miércoles, 5 de agosto de 2009

Lo tenía



Tia Rosenda coloca una semilla de garbanzo enlodada en La Maceta. Marianita grita El borracho y tres de los siete van y quitan el garbanzo.




Mi carta está casi vacía.




¿Por qué jugamos? Pinche juego para lisiados mentales; aquí no gana el más listo o inteligente, tampoco el más rápido. Aquí gana el primero que corre con la suerte de llenar su carta. Tengo un IQ de 135 y sólo tengo cuatro garbanzos en mi juego; algo está mal.



Podríamos jugar Scrabble, Domino, Ajedrez, Damas chinas, y les partiría la madre, pero ¿Lotería?



Vaya ineptos. Y todavía pierdo mi tiempo sonriendo, con un garbanzo inmundo entre los dedos, garbanzo que nunca de los nunca pondré sobre La Dama o La Sirena, porque curiosamente no tengo a ninguna de esas viejas en mi carta. Pero la imbécil de Renata rápido la ubicó en su plana, mientras que yo, con mi IQ de 135 ensartado en el ombligo, tengo sólo cuatro garbanzos. Cuatro míseros garbanzos; ¿De qué me sirvió terminar una carrera y hacer un posgrado? ¿De qué me sirve saber tres idiomas, pintar en óleo, tener una sonrisa perfecta, si no puedo poner siete malditas fichas en mi juego?






El catrin




El cotorro




El bandolón






Y siguen corriendo las cartas. Vale, que avienten otra, no hay pedo. Ya sé que no voy a ganar de todas maneras. ¿Perdón, dijo El cantarito? Ah, no, no sabía que era El músico; escuché mal, tía -vieja pendeja-. Sí, Renata, ya vi que vas ganando por las esquinas; qué bonito, sí... Y se van a regocijar cuando ganen, como si fuera un triunfo verdadero haber tenido la carta adecuada en el tiempo adecuado, como si realmente se necesitara pensar para ganar esta madre. Sí, Renata, ya vi que ganaste: fe- li- ci- da- des. ¿Cuánto ganaste? ¿Cincuenta pesos? ¿Tanto? Uuuuh, ¿ y qué me vas a invitar?





Renata, tia Rosenda y Marianita se levantan. Julio me ve enajenado; sí, un partidito de ajedrez después de este calvario; creí que nunca lo pedirías.




¿Mande, tia? Sí, qué lástima que tampoco gané esta. No tengo suerte, ya ve. ¿Cómo? No, claro que no; soy malísimo para la lotería tia.Si, ya sé que cualquiera puede ganar, pero supongo nunca he tenido la fortuna de que me toquen todas las cartas. Pues no, no es mi culpa que nunca salga El cantarito, o La botella, o La araña.




...



¿Cómo que esos los pasaron desde el inicio? Claro que no; las hubiera escuchado. Bueno, pues tampoco pasaron El pez, ni La Chalupa, o El borracho.






No, ni madres; igual los primeros si pasaron, pero esos no los escuché; se habrá confundido tia.





...




Sí, entiendo... qué cosas. No, vaya usted; me quedo jugando ajedrez con Julio, pero gracias. Sí, gracias tía, gracias...






...






Supongo que un IQ de 135 no te exonera de ser tan pendejo como para no escuchar tus cartas en la lotería.

18 comentarios:

Rocío dijo...

Yo juego con frijoles...

El hombre de hielo dijo...

Mhh hay algunos métodos para mejorar el desempeño en la lotería, mi tía abuela los aplicaba pero supongo que algún error cometía en la ejecución, puesto que no veía mejoría en el juego.

Tales métodos son:
- Azotar las planillas unas contra otras para sacudirles la mala suerte.
- Voltear de cabeza la planilla de peor comportamiento, voltearlas todas es opcional.
- Cambiar el orden de acomodo de las planillas.

Y el más poderoso, que se debe aplicar sólo en caso de estar a punto de ser "despelucado":
- Llenar las planillas antes de iniciar el juego e irlas vaciando conforme salen tus cartas.

Dib dijo...

Este post es tan parecido a lo que había pensado que es como si lo hubieras leído directo de mi diario.

chalchipinke dijo...

trés bien... ya ves que si te esfuer... esperen!... Eso lo dice el pretencioso de los martes que odia las verdades anónimas (que aunque no dejan de ser verdades, calan feo porque ha de sentir como que le tira puñetazos al aire... ah de ser bien feíto)

Eso si Doh, buenos, malos o regulares cuenta con que yo si leo completos tus posts.

Este me gustó por simple.

Manuel Lomeli dijo...

Ya Juan, ya. Creo que ya voy conociendo a mi estimadísimo anónimo. Pero no te preocupes.

Hay algo de ineludible en la loteria, supongo, algo que nos iguala a cualquiera, que nos reduce a buscar o esperar atentos el momento de nuestro triunfo.

Como paráfrasis de la vida diaria. Buen texto, mocosa.

Ah, si, se me olvidaba: Trés bien, ma cherie. Salvo las hipérboles en el diálogo interno de la protagonista, el ritmo del relato casi asemeja el frenesí de un juego de loteria.

Anónimo dijo...

cuidado doo daah porque manuel quiere meterte toda la verga por le culo me cae de a madres!!!

El Tipo dijo...

Es tan molesto leer comentarios de pseudointelectuales que se esfuerzan en sacar e introducir muy a fuerza sus palabras domingueras para intentar apantallar a... (¿a ti? ¿a los lectores? ¿Quizá buscan llamar la atención para escribir en este colectivo?)

En fín. Me gusta la lotería, aunque a veces creo que suelo sentir la impotencia de la tía mientras participo en un juego de mesa. Y es estúpido, pero todos los buenos jugadores te dirán que la suerte muy pocas veces es un factor decisivo... Y alguien con un IQ de 135 debería saberlo.

Moyete dijo...

Al final, oportunidades de ganar las tiene todo mundo, en mayor o menor cantidad. Pero hacerle al pendejo nos hace malos en el único juego en el que cualquiera puede ganar.

chalchipinke dijo...

Manuel, Sólo te aclaro una cosa: Yo no hago comentarios como anónimo. En lo pesonal lo considero pusilánime y de mal gusto. Así que la búsqueda de tu anonimo partícular vuelve a su punto de inicio.

Lo que si te puede decir es que te vayas haciendo a la idea que, al parecer, habemos varios que opinamos igual sobre tus aportaciones en este blog. Las cuales son francamente pretenciosas, aburridas y sosas.

Sin embargo, no dejes de esforzarte: you can do it!

Delaredos dijo...

Aqui en el trabajo tenia un chavito que tenia un IQ mas alto y no podia destapar una coca-cola y se perdia por el pueblo si no usaba mapas por poner un par de ejemplos. Muy inteligente el chavo pero bien pendejo a final de cuentas.

Alejandriina dijo...

Ahh que graciosos comentarios...

Y nada nena, este post no me encantó.
Será mi SPM (síndrome premenstrual) quien sabe, quizá.

Pero realmente creo que lo has venido haciendo muy bien... :)

Kyuuketsuki dijo...

A mi me pasa todo el tiempo T_T por eso odio jugar lotería

CÉSAR R. GONZÁLEZ dijo...

Pinche Manuel ni hablas francés guey, deja de andar provocando a los anónimos.

Con trabajos pronuncias la SH sajona carnal.

SergioS dijo...

Lo más chingón de todo (aha..) es que la lotería casi ni se parece a la vida real....En la vida real si gana el más inteligente y el que más ganas le echa...No tiene nada que ver con estar en el momento adecuado con la carta (de presentación) adecuada y mucho menos tiene que ver con conocer al que va cantando la suerte de los demás....

Que bueno que la lotería es solo un juego!!

Yacov dijo...

como mezquitic dijo, un iq alto no te quieta lo pendejo. Pero mejor pendejo inteligente que un pendejo apendejado, no?
jajaja

ALEJANDRO AREVALO dijo...

Y que chinga cuando se te pasa la pinche carta y te das cuenta cuando ya gano alguien mas,pero alli esta uno de pendejo jajaja¡¡¡

Raul Orozco dijo...

Pues a mi si me encantó el relato. Y el ritmo me atrapó. Pero a final de cuentas en todos los juegos uno preferería jugar en el que se desempeña mejor. Y el juego se transforma en competencia. Y puede ser menos divertido.
La lotería es simple y el azar lo es todo. Claro, si es que no se te pasa la carta ;)
Y aprovechando el viaje,Do the Doo dah, hay otro blog tuyo que leí antes y ahora se requiere invitación. ¿Me invitas?

Anónimo dijo...

Manuel dijo...
Trés bien, ma cherie. Salvo las hipérboles en el diálogo interno de la protagonista, el ritmo del relato casi asemeja el frenesí de un juego de loteria.

Pinche mono mamon.

Blogalaxia