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Estos son los ejercicios en Recolectivo
Ejercicio 38: Refranero Popular
Ejercicio 33: Inocentes esperanzas
Ejercicio 31: Sueños de pueblo
Ejercicio 30: Héroes sin calle
Ejercicio 26: Egolatria Desinteresada
Ejercicio 25: Señales del Apocalipsis
Ejercicio 23: Miedo a los niños
Ejercicio 18: Otra forma de morir
Ejercicio 17: 27 de enero, 2059
Ejercicio 13: Recuento de daños
Ejercicio 12: Un toque de mota
Ejercicio 9: Rebelde sin causa
Ejercicio 7: Obsesiones infantiles
Ejercicio 6: Si tuviera una maquina del tiempo...
Ejercicio 4: Asústame panteón.
domingo, 14 de marzo de 2010
Mario, duda.

Yo sé que Mario lo duda. Se mira al espejo, se limpia el rostro con una crema, unta un poco de labial en una servilleta y se lo pasa por las mejillas. Ahora, Mario tiene chapitas. Voltea ligeramente para un lado, voltea ligeramente para el otro, sonríe y tiene, un poco, de vergüenza. Toma otra servilleta y se quita el maquillaje. Ya sabes como tu padre tarda en el baño, que bueno que te bañaste primero, dicen afuera. Mario duda, pero continúa. Labial bermellón en la servilleta, repite el proceso, sonríe y esta vez, traga saliva. Le gusta. Le gusta demasiado. Ahora aplica la máscara de pestañas. Negras, bien negras, y un poco de sombra azul alrededor de sus ojos. Tarda más que yo ese hombre, dicen afuera, quien sabe que tanto hará. Tres cuartos derecho y tres cuartos izquierdo. Se toma una foto con su cámara digital. Mira la foto y se mira en el espejo, hace varias expresiones, Mario duda... sí, tal vez necesita un poco más de sombra. Aplica, acercándose mucho al espejo. Un lápiz ayuda a delinear sus cejas. ¿Cuántos años habían pasado con esas dudas en el espejo? Recordó una vieja canción y se movió a su ritmo: "Los muchachos del barrio le llamaban loca". Tarareó. Cada vez más fuerte. Tan fuerte como el maquillaje que se había aplicado. No señor, no lo estoy... lo estuve una vez. La canción le daba valor, las sombras azules y el labial bermellón, la máscara facial que humectaba sus poros. Respirando fuerte, abrió la puerta del baño e imaginó lo primero que le diría a su familia.
-No lo soy. Sólo me gusta maquillarme.
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Perdidos en acción.
Falso Profeta. Lanchero Escritor enmascarado de alta nobleza. Blogstar de naturaleza sobrevalorada. Proveniente de modesta cuna pero con afanes de opulencia. Porque su sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo.

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5 comentarios:
ta cabrón el personaje... atrapado en una camisa de fuerza... la familia lo limita a eçxpresarse plenamente.. y deja tú... las criaturas... :O
Yo acabo de hacer un cuentito de un wey que le gustaba vestirse de mujer pero no era maricón... ¿verdá que si se puede? Me dijeron que le faltaba una razón más que el gusto... :/
Me gustó tu texto. Saludos!
Me gustó el final. Sentí ñañaras por la familia.
breve y preciso, mas que entretenido
muy bueno que un relato tan breve te haga pensar tantas cosas
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