jueves, 10 de diciembre de 2009

Cero y Van... Gogh.


Ya he mencionado aquí en alguna ocasión a Ricardo Garibay y Emil Cioran. Escritores que en algún momento me "marcaron"
Pero algunos años antes, me había topado con un libro que, practicamente sí me cambió la vida.

En Chihuahua a principios de los 90's hicieron una "Feria del libro" que basicamente eran como 20 mesas llenas de libros a lo largo de un parque.
En ese entonces yo ya había salido de la preparatoria, estaba trabajando en el periódico y como no encontré una carrera a mi gusto en la ciudad, decidí esperarme y olvidarme un poco de escuelas.
Me paseaba por la "feria" del libro en el parque viendo ejemplares de mecánica, cocina, esoterismo y demás ciencias ocultas, cuando de reojo vi un libro amarillo con la pintura de un tipo con la cabeza vendada.
El título del libro era como de esos volúmenes de superación personal o de instructivo para que tu vida no sea tan mediocre: "Anhelo de vivir"
El nombre hubiera bastado para darme la media vuelta y seguir mi camino, pero lo que me llamó la atención fue la pintura de la portada.

Leí más abajo que era una biografía novelada de Vincent Van Gogh escrita por un tal Irving Stone. El retrato de la portada no se parecía al Van Gogh que yo conocía. Lo poco que sabía de él era que fue un pintor famoso, pelirrojo y con barba.
En realidad era lo único que sabía, alguna vez había visto sus más conocidos cuadros, La Noche Estrellada y Los Girasoles, nada más.

Compré el libro y ese mismo día comencé a leerlo.


Ahora que lo pienso, creo que tengo un gusto perverso por los dramas, toda la biografía-novela era como la continuación de Remi, la caricatura que traumó a toda una generación.
El infeliz pintor iba de calamidad en calamidad, y cuando parecía que ya la libraba le pasaba algo peor.
Lo que me llamó la atención fue la manera en que se muestra el amor por la vocación. El incondicional amor al arte.

Provengo de una familia de pintores y por genética o qué sé yo, a mí también me dio por hacer cosas con el lápiz. Sin embargo, tenía el temor de dedicar mi vida totalmente a eso, más si veía que mis amigos de iban a estudiar carreras "normales" que te daban títulos, dinero y seguridad.
Después de leer el libro, me convencí de mi intención y vocación.
Tenía que hacer lo que me gusta y lo demás vendría (o no) solo.

Al comenzar las inscripciones de la Universidad, ingresé a la carrera de licenciatura en artes plásticas.
Ahí me di cuenta que las cosas no eran exactamente como en el libro y salí corriendo de la escuela antes de volverme loco o cortarme una oreja.

Hace poco releí el libro y me di cuenta que es un tanto cursi, pero me gustó recordar cosas y darme cuenta que no me he equivocado... todavía.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Primis!!!
Kavengogh no se vaya usted a cortar ninguna cosa.

Luis dijo...

A ti lo que te da es por cortarte el bigote, que en tu caso, es aun mas horrible que cortarse la oreja.

Y siempre he envidiado a los que pueden dibujar algo sin calcarlo, snif.

Chilangelina dijo...

Quiero un Van Gogh!

Merar dijo...

Snif! remi.
A mí también me toco ser traumado por esa caricatura. Snif!
¿Te cortaras el bigote y se lo entregaras a una dama fácil?

MarillTachiquin dijo...

La feria del libro en mesas en la plaza de armas!!!! No manches, me trajiste muuuy buenos recuerdos!!! =D

Hitman dijo...

Kabeza como que tus monitos siempre estan asustados o con mirada de preocupación

¿proyección tuya?

¿o es mía?

¡Que alguien me explique!

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