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Estos son los ejercicios en Recolectivo
Ejercicio 38: Refranero Popular
Ejercicio 33: Inocentes esperanzas
Ejercicio 31: Sueños de pueblo
Ejercicio 30: Héroes sin calle
Ejercicio 26: Egolatria Desinteresada
Ejercicio 25: Señales del Apocalipsis
Ejercicio 23: Miedo a los niños
Ejercicio 18: Otra forma de morir
Ejercicio 17: 27 de enero, 2059
Ejercicio 13: Recuento de daños
Ejercicio 12: Un toque de mota
Ejercicio 9: Rebelde sin causa
Ejercicio 7: Obsesiones infantiles
Ejercicio 6: Si tuviera una maquina del tiempo...
Ejercicio 4: Asústame panteón.
domingo, 23 de agosto de 2009
Eran más de las cuatro de la mañana cuando un ruido proveniente de la cocina nos despertó. Mi departamento era pequeño, te lo advertí, sin embargo insististe en venir a vivir conmigo. Cruzamos el estrecho pasillo y ahí, sobre la barra estaba un diminuto ratón, mi primer impulso fue gritar, pero como si adivinaras mi intención, llevaste rápidamente tu enorme mano a mi boca y con un golpe seco acallaste cualquier sílaba de terror que pudiera emitir.
— ¡Shhh!, no ves que se van a despertar los niños.— cielos, casi lo olvidaba, tus dos pequeños hijos se encontraban durmiendo plácidamente, el más chico, sobre el sofá reclinable, ese que tiene un hueco especial para poner las cervezas, y el más grande sobre el restirador que te regaló mi padre. Pobre viejo, vive engañado pensando que eres arquitecto. Ninguno de tus retoños despertó, si acaso un leve movimiento sugirió que se acurrucaban pensando en las tetas de su madre. Es tarde— me dijiste — mañana compraremos veneno para matarlo y sanseacabó.
Estuve de acuerdo contigo en que pronto amanecería, pero de ninguna manera permitiría que el roedor muriera con las tripas desecadas por algún toxico, escondido en algún lugar de mi departamento. Imaginé que su lecho de muerte pudiera ser el cajón de la ropa interior de tus hermanas y me escandalicé. No permitiría que una bola de pelos quedara tiesa sobre las tangas y finos encajes que les regalé. Tienen 10 y 12 años — me dijiste — no creo que a mis hermanas les importe, es más, ni siquiera se van a enterar. Me tranquilicé cuando dijiste que todos los días revisarías los cajones y te cerciorarías de que el ratón no muriese en el olvido.
El veneno no funcionó terminó engulléndose dos paquetes enteros y cada vez había más mierda por todos lados, una mierda azul y gris que, advertían las instrucciones del empaque, significaban que el final estaría cerca. Pero el final no llegó, lo bueno es que tus hijos se divertían jugando a Hansel y Gretel y yo simulaba ser la bruja hasta que tu ex esposa llegaba, preparaba la cena, barría los rastros de mierda ratonil y se iba. Tu ex mujer debió ser muy bella antes de que la embarazaras ese fatídico miércoles de ceniza que tanto me cuentas — bonita y virgen — afirmaste mientras enderezabas un poco el retrato de bodas que colgaste en la sala, el marco era dorado y muy pesado por eso constantemente teníamos que acomodarlo para que no se viera torcido. Yo hubiera preferido que ese cuadro se lo quedara ella pero me dijiste que tu madre nunca lo hubiera aceptado.
Compramos una trampa para ratones, intentamos poner una carnada suculenta y te insistí en que el queso llenaba ese lugar por antonomasia. El queso apenas fue olisqueado, supuse entonces que el roedor estaría muriéndose de hambre, igual que nosotros desde que tu primo Edgardo prometió duplicar nuestros ahorros en una inversión segura y de jugosos intereses. Algo debe estar mal en esta trampa, activamos el mecanismo y comprobamos que, las leyes de la física y mecánica aun son infalibles. Mientras tu abuela cambiaba el tapiz de las dos habitaciones, se percató que el peludo inquilino había comido casi en su totalidad nuestra colección completa de ciencia ficción, fue ahí cuando me encabroné sobremanera, porque chingados no se tragó a Kristeva, al menos le hubiera dado una puta indigestión.
Los siguientes días fueron una locura, trampas de todo tipo fueron instaladas en la casa, pegatinas, trampas de agua, cables eléctricos, hasta un gato amarillo que conseguiste prestado. Nada funcionaba y la existencia del ratón se volvió menos interesante que todos los dispositivos acumulados.
En cuanto amaneció saliste disparado de la cama, voy a matar a ese ratón me dijiste con tanta determinación que casi me provocas un orgasmo, algo muy raro en ti pero quizá por lo poco usual de la situación te concedí como autor de mis fulgores uterinos.
Ven, cógeme Jesús, estabas tan caliente que hasta hiciste caso omiso de que mencionara el nombre de tu hermano y no el tuyo. Te apresuraste a desvestirte, me colocaste al filo de la cama, estaba a punto de sentir tu embestida pero una presencia extraña llamó tu atención. Con mis piernas arcadas en tus caderas volteaste hacia la puerta y ahí estaba, parado casi en dos patas, con su naricilla bulbosa contrayéndose una y otra vez, los ojos rojos miraron fijamente a los tuyos, fue entonces cuando algo sobrenatural pasó entre el pinche ratón y tú, un entendimiento que rara vez se logra en la vida. Ninguno de los dos reculó, cada quien parado a dos patas en su sitio. No puedo matarlo — me dijiste, y tu cara ya no era la del semental que hace unos segundos me hubiera domado, sino la de un pequeño niño que balbucea sus miedos con la esperanza de ser cobijado. Pero no te entendí, en cambio te reproché la falta de conciencia ¿Qué no vez que no cabe aquí? ¿Qué pretendes, adoptarlo, vacunarlo y sacarlo a pasear por las tardes? Pude soportar varias cosas, pero eso era el colmo. Tomé mi maleta y salí de mi propio departamento. Hay cosas que en definitiva no puedo permitir, hice tanto ruido como pude, y al final te grité desde las escaleras:
¡Maldito libertino! ¿Qué no ves que tres ya son multitud?
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Borregata,
Tres son multitud
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Nuestros bloggers no los selecciona el azar, ni un dedo en el cielo, ni un niño de la lotería nacional; nosotros los seleccionamos de acuerdo a su peculiaridad y estilo de escribir. Recolectivo no es un blog abierto a cualquiera pero tendremos invitados.
A continuación nuestra lista de colaboradores:
Srta. Pelo Irritante adolescente con complejo de Peter Pan. De calvita sexy y gracioso caminar. Aspirante a mimo. Ha usado el mismo par de zapatos en los últimos 7 años y sólo se baña los domingos .Dicen que es rara: lo es.
Freddymatico Zimmerman. Blogger de orejas perfectas y patillas de taquero. Sarcástico engreído de comentarios corrosivos. Egocentrico jactancioso con pretenciones de macho-alfa, de piel sensible y todo poderoso. En constante contacto con su lado femenino.
Huevo Luis, nada más. Blogger venido a menos. De niño creía que Chinampa era una ciudad, pero ahora ya no está seguro. Lo acusan de ser un montón de cosas, casi todas ciertas. Él es Luis, nada más.
Salaverga. Sonorense jocoso con ínfulas de mafioso siciliano. La versatilidad y el garbo de un exiliado voluntario, que a vivencias propias, sabe que puede ser más frío el desierto de un país decadente y avaricioso, que el mismo Rio Bravo en los raudales de agosto.
Mulder. Mediocre heroe del canal 5. Desempleado de final de temporada. Escritor de lo anormal y cazador de lo paranormal. Valiente captor del Chupacabras. Fiel amante de Scully y perseguidor de extraterrestres furtivos.
NEB. Publicista frustrado prófugo de los yermos publicitarios y desertor de la semiótica. Amante de lo kitsch y buena onda. De repugnante y nauseabundo sentido del humor.
Yo soy Ella. Costeñita en el exilio. Alcohólica en proceso con la habilidad para permanecer dormida largas horas ininterrumpidas. Con tendencia a caer y accidentarse. Los internets la odian y ella odia el aguacate.
Caballero. Televiso y comunicólogo. Locutor y productor de obviedades inherentes. El maestro limpio de los blogs,
autentico portavoz del proletariado con tildes de barrio bajo. Burgués desidioso con aspiraciones de Zabludovsky.
Kabeza. Monero nacido en el desierto y exiliado en el asfalto. Fuma para esconder el bigote y dibuja porque no le queda de otra. Extraña las tortillas de harina, por eso adopto a la Tía Rosa.
Plaqueta. Como no daba una socializando ni bailando salsa, tuvo que abrir un blog. Se dice que cuando muera encontraremos sobres de Splenda regados entre sus pertenencias. Ama tanto a los hombres que le gustaría ser uno, aunque la idea de ligar con mujeres la asquea (pinches viejas). Abusa de los paréntesis (por ejemplo).
Guffo. Su mayor temor es ver a Cepillín sin maquillaje y una vez llego hasta el nivel del pretzel en Ms. Pac-Man. Ha tenido una vida provechosa y llena de triunfos, como podrán darse cuenta.
Changos. Fiel practicante de la ley del mínimo esfuerzo. Inconforme estudiante de ingeniería. Inconforme hijo de familia. Naco, inculto y borrachín. Torpe y descoordinado. Tipo de pocas palabras y aspiraciones. Indispuesto al desarrollo si este implica abandonar la comodidad de la sombrita.
Rox. Computita manipuladora. Se le vio por última vez con una caja de cartón de leche Lala en el aeropuerto acosando extranjeros. Señas particulares: Pecas en las nalgas y tendencia a morder. Padece de sus facultades mentales.
Canibal. Chamaco de rancho. Flaco, prieto, panzón y alcohólico. Cuasimisógino. Amante de la crítica a lo wey y del mundo porno. A veces llora en las mañanas, cuando recuerda la muerte violenta de su perro Jicotillo... pero ya lo está superando.
LaMaga. Monógama rehabilitada. Sobrevivió al ataque de sus propios tacones teiboleros (ya no hay lealtad en este mundo). Fanática de los cuentos (los reales, los ficticios, los propios, los ajenos y sobre todo los que le han regalado a título personal). Le gustan las películas repetidas y los planes malévolos. Las fuerzas superiores la odian.
Perdidos en acción.
Falso Profeta. Lanchero Escritor enmascarado de alta nobleza. Blogstar de naturaleza sobrevalorada. Proveniente de modesta cuna pero con afanes de opulencia. Porque su sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo.
10 comentarios:
jsjajaja! me encantó! divertido, sarcástico y politicamente incorrecto. Vientos :D
comenzando a leer recolectivo...y agradable toparme con Historias de locas como esta :) saludos!
Muy bueno !!
esa complicidad entre el animal y el hombre... por eso nunca hay que ver a un raton a los ojos :P
Interesante que sigan acentuando "ti"
Anónimo uno...VÉTÉ Á LÁ VÉRGÁ!
Buena historia, siempre hay "ratas" que interrumpen momentos.
Saludos
Buen relato, el tipo un abusivo, ella deliciosamente gamberra y tú estás muy chula
Carajo, pues cuando recién estrenamos nuestra recién construida casa, nos encontramos con que ya estaba habitada por una tribu de simpáticos ratones. Traté de negociar con ellos un digno exilio político, un destierro voluntario respetando sus garantías, pero ellos se aferraron a la insurrección y tuve que emplear metodos represivos. Maté once ratones, todo un equipo de futbol. Tres son multitud? Once son una orgía. Saludos. Gran texto. DSB
Impecable, excelente cuento. Voy a leerte más.
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