La primera vez que nos bajamos los chones fue en su casa paterna. Sus papás no estaban, habían ido a misa, a la que ella ya no los acompañaba, pues estaba estrenándose en la rebeldía y el ateísmo. Todos mis esfuerzos desbancando sus pseudoargumentos sobre la existencia de Dios se coronaron con la recompensa del sexo furtivo.
Lo malo es que esa primera vez también era la primera ocasión en que yo usaba mi pito para algo distinto a orinar o a hacerme una puñeta. Mi inexperiencia nos dejó insatisfechos, y con cierto ardor en los genitales, a los dos.
También cometí novatadas postcoitales. La más grave consistió en no entrar con ella al baño para asearme. Olvidé que le gustaba estar debajo del chorro de la regadera hasta que el agua caliente se le acabara. Para cuando llegó mi turno, sus papás entraban a la casa. Tuve que pasar de bañarme.
Su papá había comprado paella. Sabrosa pero apestosa a mar muerto. Me invitaron a comer y accedí.
Mientras masticábamos, su mamá, que se creía una versión moderna de Jean Baptiste Grenouille, anunció:
- Huele raro.
El papá, que se creía una versión moderna de Groucho Marx, anunció.
- Yo no fuí. Mis flatulencias huelen a rosas.
Nadie más dijo nada y continuamos engullendo la paella. Pero ese intercambio bastó para que yo novateara de nuevo, reflexionando lo siguiente:
- Uy. Me hubiera lavado las bolas en lugar de pasarles nomás un klinex. Seguro huelen a kilómetros de distancia a la virginidad de su hija.
Entré en pánico. Los olores miasmáticos de la paella los comencé a atribuir a los sudores que había intercambiado. Me puse pálido y comencé hablar en voz muy alta, esperando que mi discurso distrajera el olfato de mis anfitriones. Sólo conseguí confirmarles la idea que tenían de que su hija se había conseguido un novio loco.
La mamá volvió a decir:
- Huele raro.
Fue el detonante para que el olor agrio de la vagina de su hija me saturara los circuitos olfativos del cerebro. ¿Porqué me sonreía esta gente? ¿Que no percibían el mismo olor que yo? Llegué a convercerme de que no sospechaban de que me había yo malcogido a su hija. !Lo sabían! ¡Y se estaban burlando de mí! El horror...
Echando espumarajos, me levanté y grité:
- ¡No finjan más! ¡Confieso que me la cogí! ¡Levanten esas tablas... digo, huelan mi testículo derecho! ¡Y también el izquierdo! ¡Aquí... aquí! ¡Donde está oliendo su horrible sexo!
No volvieron a invitarme a comer paella.
*Esto fue un
21 comentarios:
el huevo delator!
Esto es una basura tremenda.
Bueeenoooo, de gastronomía y otras dolencias.
Andan de una creatividad inusitada!!
jajajaja dobabes
muy bueno
apestas
P.D. No soy la madre de la puta que te cojiste
Pensé que ibas a decir que la habías "matado" por hacerte ojitos, pero igual me gustó.
Y Poe: "Chale, ¿cómo no se me ocurrió?".
jajajaj a mi si me gusto
ajajaja, estuvo balin el fusil, pero igual me parti de la risa
¡Excelente, mi sangre, excelente!
Se lo tengo que recomendar a mis amigos...
En general recolectivo me parece una excelente idea pero con posts como este, este sitio va a desaparecer, en serio.
Jaaajajaja qué risa! Muy bueno, zape. Los adolescentes somos una cosa muy tonta, intensa y divertida.
El final no me gustó. Iba bien, hasta que apareció el fusil de Poe...
Está chingona la adaptación, aunque al final me pareció innecesario eso de "abajo de las tablas". Bastaba con haber citado a Poe después.
Chido!
Se dice que un buen consejo para escribir algo bueno es abrir con una frase que impacte y vaya, pocas cosas llaman la atencion como "La primera vez que nos bajamos los chones fue en su casa paterna". Genial!
¿Eres el mismo de Lbre Pensar? No creo, seguro es un Julian pirata,¡que espanto!
QUE BUENA BOSTA JEJEJE AUNQUE NO HE LEIDO EL LIBRO PERO ESTA BOSTA BASTA Y SOBRA PARA LEERLO.
SALUDOS
Joder, seguro que Poe se está revolviendo en su tumba. Es una mala imitación, con una idea mala... qué lástima de Poe!
hahaha pobre tipo y su huevo oloroso
Fantástico, no me había reído así en mucho tiempo.
Gracias!
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