lunes, 16 de agosto de 2010

¿Quieres un viernes a la carta?





Al medio día vas al remodelado a malecón a pasear con tu hijo. El Sol pega sabroso después de un verano particularmente frío.

Pides un pescado al mojo de ajo en el Terraza Vallarta. Tu hijo está contento.
Por la noche, de vuelta a casa, sales al patio
Te sirves un whisky irlandés
Sacas las bocinas y tu iPod
Pones un disco del Reverend Bizarr y después uno de Rainbow en homenaje al gran DIO
Sacas tu lap top
Te entretienes leyendo las palabras que has desparramado en las últimas semanas y que según tú se convertirán en un ensayo
A ratos lees un oscuro libro de John Ajvide Lindqvist llamado “Déjame entrar” que te está gustando un chingo.
Surfeas por dos tres páginas y caes en la cuenta que no has posteado en Recolectivo y a este viernes le queda una hora y media (allá en el D.F ya es sábado)
Sientes el nocturno airecito helado del mar soplando en tu cara y piensas que si al mesero de la vida tuvieras que pedirle un viernes a la carta, pedirías uno como este y reparas en que con todo y sus escupitajos políticos, la vida ha valido la pena ser vivida.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Déjame entrar???? Uuuuy que atrasadote!!!! Redactor mediocre y peor lector todavia!

Ya llegamos a la luna tambien y lucha villa ya se murio ok?????

.... dijo...

porqueria de post, deberian aprender a los mios, yo si tengo talento y gracia para escribir pendejadas

Jose Luis Avila Herrera dijo...

Quisiera aprovechar este espacio de opinion publica, con el debido respeto aprovechando que veo que PERVERTIDO a dejado aqui algunas narrativas, compartir con ustedes algunas de mis vivencias tanto en E.U.A, Canada y Mexico.

Estaba yo una bella tarde en la hermosa ciudad de Nashville masturbandome mientras leia un ejemplar de "Alarma!". Ahi me tienen bien entrado pelando el salami a dos manos (no porque la tenga bien grande, es que con una mano me alzaba la panza y con la otra sangoloteaba el guajolote) cuando vino a mi memoria que tenia algo importante que hacer, mas no podia recordar que era.

Justo en eso suena mi finisimo celular blackberry y el indentificador de llamadas me indico que se trataba de mi amigo Piedras.

"Que pedo ese pinche JLAH?, ¿ya estas listo?" fue lo que mi buen amigo me pregunto...

"Ah cabron, ¿listo para que?" le respondo muy intrigado...

"como que para que pinche jlah? para nuestra visita al urologo"

CHIIIINNNNN!, sabia que algo importante se me estaba olvidando, y es que mi amigo Piedras y yo visitamos cada quince dias al urologo para hacernos una revision de la prostata, no vayan a pensar mal, pero es que avanzado de los 30con esas cosas no se juega, ademas que este doctor que frecuentamos poseé unos dedotes barbaros, perdon quise decir, que tiene muy buena mano medica, y unos dedotes que para que les cuento, no son gruesos, son mas bien largos, y delgados, como un peperami, como la antena de un radio, como una vara de pingüica, y cumplen su funcion muy meticulosa mente.

El medico nos ve entrar a su consultorio y hace un gesto un tanto desagradable mientras que murmura un acido "otra vez ustedes, Ah! pasen por favor".

Entro a su sala de operaciones, me bajo el pantalon seguido de mi truza y me despojo totalmente de ellas, me coloco de perrito (a gatas pues) sobre la mesa todo esto mientras el medicazo ya se pone sus guantes.

generalmente las anteriores 9 veces simplemente me decia que todo estaba en orden, supuse que esta seria una vez mas que no pasaria de una simple dedeada, perdon quise decir checada.

Pero el diagmostico no fue el deseado, me detecto un quiste y que por el tamaño podria ser canceroso.

Sude frio, me senti realmente mal, casi al borde del llanto, a lo que le suplique que me revisara de nuevo. Esta vez en serio, digo, no es que las veces anteriores hayan sido por gusto, sino que esta vez no me sentia tan optimista.

Refunfuñando, el urologo accedio a meterme el dedulce de nueva cuenta sin embargo yo me encontraba orandole a todos los santos habidos y por haber.

El alma me volvio al cuerpo cuando me dijo que se habia equivocado, no era un quiste, se trataba solo de una bolita de cagada dura que traia atravesada en el curriculum vitae, se dio cuenta cuando se le vino pegada en la punta del dedo y me la enseño.

Como moraleja de esta historia, con el cancer no se juega, asi que al igual que yo, acudan con su urologo de confianza a que les piqueteén el fundillo.

Dios este con ustedes.

Jose Luis Avila Herrera dijo...

Quisiera aprovechar este espacio de opinion publica, con el debido respeto aprovechando que veo que PERVERTIDO a dejado aqui algunas narrativas, compartir con ustedes algunas de mis vivencias tanto en E.U.A, Canada y Mexico.

Estaba yo una bella tarde en la hermosa ciudad de Nashville masturbandome mientras leia un ejemplar de "Alarma!". Ahi me tienen bien entrado pelando el salami a dos manos (no porque la tenga bien grande, es que con una mano me alzaba la panza y con la otra sangoloteaba el guajolote) cuando vino a mi memoria que tenia algo importante que hacer, mas no podia recordar que era.

Justo en eso suena mi finisimo celular blackberry y el indentificador de llamadas me indico que se trataba de mi amigo Piedras.

"Que pedo ese pinche JLAH?, ¿ya estas listo?" fue lo que mi buen amigo me pregunto...

"Ah cabron, ¿listo para que?" le respondo muy intrigado...

"como que para que pinche jlah? para nuestra visita al urologo"

CHIIIINNNNN!, sabia que algo importante se me estaba olvidando, y es que mi amigo Piedras y yo visitamos cada quince dias al urologo para hacernos una revision de la prostata, no vayan a pensar mal, pero es que avanzado de los 30con esas cosas no se juega, ademas que este doctor que frecuentamos poseé unos dedotes barbaros, perdon quise decir, que tiene muy buena mano medica, y unos dedotes que para que les cuento, no son gruesos, son mas bien largos, y delgados, como un peperami, como la antena de un radio, como una vara de pingüica, y cumplen su funcion muy meticulosa mente.

El medico nos ve entrar a su consultorio y hace un gesto un tanto desagradable mientras que murmura un acido "otra vez ustedes, Ah! pasen por favor".

Entro a su sala de operaciones, me bajo el pantalon seguido de mi truza y me despojo totalmente de ellas, me coloco de perrito (a gatas pues) sobre la mesa todo esto mientras el medicazo ya se pone sus guantes.

generalmente las anteriores 9 veces simplemente me decia que todo estaba en orden, supuse que esta seria una vez mas que no pasaria de una simple dedeada, perdon quise decir checada.

Pero el diagmostico no fue el deseado, me detecto un quiste y que por el tamaño podria ser canceroso.

Sude frio, me senti realmente mal, casi al borde del llanto, a lo que le suplique que me revisara de nuevo. Esta vez en serio, digo, no es que las veces anteriores hayan sido por gusto, sino que esta vez no me sentia tan optimista.

Refunfuñando, el urologo accedio a meterme el dedulce de nueva cuenta sin embargo yo me encontraba orandole a todos los santos habidos y por haber.

El alma me volvio al cuerpo cuando me dijo que se habia equivocado, no era un quiste, se trataba solo de una bolita de cagada dura que traia atravesada en el curriculum vitae, se dio cuenta cuando se le vino pegada en la punta del dedo y me la enseño.

Como moraleja de esta historia, con el cancer no se juega, asi que al igual que yo, acudan con su urologo de confianza a que les piqueteén el fundillo.

Dios este con ustedes.

Claudia del Mal dijo...

Es un placer que compartas tus palabras de una forma tan simple y hermosa a pesar que entre gente a plasmar por escrito la estupidez humana.

Anónimo dijo...

Blah pinche vieja lamehuevos la de arriba ay a pesar de que entre gente a... vete a la mierda perra.

profeteando@hotmail.com dijo...

que chingue a toda su perrisima madre el puerco joto latino!!!!!!

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