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Estos son los ejercicios en Recolectivo
Ejercicio 38: Refranero Popular
Ejercicio 33: Inocentes esperanzas
Ejercicio 31: Sueños de pueblo
Ejercicio 30: Héroes sin calle
Ejercicio 26: Egolatria Desinteresada
Ejercicio 25: Señales del Apocalipsis
Ejercicio 23: Miedo a los niños
Ejercicio 18: Otra forma de morir
Ejercicio 17: 27 de enero, 2059
Ejercicio 13: Recuento de daños
Ejercicio 12: Un toque de mota
Ejercicio 9: Rebelde sin causa
Ejercicio 7: Obsesiones infantiles
Ejercicio 6: Si tuviera una maquina del tiempo...
Ejercicio 4: Asústame panteón.
martes, 23 de febrero de 2010
Banderas Absurdas
A mi padre lo detuvieron en 1971 por fabricar LSD. Lo apañaron en el estacionamiento de la galeria Poppyfield en Kansas mientras intentaba ajustar su miserable Ford del 43, que tenían por defecto de fábrica, un carburador con un calibre inferior a la máquina. Cómo es posible que no encierren mejor a estos fabricantes y timadores, les espetó a los federales.
Sus declaraciones llevaron al FBI a un laboratorio instalado en un reducido granero en las afueras de Westmoreland, también en Kansas. Adentro había treinta y seis kilos de tartrato de ergotamina, precursor del LSD, y 800 gramos cristalizados de dietilamida de ácido lisérgico. Con la ergotamina, mi padre hubiera podido fabricar, además, de cinco a seis kilos de ácido. Un total de 120 millones de dosis; las suficientes para poner a alucinar a todo México.
El ruco no tenía sueños de narcotraficante. Como muchos, probablemente influido por Grateful Dead y los Merry Pranksters, era un hippie con estudios de bioquímica que soñaba por un mundo libre, cuya conciencia alcanzara el paroxismo de la iluminación, más todos esos sueños pachecos de hoyo funky que ahora se nos antojan trasnochados y ridículos, pero que en aquellos tiempos eran tomados tan en serios como hoy lo hacemos con el futbolista Cabañas, el Ipad y el retuiteo de la bloguera favorita. Sin mencionar la matanza de chamacos en Ciudad Juárez y asuntos de estola parecida.
¿Pensabas vender todo ese LSD, apá? Si vendieramos la dosis a 40 centavos de dólar, estimado Manuelito - me explica el viejo -, sin contar que en realidad vale hasta 20 dólares, aun así podriamos ganar hasta tres millones por kilo. Si lo hubiera vendido, tú hubieras estudiado en mejores universidades, y probablemente me hubiera casado con una mujer más guapa que tu madre; no lo tomes a mal...
Pero no va confesar. No a su hijo. Aún cuando estoy seguro que lo suyo era otra cosa excepto la venta y el lucro. Si, estoy orgulloso: me enorgullece que mi padre haya estado casi dos años encarcelado por fabricar LSD. Me gusta imaginarlo: cabello largo, flaco, con su nariz violenta de judio emancipado, sus ojos diminutos, sus dientes desviados, jeans y camisa a cuadros. Me gusta especular: probablemente contaminaría los contenedores de alguna lechera mexicana, los depósitos de agua del Congreso de la Unión; quizá regalaría dosis en los cumpleaños, o mandaría cartas de amor remojadas en LSD.
Ahora bien: Mi suegro también ha roto la ley, y todavía lo hace.
Cuando supe que, agregado a sus actividades como editor y psicólogo, era también un pirata, un canalla de los que clonan, graban, venden y distribuyen películas, me lo imaginé saliendo de alguna editorial crepuscular en la Ciudad de México, para instalar un tenderete de lona anaranjada en los linderos del Eje Central, y ofertar el galimatias cinematográfico de vampiros, chick flicks y grabaciones de los moteles más picosos de Tlalpan. El hombre en realidad es un tipo mediano, flacucho como su hija, con rostro de haberlo visto todo, poco probable para el arquetipo de comerciante informal. No tiene sentido, me dije al enterarme.
Pero el suegro vende pirateria exquisita. Siendo yo un adorador de todo lo que le haga el caldo gordo a las corporaciones, le pedí que me mandara un catálogo. El buen hombre me incluyó en su exclusivísima lista de correo electrónico, y me ha enviado lo siguiente, a escoger:
Vampyre Lesbos de Jess Franco.
The Drummer (soporífera) de Kenneth Bi
Big Man Japan de Hitoshi Matsumoto
La Chica del Puente de Patrice Leconte
Cerezos en Flor de Doris Dorrie
Still Smoking de Thomas Chong
El Ciclista de Mohshen Makmalbaf
Desnudo entre lobos de Frank Beyer
Las Cenizas de la luz de Majid Majidi
Besos Robados de Francois Truffaut
Una Mujer es una Mujer de Jean Luc Godard
Escandalo de Akira "Voy a dormirte" Kurosawa
Splinter de Toby Wilkins
Y hasta el clásico de Fritz Kiersch, Los Niños del Maiz
Le respondí, intrigado: Su selección es otra clase de cine, suegro. El infeliz me respondió, y puedo imaginarmelo, frente a su computadora, con entreceño fruncido, irritado de tener un yerno tan "perspicaz": Efectivamente, Manuelito.
Apantallado por tanta sofisticación, ya no me sorprende que su hija sea la mujer que es. Yo, supuesto criminólogo, acostumbrado como tantos a que todo lo ilegal sea, además, de pésimo gusto y calidad, debo vermelas ahora con un ruco, contemporaneo de mi padre lisergico, que vende piratería para sommeliers cinematográficos. Debo admitir que el modus operandis de mi padre político es digno de orgullo, y cada vez que vea publicidad contra la pirateria, voy a imaginarlo, adusto y grave como es, grabando la colección completa de Ingmar Bergman y Eric Rohmer.
Pero he descrito dos casos relativamente graciosos (¿¿??) de leyes rotas y actos sancionados por las instituciones judiciales y censurados por la opinión pública y las buenas conciencias. Ambos asuntos, más que actos de lucro y delincuencia, son en realidad delitos inspirados por una forma de pensar, por idiosincrasias definidas con propósitos determinados. Yo quiero en realidad aprovechar para hablar de mi gran amigo Carlos, quien me prohibió dar apellidos y hasta descripciones físicas. Pero si eres muy guapo, hermano, le dije. Es una lástima que las lectoras de Recolectivo se pierdan la oportunidad de imaginarte.
El asunto de Carlos no tiene la truculencia de los dos viejos acidos y piratas, sino el absurdo de nuestra modernidad complicada. Ha sido demandado por tres empresas programadoras por violación de derechos de autor, modificación de productos sin licencia y traspaso ilegal de información.
Haciendo un lado la mengambrea legal, mi compadrito se ha dedicado, primero, a modificar los códigos fuente de diversos programas y sistemas operativos para hacerles cambios de idioma y protocolo, y segundo, a distribuir copias de esas modificaciones a etnias y poblaciones marginales o rurales.
Por ejemplo, ha traducido diversos programas y plataformas a lenguas indigenas, o recortado su carga para que puedan ser utilizados en maquinas con poca memoria o que no pueden contar con mantenimiento técnico continuo. Las empresas exigen indemnizaciones millonarias con dinero que Carlos ni sus colaboradores tienen. El trabajo que todavía realiza lo hace sin recibir beneficio económico, y las organizaciones civiles que financiaban su proyecto se niegan a continuar apoyandolo mientras las demandas existan. Para colmo, el mentecato ni siquiera puede pagarse un abogado.
Supongo que no pasa a mayores, me explica muy sonriente, y abunda: En realidad ya no podré cruzar a Estados Unidos. Se quedará en latinoamerica, yendo y viniendo mientras trabaja en proyectos que algunos consideran insignificantes e inútiles, y otros ilegales y nocivos. Pero yo no trabajo en la clandestinidad - explica -; lo mio es una bandera al aire, una bandera pequeñita, con símbolos y colores que significan algo, como todas las demás banderas e ideas del mundo.
Yo, que poco sé de computadoras y demás, estoy muy de acuerdo. Incluso hasta yo tengo banderas...
Etiquetas:
las banderas de mi vida,
manuel
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Nuestros bloggers no los selecciona el azar, ni un dedo en el cielo, ni un niño de la lotería nacional; nosotros los seleccionamos de acuerdo a su peculiaridad y estilo de escribir. Recolectivo no es un blog abierto a cualquiera pero tendremos invitados.
A continuación nuestra lista de colaboradores:
Srta. Pelo Irritante adolescente con complejo de Peter Pan. De calvita sexy y gracioso caminar. Aspirante a mimo. Ha usado el mismo par de zapatos en los últimos 7 años y sólo se baña los domingos .Dicen que es rara: lo es.
Freddymatico Zimmerman. Blogger de orejas perfectas y patillas de taquero. Sarcástico engreído de comentarios corrosivos. Egocentrico jactancioso con pretenciones de macho-alfa, de piel sensible y todo poderoso. En constante contacto con su lado femenino.
Huevo Luis, nada más. Blogger venido a menos. De niño creía que Chinampa era una ciudad, pero ahora ya no está seguro. Lo acusan de ser un montón de cosas, casi todas ciertas. Él es Luis, nada más.
Salaverga. Sonorense jocoso con ínfulas de mafioso siciliano. La versatilidad y el garbo de un exiliado voluntario, que a vivencias propias, sabe que puede ser más frío el desierto de un país decadente y avaricioso, que el mismo Rio Bravo en los raudales de agosto.
Mulder. Mediocre heroe del canal 5. Desempleado de final de temporada. Escritor de lo anormal y cazador de lo paranormal. Valiente captor del Chupacabras. Fiel amante de Scully y perseguidor de extraterrestres furtivos.
NEB. Publicista frustrado prófugo de los yermos publicitarios y desertor de la semiótica. Amante de lo kitsch y buena onda. De repugnante y nauseabundo sentido del humor.
Yo soy Ella. Costeñita en el exilio. Alcohólica en proceso con la habilidad para permanecer dormida largas horas ininterrumpidas. Con tendencia a caer y accidentarse. Los internets la odian y ella odia el aguacate.
Caballero. Televiso y comunicólogo. Locutor y productor de obviedades inherentes. El maestro limpio de los blogs,
autentico portavoz del proletariado con tildes de barrio bajo. Burgués desidioso con aspiraciones de Zabludovsky.
Kabeza. Monero nacido en el desierto y exiliado en el asfalto. Fuma para esconder el bigote y dibuja porque no le queda de otra. Extraña las tortillas de harina, por eso adopto a la Tía Rosa.
Plaqueta. Como no daba una socializando ni bailando salsa, tuvo que abrir un blog. Se dice que cuando muera encontraremos sobres de Splenda regados entre sus pertenencias. Ama tanto a los hombres que le gustaría ser uno, aunque la idea de ligar con mujeres la asquea (pinches viejas). Abusa de los paréntesis (por ejemplo).
Guffo. Su mayor temor es ver a Cepillín sin maquillaje y una vez llego hasta el nivel del pretzel en Ms. Pac-Man. Ha tenido una vida provechosa y llena de triunfos, como podrán darse cuenta.
Changos. Fiel practicante de la ley del mínimo esfuerzo. Inconforme estudiante de ingeniería. Inconforme hijo de familia. Naco, inculto y borrachín. Torpe y descoordinado. Tipo de pocas palabras y aspiraciones. Indispuesto al desarrollo si este implica abandonar la comodidad de la sombrita.
Rox. Computita manipuladora. Se le vio por última vez con una caja de cartón de leche Lala en el aeropuerto acosando extranjeros. Señas particulares: Pecas en las nalgas y tendencia a morder. Padece de sus facultades mentales.
Canibal. Chamaco de rancho. Flaco, prieto, panzón y alcohólico. Cuasimisógino. Amante de la crítica a lo wey y del mundo porno. A veces llora en las mañanas, cuando recuerda la muerte violenta de su perro Jicotillo... pero ya lo está superando.
LaMaga. Monógama rehabilitada. Sobrevivió al ataque de sus propios tacones teiboleros (ya no hay lealtad en este mundo). Fanática de los cuentos (los reales, los ficticios, los propios, los ajenos y sobre todo los que le han regalado a título personal). Le gustan las películas repetidas y los planes malévolos. Las fuerzas superiores la odian.
Perdidos en acción.
Falso Profeta. Lanchero Escritor enmascarado de alta nobleza. Blogstar de naturaleza sobrevalorada. Proveniente de modesta cuna pero con afanes de opulencia. Porque su sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo.
6 comentarios:
No se trata de seres a los que la necesidad los empujó a la ilegalidad; son convicciones profundas llevadas al extremo; la lana pasa a segundo término, aunque la remuneración económica se antoja como una consecuencia exquisita por hacer lo que te gusta, y de pilón enmedio de la adrenalina del riesgo...... cabronsísimo!!!.... Es una lástima que el espíritu gregario sea más popular.... y es que no cualquiera se atreve....
Dile a tu amigo Carlos que pa' eso está el opensource y si está tan guapo mándamelo ;)
Me gustó el humor (¿¿¿???) del texto y no se cómo no se me ocurrió uno de las banderas computitas. ASH.
No estaba en el catalogo tu favorita, la de 5 contra 1???
Nada como leer uno de tus textos como para sentirse analfabeta tres días seguidos, enhorabuena, tesaurito!
Inguesulandia
eres cagada de perro OOOAAAARRRR
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