miércoles, 2 de diciembre de 2009

A lo que venimos.



Cuando íbamos en la secundaria, el lugar obligado para pasar los fines de semana era el Terreno de Pedro, que era un jardín muy grande, con juegos, asador, cantina y un cuarto al fondo con cama, sofá y baño.

El Terreno era conocido por ser el lugar en donde la mayoría de las compañeras de secundaria perdían la virginidad y en donde los chamacos tomábamos caguamas y pomos de ron hasta vomitar. Incluso las maestras conocían su fama y los viernes soltaban un “Y cuidadito y vayan a terreno de Carbajo”

Nosotros pasamos a tercero y con interés esperábamos a las nuevas de primer año. Entre las novatas había tres que cumpliendo con el cliché, se acercaron al grupito de los populares, entre los cuales estábamos Pedro, el Chito y yo.

Como era costumbre, inmediatamente Pedro les adjudicó un apodo indeleble que habría de acompañarlas eternamente: eran la Limones (pecho subdesarrollado, del tamaño de limones) la Jo Jo Jo (gordita sabrosa y blanquísima, con una pelusilla rubia en toda la cara que hacia las veces de barba de Santa Clos) y la Borrega (con un cabello furiosamente chino y nariz ganchuda). Empezamos a planear el golpe.

Lo común era invitarlas a Plaza del Parque, y ya estando ahí, sugerir que nos fuéramos a “un terreno que tiene Pedro aquí cerca”. Ya estando ahí, era asaltar la cantina del papá de Pedro —llena de botellas de ron Potosí— y luego, entre platica, bromas y mira acá estamos mas cómodos, meternos al cuarto y ya ahí, dependiendo de la labia de cada uno, atascarse.

Antes de irnos a Plaza del Parque, Pedro, Chito y yo hacíamos planes en el Terreno. Habíamos recogido el cuarto y acomodado la cama y el sofá. Metimos unas Caribe Coolers (para las viejas) en el refrigerador y empezamos con la complicada tarea de asignar lugares.

—Yo me chingo a la Limones
—'tas idiota, yo la traigo pendeja
—Bueno, entonces a la Jo Jo Jo
—Huevos, yo no quiero a la Borrega.
—No seas cabrón, tú te chingaste la vez pasada a la Luchadora
—Fíjate, y te tocó la Beecha wawa
—Ja-ja, chinguen a su madre.

Al final, como siempre, decidimos dejar que las cosas se fueran dando y solucionarlo sobre la marcha. Fuimos por ellas y según lo planeado, llegamos al terreno, sacamos el alcohol y empezó el show.

Yo estaba confiado de poder babearle las barbas a la Jo Jo Jo, que hasta donde yo sabía, jamás había volteado a ver al Chito, por lo demás, la Limones rebotaba de idiota por Pedro y la Borrega, siendo la más fea, no tenia mucho peso en las decisiones.

Pero después de un rato, en un mal cálculo del que hasta la fecha me arrepiento, fui yo solo al Oxxo por más cervezas. Cuando regresé, Pedro estaba con la Limones recostados en la cama, y con horror descubrí que el Chito estaba sentado en el sofá con la Jo Jo Jo. Inmediatamente supe que no lo movería de ahí ni con grúa y que tendría que arrancarle a la vieja de sus fríos dedos muertos, lo cual considere seriamente.

Resignado, voltee a ver lo que me tocaba. La Borrega estaba sentada en un rincón, y en su cara pude leer, para mi sorpresa, que a ella tampoco le agradaba la situación. Me encogí de hombros mentalmente y me fui a sentar con ella. Pedro, siendo el cabronazo que era, ya estaba revisándole las anginas a la Limones. Chito por su lado no hacia muchos progresos, lo cual no importaba demasiado porque de todos modos no la soltaría aunque su vida dependiera de ello. Yo le daba tragos a mi caguama y sin muchos aspavientos le plante un beso a la Borrega.

Oh, Dios.

Pocas veces he sentido un aliento tan hediondo saliendo de la boca de alguien. No era ese mal olor de boca común y corriente (me hubiera dado cuenta desde mucho antes), no, aquello era una halitosis profunda; de esas pestes que vienen directamente del estomago y que noquean de cerca, como un uppercut de lengua.

Horrorizado decidí que nada valdría la pena de besar aquella cloaca. Para mi desgracia, en ese momento Pedro me soltó un “Te hablan en el baño, güey” que era la forma de decirme que a) ahuecara el ala y b) que me había tocado el peor lugar en la repartición del cuarto.

Ya en el baño, decidido a no llegar más lejos, tenía que idear la manera de poder zafarme sin parecer puto (pecado mortal a esa edad). La Borrega miraba distraída para todos lados con cara de hueva, así que hice algo que esperaba me libraría de cualquier responsabilidad; me recargué en la pared, empecé a desabrocharme el pantalón y dije:

—Bueno, a lo que venimos.

La Borrega volteo a verme, primero alarmada y después indignada, y dijo: “Ash, pendejo” y salió del baño dando un portazo. Triunfante, me reí quedito y me senté sobre la taza del baño a terminarme mi caguama. Dos minutos después, Pedro y Chito patearon la puerta del baño y encabronados me preguntaron: “¿Pues que chingados hiciste, pendejo?”

La Borrega, como es común en esas situaciones, al irse ofendida se había llevado con ellas a las otras dos viejas. Así que sin querer, les aplique a Pedro y a Chito un cockblock de antología. En mi defensa sólo podía decir: “Cabrón, pues no quiso, ¿Qué quieren que haga?”

Acabamos sentados en una de las banquitas del jardín, callados, acabándonos las cervezas. De vez en cuando yo decía “Ya güey, la Limones ni chichis tiene”, con lo cual recibía miradas asesinas de aquellos dos.






P.D. Tiempo después Pedro se cogió a la Borrega. Nos contó que empezó a darle de misionero, pero como al gemir aquella le echaba toda la peste en la cara, mejor le dio la vuelta y le dio por las nalgas.



30 comentarios:

Luis dijo...

P.D.2. Adivinen que parecia la Beecha wawa.

Roy dijo...

Además utilizando terminología de PUA...

Luis dijo...

¿De qué?

ZERO dijo...

EWOK

Diablorama dijo...

JAJAJAJA no mames, no me puedo imaginar a la borrega.

carnalla dijo...

jajaja nunca se me hubiera ocurrido esa forma para solucionar ese problema

Kyuuketsuki dijo...

En la secundaria era aun más ñoño, por lo que tuve la oportunidad de atascarme decentemnte (y en muchas ocasiones) hasta la prepa, snif.

Supongo que la beecha wawa tenía cara de Ewok.

Unknown dijo...

Como me reí con lo de "uppercut de lengua" y tu, que cabronazo de amigo hahaha, que maestría para zafarse de la responsabilidad de echarse a la fea (y apestosa). Pero la verdad, lograste transportarme a aquellas épocas del faje de secundaria.

Lalo dijo...

ha ha ha ha, guacatelas!!!!

Roy dijo...

Por lo del cockblock...

Joel B dijo...

mmm... no soy persinado, pero que cosa más misógina....

KrizalidX1 dijo...

haha pinche borrega apestosa...y luego mojigata...haha mamon el texto

Anónimo dijo...

Qué misógino. Imagino que es porque nunca sabremos la historia de la contraparte, y tal vez pudieran decir si a Luis le apestaban los pies, si Pedro tenía la verga requesoneada o el Chito las trusas con raja de canela. En fin. Nunca lo sabremos! :)

Luis dijo...

¿Misogino?

Se llama adolescencia. A los 15 años uno no es misogino, es nada mas un chamaco pendejo.

Y si, todos sus compañeros de secundaria hablaban igual de ustedes. Todos.

Chavaluria dijo...

LOL, te hubieras echado un pedo para neutralizar los aromas de su boca.

TORK dijo...

jajajajajajajaja

Eso de la alitosis me hizo acordarme de alguien a quien me quería ligar y que en un cine y ya listo sentí el putazo.

Manuel Lomeli dijo...

Qué llanero, mi estimado.

Como diría César...

Pero bueno. Son albricias de la adolescencia. Que difícil era vivir con pito en aquellos años. Ajua.

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJA!!! a mi me paso algo similar en la secu, ah que días aquellos. buen relato buen relato.

Anónimo dijo...

¿popular? pero si tú eres un naco mi buen.

Anónimo dijo...

Exacto. Eres misógino ahora, no de adolescente. Entonces sólo eras un idiota.

Luis dijo...

Exactamente. :)

Alegría Buendía dijo...

:S

Tenía una compañera así en la prepa. Tenía problemas renales ( o hepaticos??) y le olía la boca además de que sus dientes , por la misma patología, estaban manchados.

Mucho muy guapa la chava, pero varios del salón le rehuían por su olorcito.

Daniel dijo...

Pues unos clorets o una pasta de dientes. Casi siempre salía con una cosa de esas por aquello de las antialcohólicas, pero a la Borrega no le hubieran caído nada mal. DSB

Don Tony Clifton dijo...

Es bueno porque es verdad...

Misogino? No mamen, vaya que denigran el termino al utilizarlo tan ligeramente.

CHTM

Joel B dijo...

Está bien, el autor antes sólo era un chamaco calenturiento y pendejo, ahora ya es un misógino en toda la extensión de la palabra, y don Tony Clifton, fué, es y será un putete...

¿Así o más a la ligera?

PurpleK dijo...

me encantaaan los apodos que sacas en tus historias, sean verdaderas o no, "La limonesss" fue mi favorito!!!
Excelenteee textoo!!!

mugroso dijo...

jajaja... buen desmadre recordar esos momentos...me gusto el texto.

Power Pig dijo...

..."como un uppercut de lengua"

jajaja primera analogía tuya que me hace reír cabrón, vientos!

Sebastian Camacho dijo...

jajaja cabron eres la mamada , me hiciste reir un buen ¿apoco en tus epocas de secundaria habian oxxos?

Pillo dijo...

el mejor apodo sin duda era el de la jo jo jo...

Blogalaxia