jueves, 2 de julio de 2009

Siempre me han gustado los engreídos.


Tengo un defecto, que a diferencia de todos los demás, no es encantador: soy sumamente inconstante. Vamos, no termino las cosas. Facilmente mando a la chingada proyectos, trabajos, actividades, pasatiempos, relaciones. Como si fueran toallitas magitel.

No me malentiendan, son una persona enfermamente responsable, cuando digo que boto trabajos me refiero a cosas personales, que no afectan a nadie más que a mi misma. Eso está más jodido, ¿a poco no?

Cuando tenía seis años le dije a mi mamá que ya no quería ir al ballet, a los siete fue la danza regional, a los ocho el karate, a los nueve el piano, a los diez la natación, a los doce la guitarra, y así sucesivamente. Todas esas cosas las sé hacer dos-tres, pero ninguna de ellas bien, que al final sería mejor, supongo, saberle por lo menos a una, en lugar de a todas un poco. La especialización es lo de hoy. Dicen.

También tenía una exposición de arte en el patio de mi abue, la idea era tapizar toda la pinche cochera, lo cual obviamente no sucedió. Después coleccionaba pelotitas de esas chiquitas que botan mucho, que se fueron perdiendo y quien sabe que les pasó. Tuve el álbum de los Muppets Babies, le faltaron como tres estampas. Y así podría seguirme eternamente... mmm okey no.

Es más, les confieso algo: No sé andar en bicicleta. Imagínense ustedes. Tooooodo el mundo sabe andar en bici. Yo no. Mi papá me regañaba espantosamente cuando me quiso enseñar, y a mis seis años dije "A la chingada con la pinche bicicleta sin rueditas" Bueno, no lo dije, porque de pequeña no decía maldiciones, pero algún equivalente apropiado para horario infantil debo de haber pensado. El caso es que nunca aprendí, lo cual me importa un pepino en rodajas con chile piquín.

(Sobra decir que no me gusta el pepino. Prefiero la jícama).

Para lo único que siempre fui asquerosamente dedicada fue la escuela, por eso mis padres me perdonaron mis constantes abandonos, mis muestras de mediocridad y apatía ante la vida (los libros también los termino, siempre, pero eso es más bien como manía).

Estoy casi casi convencida que la chingada es un lugar mágico, un limbo a donde se van las cosas o las personas que no me gustan, que no me aportan, que no me emocionan, que me dan igual.

Las relaciones no son la excepción. Puedo mandar directito al demonio una, sin el menor ápice de nostalgia, resignación o tristeza. Al diablo contigo corazón, ya habrá otro que por lo menos sepa jugar conforme a las reglas, y que entienda, que cuando ya estás en esto, no se vale llorar.

Esto obviamente cuando todavía no estoy involucrada sentimentalmente, para lo cual se requiere que número uno baje la guardia, lo cual es casi casi imposible. Contrario a lo que mucha gente a mi alrededor piensa, la cortina que suelen tildar de cinismo no está ahí para evitar que me lastimen (ay dios no, cómo va a suceder eso, si de corazón roto han muerto cristianos), eso es una pendejada, sino para evitar que pierda mi tiempo, y el suyo de paso. A mi edad, no estoy dispuesta a invertir más de lo necesario en una persona, en un corto periodo puedo decidir si tiene o no plática, si es inteligente, si me gusta cómo se ríe, si puedo tolerar que le recorte las orillitas al pan. Mi personalidad está bien definida, abarcando obviamente lo que quiero de alguien, aunado a que conforme pasan los años, estoy menos dispuesta a hacer concesiones.

Hace unas semanas me soltaron una joya de discurso motivacional donde básicamente me cantaron mis futuras cicatrices. Cuando dejó de hablar me cruzó por la mente pararme de la mesa y mandarlo directito a la chingada, sin escalas, comovashijodeputa. Largo de mi vida, vida, antes de que termines maldiciendo los lunares de mi pecho izquierdo, y yo acabe salivando rabia con la simple contemplación de tus pestañas.

Pero no.

Por esta ocasión voy a dejar que me lleve la chingada. Mejor eso a que me lleves tú corazón. Por ahí te he de reencontrar para cobrarte.

Y es que de vez en vez me gusta intoxicarme con el ahorasíyamecargó.

23 comentarios:

La Rosy dijo...

Yo también prefieron las jícamas... Ahhh las malditas concesiones! un gran tema.

Me gusto el post :)

a.be dijo...

Maga,
Se me hace que ya te perdimos!

Chío dijo...

Mmm... te sorprendería enterarte de la cantidad de personas que NO saben andar en bicicleta...

Anónimo dijo...

yo no sé andar en bicicleta...

K dijo...

Tampoco sé andar en bicicleta y mando a la chingada la mitad de las cosas y a más de la mitad de las personas...
Ni modo, qué hacerle...
Pero cuando se trata del corazón, a la que se la leva, generalmente, es a mí...

Anónimo dijo...

yo si sé andar en bicicleta y mandar a la chingada a las personas, pero aún no domino el arte de estar de la chingada..........

La.Angie dijo...

-Cogemos?
-Hace muuucho que no lo hago
-Vamos nena, eso no se olvida, es como andar en bicicleta!!
-puff!

jajajajaj.. eso no aplica contigo??


jajaja saludancias!!!

kole dijo...

Hola MAGA me gusta muchicimo como escribes... soy tu seguidora apenas acabo de entrar a editar mi blog pero tu fuiste una parte de inspiracion....

CHIDO POR TI SIGUE ASI.. SALUDOS.

KOLEGIALA

LaSeleneBR dijo...

Maga tu filosofia de vida esta muy fregona, yo si se andar en bici pero me da hueva y yo kreo ke eso de mandar a la chingada lo que ya no sirve es todo un arte que no muchos pueden hacer por miedo al rechazo, los que si podemos seguiremos sobreviviendo!! saludos!!

Luis dijo...

Pues yo sé andar en motocicleta, ¿cómo ven, pinches viejas?

Jorge I. Figueroa F. dijo...

Padezco del mismo mal, aunque no ha sido por inconstante, soy aprendiz de todo y al igual que tú, no hay un algo para lo que me sienta verdaderamente virtuoso

Yo tampoco se andar en bici, compremos una, un seguro médicos, analgésicos, desinflamantes y vayamos a aprender

Rebk dijo...

Me gusto tu post... he mandado a la chingada muchas cosas... y creo que de las pocas cosas que se hacer Medio bien jaja es andar en bici.. pero ni hablar!

La jucama es lo mejor

jeronimo dijo...

Solamente alguien muy pendejo no sabe andar en bicicleta, que putas tiene que acaso su cerebro no tiene la coordinación, ojos, manos y piernas utilizándose al unisono... ¡No chinguen!

Pinkrobot dijo...

yo tampoco se andar en bicicleta (y segun veo hay muchisima gente que tampoco) y he tomado clases de pintura, ballet, jazz, gimnasia, piano, teatro, natacion, frances y otras que como dices, nadamas aprendi a hacer dos-tres. Pero es cierto, muchas veces no es inconstancia sino saber que vale la pena, te interesa o te divierte. Especialmente en la onda relaciones.

Anónimo dijo...

SUPER POST!
ITARA

Isabel dijo...

tampoco sé andar en bici... y no creo haber mandado muchas cosas a la chingada, pero las que he mandado, ha sido para siempre.

CÉSAR R. GONZÁLEZ dijo...

A mí también me dan miedo las motos Luis.

Kuruni dijo...

Yo tampoco se andar en bici.

El hombre de hielo dijo...

Pues eso no es precisamente un defecto, es exceso de pensamiento lateral, que no es malo, la gente así tiende a ser muy creativa.

ほし dijo...

yo sí se andar en bici, jeje... y creo que cuando hice algo en mi vida lo hice bien.... supongo que cuando empiezo algo quiero terminarlo. Aunque no me funciona con las dietas, jajaj Esas sí las mando a la chingada en un dos por tres :P

Anónimo dijo...

Yo tampoco se andar en bici, y vaya que tengo coordinacion, y utilizo bastante bien las manos, los ojos y los pies al mismo tiempo, pues no sabre andar en bici, pero vaya que soy bailarina profesiona (;


Excelente maga!

Unknown dijo...

jajaja yo tambien mando a la chingada los proyectos personales, las relaciones y no se andar en bici...
Escribes muy padre.. hace años te leo.

Unknown dijo...

ah y tambien ame la escuelaaa y leer =D
pero prefiero el pepino jeje

Blogalaxia