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Estos son los ejercicios en Recolectivo
Ejercicio 38: Refranero Popular
Ejercicio 33: Inocentes esperanzas
Ejercicio 31: Sueños de pueblo
Ejercicio 30: Héroes sin calle
Ejercicio 26: Egolatria Desinteresada
Ejercicio 25: Señales del Apocalipsis
Ejercicio 23: Miedo a los niños
Ejercicio 18: Otra forma de morir
Ejercicio 17: 27 de enero, 2059
Ejercicio 13: Recuento de daños
Ejercicio 12: Un toque de mota
Ejercicio 9: Rebelde sin causa
Ejercicio 7: Obsesiones infantiles
Ejercicio 6: Si tuviera una maquina del tiempo...
Ejercicio 4: Asústame panteón.
lunes, 21 de diciembre de 2009
La cerca
Cuando ladraron los perros nos dimos cuenta que algo andaba mal. Los ladridos a mitad de la noche eran una mala señal.
Abrimos los ojos y un minuto después se escuchó la descarga, el grito ahogado y el golpe seco de un cuerpo cayendo sobre el piso. Un escalofrío me recorrió la espalda; no dijimos nada, nos paramos de la cama y nos vestimos, yo temblaba y supe que él también tenía miedo aunque habíamos hablado de esto muchas veces. Siempre supimos que llegaría este momento.
Él tomó la mochila que teníamos preparada, con la cobija y la bolsa de cal, en una mano y la pala y el pico en la otra. Cargué el rifle y me lo eché en la espalda, nunca me gustó cargarlo pero ahora se sentía más pesado que nunca, como un lastre. No quería salir de la habitación, sabía que al volver yo no sería la misma y tal vez nunca más volvería a dormir.
Tenía que preguntarle, la idea me estaba volviendo loca y necesitaba escucharle decir que todo estaría bien, pero no fue así:
-¿Qué pasa si hay más allá afuera, si sólo uno trepó pero hay más esperando a que salgamos?
- Por eso llevamos el rifle- me contestó.
Podía sentir su miedo, el plan era muy estricto y lo debíamos seguir al pie de la letra: él saldría, revisaría el cuerpo y cavaría la tumba mientras yo me quedaría adentro, activaría la cerca nuevamente y montaría una guardia hasta que terminara de cavar y enterrar al hombre.
Hacía cinco años que no salíamos, que la cerca no se abría, pero lo peor estaba por venir. Lo sabíamos pero era mejor no decirlo.
No podía dejar de temblar y mientras caminaba podía sentir el rifle rebotando suavemente contra mi cuerpo, de pronto me detuvo antes de salir y me dijo casi suplicando:
-Tienes que calmarte, no puedes cavar la fosa tú, este es el plan y debemos seguirlo.
Asentí y me forcé a dejar de temblar. Salimos, estaba amaneciendo y el cielo comenzaba a clarear. Los perros nos siguieron en silencio pero unos metros antes de llegar al lugar donde el cuerpo había caído, se les erizó el pelo, aullaron y retrocedieron.
-Es la muerte -dije- ellos sí la ven.
-Nosotros también -me dijo.
Ahí estaba. Tenía los ojos abiertos y era joven, más que nosotros. Un hilito de sangre salía de su talón derecho; el zapato había volado varios metros.
Él cubrió el cuerpo con la cobija después de revisar que estuviera muerto, lo envolvió cuidadosamente y comenzó a cavar. No habíamos llevado agua y después de una hora mis labios estaban secos, sentía cómo se agrietaban producto del frío y de la sed.
Ninguno decía nada y mientras él cavaba, yo apuntaba a todo y a nada con el rifle. Estaba aterrorizada, temía que hubiera más y que estuvieran esperando un descuido, si así fuera la orden era disparar. Nunca le había disparado a nada que no fueran latas o botellas, aunque mi puntería era muy buena después de tanto practicar a la fuerza, él me hacía practicar noche y día, incluso bajo la lluvia...
-Esto nos puede salvar la vida -me repetía siempre y, bajo esa premisa, lo obedecía.
No sé cuánto tiempo estuvo cavando y yo apuntando, pero ya no sentía frío, mi cuerpo estaba cubierto de sudor y gruesas gotas corrían por mi cara y cuello. De pronto, todo se puso negro...
Abrí los ojos lentamente, dolorosamente. Pude ver la palangana con agua y algunas toallas junto a él; lo vi sentado, tenía los pantalones sucios y los ojos rojos de no dormir, sus botas llenas de lodo y el rifle sobre la mesa.
-¿Que me pasó? -pregunté.
-Te desmayaste y después tuviste fiebre por 3 días.
-¿Lo enterraste?
-Sí.
-Lo siento -le dije.
Nos abrazamos y mientras el llanto nublaba mi vista, me susurró al oído:
-Pensé que cavaría mi propia tumba.
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Pillo
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Nuestros bloggers no los selecciona el azar, ni un dedo en el cielo, ni un niño de la lotería nacional; nosotros los seleccionamos de acuerdo a su peculiaridad y estilo de escribir. Recolectivo no es un blog abierto a cualquiera pero tendremos invitados.
A continuación nuestra lista de colaboradores:
Srta. Pelo Irritante adolescente con complejo de Peter Pan. De calvita sexy y gracioso caminar. Aspirante a mimo. Ha usado el mismo par de zapatos en los últimos 7 años y sólo se baña los domingos .Dicen que es rara: lo es.
Freddymatico Zimmerman. Blogger de orejas perfectas y patillas de taquero. Sarcástico engreído de comentarios corrosivos. Egocentrico jactancioso con pretenciones de macho-alfa, de piel sensible y todo poderoso. En constante contacto con su lado femenino.
Huevo Luis, nada más. Blogger venido a menos. De niño creía que Chinampa era una ciudad, pero ahora ya no está seguro. Lo acusan de ser un montón de cosas, casi todas ciertas. Él es Luis, nada más.
Salaverga. Sonorense jocoso con ínfulas de mafioso siciliano. La versatilidad y el garbo de un exiliado voluntario, que a vivencias propias, sabe que puede ser más frío el desierto de un país decadente y avaricioso, que el mismo Rio Bravo en los raudales de agosto.
Mulder. Mediocre heroe del canal 5. Desempleado de final de temporada. Escritor de lo anormal y cazador de lo paranormal. Valiente captor del Chupacabras. Fiel amante de Scully y perseguidor de extraterrestres furtivos.
NEB. Publicista frustrado prófugo de los yermos publicitarios y desertor de la semiótica. Amante de lo kitsch y buena onda. De repugnante y nauseabundo sentido del humor.
Yo soy Ella. Costeñita en el exilio. Alcohólica en proceso con la habilidad para permanecer dormida largas horas ininterrumpidas. Con tendencia a caer y accidentarse. Los internets la odian y ella odia el aguacate.
Caballero. Televiso y comunicólogo. Locutor y productor de obviedades inherentes. El maestro limpio de los blogs,
autentico portavoz del proletariado con tildes de barrio bajo. Burgués desidioso con aspiraciones de Zabludovsky.
Kabeza. Monero nacido en el desierto y exiliado en el asfalto. Fuma para esconder el bigote y dibuja porque no le queda de otra. Extraña las tortillas de harina, por eso adopto a la Tía Rosa.
Plaqueta. Como no daba una socializando ni bailando salsa, tuvo que abrir un blog. Se dice que cuando muera encontraremos sobres de Splenda regados entre sus pertenencias. Ama tanto a los hombres que le gustaría ser uno, aunque la idea de ligar con mujeres la asquea (pinches viejas). Abusa de los paréntesis (por ejemplo).
Guffo. Su mayor temor es ver a Cepillín sin maquillaje y una vez llego hasta el nivel del pretzel en Ms. Pac-Man. Ha tenido una vida provechosa y llena de triunfos, como podrán darse cuenta.
Changos. Fiel practicante de la ley del mínimo esfuerzo. Inconforme estudiante de ingeniería. Inconforme hijo de familia. Naco, inculto y borrachín. Torpe y descoordinado. Tipo de pocas palabras y aspiraciones. Indispuesto al desarrollo si este implica abandonar la comodidad de la sombrita.
Rox. Computita manipuladora. Se le vio por última vez con una caja de cartón de leche Lala en el aeropuerto acosando extranjeros. Señas particulares: Pecas en las nalgas y tendencia a morder. Padece de sus facultades mentales.
Canibal. Chamaco de rancho. Flaco, prieto, panzón y alcohólico. Cuasimisógino. Amante de la crítica a lo wey y del mundo porno. A veces llora en las mañanas, cuando recuerda la muerte violenta de su perro Jicotillo... pero ya lo está superando.
LaMaga. Monógama rehabilitada. Sobrevivió al ataque de sus propios tacones teiboleros (ya no hay lealtad en este mundo). Fanática de los cuentos (los reales, los ficticios, los propios, los ajenos y sobre todo los que le han regalado a título personal). Le gustan las películas repetidas y los planes malévolos. Las fuerzas superiores la odian.
Perdidos en acción.
Falso Profeta. Lanchero Escritor enmascarado de alta nobleza. Blogstar de naturaleza sobrevalorada. Proveniente de modesta cuna pero con afanes de opulencia. Porque su sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo.
7 comentarios:
Excelso! Clap, clap ... eres toda una revelación, ya puedo morir en paz.
Bravo. Bienvenida al congal.
Así o más lugares comunes, sólo a la pendeja de la chilangelosa le pueden gustar
Dulce
bien.. me encantó la redacción
No entendí bien donde estaban o de que se escapaban, pero al final no me importo mucho.
Bienvenida puesn! ya nomas falta que pagues tu cuota. cof cof
a mi me perece que o estaban en medio de un apocalipsis zombie o en medio de una zona de guerra, me gusto mucho
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