jueves, 17 de diciembre de 2009

Latas de placer



Hace un par de décadas era de los que cambiaban las sábanas a diario pues solía amanecer como accidente de fábrica de pegamento. Hoy pocas cosas son las que me hacen humedecer los chones mientras duermo.

Lo más cercano a un sueño húmedo que he tenido en tiempos recientes iba así:

Me encontraba otra vez en la escuela, pero no para cursar alguna materia esotérica o para presentar examen de un curso al que nunca asistí, que son las cosas que suelen ocurrir cuando sueño en la escuela. Estaba de visita y era ya un adulto. En la escuela se escondía un fulano que había cometido un crimen y mi trabajo consistía en atraparlo.

El criminal para evitar que lo apañara, recurrió a medidas desesperadas e insólitas. Cuando estaba a punto de darle una patada por el culo y zanjar así el asunto, del interior de su abrigo obtuvo una lata que tiró al suelo y de la que salió un vapor denso que inundó pasillos y salones. Al principio temí ahogarme pero noté que podía respirar normalmente y que el vapor era inocuo, para mí. Pero para el resto de los asistentes a la escuela, que era pura gente carente de un cromosoma Y, no. El vapor ocasionaba que las mujeres tuvieran orgasmos. Uno detrás de otro.

En cada rincón de la escuela había alguna chava retorciéndose y poniendo ojos de huevo entre gemidos de intensidad variable. Me dí cuenta que el recinto estaba ocupado por las mujeres que he conocido a lo largo de mi vida. Mirar a familiares, amigas, compañeras y vecinas ponerse sudorosas y coloradas era un distractor perturbador y efectivo. Para cumplir mi trabajo tuve que dar unos brincos descomunales y así pude alcanzar al criminal que ya mero escapaba, amparado por chingomil orgasmos.

Lo atrapé, le quité una cantidad increíble de latitas del placer y en mi sueño me divertí mucho con esa invención prodigiosa.

Casi lamenté despertarme.

4 comentarios:

guillermo dijo...

envidio ese sueño... yo jamas tuve un sueño humedo... asi k tengo k recurrir a mi imaginacion...

Unknown dijo...

Sin duda un gran sueño.

La Rosy dijo...

jajajaja! que buen sueño.

Lo más cochino/loco que he soñado fue un restaurant bien fashion que te servían la carne con semen. Calientito y en el momento.

Seguro que existe, hay mucho depravado por ahí...

Manuel Lomeli dijo...

Jejeje. Excelente humor, estimado.

Un saludo.

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