sábado, 31 de enero de 2009

Equipo maleta


El 27 de enero del 2059, en punto de las 12:34 del medio día, Fernando Bortoni Monroy despertó del coma.

Las cámaras de todos los noticieros del país grababan el acontecimiento dentro de la habitación 123 del Hospital San José. Había también televisoras extranjeras y diarios de todo el mundo cubriendo la noticia.
Se hablaba hasta de un nuevo récord Guinness: cincuenta años como vegetal merecían ser inmortalizados en el apartado médico de dicho libro. O tal vez en el de “milagros de la ciencia”.

El hijo del doctor que se había hecho cargo del caso de Fernando desde el principio –allá a finales del 2008, cuando tuvo el accidente-, se acercó en el momento en que éste abrió los ojos e intentó decir algo. El médico lo tranquilizó, pidió silencio a los reporteros, acercó el oído a la boca de su paciente y, después, negó con la cabeza.

Una lágrima recorrió el rostro de Fernando.

-¿Qué le dijo, doctor? –preguntó una de las reporteras.
-Me preguntó que si los Tigres ya habían sido campeones…

viernes, 30 de enero de 2009

Instinto de supervivencia




Ignoro las razones por las cuales sigo viva hasta ahora. A los dieciseis años me prometí a mí misma quitarme la vida el día en que perdiera el control de mi cuerpo, la independencia de mis movimientos, o mi capacidad para intimidar a un ser humano sin necesidad de pronunciar una palabra. He perdido todo eso y, sin embargo, sigo aquí. Han pasado muchas cosas en todos estos años y puedo recordar cada una de ellas con claridad. Hace cinco décadas fui expulsada del continente en el que nací por razones que desconozco. No fui la única. Y desde entonces el mundo vivió un cambio radical y destructivo que, paradójicamente, desde mi punto de vista, fue lo mejor que pudo haberle pasado a la humanidad.

No conozco el número exacto de seres humanos que aún habitan la Tierra pero sé que no pasa del millón. La mayoría están en Europa y, como yo, son sobrevivientes. Todo empezó cuando el gobierno de los países capitalistas entró en crisis y el 80% del agua potable fue contaminada irreversiblemente por algún grupo radical. La guerra estalló. Miles de millones de personas murieron; algunas de sed y hambruna, algunas en el campo de batalla, y otras tantas en el baño de sus casas convencidas de que esta era una vida que no valía la pena ser vivida. Reconozco que miré la navaja de afeitar muchas veces pero, por alguna extraña razón, nunca la tomé. En medio mi desesperación y mi angustia, impulsada por un poderoso insitinto de supervivencia, acudí a alternativas fuera de lo ordinario que hicieron dudar a mis familiares y amigos -hoy todos muertos- de mi salud mental. No daré detalles sobre esto. Sólo diré que funcionó y que tuvo efectos en mi organismo que jamás imaginé.

Salgo de mi casa todas las tardes para mirar las calles desiertas y sentir el aire fresco golpeando mi cara mientras sonrío. Esporádicamente me reuno con otros pocos sobrevivientes para intercambiar impresiones y risas aunque en realidad es algo de lo que podemos prescindir. Nuestro cuerpo ha sufrido muchas mutaciones. Somos incapaces de sentir dolor o de sufrir. A pesar de nuestra vejez, de la debilidad de nuestros miembros, de nuestra dificultad para respirar por las noches, y de nuestra infinita soledad, somos felices, inmensamente felices.

A veces pienso qué diferente sería mi vida si hace ciencuenta años la humanidad entera se hubiera dado cuenta de que el secreto máximo de la supervivencia y la felicidad está en la suela de sus zapatos. Pero no siento nostalgía al respecto, no sufro cuando miro atrás y pienso en el pasado. No puedo. Soy demasiado feliz.

jueves, 29 de enero de 2009

50 años después



(En el futuro los niños no irán a al escuela, usarán este sombrerito que les transmite conocimientos inútiles)

Googledate 421.3


Me sigue costando trabajo acostumbrarme al nuevo calendar, ya no estoy seguro en que day estamos la mayor parte del tiempo. Hoy séria 27 de Enero del 2059 segun la conversión de mi gFirefox. Aún así no podemos negar que el nuevo system tiene mucho sentido, es más exacto (mínimo eso dicen) que el que usabamos el año pasado. Ja, ex-año pasado.

Mucha people se quejaba cuando el Regente Calleja se asoció con Google para manage toda la burocracia, pero es pretty fácil acostumbrarse y la verdad si es más práctico que todo sea controlled por una sola entidad en vez de los Deputy Regentes locales por región. Y nos fue bien con google, pueden imagine que el Regente haya accepted la oferta de Microapple? Seguro le habrían bordado el logo de WindOSX en los overalls a la prole.

Hablando de prole... ayer mi hermanito tomó el examen de IQ, los results fueron, como esperaba, proletización instantanea. Hoy es su appointment para que lo esterilicen. Mi papá ya lo esperaba, pero mi mamá sí hizo riot. Intentó submit un appeal, pero creo hasta ella misma sabia que no le iban a dar un break a Juan John. Honestly, no creo que hubiera armado tal mess si el resultado hubiera sido deactivation. Una bala en el craneo de mi hermano hubiera sido más acceptable que el que lo hicieran prole para la bigot de mi madre.

Ser hermano de un prole no me va a ayudar a hook up con Karla, eso se los puedo decir.

De hecho Karla me preguntó hace rato que que iba a hacer para el puente de Regent's Day. "14 de Febrero", es el name oficial ahora del holiday. Lo quisieron hacer "retro", I dunno. El punto es que Karla me dijo que ella y sus amigos están planeando irse a Mare Tranquilliatis y quiere ver si puedo attend. Sería una golden opportunity para hacer mi move con ella, pero se me habia olvidado que el gorram puente es en dos semanas... perdón, medio ciclo... y no me va a dar tiempo de ahorrar para el ticket redondo. Por más que el gShuttle sea más eficiente, sigue siendo pretty caro.

"Hey, estaria woot ir a Tranquility Sea el puente, no?" Al parecer es bien citizen decirle "Tranquility Sea".

No todos tenemos el lux de trabajar en la regencia, skank! Se le forgettea que algunos tenemos que codificar en las cubicles infinitos de Google, todos los clics del día, como buenos ciudadanos completos.

Mínimo no me van a tatuar una "P" arriba del ombligo como a Juan John xD


Now Escuching: Larking Double Plus Good - The gFunks

21 de octubre de 2059.



Después de la exquisita comida, un poco de plática y algo de bebida, abandoné la sala de la casa donde estaban los invitados para subir, lentamente, al cuarto donde paso largas horas reposando. Al cuestionarme a dónde iba, les dije que era hora de mi descanso. Era una tarde soleada, hermosa, característica de las del mes de octubre.

Al llegar a esa habitación recordé que este día lo había sentido especial. Desde en la mañana me desperté sin el dolor de espalda que me había aquejado desde más de cincuenta años y que me despertaba todas las mañanas. Ese día no estuvo más.

Desde muy temprano me sentí muy relajado, con una tranquilidad inexplicable. En la tarde degusté la comida y tomé 3 caballitos de tequila, desobedeciendo, por fin, a mi doctor. Me sentí bastante liberado. Ahora es hora de descansar por fin. –Me dije alegremente.

Pasé al baño dado que mi vejiga vieja empezaba, apenas, a darme pequeños problemas. -Salí a mi padre y a mi abuela de sanotes.- Pensé al momento. Al salir del baño tomé asiento en el viejo sillón que tanto me agradaba. Saqué de la bolsa de la camisa mis lentes, los abrí y me los acomodé en la cara para ver mejor las fotografías de mi vida que guardaba en mi viejo álbum digital personal, el cual no era compatible con otros formatos modernos de archivo de fotos. Con torpeza y lentitud para no equivocarme dado el temblor de mis manos, propio de la edad, digito mi número personal de acceso.

De entre las fotos surgen aquellas de mis padres junto a mis hermanos en distintas épocas y lugares: la playa, las reuniones familiares, los viajes. Veo con alegría y suspirando de emoción y nostalgia, desde mi infancia hasta mi vejez. Reflexiono sobre lo rápido que se fueron estos 88 años y pienso que fui muy afortunado al repasar las fotos, esas de cuando mi mamá me vestía de charrito para los bailables de 10 de mayo; mi titulación de licenciatura y de maestría; mi protesta al cargo de Juez; mi boda con mi amada esposa Busi; mi primer y único hijo; la boda de éste y el nacimiento de mis nietos; las bodas de mis hermanos; mis suegros con sus comidas en la terraza de su casa; todos mis amigos y los momentos más increíbles que pasé con cada uno de ellos; aquélla perra Leslie que tanto quise hace más de 50 años y con la que aprendí a cuidar a un ser vivo; de mi primera casa; de mi hijo y su esposa; de los hijos de mis hermanos; de todo lo que he vivido en la vida. Al estar repasando las páginas de la memoria de mi historia derramo una lágrima; me lleno de recuerdos de muchas personas y de las vivencias con ellas; empiezo a sentirme aún más nostálgico y melancólico.

En una última reflexión pienso que fui feliz, muy feliz; tal vez más de lo que hubiera querido pues ahora extraño tanto a todos y a todo. Se ha ido poco a poco la vida y a la vez muy rápido y con ella los seres que amé: abuelos, padres, suegros, dos hermanos, algunos o casi todos mis amigos, mi perra; muchas personas que compartieron la vida conmigo y que en su momento dejaron consejos y enseñanzas que me sirvieron para hacer más llevadera mi vida.

Cierro los ojos y empiezo a sentir un frío intenso que recorre todo mi cuerpo con cada recuerdo que viene a mi memoria, sé que es hora de descansar, por fin, ya que empiezo a sentirme tan distinto y tan distante de esta vida a la cual ya no pertenezco, la mía quedó atrás, la rebasé. Siempre quise llegar a viejo, en realidad lo anhelaba aunque nunca pensé lograrlo, pues siempre viví con miedos y con angustias, sí fui feliz pero aún así siento que no viví como tenía que hacerlo. No obstante me siento satisfecho. Ahora sólo me resta descansar.

Espera ¿Piensas descansar sólo? – Se escucha una voz en la entrada de la habitación.

Este, es que yo…- traté de responder.

Durante años hemos descansado juntos, no me excluyas de este momento, fue nuestra ilusión dormir juntos hasta el último momento, ¿no lo recuerdas?- Me interrumpió su voz, entrecortada y cansada por la edad.

¿Sabes? Gracias por compartir tu vida conmigo, por llenarla de amor, te amo como el primer día. Le dije a mi esposa Busi que se acomodaba en nuestro viejo sillón y recargaba su cabeza en mi pecho.

Y yo a ti - y con un beso cerramos nuestros ojos ese día, el día de mi cumpleaños 88.

Sólo sentimos como nuestros dos nietos, nuestro hijo y nuestra nuera, nos taparon del frío acomodándonos la frazada que se había deslizado por nuestras piernas hasta caer, suavemente, al suelo.




Joel Ojeda

miércoles, 28 de enero de 2009

Lunes 27 - 11 am: Confirmar cita en STASIS.



Hoy tengo cita en STASIS, como cada mes. Me desperté temprano, pero pasé una hora recostado mirando el centro galáctico en el holotecho de mi habitación; la violencia cósmica siempre me ha relajado; hace lucir mis problemas como lo que son: insignificantes. Aún así, el cansancio que he sentido últimamente no se desvanece.

Después ordené mi desayuno, pero apenas y probé bocado. Luego salí al balcón de mi alcoba, que da directamente al bosquecillo que rodea los cuidados campos centrales del complejo en donde vivo. A lo lejos podía ver las canchas de tenis y la enorme alberca olímpica, ambos vacíos como de costumbre. En cambio, las bancas que rodean el lago ya estaban repletas de su población habitual. Algunos grupos que charlan pausadamente, sin prisas. Unas cuantas parejas por aquí y por allá, caminando alrededor del lago artificial, y en mayor cantidad, los solitarios; los que, sentados bajo un árbol o sobre una piedra, toman el sol mientras miran fijamente a lo lejos, recordando otras épocas. Todos lo hacemos en mayor o menor medida, pero ellos se han abandonado completamente a su pasado. No los culpo, nadie lo hace.

Me dirigí a mi pequeño estudio y entré al VNodo (tengo uno de los modelos más avanzados, es el único hobbie que he tenido en años). Inmediatamente la conexión se activó y me vi rodeado –bombardeado, mejor dicho- por las actualizaciones diarias. No entiendo como de un día para otro un mismo programa puede quedar obsoleto. Aunque últimamente son cada vez más las cosas que no entiendo.

Navegué (perdón, aun después de tantos años sigo usando arcaicismos) por el pequeño universo virtual, o mejor dicho, por la pequeña región virtual que frecuento. Desde hace algunos años mis vagabundeos se han reducido; no sé, todo lo demás me abruma, me confunde.

En fin, mi pequeño avatar visita e interactúa con otros como él. Han pasado años y aún no me acostumbro a su aspecto; soy yo, realmente soy yo, pero por más que lo miro, no me veo en él. Muchas veces he pensado en modificarlo, tal vez lo haga pronto.

Me canso rápidamente, de nuevo ese dolor de cabeza. Los estudios no muestran nada, obviamente. Estoy tan sano como puede estarlo un hombre de mi edad. Ese pensamiento me obliga a salir del VNodo –me cuesta trabajo, siento las articulaciones rígidas- y me dirijo al baño. Escojo un ligero chorro desde arriba –no me gusta el modo multidireccional, demasiado caótico para mi gusto- y me quedo inmóvil un rato.

Aquel pensamiento vuelve. Con una orden de voz, el cristal frente a mí se convierte en una superficie reflejante. Me veo desnudo de pies a cabeza. El agua cae sobre el cuerpo que tengo desde hace décadas; el mismo cuerpo que tenia hace cincuenta años, un cuerpo joven.

No me siento cómodo.

STASIS logró convertir el sueño del hombre en realidad: rejuvenecer y detener el deterioro de las células del cuerpo humano. Desde hace años la humanidad, en conjunto, luce como un anuncio publicitario de modas. Los abuelos lucen tan jóvenes como sus hijos, como sus nietos. La edad, como concepto, ha cambiado mucho, excepto en un punto.

Las células del cuerpo pueden ser rejuvenecidas, pero no así la psique humana. Tengo ochenta y un años, me siento de ochenta y un años, no importa que mi cuerpo tenga treinta y uno. Aún la flexibilidad y adaptabilidad mental terminan por anquilosarse, por entumecerse. No importa que mi cuerpo esté en perfectas condiciones; mi mente está cansada; sabe que tengo que sentirme cansado, adolorido, gastado. Y ante eso, ningún avanzado tratamiento medico puede hacer nada.

Me visto lentamente y salgo de nuevo al balcón. Miro a la gente que llena el parque. No me dejo engañar; aunque todos están en la plenitud de la juventud, por dentro todos son igual de viejos que yo. Aunque oficialmente vivimos en un club campestre ultramoderno, todos, en el fondo, sabemos que no es más que un asilo de ancianos.

Eso soy, un anciano atrapado en el cuerpo de un joven, atrapado en décadas de experiencias; en años y años de recuerdos de amores, de amigos, de alegrías y dolores pasados. Un hombre no debería vivir tanto, no es justo. Deberíamos nacer, sufrir, gozar y después entregarnos al descanso y al olvido de la muerte. Detener el envejecimiento del cuerpo mientras se permite el de la mente forzosamente debe tener consecuencias. Las altísimas tasas de suicidios así lo indican. Nuestra mente no está lista para la inmortalidad, aún no.

Lo he decidido. Cancelare mi cita en STASIS, esta y todas las que siguen. Tengo que dejar que mi cuerpo alcance a mi mente, tal vez así me sienta feliz de nuevo.


lunes, 26 de enero de 2009

2059


El tema de esta semana es hacer un post en el 2059. O cómo lo publicaríamos si hoy fuera ese año. Lo aclaro para aquellos perdidos que no han despertado de la borrachera del fin de semana.

En el 2059… ¿Existirán los blogs? ¿Qué formato tendrán? Esto es, sin duda, un reto creativo muy interesante. No sólo en el aspecto tecnológico que como computita me atañe, si no también en la persona –que si aun existe- sería yo.

Sin embargo, estos últimos días se han formulado en mi cabeza algunas preguntas sobre el cómo y qué de mi blog. Esto, a consecuencia de haber salido del closet bloggero, lo que me hizo receptora de adjetivos calificativos tales como egoísta, egocéntrica y ególatra. Fui acusada de utilizar los acontecimientos de mi vida para tener que escribir y, de esta manera, incrementar mis seguidores y mi ego. Acusación que se convierte en evidencia –o al menos una parte- al escribir estas últimas líneas.

Internet y la gente que he conocido por este medio me ha cambiado la vida. Literalmente. Tanto la gente que conozco en vivo como los que muy probablemente nunca conoceré. Que me han hecho leer algo que me llevó a algún lugar o reaccionar ante algunas líneas. Situaciones que van más allá de una peda o una anécdota chistosita.

Sé que lo mismo pasa en la vida" fuera de la red", pero tengo la certeza que en un abanico mucho más reducido. Sin embargo, lo que busco en la red es lo mismo que buscaría fuera de ella. Así que, en la esencia, sigo siendo yo.

En el 2059, todos tendremos en el baúl de nuestra memoria diferentes cosas. Lo importante es decidir que almacenar. Yo quiero tener viajes, pasión, libros, música diferente. Quiero reinventarme, contradecirme y no tener miedo al futuro.

Sin embargo, vivir en este constante coitus interruptus que subtitula el very rutinary de mi blog no es fácil. Y sé como remediarlo, pero la solución no me convence. ¿Y saben que? No se me da la chingada gana.

No tengo ni puta idea si lo lograré. No sé rumbo que mi blog tomará o si el closet en el que ahorita lo tengo se abrirá. Tampoco tengo una idea muy clara de lo que voy a hacer con mi vida. No sé como será un post mío en el 2059.

Lo único que sé, es que lo escribiré. El formato no importa.

domingo, 25 de enero de 2009

Peda en el DF



Salimos mi carnal Changos, Huevo, Rox y yo de Querétaro el viernes 23 directo al Depa del RockAmor para ponernos una pedota nomás por puro gusto con Lemus, Essex, Salaverga, Rougite, Superiu, Moldoon, Focalu, Yo soy ella y no sé quién más. Este video es de la mañana siguiente y no sé ve ni madres, pónganle:




"Mira este pinche... mira hasta los calcetines se quitó el hijo de pffft..."

sábado, 24 de enero de 2009

Rumbo al Óscar


Pinches videos rascuaches todos. ¡T O D O S!
Tomas fuera de foco, encuadres simplones, iluminación quemada, fotografía sombría, tramas más guangas que una pélícula de Carlos Reygadas. ¡Qué horror!

"Ay, qué bonita voz tienes", "ay, qué guapa estás", "ay, qué simpático perrito", "ay, qué sublime", "ay, qué chida camiseta", "ay, me encantó"... ¡Prrrt! Con que poco aguacate les salen espinillas a los lectores de este blog.

Siguiendo las corazonadas de mi Tarkovski interno, yo opté por meterle más huevos al videopost y hacer una superproducción de ciencia ficción, la cuál -obviamente- no entenderán, como cuando vieron 2001: Odisea del Espacio y la cara de mensos les duró una semana.

Que quede para la posteridad AQUÍ

viernes, 23 de enero de 2009

La verdadera razón por la cual no trabajo



Antes que nada ofrezco una disculpa por publicar este culo de video. Tenía planeado grabar uno muy chido y bien hecho con el siguiente título: "Cómo identificar a un loco". Pero me fue imposible puesto que mi lap no sirve, no tengo cámara, y casi no tengo chance de conectarme a internet.



Click



Quiero comentarles que estoy muy interesada en esto de "videar" y próximamente habrá una saga de videos en mi blog. Estén atentos (si gustan).

Buen finde.

jueves, 22 de enero de 2009

Las Mandarinas son Naranjas LIVE




Link A YouTube


Webcam chafa, ya sé. Denme dinero y compro una mejor.

Yo opino





miércoles, 21 de enero de 2009

¿Quien dijo que no hablo cetaceo?



Y si, ni pa esto sirvo me cae de a madres, hice 8 ó 10, si, 8 ó 10 videos, unos de 9 min, otros de 10 y el mas largo de 12 min, que ni parándome de pestañas se iban a subir al youtube, y es que la teconología me odia, el internet me odia y yo odio en estos momentos al mundo.

Primero tarde como 20 min (y es verdad) en encontrar el pinche acceso directo pa abrir el programa de la cámara. Y después el tubo no me dejaba subir mi video. Y lueeeego pa acabarla de chingar, mi video esta todo desfasado y mi voz arguadientosa y sexy y cachonda se escucha como cuando Dori, la pez azúl de buscando a Nemo, habla con las ballenas, Y traté de arreglarlo pero a la jodida, me doy, el internet y la tecnología me ganaron. Y pos ya ahí mi video. JUM.


Y pa acabarla de moler, salgo con cara de idiota, ash. Los odio.

Video Kill the Blog Star.










(Debido a sabrá Dios que razones, los videos de Youtube hacen que el blog truene en Explorer, y como todavía hay un montón de enfermos mentales que siguen usando ese navegador, vamos a tener que poner los links directos)

lunes, 19 de enero de 2009

Cuidado con el perro


Documento impactante y 100% real. Tengan mucho cuidado con este perro.



¡PIQUENLE AQUI!






En Recolectivo estamos
muy apenados por las fallas técnicas en ie
pero es culpa de Bill Gates y del Fred.

sábado, 17 de enero de 2009

Ay, las relaciones...




Y como hoy ando al 2X1, dense la vuelta por mi blog, que ahí puse otra tira referente al tema.

viernes, 16 de enero de 2009

Si soy así, qué voy a hacer




A veces pienso que el peor error que puede cometer un hombre en su vida es casarse conmigo. Sería la peor esposa posible. Soy la peor novia posible. Y en general lo que aporto a mis relaciones es comparable con lo que aporto a la sociedad. Con esto quiero decir que no aporto nada.

Me fascina la gente interesante, pero no me encuentro gente interesante todos los días. Pocas personas logran captar mi atención por mucho tiempo. Me aburro con facilidad. Los libros abiertos me parecen insípidos. Y siempre me gustan varias personas a la vez.

Una vez me enamoré. Lo que sentí fue tan dolorosamente intenso que escribir sobre ello de una manera tan vulgar me parece rebajarlo a nada. El misterio que rodeaba a ese muchacho me intrigaba de una manera irracional. Enloquecí por él, era débil ante él. Me dejó en el suelo y el concepto que tenía de su persona se desmoronó por completo. Descubrí que los enigmas también pueden ser mortales.

En teoría, sigo siendo una adolescente. Las relaciones serias y duraderas a esta edad, en su mayoría, me parecen no sólo una pérdida de tiempo, sino una tomadura de pelo. He visto a múltiples adolescentes jugando a amar. Jugando a ser. Jugando a fingir estar hechos el uno para el otro. Se enamoran y desenamoran con tanta frecuencia y con tanta facilidad que no les creo nada. Para actuar hay que saber, y ellos sólo saben pellizcarse las espinillas.

Y a pesar de todo me considero una romántica. Y a pesar de todo creo en el amor. Soy muy apasionada, sin embargo, me cuesta trabajo creer en la gente. Pienso que no existe el amor sin admiración, la mayoría de la gente es muy estúpida, y la verdad es que la estupidez rara vez es admirable.

En general puedo decir que soy un desastre en las relaciones humanas y tengo fama de insensible. Afortunadamente, puedo adjudicarle mucho de esto a mi edad y a mi inexperiencia. Quizá sólo me falta madurar. Quizá sólo me falta vivir. Quizá sólo me falta conocer. Me desligo de cualquier clase de responsabilidad. ¡Soy inocente!

No eres tú, ni soy yo: es la edad.

Dame tiempo para poder escribirte una carta de amor.

jueves, 15 de enero de 2009

Antes del Martillo



No eran ellos, soy yo. Nunca intenté excusarme tras falsas razones, no voy a mentirme a mi mismo diciendo que ellos se lo buscaron. Soy yo. La verdad es que fueron años de estar conteniendo esos impulsos, tratando de ser un miembro productivo de la sociedad... pero ahora veo que contenerlos sólo hace que explote en el momento menos adecuado. Su único error fue estar ahí.

Schimdt fue tan fácil y sin complicaciones que me dió el valor suficiente para continuar con los demás. Uno pensaría que cortar los frenos de un Porsche 1968 cuando se tiene exactamente cero experiencia en mecánica sería un tanto complejo, pero hay instrucciones detalladas en YouTube. Me tomó 8 minutos sentado frente a la computadora para aprender como, y 45 segundos a solas con el amado clásico de Schidmt para completar la tarea.

Nunca había sentido algo tan intenso como el torrente de emoción que sentí al día siguiente al enterarme de su muerte. El Porsche se estrelló contra un camión y el alemán murió instantáneamente. Nadie sospechó asesinato. “Una Terrible Tragedia”.

Lacroix fue un poco más complicado, ese estúpido francés nunca se separaba de su adolescente esposa ni cuando defecaba. Al final eso fue su acabose. A nadie se le hizo anormal que cuando Jean-Luc descubirera que su joven esposa trofeo estaba abriéndole las piernas al ahora difunto Schimdt, se volviera loco y la apuñalara 42 veces, antes de cortarse él mismo las venas. Claro, la policía jamás supo que Lacroix se enteró del affair gracias a un tip anónimo y fotografías que encontró en su escritorio. Una vez más YouTube con sus tutoriales de PhotoShop fue mi cómplice más valioso.

O'Doole llegaba al laboratorio ebrio mínimo una vez a la semana. No nos molestaba mucho porque todos sabíamos que Shaun era más creativo cuando estaba lleno de whisky. Pero esa fue la explicación perfecta cuando la policía encontró su cuerpo después de la explosión en el labo. “Ah, estaba ebrio y por eso el brillante Nobel irlandés cometió el fatal error que le costó la vida”. Esta vez no tuve que aprender nada de internet. Sabotear equipo médico peligroso es fácil cuando lo llevas estudiando años.

Con Hernandez el impulso me derrotó. Ya tenía planeado un astuto y, modestia aparte, brillante plan para saciar mis necesidades con mi último compañero. Nadie se habria extrañado cuando desapareciera sin rastro, pues los excentricos cuasi-hermitaños no son muy populares. Pero el plan fue defenestrado cuando un día entró a mi oficina sin tocar la puerta. No pude evitar entonces ceder a mis más primitivos instintos, tomar mi martillo plateado y usar su cabeza como yunque. Cuatro “bangs” fueron suficientes para que me asegurara que estaba muerto.

La sangre. Tanta sangre. Nada jamás me había hecho sentir tan vivo como ver como la vida se escapaba de los ojos del colombiano.

Desgraciadamente mi carrera de asesino apenas comenzaba y no sabía como deshacerme de un cadáver impunemente... y esta vez ni YouTube pudo ayudarme. Pero no tuve que hacer mucho, cuando las autoridades hicieron su mediocre investigación nadie sospechó del afamado y venerable joven doctor Maxwell Edison. Todos mis compañeros de laboratorio habían perecido en cuestión de semanas y a nadie se le ocurrió investigarme.

Ya me sentía intocable cuando esa misma noche decidí invitar a Joan al cine, mi ahora confiable martillo plateado bien guardado en mi cintura.

Por supuesto que eres tú corazón... ahora ven, y dame un beso



- Es que no te puedo ver de esa manera -
(No me gustas, nunca me gustaste, y ante la justicia juraré que estaba drogado(a) cuando te dije que sí... eso, o que no tenía nada mejor que hacer)

- Es que estoy muy confundida -
(¿No que sabías coger? Híjole, no inventes, a mi vibrador mínimo le dura la pila más de cinco minutos)

- Es lo mejor para los dos -
(Voy a volver con mi ex)

- Es que tu te mereces a alguien mejor que yo -
(Me acosté con tu mejor amigo, pero te juro que fue sin querer)

- Es que necesito tiempo -
(Ya tengo a otra vieja más buena que tu, pero además de desgraciado, soy un cobarde sin huevos que no se atreve a decirte la verdad porque todavía te quiero coger de vez en cuando)

- Es que necesito tiempo -
(Ya tengo a otro cabrón más chingón que tu, pero además de maldita, soy una cobarde con baja autoestima que no soporta la idea de que la odies porque... ay pues porque cómo vas a odiarme, es como cero nice, ¿no?)

- Vamos a darnos un tiempo, y más adelante a ver qué pasa -
(¿Qué crees? Que ya se me hizo con la vieja que me gustaba, pero necesito un backup por si no funciona, y pues tu aprietas chido)

- Ahorita no quiero compromisos -
(No mamen, ¿a qué hora hice mi novia a esta vieja? ¡Si nada más era un faje! Maldito alcohol)

- Estoy en una etapa en la que necesito averiguar quien soy, descubrir qué quiero hacer el resto de mi vida -
(Quiero andar zorreando, y prefiero evitarme la pena de verte la cara de estúpido)

- Sí, yo también te quiero, pero nos estamos haciendo mucho daño.
(Me tienes harta desgraciado ¡HARTAAAA! No soy tu puta madre para andar soportando tus múltiples carencias)

- Siento que hemos descuidado la relación -
(Ya me da flojera depilarme... y de ponerme arriba ni se diga)

- Es mejor dejarnos ahorita que todavía nos queremos, porque si no vamos a acabar odiándonos -
(El simple hecho de verte me provoca microúlceras que hacen parecer la muerte por asfixia, además de práctica, indolora y divertida)

- Necesito mi espacio -
(¡¡¡ALÉJATE DE MI MALDITA BRUJA PSICÓPATA Y POSESIVA!!!)

- Es que ahorita no es un buen momento, creo que necesito estar solo -
(Sí me gustas, pero no tanto)

- No te quiero lastimar -
(Ya no te quiero)

En realidad, todo se resume a tratar de evitar que los patees en los huevos. Ja.

miércoles, 14 de enero de 2009

Ay ay



No eres tú, soy yo.

Estúpida excusa que todos hemos dicho en algún punto de nuestra vida para librarnos (sin tanta culpa) de aquella persona que antes nos hacía sentir rinocerontes en el estómago y hoy nos estorba.

Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Antes pensaba (y ahora me doy cuenta de mi error) que había estado enamorada dos veces en mi vida, (y eso confirma las veces que uno trata y hasta logra hacerse pendejo con respecto a los sentimientos) pero no, enamorada, lo que se dice enamorada, sólo una vez en mi vida y fue de los 18 a los 21.

El tipo en cuestión era mi adoración, mi máximo, tanto que hubiera sido feliz (en ese entonces claro) hasta viviendo bajo un árbol, mientras fuera con él, nanais me importaba.

En aquel entonces, mis sentimientos eran única y exclusivamente de él, todo lo mío incluyendo lo tangible y lo intangible, le pertenecían. Era mi punto y aparte, mi paso siguiente siempre el siguiente.

Pero que hizo, me fue infiel y me soltó el “no eres tú, soy yo”.

Y me pongo a recapitular, después del fracaso amoroso y la ruptura de corazón devastadora y su consiguiente etapa de duelo, hoy a mis 23 sigo sin volver a sentir esos sentimientos locos, ese algo que quería explotar o salirse de mi pecho.

El año pasado lo inicie con la primera relación seria después de él. Todo fue bien hasta que deje de sentir las mariposas (hasta creo que en realidad nunca verdaderamente las llegue a sentir) y me toco soltarle el “no eres tú, soy yo”. En estos momentos, él es el yo de hace 2 años. Lo entiendo.

Justo ahora me encuentro en otra relación, más libre, sincera y abierta, y por lo mismo, peligrosa. Muy peligrosa. Intenté alejarme por mi salud mental y emocional, pero al final no pude. Ahora sé que él siempre va estar presente, ahí, siempre ahí, asechándome y tentándome.

¿Por qué, si es peligroso para mí, no me retiro y me voy? Por la simple y sencilla razón de que me devuelve la emoción, siento poco a poco crecer esa sensación de explosión en mi pecho, esas ganas locas desenfrenadas de cometer estupideces y poner mi corazón en juego. Otra vez.

Y sinceramente esta vez, a pesar de todo, es cuando más miedo tengo de escuchar el “no eres tú, soy yo”.

¿No eres tú?


Flaco:

Sé que esta no es la forma correcta, que no te lo mereces, pero no puedo hacerlo de otro modo. Sé que si te veo a los ojos una vez más, seré incapaz de decirte todo esto, de decirte adiós. Ni siquiera me atrevo a imaginar el daño que te estoy haciendo y en verdad lo siento con toda el alma, pero desde hace tiempo he estado sintiendo una opresión que no me deja en paz. Flaco, tenemos que darnos un tiempo, o por lo menos yo lo necesito, tengo que solucionar esta confusión dentro de mí, el conflicto entre lo que siento y lo que necesito. Por favor, discúlpame y trata de entenderme. Esto no tiene que ver contigo, te lo juro. Tu no has hecho más que apoyarme a tu manera y aunque hemos tenido diferencias, hemos sabido superarlas y creo que eso nos ha unido más. Cuando me enamore de ti, sabia lo que estaba haciendo y no me arrepiento, te lo juro; he aprendido a amarte tal como eres y creo que tu también me quieres como soy.

Sé que somos muy diferentes y que hemos tenido que ceder y cambiar en muchas cosas –yo un poco mas que tú- y eso también me ha estado preocupando. Sabes que siempre he deseado una relacione estable, firme y segura; y no me malinterpretes, siempre me ha gustado tu manera de ser, tan libre, pero cada vez más seguido me descubro imaginando un futuro que sé nos será muy difícil alcanzar si seguimos por este rumbo. No espero que cambies y no es justo que te lo pida, por eso necesito tiempo para mi, para ver que es lo que puedo cambiar de mi forma de




Charly:

Sé que esta no es la forma correcta, pero creo que así será más fácil para los dos. Desde hace un tiempo me he estado sintiendo incomoda, algo me oprime y me asfixia lentamente. Aunque el tiempo que hemos pasado juntos ha sido muy bueno, también ha tenido su lado malo. Muchas veces me he repetido que es cosa mía; me has dicho muchas veces que tomo demasiado en serio las cosas y que necesito preocuparme menos y tal vez tengas razón; en mi defensa debo decir que lo que pido para la relación no es nada del otro mundo; solo estabilidad y confianza. Muchas veces contigo me he sentido como en una montaña rusa, he tratado de sostenerme fuerte y, como tu dices, de “disfrutar el viaje” pero es cansado, a veces agotador. Sé que así te conocí y así me enamore de ti y que no debería esperar que cambiaras por mi, pero en el fondo a veces siento que es injusto.

Y por eso necesitamos tiempo, tiempo para decidir si en verdad tenemos y queremos un futuro juntos. Tenemos que saber que tanto estamos dispuestos a ceder, hasta que punto estamos dispuestos a cambiar nuestra forma de ser para




Carlos:

Eres un cabrón egoísta incapaz de comprometerse y ya me cansé de tus pendejadas. Adiós.


Laura.

martes, 13 de enero de 2009




1. No eres tú, soy yo convertido en el Dr Jekyll.

2. Cuando una relación termina, un hijo imaginario muere. Y eso le hace mucho bien a la humanidad pero a la vez el corazón se pudre.

3. Dos situaciones bastan para que el resto de la vida sea errar: romper el corazón de alguien y que te rompan el corazón. Después de eso el corazón se pudre, uno reincide y acaba engendrando hijos infelices.

4. Y es que uno mata cosas de la gente a quien ama y abandona. Y luego ya llega a una nueva relación con el corazoncito hecho una bola inservible, pues ya qué.

5. Pero, de la nada, todo cobra sentido de nuevo. Sin alardeos cursis: este miedito a enamorarse tan fomentado por las canciones chafas y que la ciudad misma nos multirrepite casi casi inconcientemente, acaba siendo una idiotés. Puto el que no se enamore. Puto tú.

6. No eres tú, es mi ciclo menstrual.

Mea maximus culpa….


Juan se la pasaba alardeando acerca de lo bueno que era en la cama, al grado de autoproclamarse “El rey del cunnilingus”, cuando la única experiencia que tenía era la de lamer la entrepierna de su noviecita, y eso, con las bragas puestas (ella era virgen y era lo más que le permitía, nada de dedos y caricias sin braga de por medio). De ahí en fuera, el único otro acercamiento que tenía con una vagina, era a través del monitor y un sitio porno.

A menudo contaba con fascinación la manera en que su novia se contoneaba y gritoneaba como puerco degollado cuando él hacía uso de su lengua palanca-de-Volkswagen, técnica que había creado a partir del conocimiento obtenido de un e-book adquirido vía mercadolibre. Trataba de hacer más creíble su mentira y ocultar su perversión presumiendo lo delicioso que era lamer y saborear la entrada y salida de lo que él llamaba “la fábrica de la vida”, alegando que no había nada más maravilloso que besar la cueva de donde todos alguna vez salimos. Dejaba claro que siempre supo que ser rey cunnilinguniano sería su hobbie, recalcando una y otra vez que su afición empezó desde niño cuando se comía su duvalín sin cucharita y dejando el empaque completamente limpio, con la pura lengua.

Ante todo lo anterior, los amigos y conocidos de Juan se mostraban sorprendidos y atentos a sus relatos en donde frecuentemente mencionaba una nueva técnica o posición.

Todos sabían y creían lo bueno que era este individuo en la cama, menos Sofía, su siempre respetada noviecita. Sofía ignoraba todo lo que alardeaba Juan (iba en otra escuela y no tenían amigos en común), ella sabía que él era virgen y lo mucho que disfrutaba su macho masturbándose viendo videos de amateurs fogosas frente a sus webcams. “La suculenta Sofía”, como la llamaba Juan, confiaba plenamente en que juntos ella y su amado dejarían la vida célibe para arrancar, de manera irrefrenable, con su vida sexual… una vez que ella estuviera preparada.

Por su parte, Juan no sentía culpa alguna al crear tanta mentira, al contrario estaba seguro de lo espectacular que podría ser en la cama y se lamentaba el no poder echarse a la práctica como era debido. Él sabía que no estaba enamorado, pero estando con Sofía era la única manera de estrenar su fusil.

Pasó un año más de alardes, hasta que llegó la celebración de su segundo aniversario de noviazgo con la suculenta. Ella le dijo a Juan desde un mes antes que el día del segundo aniversario sería “el día”, por lo que Juan se la pasó viendo más vaginas que nunca y localizando el clítoris en todas y cada una de ellas (en su monitor, claro está). Llegó el 5 de septiembre, Juan adornó con flores y velas el departamento amueblado que tenían sus padres a la espera de ser rentado en una colonia cercana a la suya (lugar donde tantas veces le había lamido las bragas a su respetada noviecita). Compró una pizza, un vino espumoso; se aseguró de que sonara bien en el estéreo el soundtrack de “Last Tango In Paris” y una vez seguro de que todo había quedado listo fue por Sofía.

Ahí estaban “El rey del cunnilingus” y “La suculenta Sofía”, sentados en el piso de la sala momentos después de haberse terminado media pizza y un poco alegres por el vino espumoso. Los dos se miraban con sonrisa nerviosa, él sabía que ella al fin se iba a dejar y ella sabía que él se la quería coger. Juan se puso de pie, camino hacia el estéreo, le puso play y sonaron los primeros acordes de tango Barbieriano… Juan y Sofía se dirigen al cuarto, abrazados, al vaivén de la música…

Al llegar al cuarto, la suculenta empuja y sienta bruscamente al rey cunnilinguniano a la orilla de la cama para darle a Juan la mejor mamada de su vida. He ahí los dos enamorados, uno mirando hacia el cielo mientras tira del cabello de la otra y la otra haciendo la mejor sonata de guturales jamás inventada… Justo antes de que Juan termine, Sofía se levanta, se desnuda de arriba, se quita el pantalón y se tira a la cama con las piernas abiertas y sólo las bragas puestas.

Juan se levanta, se queda parado a un lado de la cama y la mira perplejo, no era la primera vez que la suculenta le hacía tremenda jugarreta:

Juan: P-p-p-pppp-pero… tú dijiste que…
Sofía: (Se ríe) ¡Ya sé! ¡Quítame los calzones!

Ni un tigre saltaría con tanta precisión sobre su presa como lo hizo el rey, le brincó directo a la yugular y comenzó a besarla desde el cuello hasta el ombligo, sin ignorar las tetas. Ya en el ombligo comenzó a jugar con la lengua hasta llegar al mismo punto de siempre: lamer sobre las bragas. -¡Que me los quites!- gritó ella muy desesperada, estaba más mojada que de costumbre y Juan sonreía con soberbia de saber lo que se aproximaba…

Y llegó el momento, clavó sus dedos entre el borde de las bragas y la piel de la suculenta, comenzó a bajarlas lentamente sin que ésta le interrumpiera con el clásico –Espérate, todavía no--, las terminó de bajar con los ojos cerrados, las zafó de las piernas sin abrir los ojos, sonreía, al fin tenía las bragas en sus mano derecha y no en la punta de su lengua; se lanzó con los ojos cerrados y un cálculo perfecto directo a la entrepierna, llegó, olió, sonreía y por fin… abrió los ojos!...

Miró atónito la fábrica de Sofía, su cueva era peluda y fea comparada con la infinita cantidad de vaginas que habían desfilado por su monitor… no podía creer lo que estaba ante sus ojos, ni lo grande que era el hoyo en su estómago… quería salir corriendo… estaba mudo y paralizado…
Un -¡¿Qué esperas?!- lo sacó de su trance, reaccionó, se levantó de ahí y se acostó a un lado de Sofía:

Sofía: ¿Qué pasó?
Juan: No puedo…
Sofía: ¡¡¡¡¡¡¿QUÉ?!!!!!!
Juan: Es que… no eres tú… soy yo.

Sofía le escupió en la cara y le mentó la madre para después levantarse, vestirse en tiempo récord y salir casi corriendo del departamento… Juan es un culero.



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Tumeromole

lunes, 12 de enero de 2009

Valor


Casi se cumplieron las reglas. Que fuera a la hora de comer, muy tarde para un drama en la clase, muy temprano para una borrachera. Que fuera en un lugar público, con la suficiente cantidad de gente como para hacer un escándalo incómodo. Y por último, no dar tantos detalles, solamente un mensaje y ya.

Estuve a punto de echarme para atrás cuando llegaste. Tu sonrisa siempre fué perfecta carnada para mis deseos y la estabas utilizando por todo lo alto, tu blusa chiquita y coqueta... pude imaginar a miles de sujetos de todos colores y sabores ofreciéndote cobijo mientras llorabas por la calle y volvió a pasar. Casi me arrepentí de lo que estaba a punto de hacer. Dos cafés, por favor.

Te pregunté como había estado tu fin de semana, claro, antes de ser definitivo, habría que pavimentar un poco el camino. La pregunta surtió efecto y me contaste de lo divertido que fué estar dos noches bajo las estrellas en el campamento de Acahuizotla, compartiendo el búngalow con las chavas del grupo, escuchando la radio hasta muy tarde, contando chismes y haciendo juegos atrevidos y secretos "lo que ocurre al calor de una fogata ahí se queda" - dijiste con mirada traviesa. Mientras hablabas, miraba tus labios. COn ese particular mohín que haces cuando hablas de cosas graciosas y el color tan deseable que tienen, puedes envenenarme con un beso, siempre pudiste hacerlo, de verdad. Durante algunos minutos, sudé. Sudé porque estaba esperando a que llegaras a un momento en la charla en que pudiera soltarte las palabras que estuve rebuscando la noche entera, mientras escuchaba nuestras canciones, mientras que empacaba nuestras fotos, los libros, tu cepillo de dientes, olvidado a propósito en mi baño, el molesto y deforme gato de peluche sin el que es imposible dormir... todo.

La mesera, un poco harta de nuestra charla, se paseaba con los menúes bajo el brazo, con cara de pocos amigos, esperaba a que retiráramos los brazos, las manos entrelazadas de la mesa para ponerlos y forzarnos a ordenar algo más que dos pinches cafés. Pero eso no ocurría y empezaste a contarme, con cara de pícara culpable, que dejaste olvidado mi encendedor, que en tu mochila faltaron algunas cosas y que preguntarías para encontrarlas. Yo no podía meterme del todo en el encanto que despides, carajo, mi cabeza estaba hecha un desmadre y a todo contestaba con una sonrisa estúpida. Pensé que tan pronto llegara a mi cama vacía, abrazaría tu lado del colchón y lloraría, vilmente arrepentido, pero sin marcha atrás. Me contaría todas las noches una historia distinta del porqué no estás ahí conmigo y beberé coca cola en el balcón, pulsando las notas en la guitarra, dejando que tu recuerdo se vaya poco a poco, que mis sábanas dejen de oler a ti y el último de tus cabellos despierte enredado en mi barba de reo. Todo eso simplemente terminaría por ocurrir. ¿Lo soportaría?

Empecé a modular las palabras en mi cabeza. Ideaba miles de maneras de entrar en mi charla, buscaba la oportunidad enmedio de tu relato. Te preguntaba cosas sin sentido... ¿como está el río?, ¿y las cabañas están limpias?... y tu, sin perder tu amorosa alegría, seguías con otra retahíla de detalles. Yo, por dentro, ya estaba derrumbándome. ¿Quieres algo más...? - casi se me zafa decirte, como siempre, "amor". Flan. Y la mesera, con cara de sargento, los trajo muy rápido, creo yo, porque "esa mesa no está resultando negocio" - pensaría.

Y ahí fué, enmedio del postre, que te reíste de un chiste pendejo, que pude ver tu boca abierta, riendo, con flan... ¿tu sabes a que le sabe la verga a Popeye? - "No" - a aceite de Oliva. Acto seguido: ¿Sabes, Silvia?... Creo que tú y yo debemos de darnos un tiempo.

Y ahí pasó. Se acabó de golpe el regocijo. Tu mano soltó la mía y tus grandes y hermosos ojos se abrieron como platos. Platos finos, caros y mojados. Empecé a tratar de darte mis razones enmedio de todas las preguntas que me hiciste y que no atinaba a responder con la misma velocidad con que las hacías: "¿y los planes que tenemos?, ¿y entonces para qué chingados compramos los boletos para ir a Acapulco?... ¿Sabes que estoy tomando el tratamiento porque espero poder darte un hijo? y yo, hecho un pendejo, tratando de contestarlo todo de manera elegante e inteligente... "entiéndeme por favor, no te alteres, escúchame"...

Pero ya no pasó nada de lo que yo tenía planeado. Eso de la charla no iba a darse. Te levantaste, con los ojos convertidos en charquitos de agua, la boca temblorosa... "pinche egoísta de mierda"... bueno, no tan temblorosa como para no entender que modulaste bien esa frase, que incluso si el director de este filme hubiese suprimido el audio, todo el público hubiese podido leer tus labios con perfecta dicción. Y ya, fué todo. Te fuiste, taconeando, moviendo las nalgas con energía, mientras yo no podía quitarte la vista de encima... hasta que llegó la mesera "¿la cuenta?"... "Si... y eso que pensé que ya no la contaría" - dije, mamón. Me fulminó con la mirada la muy cabrona y eso le costó los siete pesotes de propina que le iba a dejar.

Caminé. Sentía la mirada de los comensales, casi pude saber que me tacharon de imbécil, insensible y culero. Ni hablar. Fingí leer el ticket de caja hasta que di la vuelta en la esquina.

Ya en casa, efectivamente. La soledad me saludó y me di cuenta que tenía ya cuatro mensajes en el teléfono... ni siquiera lo escuché sonar. "ke le isiste a syl, pendejo?"... y otros tres casi iguales. Quise marcarte ya por último, despedirme como se debe, pero me colgaste apenas llegaba el timbrazo. Oficialmente soy un hijo de la verga. Oficialmente, porque hasta mi hermana me llamó para decírmelo. Eres veloz.

Pensé. Tengo que lidiar con esta fama que me aísla de mis amigos, de los tuyos, de la gente de la Uni. Ahora, quien me vea, sabrá que soy el tipejo que se burló de Syl, de la linda, amable, tierna e inteligente Syl... y todo porque no tuve el valor de decirte que, aquel sábado en que estabas en el campamento, frente a la fogata, con tus amigas, riendo como locas y oyendo la radio, te vi chuparle el pito a otro en la fiesta de los de Octavo. A mi me invitaron de última hora.

sábado, 10 de enero de 2009

Crack



Hace dos días estaba Dios sentado en una nube con su rifle sniper disparándole a gente al azar, los cuales morían tras un ataque cardiaco. En eso le sonó su cel y era el Diablo.

Dios: Prrrronto?
Diablo: Kiuuubole pinche cara de tlacuache bodeguero?
Dios: Eseeeee vato! Qué pedo pinche cara de mis huevos? Qué onda eh?
Diablo: Aquí nomás, oye mira te hablo rapidito para pedirte un paro porfa.
Dios: No pues sí, me imaginé, nomás pa eso me hablas culero parece que me debes lana.
Diablo: Ay ay que mamón. Te hablé el siglo antepasado te acuerdas? Era miércoles.
Dios: Ahhh.. no no me acuerdo. Andaba crudo ese día por cierto no vayas a los tacos de curry enseguida del Taj Majal, son de rata, neta.
Diablo: Pues mira te acuerdas del otro milenio cuando te dije lo del Job, que si me lo prestabas para probar su fe y la madre?
Dios: Mmm.. Job.. Job.. me suena un putero. Esperame verás- voy a estornudar... ACHUU!!

Cuatrocientos mil niños en Africa fueron infectados con SIDA al instante con el estornudo divino.

Diablo: Salud. Un vato aca súper justo no te acuerdas, de tus mejores ovejas y waralá? Que me lo prestaste para hacerle cagadero para ver si te seguía queriendo y todo ese pedo?
Dios: Pero Job qué? Cómo se apellida? Cómo le dicen o qué pedo?
Diablo: Le maté a todos sus hijos, sus cabras, quemé su casa, a su esposa, y que el vato terminó acá tirado en las cenizas y se empezó a echar tierra en la cabeza llorando y la madre?
Dios: Mmm.. seguro que era yo? Bueno total, qué tiene?
Diablo: Pues qué onda no tienes otro vato por el estilo? Estoy aburrido hasta las madres y ya llegué al prestige nivel 10 en el Call of Duty, ni me dieron armas nuevas ni nada por cierto, pinche perdedera de tiempo.
Dios: Pues a ver no sé.. mira que tal ese wey que está en su cocina? Ese que anda medio pedo abriendo algo con los dientes?
Diablo: El de camiseta amarilla?
Dios: No wey ése, ESE wey. Hizo su primera comunión y luego creo que la confirmación. Se me hace que va a misa, no me acuerdo bien pero es bien fiel según yo. Agárralo y pues si pasa la prueba me lo regresas no?
Diablo: Salsa pues, ahí te ves puto.
Dios: La tuya pinche cara de fundillo.

El diablo voló con su escoba mágica desde el noveno círculo del infierno, llegó por el freeway I-10, dió vuelta a la derecha, y llegó a Tempe, Arizona, donde se encontraba una oveja de Dios en estado de profunda ebriedad, queriendo abrir algo con los dientes.

El diablo lo observó unos segundos, se trono los dedos y dijo "Prueba esto, hijo de Dios"

Crack.



El Diablo le habló a Dios para presumirle pero el cel lo mandó al buzón porque Dios estaba tirando un cague meteórico en el ojo rojo de Júpiter, y tras un chasquido ambos se olvidaron para siempre del valeroso individuo, la criatura de Dios, el alma inocente, en una triste noche fría en la ciudad de Tempe, Arizona.


***

Chiste cagado

Esta un vato en su primera cita con una morrita, super nervioso el vato y para acabarla de chingar se esta super cagando ya no aguanta, en eso el vato empieza a voltear para todos lados no mames que hago, y la vieja toda callada porque el vato bien callado y la vieja acomodandose el pelo pensando que esta gorda, pero luego se le quitan las ganas y todo bien

Cosas que prestas y nunca te regresan


viernes, 9 de enero de 2009

Devoluciones



IV

Luego de la muerte de Raúl, Pedro se hundió en el culo de una cantina atestada de viejos panzones con frentes grasosas, mesas de patas raquíticas y música de José Alfredo.

Llegó en la tarde, pidió una botella de cualquier cosa. Unos viejillos de hígados callosos se le pegaron entre risas y saludos y no seas codo invítanos una. Pedro dijo que sí, que se sentaran, y aquello pronto se convirtió en una peda alegre, con un par de ruquitos siguiéndole la corriente a la euforia de un Pedro machacado.

Canción tras canción, broma tras broma, los ancianos contaron las mismas historias que habían contado durante 27 años. Pedro fingió creerles, quiso creerles y pidió otra ronda. Luego otra. Así hasta que las historias eran un círculo interminable pero jodidamente reconfortable.

Nadie tocó el botón equivocado. Nadie dijo algo sobre muertos, bachitas y mujeres ausentes. No hubo una provocación, sólo de repente a la mitad de una carcajada sonora y prolongada, Pedro se levantó de la silla, golpeó la mesa y le reventó un botellazo en la jeta al viejo que tenía a su izquierda. Luego volteó a su derecha para moler a vergazos al otro viejo pero pronto lo detuvieron los de la mesa de atrás.

Pataleó, maldijo y finalmente cayó hincado hecho una magdalena ebria, un niño desprotegido buscando amparo en los linderos de la mierda.

Matías, el cantinero, conocía a Don Pedro y por eso evitó que el numerito pasara a mayores. Lo metió a la bodega, trató de calmarlo pero aquel no escuchaba, nomás estaba arrinconado balbuceando y moviendo en negativa la cabeza.

Pedro le pidió a Dios que le regresara Raúl. Lo pidió con las mismas fuerzas con las que años atrás, cuando era un mocoso, le pidió la resurrección de Doña Estela, su madre. Era Dios, caramba, se suponía que el tipo tenía los poderes mágicos necesarios para volver a la vida a quien quisiera, tal como la biblia cuenta que lo hizo su hijo Jesús.
Pero Dios dijo que no y le propinó una patada estomacal que le hizo vomitar chupe, frituras y algo de sangre. No había más qué tratar.


Tras sufrir las ambas negativas Pedro se volvió ateo. Años después se casó con Sarita por la iglesia, sí, pero sólo porque ella insistió, ya que en realidad él no confiaba en alguien que jugaba con la felicidad básica de sus contribuyentes. "Dios es un grandísimo cabrón" pensaba. Y sí, lo era; tanto, que después de divorciarse de Sarita, Dios dijo "ahistá, Pedrito" y un sábado de peda en Puerto Madé, así como quien quiere hacer las paces y a la vez cagarse de la risa, no le regresó a Doña Estela ni a Raúl sino a la mujer-monstruo.

Grandísimo cabrón.

No me lo regreses.



Me lo regresas.

La verdad, nunca presto mis cosas, ni aún cuando sea alguien "especial". Cuando presto estoy dispuesto a abandonar el objeto. Es un bien material o espiritual que ya no es para mi. Prestarlo, darlo o dejarlo y permitirse al abandono, hace más dulce el regreso si este llegara a existir y, supongamos, le da un poco de nobleza al recuerdo del préstamo.

Cuando leí la propuesta, "Me lo regresas", me pareció que la frase la decía un niño. "ME LO RE-GRE-SAS", "TODAS LAS CANICAS SON MÍAS" y "NO ME MO-LES-TES", dichas por el mismo chamaco caprichoso, el mismo día. Tal vez, si se tratara de dinero, me imaginaría a una señora gorda, de esas amables y carismáticas, que cuando son ofendidas se transforman en unas perras malditas. No le regreses algo a una de esas señoras, y tu vida se convertirá en un pequeño infiernito cada vez que la vuelvas a ver. Dar algo, y esperar su regreso, no sólo es el egoísmo concentrado (el cual no es necesariamente malo), sino una falsa ilusión de pertenencia sobre nuestras cosas.

Existen los compadres o los hermanos desenfadados, que se prestan a las novias. Ellos no se dicen: "Me lo regresas". Más bien, se dicen cosas como: "Qué te aproveche", "Pídele esto" o "Usted úsela hasta saldar la dueda compadre". O las mujeres infelices que se prestan los contactos de los amigos fieles: "No me lo regreses, haz que te pague el cine y los cafecitos durante un mes entero", "Ya tengo mi coche, así que quédatelo" o bien "Pues mira, ahorita no tengo novio patán... puedes quedártelo un ratito en lo que yo me busco a mi misma".

Para evitarme a las seños malditas, a los escuincles caprichosos y a los compadres alegres, lo presto y suelo añadir un "No me lo regreses".

Agustín Fest

Regrésame el derecho




En un comunicado inesperado, el gobierno del Distrito Federal declaró ilegal el suicidio. Millones de personas se desconcertaron en demasía y estallaron en llanto. Sofía, pequeña emo consumada, se quitó la vida al enterarse de tan execrable noticia. Para sorpresa de los ciudadanos, y molestia de la ONU, fue condenada a cadena perpetua.

Sofía pasará el resto de su muerte tras las rejas.

jueves, 8 de enero de 2009

Préstamo




miércoles, 7 de enero de 2009

No me lo regreses.


Hace algunos años mientras manejaba rumbo a la Cd. de México acompañado de uno de los ingenieros mas antiguos de la empresa —su numero de nomina es el 4, lo juro— puse en el estereo la banda sonora de Conan The Barbarian (una joya de Basil Poledouris). El inge inmediatamente me preguntó si me gustaba Conan. Me sorprendió que reconociera la música y así una cosa llevo a la otra y nos enamoramos y resultó que el era fan de los relatos de Conan y, cosa más sorprendente, fanático perdido de la ciencia ficción.

En ese entonces yo me creía un conocedor del género. ¡Oh, qué inocente era! El inge no sólo había leído lo poco que yo conocía, además estaba familiarizado con un montón de autores y obras que yo ni siquiera había escuchado. Pocas veces me he sentido tan humilde y lleno de admiración, snif.

Al final de la platica el inge me dijo: “Luego te traigo unos libros”. Yo dije que sí, gracias y ahí quedo la cosa. Unos días después me llamo y me pidió que fuera a verlo a su oficina. Fui y resultó que no se había olvidado de aquello y me dio algunos libros de ciencia ficción, ediciones viejísimas, de los sesentas y setentas, puras joyas, pues. Después de babear un poco, le dije:

—En cuanto los termine se los regreso.
—No, quédatelos.
—Nooo, ¿Cómo cree?
—Sí, en serio. Mira, mis hijas no los leen y de que estén ahí haciéndose más viejos a que los leas tú que sí los disfrutas, pues mejor te los doy.

Le agradecí sinceramente y leí todo con avidez. Unas semanas después me volvió a llamar y me entrego otro paquete de libros. Eso sí, pregunto que me habían parecido los demás, en parte para saber si en verdad los había leído y en parte para comentarlos con alguien. ¡Como lo comprendo ahora! Entiendo su frustración al no poder compartir con nadie su amor por la ciencia ficción.

Desde entonces, sin falla, el inge me ha estado entregando libros y más libros. Al principio podía seguirle el ritmo; trataba de leer todos los que me daba antes de la siguiente entrega, pero hace un par de años me rendí y bromeando le digo, cuando me entrega más, que en cuanto termine la tanda de hace seis meses le sigo con esa. Cada que nos encontramos en los pasillos nos ponemos a platicar sobre CF mientras la gente nos ve raro. No se cuantos libros me ha dado exactamente, pero calculo que son más de cuatrocientos (he llenado dos libreros y seis repisas), de los cuales apenas y he leído la mitad.




Y todo lo anterior me causa un conflicto enorme, porque odio prestar libros, no se diga regalarlos. No me imagino haciendo lo mismo que el inge, por lo menos no ahora. Tal vez dentro de muchos años cuando este viejo y amargado, si encuentro a alguien que aprecie la ciencia ficción igual que yo, lo haga.

No me gusta prestarlos por dos razones: así he perdido muchos (aun me duele mi Miles de Millones de Sagan y La Noche del Océano de Lovecratf) y porque la gente no sabe cuidar las cosas. Me emputa que maltraten los libros; alguna vez casi asesiné a alguien porque me regreso un libro completamente deshojado sin siquiera disculparse. Y pocas cosas me cagan tanto como ver libros rayoneados; si necesitan hacer anotaciones, pongan a su madre a gatas y ráyenle las nalgas, cabrones.

Ahora solo presto mis libros bajo dos circunstancias: cuando estoy seguro que me los van a regresar o cuando en verdad necesito compartir algo. De esta manera, logré que Rox se enamorara de Ricardo Garibay y Robert Silverberg y que Mulder y Changos conocieran a Ibargüengoitia. De igual manera a varias personas les he presentado a Jardiel Poncela, a Robert Heinlein, Theodore Sturgeon, Frederick Pohl…

Por cierto, si alguien, en alguna borrachera, se llevó de mi casa mi Muero por Dentro de Silverberg, sólo regréselo y algún día, dentro de muchos años, después de que haya perdido mis facultades mentales y este agonizando en mi lecho de muerte, lo perdonaré, ¬¬.

martes, 6 de enero de 2009




1. Si el que lee esto posee mi libro de La Virgen de los Sicarios, devuélvamelo, marica.

2. El Mario Flores llevó a mi casa a una chica y clarito noté como ella me chingaba uno de mis billetes secretos de cien usd. Le dije al guey y me dijo que apenas la desnudara los recobraría. El billete sigue extraviado y ya pasaron dos años de eso. Te quiero, Marito, tenía el cabello chino, se justifica.

3. También me gustaría que me fueran devueltas ciertas fases: cuando topé por 1era vez ciertas pelis, el México que ya no existe, las clases de historia Universal (debí atenderlas), mi postura de no emplear teléfono celular, la paciencia para con un videojuego.

4. De hecho debería, a la manera de “spotless mind”, existir un artificio que te borrara las películas y los libros que has leído. O tal vez no. ¿Será que carecer de memoria es sinónimo de felicidad? Una mujer cuya sonrisa aparecerá en los libros de la SEP de tus nietos me dice que no, que nada más me gusta como suena. Seguiremos informando.

5. Anoche el Joven Poeta Verga Cruz y yo sostuvimos, en la medida de lo posible, una charla excepcional acerca de poesía de la buena, diseccionamos Paris, Texas y emulamos una trama única que bien podría acapararnos las sonrisas y los tragos lo que queda del siglo. El problema no es ese, sino que para variar no me acuerdo de nada.

lunes, 5 de enero de 2009

Mano a mano hemos quedado


- ¿Cuándo quieres que te regrese tus cosas? - me preguntó después de mandarme a la chingada.
- Recuerda que yo pago al contado, así nunca me falta un beso - contesté con altivez y a ojos furiosos.

Él nunca supo que solía responderle con frases de canciones de Sabina y que los adjetivos que le ponía mientras montaba a horcajadas su prominente vientre eran de Garibay. Que mi retorcido sentido del humor lo había heredado el odiadísimo ex y que abuelié mi forma de andar. Y que la manera de chupársela... ¿Realmente es necesario ir ahí?

-¿Qué? - me dijo sin entender.
- No quiero nada, quédatelo, tíralo, haz lo que quieras - le respondí y me fui con pasos largos.

Métetelos por el culo, pensaba sin voltear atrás.

Son sólo cosas, pusilánime aquel que al terminar solicita algo de regreso. Tal vez sea porque no se quedó con nada más. Que no valora un beso eterno, cuando la eternidad se muere con el reproche de algún vigía mojigato. Que la mirada ansiosa de tenerle y las noches de desvelo a su lado son sólo botellas en el mar.

¿Por qué buscar algo más cuando te quedas con una indecente alfombra sucia de vino derramado, con su olor en la almohada y el corazón amargado?. Ahora sigue el insomnio, las pesadillas, los cigarros. El miedo, el deseo, el desamparo. Esos, ¿A que dirección te los mando?.

Jamás volveré a su olor, a mis manos en su cabeza, a su silencio dándome la espalda. Nunca más habrá madrugadas de regreso a casa, ni borracheras a cubas bien cargadas. Siempre me quedará su risa, la manera de moverme, la mierda que ha aumentado y que sigo cargando.

-¿Si?- Contesté al celular
- Oye, el anillo de mi abuela... ¿Me lo regresas?
- Te regreso una mierda- y colgué.

viernes, 2 de enero de 2009



Busqué un vaso que no tuviera un gato dibujado y me fue imposible. Gatos sonrientes en tazas y siluetas de gatos en vasos de vidrio.

Serví vino en la taza y en el vaso, optando por darle el más lleno a la mujer que se encontraba desconsoladamente llorando en la cocina, su maquillaje chorreando su cara y sus pies sucios y descalzos.

"No pasa nada" mentí sin emoción, "yo te ayudo al rato a ir por él a la cárcel."

"Pero no es justo, no hizo nada!" sollozó desconsoladamente.

"Shhh. Todo va a estar bien."

Limpié sus lágrimas negras con mi pulgar, y la abracé y en mi pecho lloró y me embarró de babas. Le susurré un flujo interminable de estupideces, y acaricié su cabello despeinado entre mis dedos. Aspiré su perfume y mi reflejo en un reloj -de gato- delató mi sonrisa torciéndose en una mueca desfigurada. Mis pupilas se dilataron.

Un gato me observó detenidamente desde un sillón.


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Desorientado salí al balcón y prendí un cigarro.

Mis labios secos se partieron ofreciendo su carne viva.



Un silencio absoluto me pareció totalmente inesperado. Volteé para todos lados esperando que llegara, pero no la vi por ningún lado.

Aplasté el cigarro contra la pared y de pronto vino a mí, impuntual pero infalible.

Empezó como una pulsación en mi sien, y de pronto, gloriosa y ardiente me invadió de lleno una poderosa cruda.

Una carroza voló por el amanecer, conducida por caballos negros que emanaban fuego por sus fosas nasales.

Jesucristo rey los golpeaba salvajemente con un látigo con púas, mientras reía salvajemente, cosa que hizo que un helado escalofrío viajara por mi columna vertebral.

Pelos blancos de gato me cubrían por todas partes.

Finalmente el sol se asomó de lleno detrás del horizonte, una inmensa bola de fuego de destrucción.

El sol, malhumorado y furioso, estalló sobre toda la creación, trayendo luz del paraíso sobre la tierra de mundanos, consumiendo todo lo que alcazaba la vista.

Mi respiración se agitó y caí de rodillas, paralizado sin poder quitar la vista de él.

Sudor de sangre se derramó sobre mi frente y mi boca exhaló humo negro y espeso.

Levanté mis manos implorando, y siete arcángeles bajaron del firmamento y tomaron turnos para empalarme con siete largas lanzas las cuales disparaban sin esfuerzo, mi cuerpo quedando inerte como títere.

Un octavo arcángel bajo impulsándose con sus poderosas alas negras gritando en miles de idiomas diferentes al unísono, y una vez sobre mí sacó una poderosa espada, la cual con un solo movimiento de arco hizo una cortada recta en mi abdomen, mis entrañas expulsándose como magma volcánica en un ardor que no puede describir el lenguaje humano.






"Necesitas raite?" me dijo ella lavándose los dientes.

"Pero vamos a los mariscos primero"

jueves, 1 de enero de 2009

Vamos a contarnos los raspones



¿Como para qué corazón?

Tengo suficiente Ibuprofeno en mi cuerpo como para abastecer a un pequeño país, además de las dosis industriales de Theraflú (mi placebo predilecto) que he tomado, y por las cuales nadie puede juzgarme porque estoy legítimamente enferma. Dicen mis tías (y supongo que las tías de todos) que como empiezas el año lo terminas... igual por eso cada año nuevo me enfermo jajaja

Nada te da perspectiva como amanecer junto a un bote de kleenex usados, litros de agua y el pastillerío necesario para sobrevivir a la posguerra.

Hacer balances no es lo mio, por algo soy abogada y no contadora, así que aprovechando el ánimo dopado y moribundo que corre por mi pequeña persona, les puedo decir que fue un año de reafirmación. Por fin terminé de dejar ir a un persona con la que estuve dos años (que tratándose de mi son un par de vidas). Sí lo amaba, al final ya no, ni tantito, lo cual siempre he sostenido me parece tristísimo. Las relaciones, los matrimonios, y todo lo de enmedio, al final se resume a decidir si esas pequeñas, pequeñísimas cosas que te molestan, que no soportas, pueden más que todo lo bueno, que lo divertido, que los lunares de la espalda. Al final es decidir si él lo vale o no. En este caso no, y es, repito, tristísimo.

Pasado mi estado de interdicción novieril, me enfoqué en mis planes malévolos, algunos me salieron muy bien, hasta con estrellita pegada en la frente. Uno se me salió por dos segundos de las manos, al final recuperé el control, y sólo salí medio raspada, lo cual está bien, a mi me gusta vivir para que me pasen cosas, muchas, muchas.

Laboralmente bien, muy bien, pero eso me lo merezco porque trabajo muchísimo, y porque ya que no me voy a casar con un duque, es justo que mi padre vea bien utilizado todo el dinero que invirtió en mi educación.

Ah si, también fui la mala del cuento... otra vez, jaaaaa. De eso ni reniego, porque me lo gané, a pulso. Esa experiencia reafirmó dos cosas que ya sabía (y que nunca hago, pero de repente hace falta que las fuerzas superiores me pateen el trasero para que no se me olviden): No ceder a la peer presure, y no desobedecer la brújula moral de mi cuerpo, que se ha probado es infalible.

Extrañé a mi abuelo tanto, tantísimo. Tres años ya.

Un montón de mis amigas se casaron, malditas sus ganas de joder al prójimo. Hasta a una despedida bíblica fui (acerca de lo cual no hice post porque me provoca un brote psicótico). Definitivamente todavía no estoy para eso (no que algún día no pueda estarlo).

Entre otro montón de cosas relevantes pero que no vienen al caso. Aceptar las consecuencias, eso es todo, aceptar que todo lo que te pasa es, al final del día, consecuencia de tus actos, de tus decisiones, y también de tus no decisiones. Como decía un compañero de carrera: "Total, dijo la sumadora".

Recuento de daños


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