacional.

Pero voy al punto, nenes:

Cuando el gobierno y la sociedad me cuestiona, me exige que trabaje, que pague mis impuestos, que colabore, que apoye sus guerras mediáticas, sus gastos en millones de dólares para armar imbéciles, que engorde mi Afore, que me endeude en hipotecas, auto, que consuma y sea feliz, y que para seguir siendo feliz debo seguir trabajando y cuidar ese trabajo, lamiendo botas, sonriendo, esforzandome, siendo un empleado proactivo...

Un patriota, un hijo de México, un nacional orgulloso que celebre los logros democráticos, que perdona los tropezones históricos y pasa de página para seguir creyendo en el estado, en sus partidos, en sus estructuras, en sus leyes, constituciones, tratados y reglamentos

Cuando además la generación de timados, de embaucados me exige que me case, que tenga hijos, que cimente mi vida, que siente cabeza, que tenga mi casa con autos enfrente, jardín incluido, con mi esposa y mi matrimonio estable, con esfuerzo resignado para criar niños, guiar adolescentes y despedir adultos...

No, no siento un atolladero de ira, de rebeldía, de coraje, de pujido anarquista, de temperamento radical, de impulso contestatario, ni me encabrono sobremanera por que intenten comerme el coco, ni me pongo punk ni me dan ganas de ir a protestar a las cumbres internacionales.

Lo único que siento es un instintivo sentimiento de salvaguarda que se racionaliza al comprender la inutilidad de todo y pregunta, hombros alzados: ¿Y yo por qué?

15 comentarios:

Anónimo dijo...

por pendejo...

La Rosy dijo...

Aplica igual el "Dime algo que no sepa"

Muy buen post.

Guffo Caballero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Guffo Caballero dijo...

Eso de "...se los cogieron y les hicieron pagar por ello", siempre lo he pensado y lo resume todo.

Yo me niego a sacar un crédito para una casa. Siempre me he negado. Para mí es sinónimo de esclavitud. Si tengo 400 mil pesos ahorrados, prefiero pagar 10 años de renta por adelantado por una casa de 3 mil o 4 mil mensuales; así, durante esa década, ya no me preocupo por pagar mes con mes, me da tiempo para ahorrar e invierto mi dinero en otras cosas. Prefiero lo anterior a dar los 400 mil para enganchar un hogar y quede obligado a pagar durante los próximos 20 o 25 años de mi vida una mensualidad similar por una pinche casucha alejada de todo y pequeña, pero que "a la larga será mía", ay, qué emoción... ppfffttt... y pensar que todos acá en Monterrey cargan esa filosofía de "si no te endeudas no tienes", y añoran su pinche casita sin patio a precio inflado y a toda una vida de sacrificio e incertidumbre. ¿Y si se quedan sin trabajo? ¿si se les enferma un hijo? Mala inversión.

Ese pensamiento lo comparo con el de que la mujer debe tener igualdad de oportunidades y bla bla bla. Vi un interesante documental que decía que a las mujeres se le hace creer eso de la libertad y la igualdad con el único propósito de que trabajen, paguen impuestos (cuando no trabajaban se recaudaba la mitad de lo que se recauda ahora), cambien los roles y nos mantegan a los hombre, jojojo, y, aparte, se sientan orgullosas de ello.

Muy buen post.

Chilangelina dijo...

"Un teletón generacional" es la mejor descripción ever.

Javier Cardenas dijo...

que buen post, sobre todo después de cuando escribiste, voy al punto, me gusto la manera en que desarrolaste las cosas y las explicaste, lastima que a los que sigan que se cojan son a nosotros, veo resistencia por parte del pueblo pero ya la mayoría tiena la vaselina en su casa.

Saludos

Anónimo dijo...

estoy de acuerdo con todo tienes mucha razon nos han negado el hecho de ser homanos y mejor nos venden nuestras necesidades

Kurazaybo dijo...

como que me recordo a "Trainspotting""

Kuruni dijo...

A mi también me recordó a Trainspotting. Chale, que negativo eres, jajajaja.

Manuel Lomeli dijo...

Aaaay, trainspotting...

Nomas que yo soy Straight Edge...

Y el asunto es generacional...

Y tambien sepa que mas y esto y lo otro...

Besitos.

Anónimo dijo...

Le falta mucho análisis a lo que escribiste. Eso de tener auto, casa y demás bienes, casarte, tener hijos, etc. es decisión personal, nadie te obliga.
Por otra parte, tienes la obligación de pagar impuestos mientras tengas un ingresos, si no el gobierno te tiene que obligar. Más como alguien con educación formal que muy probablemente pagaron los contribuyentes y que por lo visto te sirvió para hacer lo que te gusta: escribir.
Ser nacionalista no implica celebrar a la pendeja selección de futbol o creer en la democracia a ciegas, significa creer en las capacidades de uno mismo y en las de los demás en tu país, y en que se puede crear un bienestar generalizado, consiste en criticar constructivamente.
En resumen, eres un pendejo. Qué bueno que no todos tenemos tus complejos. El que le falló al país fuiste tú. Se tiró a la basura lo invertido en tu educación, en el sistema de salud que te sirvió, etc. Pinche fracasado

María Font dijo...

Sr. Anónimo de arrba:
Ser nacionalista es el principio de todo fundamentalismo. Es continuar con un metarrelato que sólo sirvió en ciertos estados-nación decimonónicos. Es fletarse el paradigma rankeano de la ciencia histórica; en pocas palabras ser positivista es anacrónico.

Depositar tu credo en las capacidades de las demás personas es casi tan suicida como dejar que un suicida conduzca mi carro conmigo sentada a su lado(aunque claro siempre se puede sobrevivir a un voluntario choque múltiple y vivir para contarlo). Supongo que "Probabilidad y Estadística" en tu caso es una asignatura pendiente.
En lo de pagar impuestos estoy de acuerdo: hay que pagarlos. Pero eso sí, exijo reciprocidad y ejerzo mi derecho a pensar que este país está jodido si alguien con ese aparato crítico (y constructivo)como el tuyo le da en la madre a su opinión nombrando pendejo al autor de un documento de ficción.
En efecto Manuel fracasó en su arduo intento por servir a esta "Patria" y cumplir fielmente con lo que ella nos demanda.

Por último, en la democracia se cree a ciegas ¿Qué no? Si no te olvidas del bienestar generalizado e incurres en el patético deporte del "polichinelismo".

M: Me gustó esa retórica esto-gira-sobre- un-eje -podrido, y el post en general. Legio Patria Nostra

Tigrus dijo...

Excelente escrito, me gusto un chingo... o sera porque estuve de acuerdo con todo lo que dijiste???... eso tambien sera parte del hecho innegable en el que busco aceptacion y reflejarme en mis semejantes y por eso me sigo metiendo a este Recolectivo???.. probablemente jejeje

Saludos!!!

Manuel Lomeli dijo...

Querido Anónimo:

Ya no respondo nada por que Maria Font te la dejó caer bien rico.

Lo que si, es que olvidas bastantes algoritmos: libertad, inconciente colectivo, idiosincrasia, ontología, estado e individuo...

Amén de que suenas como idealista trasnochado. Justo como la generación de jodidos que creyeron en este país allá por 1970.

Eso, o eres panista. No lo niegues. No tiene nada de malo. Jijiji.

CÉSAR R. GONZÁLEZ dijo...

No más lectores panistas en recolectivo.


Mejor lean Reforma.

Les presto mi clave.

Blogalaxia