viernes, 23 de octubre de 2009

Insomnio.




I
El armisticio


La rendición debió ser incondicional. Esa fue la exigencia de mi Insomnio para admitir el armisticio. El Tratado de Paz exigía el exilio de un ejército de somníferos, menjurjes y hierbas de la más diversa ralea cuyos esfuerzos por ganar la Guerra fueron siempre infructuosos. También me exigió la entrega inmediata de los tratados kantianos y los discos de música relajante con los que inútilmente busqué invocar al sueño. El armisticio me obligaba a admitir a mi Insomnio como amo y señor. Lo más terrible fue el apartado referente a la sentencia de muerte de Morfeo, misma que debía ejecutarse sin dilaciones.

A partir de ese momento mi existencia se transformó en un día largo, denso y aburrido. Perdí la capacidad de diferenciar la luz de la oscuridad, el frío del calor e incluso empecé a perder la noción de la forma humana. Lo peor fue cuando me di cuenta que mis pasos no me llevaban a ninguna parte y que al tratar de correr mis piernas se transformaban en chicle. Al final perdí la identidad: Yo era una otredad múltiple y el instante presente era el futuro de un pasado milenario. Fue entonces cuando desperté.


II
Hablar de tú con los demonios


El alucinógeno más potente son los estados alterados del sueño. Sólo en cierta hora de la madrugada, a medio camino entre la duermevela y el sueño profundo, logro hablarme de tú con mis demonios.

Hay una percepción que coquetea con lo abominable y como suele suceder, esas revelaciones sólo puedes tenerlas en noches de insomnio.

Nadie tan heladamente sincero, tan cruel para escupirte al rostro tus verdades como el insomnio. El insomnio es de esos amigos fieles que jamás sabrán mentirte, aunque su sinceridad se parece mucho al sadismo.

Sólo cuando la luz de la lámpara del buró te alumbra a las 4:00 de la mañana puedes tomar conciencia de dónde estás parado y te topas de frente con un espejo brutalmente honesto. Una zona de fantasmas y demonios que te invitan a patinar trazando un círculo en el cañón de la pistola. Una zona en donde la aparente calma del mar bajo un cielo nublado, es heraldo de que algo va a estallar, de que un millón de infiernos silenciados van a hacer erupción dentro de ti como un volcán. Una certidumbre absoluta de que el lugar equivocado es el único posible, el único dónde quieras o no, puedes estar.


III
Hoy es el futuro


Hoy es muchos años después, hoy es el alucinante futuro, hoy es ese lejanísimo lugar en el tiempo que nunca llegaría. La noche del 22 de octubre del 2009 es la alucinación de un niño que la imagina 25 años antes mientras padece esa noche de insomnio. Un niño despierta de madrugada en las tinieblas de su habitación e imagina esa oscuridad improbable, parecida a un sueño angustiante, a los delirios de la fiebre. Un niño para el que la vida adulta es un planeta muy lejano, inalcanzable, tan remoto como ese mentado Siglo XXI para el que tantos años faltan. Un niño que imagina a un adulto que tendrá una noche de insomnio muchos, muchísimos años después.

IV
Una capa de hielo


Mi felicidad es un niño en patines de hielo deslizándose a toda velocidad por una delgada superficie a punto de romperse. Bajo el quebradizo hielo hay un abismo sin fondo, poblado de monstruos, pero en este momento el niño está patinando como si nada. Si la capa de hielo es gruesa o está a punto de derretirse es cosa que le tiene sin cuidado. Hoy estoy patinando; mañana quién sabe.



8 comentarios:

Alegría Buendía dijo...

Bra. Vo!

Alejo carpentier dijo...

Mira, te puedo decir que la consistencia del texto es pesada y que para lograr una mejor ambientación y ritmo podrias haber incluido un elemento que podria atrapar la atención de mas y mas lectores de este apreciable espacio que no han tenido la buena virtud de invit ... cof -cof, ejem, decia que tenias que agregar ¿porque no? un poema o un ensayo acerca de esos fabulosos paquetes de carne, esos enormes pedazos de gloria que la gente comun y sin educacion llama "VERGAS", "PITOS", etc., yo en lo personal las prefiero gordas, enormes, mantecada definida, olor neutro, cabezonas, enhiestas y muy pero muy rebozantes de leche. Yo, como todo buen escritor frustrado que trabaja dando clases en escuela particular ganando sueldo mediocre y con gusto por los travestis (¡hola, hola minnasade!) es lo que haria.

Saludos.

Anónimo dijo...

Ese tal alejo carpentier es el falso profeta, que no? tambien me suena muy parecido al blog de desperdicio de bytes, el que le tira caca a todos los blogstars. Sus párrafos de poesía acerca de las vergas son similares, siempre diciendoles cosas como "hermoso pedazo de carne que llevas entre las piernas", "enhiesta" y mamadas así

D.

Alejo Carpentier dijo...

Hasta para personificar se requiere estudiar al personaje, estimado Alejo apócrifo.

Respecto al texto: Aunque por lineas asemeja un frenesí calculado - si se me permite tal absurdo - de libre asociación, es bastante obvio que el autor domina escrupulosamente los espacios y los ritmos que exige el formato electrónico.

Es recurrente y sus textos - no solo éste, sino la lectura de todos - revelan un anacronismo cínico de enfado burgués. Propio de autores soliviantados por su rutina onanista de reflexiones, lecturas y autosatisfacciones.

Pero bueno, lo anterior es solo un prólogo para asumir el texto presente, el cual expresa con relativa meticulosidad los albores del insomnio. Aunque el texto sabe demasiado a dotes obsesivos, los espacios a donde el autor desea llegar han quedado delimitados con la pericia de un topógrafo aburrido de calcular, por enésima vez, el plano sobre su universo inmediato.

Saludos. Y ya no se mortifiquen por mi identidad. Mejor esfuercense en sus comentarios, y superen los "aay me gustó mucho" o los "que mierda, y vete a la verga".

Creo que lo que los Recolectivos necesitan es una buena dosis de comentaristas combativos e inteligentes. Por lo menos hay que intentarlo.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el pendejo de acá arriba:se necesitan buenos comentaristas combativos e inteligentes y no cómo él.

Anónimo dijo...

Alejo, que mierda, vete a la verga.

Daniel dijo...

De Alejo Carpentier yo me quedo con El reino de este mundo. Si de esa criatura mitológica llamada Realismo Mágico queremos hablar, yo le voy al Conejo Alejo y El reino de este mundo junto con Los pasos perdidos, es una obra mayor. Así las cosas, es un honor que el cubano haya resucitado de entre los muertos para venir a ofrecer sus comentarios aquí en Recolectivo. A mis textos les puedes romper la madre, para eso los solté. Ya no son míos. Están ahí para que les metan una chinga y no voy a defenderlos. Desgraciadamente, en los talleres y en los blogs siempre criticamos personas antes que textos. Pónganle una putiza a las letras y olvídense del autor. Yo puedo hacer pedazos sin remordimientos el texto un gran amigo y aplaudir el de un enemigo. Así es este vida. Respecto a mi enfado burgués: es muy fácil burlarse de la felicidad burguesa pero..acaso hay alguna otra ? DSB

Dovhdovh dijo...

El insomnio no me hace pensar, me desespera.

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