jueves, 14 de enero de 2010

Los fundambientalistas tienen la culpa



Boogie el aceitoso enciende un cigarro. Delante de él, del otro lado del escritorio, una monja toma aliento para decirle que no está permitido fumar en el santuario, pero comprende que es mejor no antagonizar con Boogie antes de proponerle su oferta.

- Sr Boogie, le he traído aquí pues necesito de sus servicios. El santuario ha recibido sucesivas amenazas de atentados y me dicen que la presencia de alguien como ud. disuadiría a cualquiera que quisiera interrumpir nuestra operación.

Boogie echa el humo de su cigarro por la nariz y boca y no dice nada. La monja decide entonces que hay mejores posibilidades de que Boogie acepte si le enseña el santuario.

- ¿Qué tal un tour por nuestras instalaciones para que conozca nuestra operación?

Boogie se encoge de hombros y se pone de pie. Sigue a la monja que sale de la oficina y del edificio.

Afuera, el calor tropical azota en la cara a Boogie, la monja pone cara de éxtasis y señala hacia la tupida vegetación de la selva.

- ¿No es maravilloso? Nuestra orden ha preservado todo esto del más terrible depredador que la Madre Tierra haya enfrentado: la humanidad - dice la monja.

Caminan por un sendero que se interna en la selva, al cabo de unos minutos llegan a un claro. La monja dice:

- Aquí vengo a meditar. Cuando siento que los problemas me agobian, la Madre Tierra siempre me ofrece una señal para renovar mis energías y seguir luchando por la preservación de este santurario pese... ¡mire ahí está una de las señales de las que le hablaba!

Por el sendero, a 4 metros del suelo, un enjambre de mariposas multicolores vuela haciendo zig zags. La monja entra en rapto religioso y dice:

- Mire sr Boogie, son Vericueto turulata. Se creían extintas, pero aquí en el santuario hemos preservado su habitat natural. La Madre Tierra recompensa con generosidad a los que la protegemos.

Mientras la monja echa su discurso, camina fuera del sendero unos pasos en pos del enjambre de mariposas que han comenzado a volar hacia los árboles que rodean el claro. Entonces, una serpiente que yacía medio dormida, invisible en los altos pastos del claro, percibe a la monja que está a punto de pisarla y ataca, mordiéndola una, dos y tres veces; en la cara, en una teta y en una nalga, luego se va haciendo eses a buscar un rincón más cómodo para dormitar.

La monja grita, cae al suelo, sudorosa y comienza a echar espumarajos.

- Ayúdeme sr Boogie... el veneno comienza a actuar... avise a las hermanas...que traigan el antídoto.

Boogie contempla la escena sin moverse.

- Sr Boogie... - dice la monja con muchos trabajos antes de echar un último estertor babeante.

Boogie el aceitoso mira a la monja, tiesa y retorcida, tira su cigarro sobre ella y emprende el camino de regreso mientras reflexiona: "Estos fundambientalistas harían bien en conocer más lo que defienden."

7 comentarios:

Vagancianet dijo...

Jejejeje... Rifa.

La Diabla dijo...

detallessss jejeje

Rekiem dijo...

Me pude imaginar la caricatura, ojalá otro de los recolectados pudiera completar con eso...

KrizalidX1 dijo...

una mordida en la chichi es cosa del diablo.

AMEN

La Nus dijo...

INTERESANTE REFLEXION... ASI SE CONFORMAN LAS MASAS... SU MAYORIA NO SABEN DE Q SE TRATA LA CAUSA PERO HAY ANDAN HECHANDO GRILLA... QUE COSAS!

Maik Civeira dijo...

Creo que no entendí bien. ¿Quieres decir que está bien dejar que se extinga una especie que sería venenosa para los humanos?

Hermes dijo...

no, quiere decir que si te metes a una selva, no chingues a la serpientes, por mas que te caigan bien

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