Hace mucho tiempo los Sabios de Tralfamadore se encontraban muy ocupados rascándose los tompiates. Tan concentrados estaban en esa tarea que no tenían tiempo para nada más y eran infelices.
Hasta que un buen día, a uno de ellos se le ocurrió una idea genial y la anunció al resto.
- Sabios de Tralfamadore, se me ha ocurrido una idea genial ¿qué tal si en vez de que nosotros nos rasquemos los tompiates, actividad que consume todo nuestro tiempo, conseguimos a alguien más que lo haga?
- Eso está muy bien, Sabio de Tralfamadore - dijo otro. -Pero ¿cómo haremos para conseguir quien quiera rascarnos nuestros tompiates sabihondos? ¿Ponemos un anuncio en el periódico?
- No - dijo el Sabio de Tralfamadore al que se le había ocurrido la idea. - Haremos un blog colectivo en el que escribiremos nuestras ocurrencias semanales y al cabo de unos meses tendremos a una legión que estará dispuesta a rascarnos los tompiates. Los reconoceremos muy fácil por sus exabruptos.
A los demás Sabios de Tralfamadore les plugo la idea y la pusieron en práctica.
Después de unos meses, cada Sabio de Tralfamadore tenía una fila creciente de dispuestos a rascarle los tompiates. Como había indicado el autor de la iniciativa, eran fáciles de reconocer por la estridencia monótona pero entusiasta con la que exigían su atención.
Durante un tiempo los Sabios de Tralfamadore continuaron criando a sus rascadores de tompiates. Uno de ellos llegó a acumular a doce docenas de rascadores, por cada tompiate, en una sola semana.
Entonces ocurrió lo impensable.
A los Sabios de Tralfamadore, de tanta rascada, se les pusieron morados los tompiates y decidieron irse de vacaciones.
Desde ese día, los rascadores de los tompiates de los Sabios de Tralfamadore viven esperando su regreso. Mientras, para consolarse, se escarban la nariz.
Nota: Los Sabios de Tralfamadore son unos alienígenas del Vonnegutverso. Los tomé prestados para el tema de esta semana. Suelen dedicarse a actividades contemplativas y a proyectos manirrotos. Si los conocen es porque han leído a Kurt Vonnegut y los felicito. Si no los conocen es porque no han leído a Kurt Vonnegut, pero ese es un defecto que no tiene porque ser permanente.