martes, 16 de marzo de 2010

Dónde te agarró el temblor



A las cuatro de la mañana de hoy me despertó una sacudida de la chingada y un ruido de maracas bien cabrón. Estaba temblando en Los Ángeles, donde desde siempre se espera la llegada del Big One.

Tras las imágenes de Haití y la licuadora en la que sigue convertido Chile, uno ya anda nomás a las vivas. Me llegó un mail ayer que hablaba de una astróloga que predice tragedias y que asegura que viene un terremoto rompemadres desde San Francisco hasta Perú. Arrepiéntete y cree en el evangelio, dirían los mochos.

Pero la realidad es que para los chilangos de arriba de treinta, el arrepentimiento nos llegó desde el 85. Descubrimos que la gente sí se muere por un temblor, o peor aún, no se muere y se queda atrapada entre los escombros bebiendo su propia orina. Nos aprendimos el nogrito-nocorro-noempujo, y algunos irresponsables le dijimos a nuestros hijos “tú empuja a todos y salte corriendo primero”. Sabemos que hay que buscar la salida de emergencia al llegar a un lugar, y algunos creemos que la teoría del triángulo de la vida tiene lógica. Si además de eso uno es tan güey como para haberse venido a vivir a California, ahora también sabemos que hay que hacer un plan familiar y tener agua y linternas listas, por cualquier cosa.

De nada sirve. Cuando te toca, aunque te quites; cuando no te toca, aunque te pongas. Si somos suficientemente humildes para ver alrededor, debemos reconocer que vivimos de prestado. Que todos los días llevamos a cuestas pequeñas victorias contra la adversidad. Que en un mundo sobre el cual no tenemos control, la diaria supervivencia es un punto adicional, un tiempo extra.

La pregunta no es si nos va a tocar, sino cuándo. Cuántas veces recibiremos horas extras una vez más, para acabar soltando entre risas: ¿y a ti dónde te agarró el temblor?

12 comentarios:

Kuruni dijo...

La llamé a mi mamá hace un par de semanas porque iba a someterse a una operación menor, la oí muy contenta y tranquila y cuando le pregunté cómo se sentía me dijo precisamente eso: Cuando te toca, aunque te quites; cuando no te toca, aunque te pongas. Pude oír que sonreía al decirlo.

Buen post.

:D

José Carlos Guerra Aguilera dijo...

José Saramago escribió que somos como productos cuya fecha de caducidad no conocemos.

Qué bien que estás bien y voto por que dures así.

Sabandija dijo...

Qué bueno que estás bien y no pasó del susto. Haber llegado al mundo es un milagro, lo demás es extra. Cuánta razón tienes.
Saludos

PurpleK dijo...

A mí me agarró el temblor bien cabrón en un accidente automobilístico en el que creí que ya era mi hora. Sentí como el carro giró sin razón hasta detenerse cuando se estrelló en una barda en una avenida de alta velocidad. Perdí la noción de donde estaba, pero a final de cuentas a mí no me pasó nada, aunque no puedo decir lo mismo del pobre carro de mi amigo...
Estoy contigo en que cuando te toca te toca, pero creo que definitivamentr hay maneras de prevenir accidentes (aunque no temblores)

Botica Pop dijo...

En la oficina de gobierno donde trabajo, estamos todos bien entrenados en infinidad de simulacros y en algunos temblores de verdad (aunque pequeños). Pero por ahora hay una fuga de agua enorme justo debajo de la puerta de salida y está todo el piso abierto y no se puede pasar por ahi y para salir de la ratonera hay que dar una vuelta inmensa. Creo que nadie se ha percatado del pequeño detalle. Espero que no tiemble pronto. Kafka estaría encantado.

Pinkrobot dijo...

Nunca me ha tocado un temblor, a pesar de que viví varios años en la falla de san andrés, la única ocasión en que estuve cerca de morir (o eso dicen) fue en un choque del cual no tengo memoria. A pesar de eso he tenido la fortuna (o desventura) de ver la tragedia en otras personas, varias personas cercanas a mi han muerto sin previo aviso y eso me ha hecho un poco paranoica, lo mejor es encontrar un punto medio entre ser aprehensivo y desidioso con esas benditas horas extras

Joaquin dijo...

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La Diabla dijo...

psss mecae me cae... ahora si que vivo como tú, yo vivo en Mexicali y de pronto nomas siento que se me mueve la cama y ya no me quedo con la idea de "una mecidita" jajaja ya les tengo algo de aberracion a esas sacudidas agrrr

José Carlos Guerra Aguilera dijo...

"One of the strongest motives for the wish to work on yourself is the realization that you may die at any moment —only you must first realize this."
~ George Ivanovich Gurdjieff (1872-1949)

Sebastian Dior dijo...

A ver, como, como, como?

Noooo, cuando me toca, pos no me quitoooo!

Anónimo dijo...

Si al final del día supiéramos de todos los peligros que nos hemos salvado, estariamos inmmensamente agradecidos....

Chilangelina dijo...

Este anónimo final es absolutamente sabio.

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