lunes, 28 de diciembre de 2009

El gen aristócrata


Dicen que no hay escuela para ser padres y que todos aprenden echando a perder niños. Sin embargo, mis padres son la excepción que confirma la regla. A pesar de haberse embarcado en esto de la reproducción humana a una edad que a mí me parece muy temprana (y sin buscarlo), creo que mi hermana y yo logramos terminar nuestra niñez sin traumas, fobias, taras o daño mental permanente de esos que alimentan a los psicólogos.

La echada a perder fue posterior y eximo a mis padres de toda culpa.

En un década donde Televisa era amo y señor de las mentes infantiles, mis padres no sólo se las ingeniaron para criarnos sin ver el chavo del ocho, tener barbies o darnos grandes fiestas infantiles temáticas, si no que lo hicieron sin que nos diéramos cuenta que existían o que los necesitáramos. Ambos trabajaban y, aunque hubo épocas de vacas flacas y épocas sin vacas, yo crecí feliz y sin notar las carencias sociales de este Mexiquito nuestro tan clasista.

Por supuesto, el que yo me creyera casi cualquier cuento, como que el que mi papá oliera gente a kilómetros o que mi padrino sabía japonés, ayudó a que no me diera cuenta de muchas cosas. Fue mi abuela Cuca quien quitó ese pañuelo equidad de clases de mis ojos y me descubrió un mundo de gente bien.

En su juventud, mi abuela era guapísima. Dolores del Río, Carmen Montejo y demás artistillas cincuenteras le llegaban a las rodillas. Y puedo asegurar que ella es buena para el drama. Cuando mi papá la regaña por comer mucho pan, ella pone cara de Dolores del Rio en Doña Perfecta y dice que es sólo un panecito con cafesito, porque ya es sabido que el ito engorda menos. Cuando voy a saludarla me recibe con una gran entusiasmo, así me haya visto el día anterior. Y si por televisión ve alguna tipilla con poca ropa o que considera que falta a la moral, externa su indignación exclamando “meretrices” y arrugando la boca roja con enjundia.

Sí, a mi abuela Cuca se le da el drama… pero en vez de hacer pareja con un Negrete o un Infante, se juntó con el prieto orejón más feo que encontró, tuvo cuatro hijos iguales de feos y 10 nietos lo único que abueliaron fueron las caderas (en caso de las mujercitas) y la afición por el pan sopeado (todos).

Mi abuela me enseñó que las cosas compradas en Liverpool le dan a un regalo un nivel más alto. Para mi cumpleaños número siete, recibí en una caja de Liverpool un par de calcetas. Decepcionada, puse cara de Chachita en Nosotros los Pobres, a lo que ella contestó en un tono dulce, mientras alzaba las cejas y sonreía: “pero si son de Liverpuuuul”. También me enseño a guardar las cajas de regalo de Liverpool para volver a envolver regalos y aparentar que son de Liverpool.

Originaria del norte de nuestro país, mi abuela Cuca estaba acostumbrada a consumir gringadas desde tiempos pre-TLC. Por eso, con ella aprendí que lo que “es americano” no sólo es de inmensa calidad, sino que también es inutilizable. Por ejemplo, las cobijas eléctricas que le mandaba su hermana de Mac Allen eran una maravilla por “ser americanas”, a pesar que utilizarlas en México -y sus voltajes- son un riesgo para la salud, ya que podían dejarte electrocutado. Impensable meternos a la cama cuando las cobijas americanas estaban encendidas.

Pero la aristocracia –imaginaria- de mi abuela no se limita únicamente a asuntos materiales, faltaba más. También se remite a la buena cuna y educación que se debe ostentar. Las buenas costumbres las sigue practicando y predicando: recién acababa de morir mi abuelo cuando fue la boda de una de mis primas. Ella se negó a bailar porque “una viuda debe guardar recato”. Cabe mencionar que en los cincuenta y pico de años que el matrimonio de mis abuelos duró, se dirigieron la palabra unos veinte.

Con cada nuevo pretendiente de sus nietas casaderas, nace una nueva esperanza para mi abuela. Tal vez y con ello, esa herencia de porte aristocrático que ostenta una fotografía suya que se encuentra en su sala se haga realidad.

Ahora la esperanza está en los cinco bisnietos. Aunque la última vez que chequé, mi sobrinita estaba aprendiendo a bailar “Como me duele” de Valentín Elizalde. Algo en el plan maestro de mi abuela salió realmente mal.

13 comentarios:

Tania G. Balleza Tahuil dijo...

Wow, eso de tener un plan maestro suena bien. Ire planeando desde hoy. Y tu que heredaste de tu abuela?

Ave fenice, OOOOOOAAAAR dijo...

heredo su fealdad, pero eso si, es bien buena onda.

El Contador Ilustrado dijo...

quiza fue el abuso del ito

Anónimo dijo...

Coge el llavero abuelita y enseñameeeeeee tu ropero hay cosas maravillosas y tan hermosas que tienes tuuuuuuuu.

vayase a tomar su atolito ande.

poeta_sin_inspiracion dijo...

CHAA.. las abuelitas.. extraño a la mía, y si todas tienen un plan maestro bajo el brazo... lamentablemente en mi familia todos lo echamos a perder poco a poco yo culpo a mi tío mayor, el puso el ejemplo al tener pura vieja que no se cuadro a la derecha... y si lo hubieran hecho para eso llegue yo... para descuadrar el molde.. jojo

guillermo dijo...

pues mi abuela entra perfectamente en el prototipo de abuelapseudoaristocrata... ella es española...(refugiada, pero española al fin y a cabo...) y ella tmbn me heredo lo de envolver los regalos en cajas de tiendas departamentales... en lo personal aun asi compre un cuchillo en PH voy al departamento de envolturas y pido el papel o la cajita para segun yo envolverlo en casa... y es asi k se lo llevo a mi abue para k les presuma a sus antañas amigas que el babero (comprado en el mercado) que les regala es de palacio...
ya me extendi pero no me importa...
En una ocasion recibi la misma caja de liverpool 3 veces... navidad, reyes y mi cumple... la pregunta es: ¿como demonios se la llebaba???
pd: feliz año...

Pinkrobot dijo...

mm mi bisabuela no fue al funeral de mi bisabuelo porque no le llegaron sus guantes negros de importación para el evento... eso cuenta como aristocracia? o es pura hijoeputez?

La Diabla dijo...

jejejeje "plan maestro", por eso... yo mejor no planeo nada por que todo me termina saliendo al reves jejeje

mariposa dijo...

jaja el aguantar maridos tambien cuenta????¡¡¡¡¡¡¡
mi abuela no apoya a sus hijas para dejar a sus maridos... porque "¿Como vas a quitarle su padre a tus pobres hijos?" jaja pero las generaciones se comportan de una manera diferente para poder sobrevivir en la sociedad y cultura que les corresponde, y ni modo, auqnue no se hicieran ciertas cosas en "sus tiempos" ahora son comunes... y tan cierto es esto, que mi abue ma ha felicitado ya varias veces por mi divorcio... jaja Gracias a Dios¡¡¡¡¡¡

besitos....¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Este post si no la hizo. Has escrito mejor.

Anónimo dijo...

A mi si me cayo rebien tu post.. me recordo muchas cosas, genial!

Chilangelina dijo...

Tu abuela debe haber sido medio pariente de la mía.
Una hermana suya que tenía menos ínfulas, siempre le decía: a tí nomás te faltan los pesos, porque los aires ya los tienes. :D

Pillo dijo...

jajaja lo de el baile de Valentin Elizalde estuvo genial...

Creo que las abuelas de esa epoca son muy parecidas.

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