jueves, 12 de agosto de 2010

Una sola noche.




Fue hace muchos años. La había conocido hacía poco y después de mucho trabajo de auto convencimiento, me animé y un viernes la invité a un pequeño café dentro de una vieja casona. Las mesas eran de madera y estaban en penumbra, sólo eran iluminadas por una pequeña vela en dentro de un vaso de cristal de colores. Al fondo, un tipo rasgaba suavemente una guitarra. El mesero nos sugirió unos cuantos vinos, pero yo no tenía idea si ella tomaba o no, así que mejor pedí la carta y le enumeré los platillos para que escogiera algo. Ella decía que no a todo y al final sólo pidió un café. Yo no supe que hacer y también ordene uno, aunque no acostumbraba tomarlo. Mis planes para una cena romántica se fueron al carajo en ese momento. Toda la noche intente acercarme, pero no pude hacerlo; físicamente ella estaba ahí, pero emocionalmente estaba lejísimos. Ahí sentado, sin saber que decir o que hacer para lograr conectar, nunca solté la carta del menú. Le di vueltas en mis manos toda la noche y la releí docenas de veces mientras intentaba alcanzar a una persona que nunca había estado a mi alcance. La noche terminó en solitario.

Hasta la fecha, recuerdo casi todos los platillos y bebidas del menú de aquel pequeño café metido en una vieja casona; de ella recuerdo su nombre, pero no su rostro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mejor dicho, terminó con una puñeta.

Anónimo dijo...

No mames pinchi huevo, eso ya lo habias publicado en tu pinchi blog y si vas a estar de baketon mejor vete al averno y... ah no eda, este no es reciclado, oh chinga pos uno se acostumbra y ps.

Anónimo dijo...

Claro que es reciclado!! bueno, unpoco modificado, pero reciclado al fian...

Liliane dijo...

Muchas veces pensaba que a mi me gustaría tener un don como el tuyo. Poder escribir como tú. "Ser" como tú. Después de algunos años, me di cuenta que "ser" Luis a final no debe ser tan estupendo. Porque Luis nunca sentirá esta sensación que sentimos cuando leemos a Luis.

A mi me encantan tus textos.


Abrazos

Anónimo dijo...

No mames Liliane estas pero que te caes de pendeja, con que poco pinole te ahogas mija.

Blogalaxia