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Estos son los ejercicios en Recolectivo
Ejercicio 38: Refranero Popular
Ejercicio 33: Inocentes esperanzas
Ejercicio 31: Sueños de pueblo
Ejercicio 30: Héroes sin calle
Ejercicio 26: Egolatria Desinteresada
Ejercicio 25: Señales del Apocalipsis
Ejercicio 23: Miedo a los niños
Ejercicio 18: Otra forma de morir
Ejercicio 17: 27 de enero, 2059
Ejercicio 13: Recuento de daños
Ejercicio 12: Un toque de mota
Ejercicio 9: Rebelde sin causa
Ejercicio 7: Obsesiones infantiles
Ejercicio 6: Si tuviera una maquina del tiempo...
Ejercicio 4: Asústame panteón.
viernes, 2 de octubre de 2009
Siempre tarde
Esto que ustedes llaman tiempo nunca ha sido lo mío. Soy inevitablemente impuntual, siempre olvido los aniversarios y hasta la fecha sigo teniendo problemas cuando intento leer las manecillas de un reloj. Buenas tardes, soy Alberto y no tengo sentido del tiempo.
Quiero suponer que mi enfermedad es hereditaria y viene directamente de mi abuela materna a quien el tiempo parece tampoco decirle mucho. Mi abuela es famosa por meterse a bañar quince minutos antes del inicio de sus compromisos, y tardar por lo menos dos horas en arreglarse y estar lista para ser vista en sociedad. También se le conoce por sus hábitos nocturnos: ella se despierta nunca antes de las diez de la mañana y pierde el día gloriosamente hasta la media noche, cuando le llega por fin la prisa y comienza a realizar todas sus labores mientras reza unos cuantos rosarios. Todo parece indicar que soy peligrosa y terriblemente igual que mi querida abuela.
Todo esto podrá parecer una graciosa particularidad con la que mis conocidos y familiares deben lidiar a diario, pero es mucho más grave que eso. Mi enfermedad no sólo implica que mis amigos hayan decidido citarme una hora antes que al resto a cualquier compromiso - y que aún así yo logre llegar con media hora de retraso -, que siempre se me encontrará despierto toda la semana de exámenes finales haciendo los trabajos que tuve un semestre entero para completar o que todos los relojes que mi familia me regala estén destinados a terminar sus días olvidados en el fondo de mi cajón de ropa interior. No. ¡Todo es mucho más grave! Carecer de sentido del tiempo implica vivir un presente que se confunde caprichosamente con el pasado y en el cual no cabe un futuro.
Por eso nunca aprendo de mis errores y me condeno a repetirlo incansablemente. Por eso no hago planes. Por eso no establezco metas a futuro, ni objetivos, ni visiones, ni misiones, ni ninguna de esas cosas que mi sobrevalorada educación insiste en enseñarme. Por eso a pesar de estar a pocos meses de graduarme, tener ya un trabajo y una par de ofertas laborales más no tengo ni puta idea de qué haré una vez que deje la escuela y la verdad, no creo que me interese tenerla. No sé ni qué haré el día de mañana y no me preocupa saberlo.
Hasta la fecha he vivido muy cómodamente sin amarrarme al tiempo, a los planes, a las rutinas y caminos preestablecidos. No voy a mentir, soy un caos completo y mi vida parece ser una comedia de enredos muy mal escrita. Estoy seguro que más de uno encuentra insufribles mis despistes, mis inconstancias, mis falsas intenciones y mi impuntualidad crónica. Me he topado ya con aquellos que piensan inimaginable mi estilo y calidad de vida y me juzgan inmaduro e inútil con mucha razón quizás. También tengo la certeza de que no podré vivir así por siempre, en algún momento deberé tomar responsabilidades, sacar algún reloj de mi cajón e intentar no perderlo, levantarme temprano sin la necesidad de doce despertadores, llegar puntual a las reuniones del trabajo y escribir en Recolectivo todos los viernes, sin falta.
Más temprano que tarde me veré obligado a crecer, pero mientras tanto aprovecharé y llegaré tarde a las entrevistas que programé hoy, a mis clases, a mi taller de cada viernes, a la fiesta de esta noche y también al aniversario de Recolectivo. Siempre tarde, siempre a medias, siempre de prisa.
Sé que Luis y todos los demás comprenderán.
Etiquetas:
Aniversario,
Beto
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Nuestros bloggers no los selecciona el azar, ni un dedo en el cielo, ni un niño de la lotería nacional; nosotros los seleccionamos de acuerdo a su peculiaridad y estilo de escribir. Recolectivo no es un blog abierto a cualquiera pero tendremos invitados.
A continuación nuestra lista de colaboradores:
Srta. Pelo Irritante adolescente con complejo de Peter Pan. De calvita sexy y gracioso caminar. Aspirante a mimo. Ha usado el mismo par de zapatos en los últimos 7 años y sólo se baña los domingos .Dicen que es rara: lo es.
Freddymatico Zimmerman. Blogger de orejas perfectas y patillas de taquero. Sarcástico engreído de comentarios corrosivos. Egocentrico jactancioso con pretenciones de macho-alfa, de piel sensible y todo poderoso. En constante contacto con su lado femenino.
Huevo Luis, nada más. Blogger venido a menos. De niño creía que Chinampa era una ciudad, pero ahora ya no está seguro. Lo acusan de ser un montón de cosas, casi todas ciertas. Él es Luis, nada más.
Salaverga. Sonorense jocoso con ínfulas de mafioso siciliano. La versatilidad y el garbo de un exiliado voluntario, que a vivencias propias, sabe que puede ser más frío el desierto de un país decadente y avaricioso, que el mismo Rio Bravo en los raudales de agosto.
Mulder. Mediocre heroe del canal 5. Desempleado de final de temporada. Escritor de lo anormal y cazador de lo paranormal. Valiente captor del Chupacabras. Fiel amante de Scully y perseguidor de extraterrestres furtivos.
NEB. Publicista frustrado prófugo de los yermos publicitarios y desertor de la semiótica. Amante de lo kitsch y buena onda. De repugnante y nauseabundo sentido del humor.
Yo soy Ella. Costeñita en el exilio. Alcohólica en proceso con la habilidad para permanecer dormida largas horas ininterrumpidas. Con tendencia a caer y accidentarse. Los internets la odian y ella odia el aguacate.
Caballero. Televiso y comunicólogo. Locutor y productor de obviedades inherentes. El maestro limpio de los blogs,
autentico portavoz del proletariado con tildes de barrio bajo. Burgués desidioso con aspiraciones de Zabludovsky.
Kabeza. Monero nacido en el desierto y exiliado en el asfalto. Fuma para esconder el bigote y dibuja porque no le queda de otra. Extraña las tortillas de harina, por eso adopto a la Tía Rosa.
Plaqueta. Como no daba una socializando ni bailando salsa, tuvo que abrir un blog. Se dice que cuando muera encontraremos sobres de Splenda regados entre sus pertenencias. Ama tanto a los hombres que le gustaría ser uno, aunque la idea de ligar con mujeres la asquea (pinches viejas). Abusa de los paréntesis (por ejemplo).
Guffo. Su mayor temor es ver a Cepillín sin maquillaje y una vez llego hasta el nivel del pretzel en Ms. Pac-Man. Ha tenido una vida provechosa y llena de triunfos, como podrán darse cuenta.
Changos. Fiel practicante de la ley del mínimo esfuerzo. Inconforme estudiante de ingeniería. Inconforme hijo de familia. Naco, inculto y borrachín. Torpe y descoordinado. Tipo de pocas palabras y aspiraciones. Indispuesto al desarrollo si este implica abandonar la comodidad de la sombrita.
Rox. Computita manipuladora. Se le vio por última vez con una caja de cartón de leche Lala en el aeropuerto acosando extranjeros. Señas particulares: Pecas en las nalgas y tendencia a morder. Padece de sus facultades mentales.
Canibal. Chamaco de rancho. Flaco, prieto, panzón y alcohólico. Cuasimisógino. Amante de la crítica a lo wey y del mundo porno. A veces llora en las mañanas, cuando recuerda la muerte violenta de su perro Jicotillo... pero ya lo está superando.
LaMaga. Monógama rehabilitada. Sobrevivió al ataque de sus propios tacones teiboleros (ya no hay lealtad en este mundo). Fanática de los cuentos (los reales, los ficticios, los propios, los ajenos y sobre todo los que le han regalado a título personal). Le gustan las películas repetidas y los planes malévolos. Las fuerzas superiores la odian.
Perdidos en acción.
Falso Profeta. Lanchero Escritor enmascarado de alta nobleza. Blogstar de naturaleza sobrevalorada. Proveniente de modesta cuna pero con afanes de opulencia. Porque su sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo.
13 comentarios:
Y escribes igual que tu abuela...
Lleno de redundancias, lugares comunes. El clissé es clissé en ti.
El texto carece de imagenes. Es en realidad un panegírico disfrazado de confesión. Le agregas cinismo, pero en realidad el texto es cínicamente aburrido. Pudiste simplemente decir que llegas tarde en un párrafo, y de ahí elaborar, pero no: continúas diciendo lo mismo, ad hominem, con la franqueza de un gallito que va descubriendo sus espolones.
Yo sé que puedes. Echale ganas. Escribir es un oficio que viene con la edad. Saludos.
Pueden verle la cara a LaMaga en:
Desperdiciodebytes.com
Realmente espero que no llegues tarde a la entrevista de hoy, o no te dará tiempo de nada más!
y ciertamente, no solo llegas tarde a los compromisos y citas.. muchas veces no llegas!!!
recuerdo (a casi un año del suceso) que me dejaste plantada en mi graduación.. pero bueno.. quizá (y lo mas probable) es que tampoco llegues a la tuya!
Saludos!
jajaja mira que creo que puedo decir que comparto en medida tu enfermedad y esque dificilmente puedo tener nocion de tiempo y lugar... seguido me pierdo y facilmente me quedo dormida horas en la universidad sin darme cuenta de ello u,u
un saludo y en general a todos excelente blog
soy como tu abuela!! bueno, no rezo rosarios...
besos
No me gustó. Como mis alumnos: justifican su irreverencia y, además, son malos escritores
vaya que yo he sufrido tus impuntualidades..
Para mí los relojes son sólo bonitos artefactos para adornar.
tup turup tup tup
Lo primero, lo de dejar las cosas a lo ultimo se llama proclastinacion.
orgullosamente portadora del virus!
y me siento totalmente identificada con todo lo demas
los planes y yo no somos amigos, prefiero totalmente caminar al paso que se me de la gana, valiendome madres si el futuro se desespera
Lo primero, lo de dejar las cosas a lo ultimo se llama proclastinacion.
orgullosamente portadora del virus!
y me siento totalmente identificada con todo lo demas
los planes y yo no somos amigos, prefiero totalmente caminar al paso que se me de la gana, valiendome madres si el futuro se desespera
Nada, nada: sólo me queda decirte algo:
HUEVÓN
ok, sufro de lo mismo. Tiempo para que existe estábamos mejor en la edad media buen articulo me saco la risa principalmente los comentarios
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