viernes, 14 de agosto de 2009

Licencia para mentir


Cuando era niño sólo existían dos profesiones que llamaban mi atención: doctor y espía. Me interesaba ser doctor por todo el dinero que éstos recibían, sólo por decir a la gente de qué morirían. Pero cuando supe que tendría que abrir cuerpos, ver sangre y tocar órganos internos todo el encanto monetario se esfumó. Fue entonces cuando decidí que mi sueño de la infancia sería convertirme en espía.

De la profesión de James Bond, no me llamaban la atención los lujosos carros, los martinis, las despampanantes mujeres o los miles de gadgets increíbles; ni siquiera me importaba aquello de la licencia para matar. Lo que me interesaba eran los alias, los nombres, profesiones, hogares y personalidades inventadas: la licencia para mentir.

Y es que, aunque siempre estoy buscando la verdad, la mentira siempre me ha parecido más atractiva. La verdad es plana, simple y muy poco interesante una vez que se ha revelado. La mentira, por otro lado, es compleja, con múltiples texturas y ofrece la posibilidad de cambiar constantemente, para aquellos que nos aburrimos con facilidad. Lo mismo aplica en las personas: quien dice la verdad es llanamente honesto, sin más; pero quien miente resulta ser infinitamente más interesante y explorable.

Por supuesto, hay que saber diferenciar las buenas y mala mentiras, así como separar al mentiroso profesional del mitómano desesperado. Una buena mentira es natural, veloz, perfectamente calculada pero nunca planeada de más. Un buen mentiroso es astuto y arriesgado: estudia sus mentiras y a los sujetos de su estafa cuidadosamente, pero siempre confía en sus instintos. Un mentiroso de primera clase tiene perfecto control sobre su embuste y sobre sí mismo; se asegura que sus palabras sean creíbles, más jamás se preocupa por atar todos los cabos de su invención a la realidad, después de todo, ser descubierto y tener que improvisar es una de las emociones más placenteras que se pueden sentir.

La mentira es una de las bases más sólidas de nuestra sociedad. Sin embargo, las fuerzas de la honestidad han amenazado el reinado del embuste por demasiado tiempo ya. Aunque todos, en algún momento, nos hemos beneficiado de una pequeña o gran mentira, pocos se atreven a confesar su gusto por éstas. Porque mentir es malo, inmoral y enfermo - resulta que hasta pecado es, me han dicho -. Porque la verdad es lo bueno, lo justo, lo puro, lo que debemos buscar y procurar todo el tiempo: porque la verdad nos hará libres. ¡Bah!

Debo admitir que siempre que estoy a punto de contar una mentira escucho la voz de mi abuela, mis padres, mis maestros o mis tíos, reprimiéndome por lo que planeo hacer. Siento culpa por mentir, por engañar y aprovecharme de la confianza de los demás. Me siento un ser amoral y un sociópata en potencia que ningún bien hará a su familia y demás seres queridos. Ah, la culpa...

Por eso, hace ya tiempo decidí que diariamente me daré el gusto, libre de toda culpa, de decir cinco mentiras. Cinco mentiras generalmente insignificantes, tontas, innecesarias que ningún beneficio traen; porque lo importante para cualquier buen mentiroso no es lo que se pueda obtener de sus embustes, sino el infinito placer que causa enunciarlos enunciarlos. Cinco pequeños engaños que me hacen sentir una persona más plena.


11 comentarios:

Andreinski dijo...

Todos disfrutamos del arte de mentir... y el que no lo admite, es porque lo disfruta aún más.

Señorita Philadelphia dijo...

yo ya tengo mi licencia
para mentir

Alegría Buendía dijo...

La mentira es blanca o negra. Y la mentira tiene tantos matices..

Yacov dijo...

a que vergas escrito!!!... lo digo en serio, no es mentira... neta, no es mentira

Pensando cosas mil veces dijo...

La mentira es simple cuestión de inteligencia

adhesivo dijo...

beto eres el mejor
me encanta lo que escribes

D. dijo...

Beto, eres el mejor.
Me encanta lo que escribes.

Bah, no es cierto. No eres el mejor. Y sí, eventualmente suele encantarme lo que escribes. Aunque no sé si pueda continuar haciéndolo después de saberme víctima de tus pequeños y miserables engaños.

Oh, espera... Demasiado tarde.
Sí, sigo amándote.

Kyuuketsuki dijo...

Lo que me hace pensar... que tanto de lo que dice BtO lo cree él realmente? ¿No nos estás mintiendo al decir que crees en la mentira como algo efectivo? ¿Somos mentirosos? ¿Tu eres mentiroso?

Tengo miedo.

▀▀▀█ ▀▀▀█

Unknown dijo...

No porque esté de moda pero prefiero la ahora llamada "Honestidá Brutal" tipo Dr. House. Es como aquella historia en la que el psicoanalista llega a una conclusión con su paciente:

-Usted siempre ha estado bien, mentalmente hablando.
-¿Sí, doctor?
-Sí. Usted nunca tuvo sentimientos de inferioridad. Sencillamente ES INFERIOR.

Saludísimos.

Manuel Lomeli dijo...

Maniqueísmo.

1. m. Secta de los maniqueos.

2. m. peyor. Tendencia a interpretar la realidad sobre la base de una valoración dicotómica.

Una definición muy importante para poder leer éste y otros textos de tu autoría.

Saludos!!

Tritza dijo...

y mi mentira del día entonces sería decir que me agradas mas que arjona!
jajajaja

te quierooo (mentira 2)

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