viernes, 5 de junio de 2009

Un karma, una maldición.



¿Que aspectos de ser periodista ayudan a la hora de escribir en Recolectivo?

Ser periodista es un karma, una maldición, un mal vicio eterno del que es imposible rehabilitarse, una baja pasión de la que quiero mantener alejado a nuestro hijo. Sin embargo, justo es reconocer que este oficio del que he vivido y sobrevivido por más de 16 años, me ha enseñado dos o tres cosas de la vida. Ser periodista es, ante todo, un oficio de huevos, voluntad y mucho sentido común.

Respondiendo de manera específica la pregunta, diré que trabajar en un medio impreso te forma una disciplina a la hora de escribir. Aprendes que el cierre de edición no espera ni conoce prórrogas y aprendes el significado de escribir una nota en cinco minutos cuando ha pasado la media noche, la máquina está rugiendo y traes 16 horas de trabajo intenso encima. Aprendes a escribir con plazos, bajo presión y con diferentes estilos.

Jamás le diré a Recolectivo que no tengo el texto del viernes, porque aprendí a jamás decirle a un editor que no tenía el reportaje de la semana o la columna de todas las tardes o la reseña de los domingos. Contra viento y marea las tenía que tener. Por lo demás, aunque el periodismo puede llegar a extremos inconcebibles de bajeza y prostitución, lo cierto es que es un noble oficio que te hace conocer y dimensionar tu entorno a profundidad descarnada. No sólo conoces de cerca y a veces en la intimidad el rostro del poder y sus trucos, sino que influyes decisivamente en él desde tu trinchera (hoy que estoy del otro lado, dimensiono lo mucho que un gobernante se rige por los medios) Pero de la misma forma que conoces a los poderosos y a todos aquellos que rigen o influyen en la vida de tu entorno, conoces los más profundos abismos de tu sociedad.

Gracias al periodismo he podido conocer asentamientos, personajes mundos y realidades de nuestra ciudad, que miles de tijuanenses ni siquiera imaginan que existen. Haber visto decenas, acaso cientos de muertos, haber platicado con tanta gente que después fue asesinada, haber visto tanto dolor, tanta traición, tantas esperanzas hechas mierda, te hace ver que la realidad es una gran creadora de novela negra.


¿Cuál es el problema principal de participar en un proyecto colectivo de este tamaño?

De entrada debo aclarar que para mí Recolectivo no representa un problema, sino un placer. Escribir no es para mí un medio, sino un fin en sí mismo, un acto hedonista y masturbatorio. Escribir con libertad de criterios y estilo es placer en estado puro. No soy escritor en el sentido literario del término ni pretendo serlo, pero desde hace años me gano la vida creando textos. Soy tal vez escribidor o tundeteclas. Escribo decenas de miles de palabras al día. Ahora mismo, que llevo cuatro meses ganándome la vida fuera de un medio, me siguen pagando por escribir, por comunicar ideas a través de la palabra escrita.

No me llena de orgullo escribir comunicados, redactar desplegados, discursos o posicionamientos oficiales, pero al parecer lo hago bien, pues me pagan por ello, a la par de que sigo colaborando externamente con medios periodísticos, específicamente con tres. Salvo un espacio semanal de reseña literaria en televisión, caigo en la cuenta de que todos mis pendientes laborales tienen que ver con escribir. Dado que para la comunicación oficial me apego a estrictos criterios y manuales de estilo, tener un ejercicio de libertad como Recolectivo es un deleite. ¿Problema? Mmmmm, no, no es un problema. Es en todo caso un reto de no caer en lo ordinario y lo repetitivo o en el lugar común, pero estos retos también son hedonismo.


5 comentarios:

Botica Pop dijo...

porque escribir cuestiones periodisticas no se considera escribir?

(aunque lo de escribidor me gusta)

Chilangelina dijo...

Pues yo me subo en este camión y suscribo lo dicho por usted. Es que usted lo dice más bonito, oiga.

Daniel dijo...

Cada nuevo junio, días antes de la entrada del verano, celebramos solemnes funerales por el periodismo y vuelve a sonar en mis oídos su perpetuo y deprimente réquiem. Nunca siento tanta pena y conmiseración por el periodismo como en junio. En estos días mis vestigios de fe en el oficio se hacen pedazos. Estos días se celebra el día de la libertad de expresión, una festividad que en México se traduce en el máximo homenaje al periodismo más servil y prostituto. ¿No es un contrasentido que sea el poder quien instituya el festejo? Cada que se celebra este día me doy cuenta de cuántos gusanos devoran el cadáver del oficio del que he comido tantos años. 7 de junio: El periodista como perpetuo pordiosero, como una rémora tragando los desperdicios que arroja el gran tiburón del sistema.

La Rosy dijo...

Sin duda eres un gran escribidor. Sabes transmitir lo que sientes al leer, viajar o vivir. Y eso no cualquiera...

borregata dijo...

Por eso decía cierto escritor mexicano nacido en una embajada de un país tropical que había cuatro oficios o profesiones que nunca ibas a dejar de ejercelas : político, diplomático, periodista y puta.

Todavía te recuerdo sentado en tu cubículo con una PC más vieja que la transa tundiéndole duro al teclado
-¿Todavía trabajando, Salinas?- te decía cagada e intimidada por el cúmulo de libros, fotos, discos y artículos personales que me recordaban lo "verde" que era cuando me metí al periódico.
-No, ya no estoy trabajando, estoy escribiendo una reseña de un libro que leí
-¿Escribir por gusto? :S ¡Tsss! Fue entonces cuando me di cuenta que sin personas como tú o como Ceci, en el momento que dejaran de estar en el Fiestera la cosa iba a valer v...
Saludos y muy agradecida por presentarme a Arturo Belano

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